Cuando la muerte espera a pie de obra
Cada d¨ªa en Espa?a se producen casi dos accidentes laborales mortales. Faltan inspectores y sobra precariedad
¡°Nadie va a trabajar para matarse¡±, dice Manuel Prior, presidente de Avalto, una peque?a asociaci¨®n de Toledo de v¨ªctimas de accidentes laborales. Con 23 a?os, su hijo Manuel tuvo esa desgracia cuando montaba un ascensor. ¡°Le faltaban dos meses y dos semanas para cumplir 24¡å. La herida sigue abierta 19 a?os despu¨¦s de aquello. La empresa para la que trabajaba se salt¨® toda la normativa de seguridad, pero los propietarios, dos hermanos, se salvaron de la c¨¢rcel pese a una condena de 18 meses. Tampoco fue a prisi¨®n el encargado, condenado a 16 meses. Antes del juicio, el abogado de la empresa le dijo al de la familia: ¡°Ya sabes c¨®mo se arregla esto¡±. Ofreci¨® dinero. ¡°No se puede imaginar c¨®mo me sent¨ª. Pagar antes que cumplir con la prevenci¨®n¡ puedo contar miles de an¨¦cdotas que ponen los pelos de punta¡±.
Enfermedades y traumatismos relacionados con el trabajo provocan la muerte de cerca de dos millones de personas al a?o en el mundo, seg¨²n estimaciones de la OMS y la OIT publicadas el mes pasado con datos de 2016. El 80% se producen por enfermedades profesionales. En Espa?a desde 2017 se contabilizan entre 650.000 y medio mill¨®n de accidentes con baja cada ejercicio. La estad¨ªstica anterior al a?o 2017 separaba los ocurridos en el lugar de trabajo con los in itinere, aunque sumados, muestran que desde hace diez a?os la curva de la siniestralidad m¨¢s grave se mantiene casi plana con terribles consecuencias: vidas truncadas, cientos de miles de horas perdidas por absentismo y baja productividad. Sin embargo, el mensaje de que es m¨¢s barato prevenir que curar parece que no cala. Ni siquiera la pandemia pudo con los accidentes mortales: en 2020 se registraron 634 fallecimientos, 73 m¨¢s que un a?o antes, con 28 atribuidos a la covid. Casi dos muertes al d¨ªa. Es parad¨®jico: hubo m¨¢s accidentes fatales en el a?o con menos actividad econ¨®mica de la historia reciente. En un a?o donde, adem¨¢s, la siniestralidad global ca¨ªa un 22% por el confinamiento.
¡°Me dejaron tirado¡±
El campo se ha llevado la peor parte, con un 61% m¨¢s de muertes, y en la industria crecieron un 31%. ¡°Esta pandemia ha tra¨ªdo una dejadez impresionante en prevenci¨®n. Hay demasiados empresarios que han hecho de su capa un sayo para aprovechar el tir¨®n y empeorar las condiciones laborales¡±, resume Prior.
M¨¢s all¨¢ del escenario pand¨¦mico, en CC OO vinculan la tendencia de la ¨²ltima d¨¦cada a la reforma laboral de 2012 sumada a un c¨®ctel de circunstancias. ¡°La reforma dificult¨® la capacidad de negociaci¨®n en las empresas, se not¨® un tir¨®n fort¨ªsimo de la carga de trabajo, cambiaron las relaciones laborales. Tambi¨¦n tiene que ver con lo que, en ese momento de crisis, los empleados estaban dispuestos a hacer por el miedo a perder el empleo¡±, observa Pedro Linares, que hasta la semana pasada era secretario confederal de Salud Laboral en el sindicato.
Desde UGT, el coordinador de la secretar¨ªa que lleva ese ¨¢rea, Jos¨¦ de las Morenas, tambi¨¦n ve una precarizaci¨®n clara desde 2012. ¡°No olvidemos que hasta hace poco se permit¨ªa despedir objetivamente en funci¨®n del n¨²mero de bajas justificadas¡±. Otras voces cuestionan esa supuesta relaci¨®n directa. Guillermo Garc¨ªa, profesor de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), pone el foco en la temporalidad, una r¨¦mora que arrastraba la econom¨ªa mucho antes de la reforma del PP. ¡°Las plantillas estables tienen menos accidentes. Si la pr¨®xima reforma ataca la temporalidad, te¨®ricamente estos deber¨ªan descender¡±.
