Los misteriosos encontronazos de las orcas con veleros se intensifican en el Estrecho
Los cient¨ªficos investigan la causa por la que los cet¨¢ceos interaccionan con los barcos. Lo han hecho 140 veces en el ¨²ltimo a?o y en ocasiones han roto el tim¨®n u otras partes de las embarcaciones
Santi Villagr¨¢n, patr¨®n del Sidialjam, se invent¨® un cuento cuando sus hijos eran peque?os para ense?arles c¨®mo pedir auxilio por radio en el mar. Les contaba, entre la fantas¨ªa y la realidad, c¨®mo un velero como el que ellos tienen se ve¨ªa sorprendido por el ataque de un tibur¨®n. En la sobremesa del pasado 1 de agosto, pudo comprobar c¨®mo cal¨® la lecci¨®n de hace a?os. ¡°Jam¨¢s pens¨¦ que lo que era un cuento se iba a convertir en realidad al o¨ªr a mi hijo adolescente pidiendo un med¨¦ ¡ªde mayday, m¨¢xima se?al de socorro¡ª. Solo que no fue por tiburones, sino por orcas¡±, relata Villagr¨¢n, presidente del Real Club N¨¢utico de El Puerto de Santa Mar¨ªa (C¨¢diz). El encontronazo qued¨® en un destrozo en el tim¨®n, unas vacaciones truncadas y un susto de esos ¡°que se cuentan a los nietos¡±, pero revela un inusual problema de interacciones entre orcas y barcos de vela sin causa conocida, pero que va a m¨¢s en el Estrecho de Gibraltar.
Hace algo m¨¢s de un a?o, en julio de 2020, se document¨® el primer encuentro de una orca con un velero frente a las costas de C¨¢diz. Ahora ya son m¨¢s de 140 los casos contabilizados por el grupo cient¨ªfico de trabajo Orca Atl¨¢ntica en el Estrecho y las costas de Portugal, Galicia y hasta Francia, puntos habituales de la ruta migratoria de estos cet¨¢ceos. El fen¨®meno surgi¨® aparentemente de la nada y solo hay una certeza: que se acrecienta por momentos desde el pasado marzo ¡ªmomento en el que los mam¨ªferos llegan al sur para cazar atunes¡ª, y sobre todo, a partir de junio. El subjefe del Centro de Salvamento Mar¨ªtimo de Tarifa Jos¨¦ Maraver ha contabilizado ya 62 interacciones en la zona. En 26 de los encontronazos se ha necesitado el auxilio de los rescatistas porque los destrozos en el tim¨®n, la pala o el casco dejaron a las embarcaciones a la deriva en mitad de una autopista mar¨ªtima como el Estrecho.
La peligrosidad de estas situaciones ha llevado al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), a trav¨¦s de la Capitan¨ªa Mar¨ªtima de C¨¢diz, a restringir el paso de veleros de hasta 15 metros entre el cabo de Trafalgar y Barbate, en una extensi¨®n de aproximadamente entre dos y nueve millas desde la costa. La medida es similar a la que ya se tuvo que tomar en septiembre del pasado a?o entre el Cabo Priori?o Grande y la Punta de Estaca de Bares en Galicia, despu¨¦s de que ocho embarcaciones sufrieran da?os tambi¨¦n por encuentros con estos cet¨¢ceos protegidos.
¡°Hay que pedir perd¨®n a los navegantes por la restricci¨®n, pero la masa de la orca [oscila entre las 1,4 toneladas de una hembra adulta a las 3,6 de un macho] a la velocidad de impacto puede dar lugar a que un velero d¨¦ la vuelta o que lo hunda y estar¨ªamos hablando de cosas m¨¢s serias¡±, justifica Julio Berzosa, capit¨¢n mar¨ªtimo del Puerto de Algeciras.
