El exilio bielorruso en Polonia reclama mano dura contra Lukashenko
Un centenar de personas se concentra en Varsovia para exigir m¨¢s sanciones y que no se dialogue con el l¨ªder bielorruso
![Antonio Pita](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Fef4d66e1-be68-42cb-9ef6-55e110262c20.jpg?auth=5eae0b3a6341c218493edb2d9fbccc6ac48a37b7b2c0de0c338af82150c3fae1&width=100&height=100&smart=true)
![Concentraci¨®n ante la Embajada de Bielorrusia en Varsovia, este domingo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/LGVZOFDEYZCEHHSW6FYC5CQZ44.jpg?auth=070b4efaf2ddc9430478320394f3b5624a07be326576fef9484eb1fc26aec318&width=414)
Los opositores bielorrusos en la vecina Polonia se han manifestado este domingo frente a la Embajada de su pa¨ªs en Varsovia para pedir a la Uni¨®n Europea que endurezca su postura hacia el r¨¦gimen de Aleksandr Lukashenko a ra¨ªz de la crisis migratoria que ha generado en la frontera. En una concentraci¨®n a la que ha acudido un centenar de personas de distintas ramas de la oposici¨®n bielorrusa en Polonia, los participantes han subrayado la importancia de que la UE apruebe m¨¢s sanciones a Minsk y no legitime a Lukashenko como interlocutor.
La Uni¨®n no reconoce a Lukashenko como presidente del pa¨ªs por las acusaciones de ama?o en las elecciones de agosto de 2020 ¨Den las que el l¨ªder autoritario sali¨® reelegido por abrumadora mayor¨ªa tras 26 a?os en el poder¨D y la posterior represi¨®n de las manifestaciones en su contra. Sin embargo, la canciller alemana, Angela Merkel, habl¨® dos veces por tel¨¦fono con Lukashenko esta semana para tratar de resolver la situaci¨®n de los miles de migrantes agolpados en la linde con Polonia. Era la primera vez que un dirigente occidental dialogaba con el l¨ªder bielorruso desde los comicios.
¡°Hoy tratamos de que la UE ponga el foco en que el principal problema es Lukashenko¡±, ha asegurado a este peri¨®dico una de las participantes, Stasia Glinnik. ¡°Queremos que le devuelva el dinero a esa gente que est¨¢ en la frontera y que se aprueben nuevas sanciones. Las que ya hay tocan m¨¢s bien a personas concretas y solo afectan al 5% de la econom¨ªa del pa¨ªs¡±, ha agregado Glinnik, nieta de Stanislav Shushki¨¦vich, uno de los tres firmantes en 1991 ¨Djunto con el ruso Boris Yeltsin y el ucranio Leonid Kravchuk¨D de los famosos acuerdos de Belavezha (por los que desapareci¨® formalmente la URSS) y primer presidente de la nueva Bielorrusia independiente, hasta 1994.
Aunque la principal diana de las cr¨ªticas era Lukashenko, retratado con un monigote con la palabra ¡°terrorista¡± y un cartel que rezaba ¡°M¨¢rchate, rata¡±, Merkel y el presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin ¨Dapoyo de Minsk en esta crisis¨D, han sido las otras dos grandes bestias negras. En una de las pancartas se pod¨ªa leer ¡°Merkel, ?de qu¨¦ lado est¨¢s?¡±; en otra, se ve¨ªa al l¨ªder bielorruso con la frase ¡°Herr Lukashenko¡± (Se?or Lukashenko, en alem¨¢n) y dos retratos de Merkel y Putin. Es la f¨®rmula, en vez de ¡°presidente Lukashenko¡±, que utiliz¨® la Presidencia alemana al dar cuenta de las conversaciones telef¨®nicas entre ambos, que los manifestantes consideran una legitimaci¨®n de facto del dirigente bielorruso.
¡°No nos gusta que se hable con terroristas¡±, sentencia Glinnik. ¡°?l no est¨¢ reconocido como presidente. Entonces ?por qu¨¦ se habla con ¨¦l, si no es el representante de Bielorrusia? Es justo lo que quer¨ªa conseguir con este chantaje¡±. El pr¨®ximo martes se manifestar¨¢n precisamente ante la Embajada de Alemania en Varsovia.