Una tendencia global
Con o sin cambios legislativos, los datos europeos han seguido la tendencia espa?ola: entre 2012 y 2018 se contabilizaron entre 1,8 y 1,9 millones de siniestros con bajas superiores a cuatro d¨ªas, y los accidentes fatales apenas han descendido. M¨¢s all¨¢ del drama humano, es dif¨ªcil saber cu¨¢nto cuestan a la sociedad. La OIT admite que no tiene estimaciones detalladas. La Comisi¨®n Europea calcula que suponen p¨¦rdidas de m¨¢s del 3,3 % del PIB al a?o (alrededor de 460.000 millones euros en 2019). El marco estrat¨¦gico 2021-2017 sobre esta cuesti¨®n aprobado la pasada primavera en Bruselas a?ade que, ¡°aunque el coste para el bienestar sobre el que se sustentan estas cifras es incuantificable, por cada euro invertido en salud y seguridad en el trabajo la ganancia que obtiene el empleador es m¨¢s o menos del doble¡±.
En Espa?a, la Inspecci¨®n de Trabajo impuso en 2019 (¨²ltimos datos p¨²blicos) sanciones por valor de 62 millones de euros tras hacer 79.850 visitas e investigar 10.314 accidentes. En la mitad se constataron infracciones por parte de los empresarios. Unos empresarios que, a trav¨¦s de la CEOE, que contesta por correo electr¨®nico, creen que mejorar la seguridad y salud en el trabajo ¡°es una cuesti¨®n primordial¡±, y aseguran estar trabajando ¡°intensamente, habiendo obtenido, en c¨®mputo global, resultados positivos en los que a reducci¨®n de siniestralidad se refiere¡±.
Efectivamente, las cosas han mejorado si echamos la vista muy atr¨¢s, al ¨²ltimo cuarto de siglo, gracias a una regulaci¨®n que se ha ido endureciendo. El marco legislativo de la UE consta de una directiva marco y 24 directivas espec¨ªficas elaboradas a lo largo del tiempo que han aumentado las exigencias, por ejemplo, en la protecci¨®n frente a agentes cancer¨ªgenos y han multiplicado los protocolos de prevenci¨®n en todos los sectores.
En Espa?a, el pr¨®ximo 8 de noviembre la ley de prevenci¨®n cumplir¨¢ 26 a?os. Fue un mecanismo fabuloso, coinciden la quincena de expertos consultados, para atajar malas pr¨¢cticas y, sobre todo, forz¨® un cambio de mentalidad introduciendo una cultura preventiva obligatoria. ¡°En estos a?os hemos ido de lo m¨¢s urgente a lo m¨¢s importante. Formaci¨®n preventiva, vigilancia de salud, evaluaci¨®n de riesgos¡ hemos interiorizado todas esas cosas, pero falta gente especializada en los retos del futuro¡±, proyecta Garc¨ªa Gonz¨¢lez. Esa ley, reclaman v¨ªctimas y sindicatos, muchas veces ¡°no se cumple, o se cumple formalmente, con informes, pero no en su esp¨ªritu¡±, en palabras de Miguel Cruz, presidente de otra asociaci¨®n de v¨ªctimas, esta de C¨®rdoba, llamada Baela.
Lo primero que dijo la empresa IQOXE cuando dos explosiones reventaron su planta de Tarragona el a?o pasado fue que ten¨ªa todos los protocolos de seguridad al d¨ªa. Tres personas murieron tras aquel suceso, una de ellas tras el impacto de una tapa que vol¨® dos kil¨®metros y medio hasta caer en un domicilio particular del barrio de Torreforta. En sucesos similares el argumento principal de las empresas se repite: han contratado un servicio de prevenci¨®n o cuentan con el suyo propio y tienen los papeles en regla. Pero como recuerda Mariano Sanz, secretario de la Confederaci¨®n Nacional de Construcci¨®n, ¡°la prevenci¨®n no son los papeles¡±. O no solo. ¡°Hay que actuar contra la falta de una cultura preventiva en la organizaci¨®n¡±.
