El Gobierno asume que no podr¨¢ presentar el proyecto de presupuestos de 2025 hasta despu¨¦s de Reyes
Hacienda prorrogar¨¢ otra vez las cuentas de 2023 y prev¨¦ una negociaci¨®n dura con los socios para cuadrar el nuevo plan
El Gobierno ha asumido que ya no tiene tiempo material para poder presentar el nuevo proyecto de Presupuestos Generales del Estado antes de que termine el a?o. En consecuencia, el Ministerio de Hacienda no tendr¨¢ m¨¢s remedio que prorrogar de nuevo los de 2023 durante los primeros meses del pr¨®ximo a?o y llevar al Congreso a partir de enero su propuesta presupuestaria para 2025 con el fin de encauzar lo que queda de legislatura. En el mejor de...
El Gobierno ha asumido que ya no tiene tiempo material para poder presentar el nuevo proyecto de Presupuestos Generales del Estado antes de que termine el a?o. En consecuencia, el Ministerio de Hacienda no tendr¨¢ m¨¢s remedio que prorrogar de nuevo los de 2023 durante los primeros meses del pr¨®ximo a?o y llevar al Congreso a partir de enero su propuesta presupuestaria para 2025 con el fin de encauzar lo que queda de legislatura. En el mejor de los escenarios habr¨ªa un retraso de tres meses respecto a lo que marca la Constituci¨®n, aunque todo indica que ser¨¢ incluso mayor. Las trabas que est¨¢ encontrando el Gobierno para intentar sacar adelante el techo de gasto y la senda de d¨¦ficit, junto a la demora que ha sufrido la reciente aprobaci¨®n de la reforma fiscal por la dificultad para atar los apoyos, explican esta dilaci¨®n del calendario. La debilidad parlamentaria del Ejecutivo est¨¢ dificultando la tramitaci¨®n de muchas normas y amenaza con complicar la ley presupuestaria. Por ese motivo, la ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, trabaja en recabar el m¨¢ximo respaldo pol¨ªtico de los partidos de investidura antes de presentar el proyecto.
En un principio, el Ejecutivo exploraba la posibilidad de llevar el proyecto de presupuestos a las Cortes antes de que terminara el a?o en curso y extender moment¨¢neamente las cuentas de 2023 a la espera de recibir la luz verde definitiva. De hecho, oficialmente, desde Hacienda no descartan todav¨ªa esta posibilidad y afirman que el objetivo del ministerio es presentar el plan ¡°cuanto antes¡±. Otras fuentes gubernamentales, sin embargo, admiten que ya no da tiempo y que no queda otra que esperar al a?o pr¨®ximo para iniciar todo el proceso. Tambi¨¦n lo aseguran dos interventores y auditores del Estado consultados. ¡°Es imposible que d¨¦ tiempo¡±, recalcan.
La aprobaci¨®n de unos presupuestos requiere de diferentes etapas, y en todas ellas el Gobierno tendr¨¢ que hacer encaje de bolillos para intentar lograr los apoyos necesarios de los socios parlamentarios, lo que retrasar¨¢ todav¨ªa m¨¢s el tr¨¢mite. La Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera detalla que el primer paso es la aprobaci¨®n de los objetivos de estabilidad (l¨ªmites de d¨¦ficit y deuda p¨²blica) para las distintas administraciones y del l¨ªmite de gasto no financiero, conocido com¨²nmente como techo de gasto. Estas son las cifras esenciales sobre las que descansan los pilares de las cuentas y suponen el pistoletazo de salida para todo proceso de este tipo, que a estas alturas del a?o ya deber¨ªa estar liquidado.
A partir de aqu¨ª, una vez que la senda y el techo de gasto han recibido el aval, el Gobierno debe aprobar en Consejo de Ministros su proyecto de cuentas p¨²blicas y elevarlo a las Cortes Generales al menos tres meses antes de la expiraci¨®n de las del a?o anterior, seg¨²n establece la Constituci¨®n. Toda esta sucesi¨®n de pasos va con un retraso manifiesto y en el Ejecutivo asumen que lo que tendr¨ªa que haberse aprobado como tarde el 30 de septiembre ver¨¢ la luz, en el mejor de los casos, a partir de enero, m¨¢s de tres meses despu¨¦s.
