?A qui¨¦n reclamo si una orca me rompe el barco?
Los encontronazos entre humanos y animales han sido durante a?os una fuente recurrente de pleitos
Los tripulantes del velero Mirfak contemplaron at¨®nitos, entre la sorpresa y el estupor, el grupo de orcas marinas que nadaba a su lado. Un marinero grab¨® el momento cr¨ªtico, cuando uno de los inesperados compa?eros de viaje arrancaba de un bocado parte del tim¨®n de la embarcaci¨®n y los dejaba a la deriva. Aunque las orcas son animales pac¨ªficos, este incidente en las costas de A Coru?a no es un caso aislado. Desde mayo de 2020 hasta septiembre de 2021 se han registrado al menos 140 de estos misteriosos toques en las costas de Galicia, el Estrecho, Portugal y Francia, seg¨²n el trabajo del grupo cient¨ªfico Orca Atl¨¢ntica.
A lo largo de los siglos, los encontronazos entre animales y humanos han sido una fuente recurrente de problemas legales. El asunto de las orcas es solo un cap¨ªtulo m¨¢s. En estos inesperados encuentros, decidir qui¨¦n debe pagar los desperfectos, estudiar la negligencia de la v¨ªctima o incluso la posible culpa de las autoridades son algunas de las dudas que surgen.
En primer lugar, hay que estudiar si el seguro debe pagar el deterioro. Cuando una orca choca con un barco (o viceversa), lo normal, explica Jos¨¦ Pellicer, director del despacho Kennedys, es que la embarcaci¨®n cuente con una p¨®liza ¡°a todo riesgo¡± y la aseguradora pague cualquier estropicio. Tambi¨¦n cubrir¨¢ los ¡°gastos de salvamento¡±, en caso de que el barco deba ser remolcado.
En el argot jur¨ªdico, los choques con animales marinos son reconocidos como ¡°peligros del mar¡± (perils of the seas). Pero no todos los seguros se hacen cargo de este tipo de aver¨ªas. Aunque no es lo com¨²n, Guillermo Mend¨ªa, director t¨¦cnico del departamento Mar¨ªtimo y de Transporte de S4 Corredur¨ªa de Seguros, matiza que algunas p¨®lizas de embarcaciones de recreo no cubren estos riesgos si no est¨¢n ¡°expresamente nominados o descritos¡± en los contratos. Un detalle que abre la puerta a ¡°debates interpretativos¡±, cuando los propietarios exigen una reparaci¨®n.
En segundo t¨¦rmino, es posible estudiar la posible responsabilidad del Estado en el asunto. La ley espa?ola es clara: los due?os de los animales deben hacerse cargo de los da?os que estos ocasionen en propiedades ajenas. Los animales salvajes no tienen propietario. Sin embargo, hay una peque?a posibilidad de reclamar una indemnizaci¨®n de las arcas p¨²blicas si se re¨²nen una serie de requisitos.
No es una batalla legal sencilla. Como explica el abogado Antonio Ben¨ªtez Ostos, socio director de Administrativando Abogados, los jueces solo suelen condenar a la administraci¨®n p¨²blica por las aver¨ªas que ocasione la fauna si se demuestra ¡°un incorrecto ejercicio de las funciones que le asigna la normativa, o incluso una pasividad, inobservancia o inactividad¡± de las autoridades. Es lo que en Derecho se conoce como culpa in vigilando.
?Es factible acusar a la Administraci¨®n por no controlar las especies marinas? Las orcas son especies protegidas y reclamar una indemnizaci¨®n por chocar con una de ellas es, en teor¨ªa, posible, afirma Ignacio de la Riva, socio de De La Riva & Pastor Abogados. La colisi¨®n debe darse en ¡°zonas de soberan¨ªa nacional y no en aguas internacionales¡± y es importante que la embarcaci¨®n no incurra en ninguna irregularidad en su traves¨ªa, como ¡°la prohibici¨®n de navegar en determinadas zonas y d¨ªas¡±, para no interceder en las rutas migratorias de estos cet¨¢ceos, apunta el letrado.
El abogado Antonio Ben¨ªtez coincide. Se?ala que dicha reclamaci¨®n es viable si los servicios p¨²blicos ¡°pod¨ªan haber previsto la circunstancia¡± que causa el accidente. En otras palabras, si se pudo evitar el choque ¡°de haber adoptado las cautelas oportunas¡± por parte de las autoridades.
Por su parte, Guillermo Mend¨ªa ve escasos visos de que una demanda as¨ª prospere porque la fauna marina ¡°es dif¨ªcilmente controlable¡±. Puede ser discutible si se trata de un riesgo m¨¢s o menos estacionario o localizado, destaca el experto. Por ejemplo, si ¡°existe un cad¨¢ver de un gran cet¨¢ceo que sea necesario balizar¡±, resalta.
En la hist¨®rica lucha por el dominio del territorio, multitud de disputas con animales han acabado en tribunales. Juicios donde el papel del Estado por descuidar sus deberes de control de la fauna es uno de los puntos de discusi¨®n.
Las colisiones con animales en las carreteras son un ejemplo com¨²n. ¡°Son frecuentes los procedimientos de exigencia de indemnizaci¨®n por da?os en veh¨ªculos a consecuencia de colisiones con animales sueltos, como toros, ciervos o vacas¡±, explica Antonio Ben¨ªtez. La raz¨®n es que existe una normativa sectorial, la ley de tr¨¢fico, que se?ala la culpa de los gobernantes si no reparan una valla y los animales invaden la calzada; o si no advierten de la aparici¨®n sorpresiva de reses sueltas en las zonas de alta siniestralidad.
Asimismo, el ente p¨²blico es responsable de los estropicios que causen los animales en cosechas o ganado si proceden de parques, reservas nacionales o regionales o refugios de caza de titularidad p¨²blica, recalca Ignacio de la Riva. En este sentido, el abogado rese?a que ¡°son muy frecuentes las indemnizaciones por da?os de jabal¨ªes en cosechas, que se valoran conforme a la superficie afectada¡±.
En cuanto a los perjuicios causados por especies protegidas, dos recientes sentencias del Tribunal Supremo avalan la indemnizaci¨®n a unos ganaderos por la muerte de sus cabras y ovejas por valor de hasta 12.000 euros. Ocurri¨® tras continuos ataques de lobos en la zona sur del r¨ªo Duero, un ¨¢rea donde la caza de este animal est¨¢ prohibida.
Sin embargo, da?os de tejones o aves rapaces, especies que no cuentan con una regulaci¨®n especial, no han sido reparados por el Estado ¡°por no existir relaci¨®n de causalidad entre los deterioros y la conducta de la Administraci¨®n¡±, destaca de la Riva.
La ley prev¨¦ cuantiosas multas para aquellos que den muerte a especies protegidas como el buitre negro o el lobo en ciertas regiones. Ello no significa que los ciudadanos deban soportar los percances que estos animales causen en sus propiedades. Se trata de un escenario donde existe un ¡°riesgo creado por la administraci¨®n¡±, apunta Jos¨¦ Pellicer, director de Kennedys Abogados. No son eventos fortuitos, sino escenarios ¡°previsibles, relevantes y no consentidos¡±. Las autoridades, por tanto, tienen la obligaci¨®n de ¡°evitarlos o minimizarlos¡±. Si no lo consiguen, deben responder por los desperfectos.
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