"Mi vida ha quedado marcada"
Aunque parece que no es tan f¨¢cil. En el tablero del sistema preventivo juegan sus fichas las mutuas, los servicios de prevenci¨®n, los comit¨¦s de salud, la Seguridad Social, la Comisi¨®n Nacional de Seguridad y Salud (donde est¨¢n comunidades aut¨®nomas y agentes sociales) y la Inspecci¨®n de Trabajo. Esta ¨²ltima, por cierto, cuenta con 858 inspectores para todo el territorio y 173 subinspectores. Ana Ercoreca, la presidenta del sindicato de profesionales, no se cansa de pedir refuerzos: ¡°No se pueden ampliar las competencias de la inspecci¨®n sin m¨¢s personal¡±. En Huesca, donde trabaja, cada mes se turna con sus compa?eros para estar de guardia de forma ininterrumpida una semana completa. Porque adem¨¢s de los accidentes los inspectores tienen que supervisar, entre otras cosas, la aplicaci¨®n de la subida del SMI, la transformaci¨®n de 174.000 contratos temporales a fijos que se ha producido este a?o, el cumplimiento de medidas anti covid o los expedientes de la mano de obra extranjera. Con el a?adido de que, ¡°con las crisis se suelen poner m¨¢s en peligro los derechos de los trabajadores¡±. Algo pasa, contin¨²a, cuando de las 92 plazas que se ofrecieron en la ¨²ltima convocatoria de sus oposiciones solo se cubrieron 34, y cuando buena parte del personal administrativo pide traslados a otros departamentos.
Otro frente abierto que enfrenta a sindicatos y patronales est¨¢ en los servicios de prevenci¨®n. Obligatorios para las empresas con m¨¢s de 500 trabajadores (y en algunos casos para las de 250 empleados), las centrales creen que mejorar¨ªan si fuesen asumidos internamente por m¨¢s pymes, aunque tampoco parece haber una evidencia estad¨ªstica que encuentre una correlaci¨®n directa entre el modelo organizativo y la siniestralidad. ?Equipos propios o subcontratados? ¡°Si tienes el tuyo propio es mucho m¨¢s f¨¢cil ajustar la prevenci¨®n en la gesti¨®n ordinaria de la empresa¡±, cree Pedro Linares, ¡°lo que ocurre es que en muchas ocasiones se externaliza sin m¨¢s, incluso para actividades elementales. La actividad que se puede dar desde servicios de prevenci¨®n ajenos es limitada, muy burocratizada y con muy poco trabajo t¨¦cnico para modificar condiciones de trabajo. Porque adem¨¢s de evaluar se tienen que implantar medidas. Y normalmente no hacen un seguimiento de adaptaci¨®n de los puestos de trabajo que pueden generar problemas¡±.
Desde la Confederaci¨®n de la Construcci¨®n achacan muchos conflictos en su sector a subcontratas con una cultura preventiva m¨¢s d¨¦bil que las grandes corporaciones. ¡°En una empresa principal hay t¨¦cnicos, gente m¨¢s preparada. Al plan de seguridad de cada obra que se tienen que adherir todas las empresas que participan. Supone una vigilancia que no se acaba nunca. Pero para las empresas peque?as tener un servicio propio es casi imposible, tienen que acudir a uno ajeno¡±, explica Sanz. Por su parte, Cepyme, donde tambi¨¦n contestan por correo electr¨®nico, dice que las peque?as sociedades contemplan la prevenci¨®n como ¡°una acci¨®n indispensable¡±, m¨¢s all¨¢ de las obligaciones legales, pero recuerdan que ¡°carecen de departamentos de recursos humanos especializados¡±, por eso ¡°la prevenci¨®n se suple con empresas especializadas en estas cuestiones¡±.
