Europa se rearma en un entorno hostil

En febrero de 2020, el amago de una crisis migratoria con Turqu¨ªa llev¨® a la Uni¨®n Europea a cerrar filas con Grecia. Y el apoyo de Bruselas se visualiz¨® entonces con la visita a la frontera de los tres l¨ªderes civiles del club comunitario (el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen; y el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli). Poco m¨¢s de a?o y medio despu¨¦s, la respuesta a una crisis similar en las fronteras de Bielorrusia con la UE se ha plasmado con la presencia esta semana en Lituania y Letonia de la presidenta de la Comisi¨®n junto al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.

¡°Nuestro mensaje es muy claro, que la UE y la OTAN trabajan de la mano para contrarrestar este tipo de ataques h¨ªbridos¡±, advirti¨® Von der Leyen durante una rueda de prensa en Riga en la que la pol¨ªtica alemana no ahorr¨® en duras palabras contra el mandatario bielorruso Aleksandr Lukashenko. Polonia, Letonia y Lituania ¡°han estado afrontando un ataque deliberado, c¨ªnico y peligroso, un ataque organizado por el r¨¦gimen de Lukashenko¡±, acus¨® la pol¨ªtica alemana. Bruselas quiere dejar claro que Polonia y los pa¨ªses b¨¢lticos no solo cuentan con la solidaridad de los socios europeos sino tambi¨¦n con el apoyo militar si fuera necesario. Y es que la escalada de tensi¨®n con el mandatario bielorruso, Aleksandr Lukashenko, y su padrino de facto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha acentuado la evoluci¨®n de la UE hacia posiciones m¨¢s duras en la escena internacional. Fuentes comunitarias indican que el recurso al llamado poder blando ¡ªbasado en la pol¨ªtica comercial y de ayuda al desarrollo¡ª ya no basta para afrontar una escena mundial crecientemente hostil. Poco a poco Bruselas deja atr¨¢s su piel de cordero y se habit¨²a a una ret¨®rica y unas pol¨ªticas crecientemente belicosas.

Las alusiones a la guerra espolvorean desde hace meses los an¨¢lisis, informes y documentos internos de la UE, aunque las instituciones comunitarias, acostumbradas al eufemismo, recurren a t¨¦rminos como conflicto, confrontaci¨®n, disputa o contestaci¨®n. Pero el Alto Representante de la pol¨ªtica exterior y de seguridad de la UE, Josep Borrell, habla ya sin tapujos del nuevo escenario. ¡°Europa est¨¢ en peligro y los europeos no siempre son conscientes de ello¡±, apuntaba Borrell en una reciente entrevista con este diario. El desarrollo de una estructura militar europea, siempre postergada, y la consolidaci¨®n de la industria armament¨ªstica, bloqueada desde hace a?os por las inercias nacionales, se anuncian como los nuevos avances de un club que ya ha creado el mayor mercado interior del mundo. El gigante econ¨®mico aspira ahora a dotarse de unos cimientos armados m¨¢s s¨®lidos para moverse en un siglo XXI donde el orden internacional se deshilacha por momentos.

¡°La UE est¨¢ rodeada de inestabilidad y conflictos¡±, alerta el borrador confidencial de la llamada ¡°br¨²jula estrat¨¦gica¡±, el documento que los 27 socios esperan adoptar en marzo de 2022 y que marcar¨¢ el nuevo rumbo geoestrat¨¦gico del club. ¡°Afrontamos una peligrosa mezcla de agresiones armadas, anexiones ilegales, estados fr¨¢giles, poderes revisionistas y reg¨ªmenes autoritarios¡±, describe el citado documento. Un pavoroso panorama en el que aparecen reflejados por alusi¨®n las escaramuzas de Rusia contra Ucrania, la anexi¨®n de Crimea, la debacle de Libia o el rechazo de los valores occidentales por parte de pa¨ªses como China o Turqu¨ªa.

La base legal para desarrollar la pol¨ªtica europea de defensa es s¨®lida desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa (2009), que introdujo el concepto de ¡°capacidades [militares] y armamentos¡± a nivel comunitario. El diagn¨®stico sobre la vulnerabilidad de un club con 27 pol¨ªticas nacionales de defensa descoordinadas y a veces incompatibles tambi¨¦n es conocido desde hace a?os. ¡°El paisaje de la defensa en Europa contin¨²a fragmentado y carece de coherencia¡±, se?alaba el segundo informe anual sobre coordinaci¨®n en defensa elaborado por la Agencia Europea de Defensa.

El gasto militar de casi todos los pa¨ªses europeos no ha cesado de aumentar desde 2015, alentados, sobre todo, por la insistencia de EE UU, y a rebufo de la creciente agresividad de Rusia. Y desde 2017, la UE con marco permanente de cooperaci¨®n que pretende impulsar proyectos conjuntos en la industria de defensa. Este mismo mes se ha aprobado el lanzamiento de 14 nuevos proyectos que eleva el listado a 60. Pero fuentes comunitarias reconocen que ¡°en t¨¦rminos de capacidades y de autonom¨ªa de actuaci¨®n sin EE UU estamos peor que hace 20 a?os¡±. La retirada de EE UU de Afganist¨¢n visualiz¨® la dependencia europea el pasado mes de agosto, cuando los aliados europeos tuvieron que organizar una apresurada evacuaci¨®n ante la imposibilidad de poder resistir ni siquiera unos d¨ªas el avance de los talibanes sin el apoyo log¨ªstico estadounidense.

La alarma de la debacle afgana ha resonado con fuerza en Bruselas. Y ha contribuido a superar en parte las divisiones que imped¨ªan avanzar hacia una defensa europea. La UE y la OTAN ya trabajan en una declaraci¨®n que pretende mejorar la coordinaci¨®n entre ambas instituciones y establecer un marco en el que la Alianza seguir¨¢ siendo garante de la seguridad global del continente, pero el club europeo aumentar¨¢ su capacidad de resolver los conflictos regionales de menor intensidad.

El posible despegue definitivo de la defensa europea coincide con un impulso sin precedentes en esa ¨¢rea desde el presupuesto comunitario. El marco financiero de la UE (para el per¨ªodo 2021-2027), incluye por primera vez una partida para seguridad y defensa, con un total de 13.800 millones de euros. Las cuentas europeas hab¨ªan financiado antes programas relacionados con la seguridad. Pero nunca hab¨ªan dispuesto de un cap¨ªtulo expresamente reservado para ese gasto. Bruselas tambi¨¦n ha reservado 1.500 millones con cargo a los fondos estructurales para financiar infraestructuras de transporte de uso dual (civil y militar) que faciliten el desplazamiento de convoyes y armamento por el continente. La construcci¨®n de infraestructuras en Europa apenas tomaba en cuenta esas necesidades lo que complica la movilidad militar tanto para los ej¨¦rcitos europeos como para las maniobras conjuntas de la OTAN. Para bien o para mal, la UE parece a punto de abandonar la candidez de la que ha hecho gala durante 70 a?os.