El gran problema para el Gobierno ha sido el camino de obst¨¢culos que se ha encontrado hasta la fecha en el tr¨¢mite de la senda fiscal, y que por ahora no ha logrado solventar. Todo empez¨® en diciembre del a?o pasado, tambi¨¦n con varios meses de retraso debido a las elecciones del 23 de julio y las dificultades para formar Gobierno. En aquel entonces, Hacienda trat¨® de poner en marcha la liturgia presupuestaria de las cuentas de 2024: llev¨® el techo de gasto a un nuevo r¨¦cord y comunic¨® a las comunidades y corporaciones locales los objetivos de d¨¦ficit. Este plan pas¨® el tr¨¢mite del Congreso, pero fue tumbado despu¨¦s en el Senado gracias a la mayor¨ªa que all¨ª ostenta el Partido Popular, por lo que el proceso qued¨® en punto muerto. Semanas despu¨¦s, ya con los presupuestos prorrogados, el Gobierno renunci¨® a las cuentas de 2024 y, de cara a salvar las de 2025, col¨® en la Ley de Paridad ¡ªaprobada en junio¡ª una enmienda que eliminaba la capacidad de veto del Senado y que permitir¨ªa que la senda planteada entrara en vigor con la mayor¨ªa simple del Congreso, a priori asegurada por los socios de la investidura. La extensi¨®n presupuestaria de un ejercicio completo es una anomal¨ªa en la historia democr¨¢tica ¡ªtambi¨¦n pas¨® en 2020, en pandemia¡ª. Durante el mandato de Mariano Rajoy, hubo varias pr¨®rrogas porque el PP se demor¨® varios meses en presentar y tramitar el proyecto, pero al final logr¨® sacar adelante la gu¨ªa econ¨®mica todos los ejercicios.
Sin embargo, cuando parec¨ªa que todo estaba encarrilado y que podr¨ªa sacar adelante la nueva senda fiscal, Hacienda sufri¨® otro gran rev¨¦s. El pulso entre el PSOE y Junts hab¨ªa ido cogiendo fuerza tras los resultados de las elecciones catalanas de mayo y, en julio, el partido de Carles Puigdemont bloque¨® ¡ªjunto a PP y Vox¡ª los objetivos de d¨¦ficit, esta vez en la C¨¢mara baja. As¨ª, el Gobierno se encontr¨® con un nuevo rechazo de los objetivos de estabilidad en el Congreso y se vio obligado a negociar con Junts su apoyo, algo que todav¨ªa sigue en el aire.
La ¨²ltima senda propuesta por el Gobierno establece que los n¨²meros rojos del conjunto del sector p¨²blico no puedan superar el 2,5% del PIB en 2025 para cumplir con los objetivos de Bruselas. El reparto establece un desfase del 2,2% para el Estado, uno del 0,2% para la Seguridad Social, otro del 0,1% para las comunidades aut¨®nomas y un equilibrio presupuestario (o d¨¦ficit cero) para las entidades locales. El problema es que Junts exige m¨¢s margen fiscal para las autonom¨ªas, que previsiblemente deber¨ªa perder la Administraci¨®n Central. Hacienda est¨¢ negociando con la formaci¨®n catalana este asunto para intentar desbloquear cuanto antes la senda. En un principio, Junts hab¨ªa exigido un d¨¦ficit para los territorios del 0,8% del PIB frente al 0,1% propuesto por el ministerio. Seg¨²n fuentes conocedoras, las dos partes estar¨ªan dispuestas a flexibilizar su postura, por lo que podr¨ªan llegar a un consenso intermedio en los pr¨®ximos d¨ªas.
Sin embargo, una vez que esto se logre, Hacienda tendr¨¢ que pactar con el resto de socios de la investidura la composici¨®n y el dise?o de las cuentas p¨²blicas, algo que, reconocen desde el Gobierno, tambi¨¦n dilatar¨¢ el proceso. Para muestra est¨¢ la dura y ag¨®nica negociaci¨®n que gir¨® en torno a la reforma fiscal durante las ¨²ltimas semanas, y que culmin¨® en un acuerdo sobre m¨ªnimos que se consigui¨® sobre la bocina la semana pasada. Aunque la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, afirm¨® hace unos d¨ªas que esa negociaci¨®n era m¨¢s dif¨ªcil que la presupuestaria, las fuentes del Ejecutivo anticipan otra vez una discusi¨®n a carra de perro con los socios de la investidura para poder aprobar el proyecto de presupuestos.