¡°Llevo seis operaciones en tres a?os¡±
En cuanto a las mutuas, es un sector en plena ebullici¨®n que factura unos 20.000 millones de euros y cuenta con m¨¢s de 1.000 centros en Espa?a, seg¨²n una recopilaci¨®n realizada por la publicaci¨®n Planta Doce. Financiadas con las aportaciones por contingencias profesionales y comunes que realizan empleados y empresas, son asociaciones privadas de empresarios que colaboran con la Seguridad Social y la bestia negra de muchos accidentados que reclaman el reconocimiento de lesiones o enfermedades. Su poder de mercado crece. ¡°Estamos viendo procesos de fusi¨®n que habr¨ªa que seguir¡±, advierte De las Morenas. Se refiere al reciente anuncio de Activa Mutua, que quiere unirse a Umivale para conseguir una mutua que facture unos 1.100 millones de euros y 1.600 empleados. El resto del sector, encabezado por Fremap, Asepeyo, Ibermutua y Mutua Universal, podr¨ªa empezar a moverse. Consultada, la asociaci¨®n nacional que las aglutina, Amat, rechaza hacer valoraciones sobre su papel. Las grandes mutuas, preguntadas, tambi¨¦n callan. ¡°Hay una comisi¨®n de control espec¨ªfica para las mutuas, pero los sindicatos solo tenemos acceso a informaci¨®n, no a la gesti¨®n¡±, protesta el representante de UGT.
Mucho dinero en juego
Las sanciones tambi¨¦n forman parte de este universo preventivo. ?Son escasas? A partir de este octubre se incrementan en un 20%: las impuestas en accidentes graves van de 2.451 euros a 49.180 y las muy graves pueden llegar a 983.736 euros. Esa ser¨ªa solo una parte del dinero que tienen que pagar las empresas incumplidoras ante un siniestro. Desde el despacho de abogados Labor Matters enumeran otros riesgos y contingencias a los que se enfrentan: la falta de medidas de seguridad en un accidente puede hacer que las prestaciones que paga la Seguridad Social se incrementen con cargo a la empresa entre un 30% y un 50% como compensaci¨®n al empleado. Y ese recargo no puede ser asegurado con ninguna compa?¨ªa previamente. El trabajador tambi¨¦n puede reclamar una indemnizaci¨®n por responsabilidad civil, ¡ªesta s¨ª¡ª, abonada por la aseguradora de la empresa, que a su vez puede haber contratado una p¨®liza con franquicia y debe pagar la diferencia.
En determinadas ocasiones, adem¨¢s, los convenios colectivos recogen complementos monetarios para los accidentes de trabajo. Eso sin contar con las responsabilidades penales para los directivos (la Fiscal¨ªa tiene un cuerpo especializado en estos delitos). Aun as¨ª, hay quien piensa que es insuficiente. ¡°No he visto ning¨²n empresario en la c¨¢rcel por temas de prevenci¨®n, lo solucionan todo con indemnizaciones¡±, protesta desde CC OO Andaluc¨ªa Pepe Garc¨ªa Casas, responsable de Salud Laboral. ¡°?Es concebible que a estas alturas un trabajador se suba a una cubierta, se caiga y se mate?¡±. En esa comunidad contabilizan 104 muertos hasta octubre. ¡°Son datos escalofriantes, demoledores¡±.
Tambi¨¦n lo son otros riesgos que no se ven. Gracias a un nuevo criterio t¨¦cnico, el Ministerio de Trabajo va a empezar a exigir evaluaciones psicosociales para valorar la salud mental de las plantillas, un problema que se ha agravado con la pandemia. Desde el despacho Ceca Mag¨¢n, el abogado Luis P¨¦rez Juste cree que en los pr¨®ximos a?os veremos muchas demandas relacionadas con el estr¨¦s, la ansiedad, problemas provocados por falta de descanso entre jornada y jornada, situaciones de acoso o con el derecho a la desconexi¨®n digital.