![Concentraci¨®n ante la Embajada de Bielorrusia en Varsovia, este domingo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4SOXZ7TGU5DGFGUA73Y4WBDAJQ.jpg?auth=bd2c467d16d28519f2d5437243e1b81568836741faa78a34966c932c8f93955f&width=414)
La oposici¨®n bielorrusa en Polonia organiza peri¨®dicamente protestas, pero la de este domingo era la primera contra la ¡°guerra h¨ªbrida¡± lanzada por Lukashenko. En Polonia residen decenas de miles de bielorrusos, con la mayor comunidad en la capital. La represi¨®n postelectoral ha generado un aumento en las llegadas, que Varsovia facilita, si bien la principal l¨ªder de la oposici¨®n, Svetlana Tijan¨®vskaya, est¨¢ refugiada en Lituania desde justo despu¨¦s de las elecciones.
En la concentraci¨®n han participado distintas ramas opositoras, como democristianos o anarquistas, un colectivo perseguido por las autoridades de Minsk que mostraba una pancarta negra con el lema: ¡°Los pol¨ªticos juegan, la gente muere¡±.
Los asistentes han coreado c¨¢nticos como ¡°Con voluntad, venceremos¡±, ¡°Larga vida a Bielorrusia¡± o ¡°Minsk, Varsovia, un mismo objetivo¡±. Bastantes llevaban atada a la espalda la bandera blanca y roja que fue oficial en Bielorrusia en varios momentos de la historia y hoy usa la oposici¨®n. Tambi¨¦n mostraban carteles en bielorruso, polaco e ingl¨¦s con lemas como ¡°Libertad para los presos pol¨ªticos¡± o ¡°Mientras la UE comercia con Lukashenko, Lukashenko trafica con gente¡±.
Un grupo recog¨ªa adem¨¢s firmas para pedir a las autoridades polacas que declaren ¡°terrorista¡± a Lukashenko, junto a un cartel con las fotos y nombres de 27 bielorrusos cuya muerte la oposici¨®n atribuye a la represi¨®n del r¨¦gimen. Entre ellos est¨¢ el caso m¨¢s conocido, el del pintor Roman Bondarenko, fallecido en el hospital hace un a?o tras recibir varios golpes en la cabeza de agentes de seguridad de paisano.
Entre los asistentes est¨¢ Mariya, que solo lleva en Polonia desde abril. Cuenta que fue observadora en las elecciones y que empez¨® a ¡°recopilar todas las pruebas de que los resultados hab¨ªan sido falsificados y a distribuir esa informaci¨®n¡±. Luego, las autoridades ¡°fueron a por todos los administradores de grupos [de la oposici¨®n] en Telegram [un servicio de mensajer¨ªa que suelen emplear] y uno de ellos fue encarcelado por el c¨®digo penal. Yo era administradora de otro y empec¨¦ a entender que ir¨ªan a por m¨ª y que ten¨ªa que irme enseguida. De hecho, fueron a buscarme cuando ya estaba aqu¨ª¡±, relata.
Aksana (nombre ficticio) recoge firmas y pide ¡°que se adopte una postura de fuerza contra un dictador¡±. En su pa¨ªs, relata, era una de las organizadoras de las manifestaciones contra el fraude electoral, pero acab¨® haciendo las maletas un a?o m¨¢s tarde. ¡°Me fui principalmente porque no quer¨ªa que mis impuestos financiasen a Lukashenko. Y porque no iban a tardar mucho en venir a por m¨ª por segunda vez¡±, dice en referencia a un primer encarcelamiento, de una semana.
¡°Pedimos m¨¢s sanciones¡±, se?alaba Andrey, llegado a Polonia este verano, ¡°pero adem¨¢s creo que los propios bielorrusos que est¨¢n dentro tienen que hacer algo, como una huelga. Tras las elecciones, salimos muchos a las calles, fue bonito, pero la cosa fue poni¨¦ndose cada vez m¨¢s fea¡±, explica.
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