La econom¨ªa ante el alza de tipos de inter¨¦s
La inflaci¨®n ha anulado la subida de los tipos y abre la puerta a una vuelta de tuerca adicional
Desde el inicio del a?o los tipos de inter¨¦s han emprendido una senda alcista que pone a prueba la capacidad de resistencia de la econom¨ªa espa?ola. Adem¨¢s, todo apunta a que la escalada del coste del dinero no ha tocado a su fin. Descontando la inflaci¨®n subyacente ¨Cel principal bar¨®metro de la evoluci¨®n tendencial del coste de la vida y de los precios percibidos por las empresas¡ªlos tipos de inter¨¦s ¡°reales¡± se sit¨²an en terreno netamente negativo, prolongando de facto la era ultraexpansiva propulsada por Draghi.
El contexto monetario cambiar¨ªa si la inflaci¨®n se acercara al objetivo del 2% de aqu¨ª a finales de a?o, pero este escenario optimista est¨¢ siendo cuestionado por el propio BCE: en un meritorio estudio publicado en el bolet¨ªn econ¨®mico de abril, Fr¨¢nkfort reconoce su error de apreciaci¨®n de las tensiones inflacionistas que se han abatido sobre la econom¨ªa europea, y pronostica m¨¢s persistencia de lo inicialmente previsto. Por tanto, el BCE podr¨ªa reaccionar con m¨¢s contundencia de lo anticipado, lo que abre la puerta a m¨¢s alzas del eur¨ªbor y de otras importantes referencias.
En principio, la econom¨ªa espa?ola est¨¢ mejor posicionada que en otras ¨¦pocas para aguantar lo que se presenta como un nuevo shock, en este caso monetario, tras el que provocaron la pandemia y la crisis energ¨¦tica. La econom¨ªa dispone todav¨ªa de recursos, entre los que destaca el rebote providencial del turismo, que se refleja tanto en el mercado laboral como en las perspectivas de actividad para los pr¨®ximos meses: el principal indicador de coyuntura del sector de servicios, en el que el turismo tiene un peso importante, registr¨® en abril un fuerte avance (con un PMI al alza hasta el nivel 57, lo que anticipa incrementos continuados de actividad). El tir¨®n de los servicios podr¨ªa contrarrestar el debilitamiento de la industria, lastrada por los precios energ¨¦ticos y la aparici¨®n de nuevos cuellos de botella, al menos a corto plazo.
Pero la intensidad del crecimiento de los servicios, y por tanto la sostenibilidad de la recuperaci¨®n, dependen de la situaci¨®n financiera de las familias y de las empresas. A nivel agregado, la posici¨®n del sector privado no deber¨ªa suscitar mucha preocupaci¨®n, fruto del desendeudamiento realizado durante la etapa de expansi¨®n. Los pasivos de las familias se sit¨²an en niveles inferiores a la media europea, y sobre todo al balance desequilibrado de la ¨¦poca de la burbuja. La deuda ha seguido reduci¨¦ndose gracias al sobreahorro acumulado durante la pandemia. Algo similar ocurre en el caso de las empresas: incluso si la carga de intereses se duplicara (lo que supone un incremento inveros¨ªmil de tipos de inter¨¦s), todav¨ªa se situar¨ªa en el 6% del excedente de explotaci¨®n, un nivel pr¨®ximo al inicio de la etapa expansiva en 2015 y mucho menos que en el c¨¦nit de la crisis financiera (16,5%).
Sin embargo, el panorama global eclipsa fuertes diferencias entre sectores. Las hipotecas a tipo variable van a encarecerse, poniendo en dificultad a algunos hogares. Y las industrias m¨¢s vulnerables ante la crisis energ¨¦tica tendr¨¢n que apretarse el cintur¨®n. Esto evidencia la importancia crucial de una acci¨®n por parte del Estado focalizada en los sectores en dificultad, sin la cual nos asomaremos a una p¨¦rdida de tejido productivo y un recrudecimiento del malestar social.
Y ah¨ª es donde se sit¨²a nuestro principal punto d¨¦bil, porque el Estado dispone de un margen de maniobra limitado como consecuencia del escaso esfuerzo de contenci¨®n de los desequilibrios durante la etapa expansiva, y ahora por el impacto del alza de los tipos de inter¨¦s en las cargas financieras que soportan las administraciones. Todo ello plantea un desaf¨ªo de sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas, sin perder de vista la tarea de apoyar la recuperaci¨®n. Una tarea que, ante el repliegue de los bancos centrales, solo podr¨¢ descansar en los Estados.
Industria versus servicios
Mientras que la epidemia golpeó con severidad los servicios, la crisis energética y de suministros incide sobre todo en la industria. El índice de producción industrial sufrió un retroceso del 1,8% en marzo, lastrado por la disrupción de las cadenas de suministros, el alza de los costes y la huelga de transportistas. Los datos para abril apuntan en la misma dirección, con un retroceso del indicador PMI de gestores de compra y de la afiliación industrial. En contraste con el importante incremento del PMI y de la afiliación en los servicios.
Raymond Torres es director de coyuntura de Funcas. En Twitter: @RaymondTorres_
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.