¡°Las mutuas te echan a la calle¡±
Enfermedades invisibles
Un accidente ocurre en un espacio y un tiempo f¨¢ciles de determinar. Una enfermedad puede deteriorar un cuerpo en a?os o d¨¦cadas. El c¨¢ncer es la causa principal de la mortalidad laboral en la UE, seg¨²n la Comisi¨®n Europea. ¡°Se calcula que los agentes carcin¨®genos contribuyen a unas 100.000 muertes laborales por c¨¢ncer en el lugar de trabajo al a?o¡±, se lee en la estrategia de prevenci¨®n europea. La exposici¨®n al amianto se cobra unas 88.000 vidas y representa entre el 55% y el 85% de los casos de c¨¢ncer de pulm¨®n desarrollados en el trabajo. La mortalidad asociada a esta exposici¨®n probablemente seguir¨¢ aumentando hasta que acabe la pr¨®xima d¨¦cada, pero en Espa?a solo se reconocen unos 50 casos de c¨¢nceres profesionales al a?o. Y evidentemente hay much¨ªsimos m¨¢s. La consecuencia es que, como con muchas enfermedades profesionales, es el Sistema Nacional de Salud el que acaba atendiendo casos que se derivan como enfermedad com¨²n sin que las mutuas reconozcan su vinculaci¨®n con el puesto de trabajo. ¡°Hay mucho infradiagn¨®stico. Para que se reconozca una enfermedad tienes que demostrar al 100% que la has contra¨ªdo por el trabajo. Un caso claro es la covid: es imposible que haya tan pocas personas afectadas¡± (13.454 bajas, un 3% del total de 2020, solo reconocidas para el personal de centros sanitarios y sociosanitarios), se?ala el presidente de Baela.
Espa?a se enfrenta a grandes retos que seguramente generar¨¢n nuevos problemas de salud en la oficina. Algunos peligros corporativos del ma?ana son viejos conocidos. Los trastornos musculoesquel¨¦ticos son ya la primera causa de discapacidad, de acuerdo con la OMS. El problema es que no suelen estar relacionados con una sola causa, sino con una combinaci¨®n de factores f¨ªsicos, psicosociales, organizativos e individuales. La digitalizaci¨®n est¨¢ obligando a revisar la directiva europea de lugares de trabajo en los puntos relativos a las pantallas de los ordenadores. La transformaci¨®n verde tambi¨¦n trae regalos envenenados. Hay datos cient¨ªficos nuevos que recomiendan que se deben revisar los valores l¨ªmite del plomo o fijarse topes, en el caso del cobalto: son dos sustancias peligrosas que se utilizan en energ¨ªas renovables y en la producci¨®n de bater¨ªas.
Los fondos europeos tambi¨¦n prometen una explosi¨®n de las obras de rehabilitaci¨®n para que los edificios ganen eficiencia energ¨¦tica en el contexto del Pacto Verde. Y aunque no se puede producir ni usar en la UE, el amianto sigue ah¨ª, en las uralitas de los tejados antiguos, esperando a ser retirado, pero no por manos inexpertas. Y el riesgo es evidente: en el boom inmobiliario de 2006 hab¨ªa 2,4 millones de trabajadores en la construcci¨®n. Ahora hay 1,3 millones, y el sector calcula que necesitar¨¢ otros 700.000 para responder a la demanda que se avecina. Una avalancha de contrataci¨®n de personas poco formadas puede ser fatal si el sector no tiene la fuerza suficiente para formar a las plantillas. Se multiplicar¨ªan desgracias como la que vivi¨® Manuel Prior y que le gustar¨ªa poder borrar. ¡°Si me dicen que pactando con el diablo se acaban los accidentes laborales, ma?ana mismo firmo¡±.
Carlos Arranz: ¡°La Inspecci¨®n de Trabajo siempre est¨¢ escasa de efectivos¡±
Carlos Arranz (Madrid, 1970) trabaja estos meses en la próxima estrategia española de Seguridad y Salud para el periodo 2022-2027, que estará consensuada por los agentes sociales y en la que el cáncer profesional estará “en el centro”.