Salvamar Enif remolc¨® anoche a #Barbate al velero Eva, que se qued¨® sin tim¨®n tras la acometida de un grupo de #orcas. pic.twitter.com/ko9fM0rjxO
— SALVAMENTO MAR?TIMO (@salvamentogob) August 10, 2021
Berzosa suma ya 36 a?os controlando las aguas del Estrecho y asegura no haber presenciado ¡°nunca¡± un comportamiento as¨ª en las orcas. El bi¨®logo marino e integrante del grupo Orca Atl¨¢ntica Alfredo L¨®pez tambi¨¦n reconoce la excepcionalidad de lo que se est¨¢ viviendo en todo el frente atl¨¢ntico de Espa?a y Portugal: ¡°Es absolutamente novedoso. Se pueden encontrar registros de interacciones, pero son puntuales¡±. Fue as¨ª como ¨¦l, desde Galicia, se sum¨® a otros expertos internacionales para intentar documentar todos los encontronazos posibles. Aunque L¨®pez y sus colegas se niegan a hablar de ataques a barcos. ¡°La forma en la que se producen las interacciones denota que la intencionalidad no es atacar, sino un patr¨®n relacionado con otra causa por averiguar¡±, apunta el investigador gaditano Ezequiel Andr¨¦u, integrante de ese grupo.
El bi¨®logo marino gallego trabaja con dos hip¨®tesis: ¡°Que sea autoinducido por las orcas, que puedan inventar un juego o comportamiento y reproducirlo. O que venga a partir de una situaci¨®n de riesgo que vivieron y que ellas pretendan pararlo porque les molest¨®¡±. Andr¨¦u respalda esas dos teor¨ªas y matiza que quiz¨¢s se trate de un patr¨®n para ense?ar a las cr¨ªas a cazar atunes: ¡°Esto evidencia la gran capacidad que tienen para adaptarse. Se ha detectado que tienen hasta dialectos en sus pautas de comportamiento. Hace siglos, alguna orca vio viable arrebatarle un at¨²n a un pescador y ahora todas saben hacerlo. Ahora, no sabemos qu¨¦ consiguen con interactuar con los timones de los veleros y quiz¨¢s nunca lo sepamos¡±.
A Villagr¨¢n y sus hijos les rodearon hasta cinco ejemplares: ¡°Hab¨ªa dos madres con sus cr¨ªas y quiz¨¢s una tercera madre¡±. Se dieron cuenta de su presencia cuando, mientras navegaban a motor y vela con piloto autom¨¢tico a la altura de Zahara de los Atunes, el tim¨®n comenz¨® a girar. ¡°Podr¨ªan hundir un barco cuando les diese la gana, pero no hac¨ªan nada de eso¡±, relata el patr¨®n. Fueron hasta tres idas y venidas hasta que se marcharon, las suficientes para dejar afectado el sistema de navegaci¨®n aut¨®noma y otros fallos en cadena que les impidieron seguir el rumbo que ten¨ªan marcado hasta Alicante.
No es el ¨²nico caso. En estos d¨ªas los varaderos de la costa de C¨¢diz est¨¢n repletos de embarcaciones a vela por reparar. Benjamin Delahaie espera desde el pasado lunes en el puerto deportivo de Puerto Sherry (El Puerto de Santa Mar¨ªa) a la reparaci¨®n de un tim¨®n que le costar¨¢, al menos, 4.000 euros. El franc¨¦s asegura a¨²n tener el ¡°susto¡± de cuando se vio rodeado por las orcas mientras navegaba destino a su pa¨ªs.
El grupo Orca Atl¨¢ntica recaba cada uno de los detalles de estos encuentros, por si lograse establecer alguna pauta que se repita. Por ahora, ya han lanzado una gu¨ªa de recomendaciones en la que piden no bloquear el tim¨®n, apagar motores y sonda y, sobre todo, no atacar a los animales para intentar ahuyentarlos. Lo previsible es que, en breve, el aproximadamente medio centenar de orcas que pueblan el Estrecho ¡ªdivididas en grupos¡ª comiencen su migraci¨®n hacia el norte. A su paso, es posible que dejen nuevos incidentes con barcos portugueses o gallegos. Y tambi¨¦n parece probable que no vayan a cejar en su inter¨¦s por los veleros. ¡°Si para ellas lo que est¨¢n haciendo es exitoso, lo mantendr¨¢n¡±, zanja Andr¨¦u como advertencia.
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