Comienza en Lisboa el juicio por el hundimiento del Banco Esp¨ªrito Santo: 18 acusados, 2.000 damnificados y 10 a?os de espera
El Tribunal de Cuentas calcula que el colapso de la entidad ha consumido 8.300 millones de euros de fondos p¨²blicos. Ricardo Salgado, el antiguo presidente de la entidad, est¨¢ acusado de 62 delitos
El gran juicio por el hundimiento del Banco Esp¨ªrito Santo (BES), ocurrido hace diez a?os, comienza esta ma?ana en Lisboa. En el banquillo se sientan 18 acusados, entre ellos Ricardo Salgado, el hombre que lider¨® durante m¨¢s de dos d¨¦cadas el banco y el imperio econ¨®mico llamado Grupo Esp¨ªrito Santo (GES), que extend¨ªa su actividad por todo el mundo a trav¨¦s de 350 empresas. Solo Salgado est¨¢ acusado de 62 delitos, incluidos los de pertenencia a ...
El gran juicio por el hundimiento del Banco Esp¨ªrito Santo (BES), ocurrido hace diez a?os, comienza esta ma?ana en Lisboa. En el banquillo se sientan 18 acusados, entre ellos Ricardo Salgado, el hombre que lider¨® durante m¨¢s de dos d¨¦cadas el banco y el imperio econ¨®mico llamado Grupo Esp¨ªrito Santo (GES), que extend¨ªa su actividad por todo el mundo a trav¨¦s de 350 empresas. Solo Salgado est¨¢ acusado de 62 delitos, incluidos los de pertenencia a organizaci¨®n criminal, corrupci¨®n activa, blanqueamiento o falsificaci¨®n de documentos. Los fiscales consideran que el banquero fue el cerebro de una red creada para desviar fondos para lucros individuales y realizar otras actividades irregulares para ocultar el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica del BES, causando unas p¨¦rdidas que rondan los 18.000 millones de euros.
La Fiscal¨ªa achaca al conjunto de acusados la ejecuci¨®n de 300 delitos, una cifra reducida respecto a la inicial debido a la prescripci¨®n de algunos por la demora en la celebraci¨®n del juicio. Por la vista oral pasar¨¢n los 733 testigos de un proceso que ocupa 4.000 p¨¢ginas de acusaci¨®n y cuyos documentos f¨ªsicos han llenado una antigua sala de vistas de arriba abajo. La ca¨ªda del BES dej¨® un copioso legado de perjudicados: hay 2.000 damnificados reconocidos con el estatuto de v¨ªctimas en este proceso que exigen ser indemnizados. El Banco de Portugal, que hasta pocos d¨ªas antes de la intervenci¨®n defendi¨® la buena salud de la entidad, decidi¨® agrupar el patrimonio y los activos sanos del BES en el Novo Banco, de nueva creaci¨®n, y mantener los t¨®xicos en el BES.
El Novo Banco fue privatizado en octubre de 2017 y vendido al fondo de inversi¨®n Lone Star, que no pag¨® un euro por la adquisici¨®n del 75% aunque se comprometi¨® a inyectar 1.000 millones de euros. Una operaci¨®n que est¨¢ siendo analizada a fondo por el Tribunal de Cuentas y la Fiscal¨ªa ya que, tras la privatizaci¨®n, el Estado portugu¨¦s ha inyectado m¨¢s de 3.200 millones en Novo Banco, obligados por el acuerdo de venta que nunca ha llegado a hacerse p¨²blico en su integridad. En cuanto al BES, el Tribunal de Cuentas ha calculado que su colapso ha costado ya 8.300 millones de euros de fondos p¨²blicos, en contra de lo que en su d¨ªa sostuvieron las autoridades al informar del desmoronamiento del BES.
El 3 de agosto de 2014, cuando el gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa, anunci¨® la intervenci¨®n del Banco Esp¨ªrito Santo, no solo cay¨® una pieza del sistema financiero portugu¨¦s. Su hundimiento signific¨® tambi¨¦n el derrumbe del sistema econ¨®mico y pol¨ªtico que hab¨ªa condicionado las principales decisiones sobre el pa¨ªs en las dos d¨¦cadas anteriores. Ricardo Salgado, el hombre que lideraba el banco y el emporio, hab¨ªa tejido una mara?a que le permiti¨® controlar el coraz¨®n pol¨ªtico de su pa¨ªs desde que reconstruy¨® el grupo econ¨®mico de la familia Esp¨ªrito Santo, que hab¨ªa sido nacionalizado durante unos a?os tras la Revoluci¨®n de los Claveles. DDT (Dono Disto Tudo, due?o de todo esto) le bautizaron en Portugal.
La fluidez con la que acced¨ªa a las decisiones del Consejo de Ministros le permiti¨® beneficiarse de diferentes formas durante las privatizaciones de las joyas del patrimonio p¨²blico, como las empresas EDP o Galp. Entre otras anomal¨ªas, la entidad bancaria asesor¨® al Gobierno portugu¨¦s en el proceso de privatizaci¨®n de EDP y REN, la red de distribuci¨®n el¨¦ctrica p¨²blica, y tambi¨¦n a los inversores chinos que finalmente las compraron.
En una sentencia dictada el pasado junio, un tribunal acredit¨® que durante cuatro a?os Ricardo Salgado soborn¨® con cinco millones de euros al ministro socialista Manuel Pinho, que hab¨ªa sido empleado suyo en el grupo, a cambio de favorecer sus intereses. Pinho, que fue el titular de Econom¨ªa e Innovaci¨®n en el Ejecutivo socialista de Jos¨¦ S¨®crates entre 2005 y 2009, fue condenado a 10 a?os de prisi¨®n por delitos de corrupci¨®n, blanqueamiento de capitales y fraude fiscal, mientras que Salgado fue condenado a seis a?os de c¨¢rcel. Los jueces dieron por probada la existencia de ¡°un pacto corruptivo¡± entre ambos. Salgado, adem¨¢s, ya tiene otra condena anterior derivada de una de las ramificaciones de la Operaci¨®n Marqu¨¦s, el esc¨¢ndalo de corrupci¨®n que afect¨® a los principales centros de poder en Portugal bajo el mandato del primer ministro socialista, Jos¨¦ S¨®crates. En marzo de 2022 un tribunal central consider¨® probado que se apropi¨® de 10,6 millones de euros de una de las sociedades del Grupo Esp¨ªrito Santo (GES) mediante tres transferencias realizadas a sociedades offshore.
El estado de salud de Ricardo Salgado, que tiene 80 a?os y sufre alzh¨¦imer, no le ha evitado su comparecencia en ninguna de las vistas celebradas hasta ahora. Y el tribunal que juzgar¨¢ el caso BES tambi¨¦n ha rechazado la petici¨®n de su defensa para eximirlo del juicio debido a su enfermedad, aunque deja entrever que pudiera tener sentido no aplicarse la condena en caso de que sea encontrado culpable. ¡°Cuando al delincuente imputado le sobreviene una anomal¨ªa ps¨ªquica se mantiene la necesidad de la pena porque se impone la reafirmaci¨®n de la validez de la norma violada. Y este efecto se obtiene cuando se dicta una sentencia condenatoria por lo que tiene sentido aplicar una condena a un delincuente aunque no la comprenda, lo que no tiene sentido es que se ejecute¡±, razon¨® el tribunal en un auto emitido d¨ªas antes, divulgado por P¨²blico.