Pregunta. Los accidentes mortales en 2020 crecieron un 13% pese a la caída de actividad en muchos sectores. ¿Cómo lo explica?
Respuesta. El año 2020 es difícilmente comparable con otros. En los últimos 20-25 años la curva ha sido descendente, pero no es menos cierto que desde 2012 a 2020 observamos un aplanamiento de la curva, un estancamiento. Los accidentes mortales responden a diferentes causas: si analizamos el trienio completo, 2017-2019, un 40% responden a patologías no traumáticas (lo que no quiere decir que no tengan relación con el trabajo). Hay un porcentaje cercano al 20% de accidentes de tráfico (en jornada o itinere), que responden a otras causas muy diferentes, y aún queda otro 40% traumático: caídas de altura, atrapamiento entre objetos, manejo de maquinaria pesada… .
P. ¿Cómo es posible que siga habiendo muertes por caídas en altura en construcción, por ejemplo?
R. Son perfectamente evitables, pero no todas las caídas en altura con resultado de muerte se producen en obras de construcción. Hay caídas desde cubiertas cuando se trabaja en naves, se tapan goteras, o llega Filomena y hay que hacer reparaciones. El sector forestal o el trabajo en el mar tienen caídas en altura… no debemos reducirlo porque siempre pensamos en un andamio.
P. ¿Vincula la reforma laboral de 2012 a una mayor siniestralidad?
R. No tengo un dato concreto para decir que sí. Algunas cuestiones en algunos sectores han producido efectos en la salud de los trabajadores, consecuencia, por ejemplo de aplicación de condiciones más precarias. Todas las normas sociales están interconectadas. Decir que no tiene ningún efecto una u otra reforma en la seguridad de los trabajadores sería absurdo. Una reforma que sea justa, equitativa y solidaria redundará en la mejora de la salud de las personas trabajadoras.
P. Se cumplen estos días 26 años de la ley de prevención. ¿Es eficaz?
R. Sí, supuso un cambio de mentalidad, pasamos de una normativa que se basaba exclusivamente en la condición material a otra que habla de gestión y organización del trabajo. No es menos cierto que su última reforma de calado se produjo hace 18 años. La nueva realidad nos obliga a repensar el marco normativo. Hemos iniciado un diálogo en el ámbito de la comisión nacional de Seguridad y Salud en el trabajo donde están los agentes sociales y las comunidades autónomas y pretendemos abordar una estrategia española en consonancia con el marco europeo hasta 2027.
P. Hay medio millón de accidentes al año y poco más de 800 inspectores de trabajo. ¿Cómo se hace un control con tan poca gente?
R. La inspección siempre está escasa de efectivos. La estrategia deberá abordar este problema. También hay 173 subinspectores especializados en seguridad y salud laboral, y eso va a enriquecer mucho la actuación de la inspección. Es un cuerpo nuevo y habrá que aprovechar su potencial.
P. Se calcula que las enfermedades profesionales causan más muertes que los accidentes, pero apenas se reconocen ¿Por qué es tan difícil establecer un sistema de detección?
R. Hay una innegable infranotificación de las mismas. Las comunicaciones no responden a la realidad, esto es innegable. El ministerio, a través del INSS coordina un grupo con todas las comunidades donde también está la Inspección, para implantar un procedimiento armonizado de la enfermedad laboral. Necesitamos generar conocimiento para hacer prevención en las empresas. Mejorar la formación de los profesionales, mejorar la coordinación de los médicos del Sistema Nacional de Salud y los médicos de las mutuas de accidentes de trabajo; mejorar los sistemas de alerta o sospecha, dar formación a los médicos de atención primaria para que puedan reconocer que están ante una enfermedad profesional haciéndole preguntas al paciente… Aquí sí que hay espacio por recorrer.
P. En España el año pasado se reconocieron solo 50 cánceres profesionales.
R. Efectivamente, [es así] en un primer momento, porque luego hay reconocimientos que se consiguen a través de los equipos de valoración de incapacidades del INSS y en vía judicial. Vamos a hacer propuestas porque este tema va a ser nuclear en la próxima estrategia española.
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