Los plagiadores cada vez lo tienen m¨¢s dif¨ªcil
Aumenta la demanda de herramientas que usan la inteligencia artificial para detectar a los tramposos
En los ¨²ltimos a?os se han conocido varios casos de pol¨ªticos acusados de plagiar tesis, art¨ªculos o trabajos acad¨¦micos. En paralelo y al calor del corta-pega sin control, el mercado ha visto florecer un potente negocio para delatarlo. A ¨¦ste se agarran universidades, escuelas de negocio, empresas y hasta partidos pol¨ªticos para defender a capa y espada su reputaci¨®n.
Plagiar o copiar es una mala praxis extendida, pero no generalizada. Se comete plagio cuando se reproducen frases o p¨¢rrafos sin citar a su autor o cuando se cambian algunas palabras. Incluso se copian las ideas si no se referencia al autor original. Permitirlo o no detectarlo a tiempo coloca la credibilidad de las organizaciones en el disparadero, sobre todo, de las redes sociales. Algo que no pueden permitirse.
Y precisamente por ello, herramientas de software de control antiplagio como Turnitin, PlagScan (utilizadas por La Moncloa para analizar la tesis de Pedro S¨¢nchez), Viper (cuenta con una versi¨®n gratuita) o Unicheck est¨¢n haciendo su agosto. La contrataci¨®n de estos programas se hace v¨ªa licencias que se monetizan por usuarios. En Turnitin oscilan entre 5.000 y 100.000 euros en funci¨®n del n¨²mero de alumnos. Verena Kunz-Gehrmann, directora de marketing de PlagScan, comenta que ellos tienen ¡°licencias individuales desde 4,99 euros y desde 249 euros las escolares¡±.
Bases de datos
La efectividad de estas soluciones se basa en sus gigantescas bases de datos. Todas ellas incorporan millones de referencias para detectar similitudes o contenido copiado. ¡°Si la tecnolog¨ªa permite el plagio, la inteligencia artificial lo combate, y es muy dif¨ªcil para el que copia salir airoso frente a 80.000 millones de fuentes online, 1.100 millones de trabajos acad¨¦micos y 600 millones de documentos editoriales con los que contamos¡±, asegura el gerente regional para Espa?a de Turnitin, Llu¨ªs Val.
Este directivo avisa a aquellos que se plantean copiar tesis, argumentos, investigaciones e ideas de otros que esta herramienta va a detectar coincidencias, pero que corresponde a cada instituci¨®n dictaminar si ha existido plagio. A lo que la responsable de marketing de PlagScan a?ade: ¡°Al final, lo que buscamos dando visibilidad a la copia es concienciar y motivar a los alumnos hacia el pensamiento creativo para que, de verdad, aporten conocimiento nuevo que haga avanzar a la sociedad¡±. Y va m¨¢s all¨¢ al anunciar mayor cerco al corta-pega: ¡°La herramienta Author Metrics analiza concretamente el estilo de escritura y de verificaci¨®n del autor¡±.
Un aspecto ¡°definitivo¡± en opini¨®n del decano de ordenaci¨®n acad¨¦mica de IE University, Joaqu¨ªn Garralda, quien destaca como prueba irrefutable de plagio el cambio de estilo en la narraci¨®n de un trabajo. ¡°Es en las conclusiones de la investigaci¨®n donde se evidencia m¨¢s claramente la copia y donde los profesores nos damos cuenta de que no han sido escritas por la misma mano¡±. Y a?ade que ¡°es todav¨ªa m¨¢s f¨¢cil de detectar cuando el trabajo es en ingl¨¦s porque el resumen tiene un nivel mucho m¨¢s alto¡±. En la universidad de este profesor se usa Turnitin. ¡°Si el alumno plagia una tesis de otro universitario, esta herramienta es capaz de revelar nombre y apellidos del autor original¡±, recuerda.
Contrastar
Aunque el tal¨®n de Aquiles de estos negocios reside en los millones de documentos que hoy en d¨ªa no est¨¢n digitalizados, el responsable de Turnitin en Espa?a apunta que ¡°se ha incrementado la percepci¨®n de que estas herramientas son necesarias¡±. Y lo ha hecho especialmente a ra¨ªz del caso del presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, ¡°que nos ha proporcionado una visibilidad brutal¡±, hasta el punto de que han incorporado estas soluciones otras organizaciones como los partidos pol¨ªticos, ¡°que la emplean antes de promocionar a un miembro de su partido¡± por si acaso, indica Val.
Los portavoces de estas empresas coinciden en el sencillo manejo de sus herramientas, donde la colaboraci¨®n del profesor es indispensable. Desde PlagScan, Verena Kunz-Gehrmann explica que el profesor sube el trabajo del alumno a la plataforma y el software analiza el tema real del texto. ¡°Lo compara con fuentes de Internet, as¨ª como con documentos propios del usuario. El informe que se emite marca en color los pasajes de texto no citados correctamente para que el profesor los coteje con los originales¡±.
Pero no siempre la picaresca, la holgazaner¨ªa o la falta de moral de los estudiantes est¨¢n detr¨¢s del enga?o. Como apunta Joaqu¨ªn Garralda, ¡°existe un enorme desconocimiento entre los alumnos de c¨®mo han de citar las fuentes y, al hacerlo mal, incurren en plagio¡±. Por ello, los expertos recomiendan seguir las directrices que marca la norma de calidad ISO 690. Por su parte, Llu¨ªs Val remite al caso del Reino Unido, donde ¡°la Universidad cuenta con la figura del director de integridad acad¨¦mica, que ense?a a los alumnos c¨®mo no incurrir en fallos ¨¦ticos o legales cuando se citan fuentes originales¡±.
El mundo del plagio ha dado a luz tambi¨¦n a otro tipo de negocios que se mueven en el lado oscuro y generan ping¨¹es beneficios. Son todas las p¨¢ginas web, y existen muchas, que act¨²an impunemente y redactan trabajos de fin de grado (TFG), m¨¢ster (TFM) o tesis doctorales para quienes las contraten. En una de estas web indican que para un trabajo de unas 40 p¨¢ginas, el precio oscila entre 580 y 640 euros, que entregan el texto con un software antiplagio ya pasado y que la relaci¨®n con el cliente se realiza exclusivamente v¨ªa correo electr¨®nico. En otra p¨¢gina aseguran que el trabajo puede llegar a costar unos 1.200 euros y lo justifican por el hecho de que ¡°lo escriben personas universitarias y con dilatada experiencia laboral¡±.
Archivos digitales
En la otra cara de la moneda, coexisten soluciones que trabajan para proteger del plagio todo tipo de archivos digitales. Es el caso de la start-up espa?ola Smart Protection, que act¨²a sobre publicaciones, obra audiovisual, marcas o productos online para sus m¨¢s de 100 clientes como Telef¨®nica, Sony Pictures, Warner Bros o Televisa. Est¨¢ presente en 18 pa¨ªses de Europa, As¨ªa, EE?UU y Latinoam¨¦rica.
Su director de estrategia, Ricardo Mateos, lo explica as¨ª: ¡°Localizamos, a trav¨¦s de millones de peticiones diarias a Google, los archivos de nuestros clientes que se ofrecen de forma no autorizada en apps, webs, buscadores o redes sociales¡±. Y concluye: ¡°Validada por nuestro jur¨ªdico, notificamos su retirada. Se hace a trav¨¦s de certificaci¨®n, como elemento v¨¢lido ante una posible petici¨®n de medidas cautelares. En el 95% de los casos conseguimos que se retiren esos archivos digitales¡±.
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