Abengoa: el ocaso interminable del imperio de sol
El grupo andaluz de ingenier¨ªa y energ¨ªa vuelve a situarse al borde del abismo tras negar la SEPI su rescate con dinero p¨²blico
Esta semana, la SEPI deneg¨® las ayudas de 249 millones de euros solicitadas para el rescate de Abengoa. La sociedad estatal se basa para ello en los informes independientes, seg¨²n los que existen riesgos judiciales y fiscales de mayor cuant¨ªa que la empresa ya arrastraba antes de la pandemia. Es decir, antes de que se constituyera el fondo de solvencia de empresas estrat¨¦gicas para ayudar a empresas afectadas por la crisis sanitaria. La decisi¨®n supone que la operaci¨®n de rescate dise?ada por el fondo californiano TerraMar Capital LLC (dispuesto a aportar otros 200 millones para hacerse con el 70%) fracase porque estaba supeditado a la consecuci¨®n de ese respaldo p¨²blico. En consecuencia, el grupo andaluz acord¨® el jueves pedir el preconcurso de acreedores para 27 de sus filiales en un consejo de administraci¨®n extraordinario de Abenewco 1, la sociedad que agrupa los activos y negocios.
La aportaci¨®n de la SEPI se dibujaba como la soluci¨®n para evitar el concurso y apuntalar la supervivencia. La negativa y la suspensi¨®n de pagos no son el punto final, pero supone un mazazo de categor¨ªa superior para la supervivencia y un paso hacia la liquidaci¨®n y el posible desguace (mal menor) para un grupo que lleg¨® a dar empleo a m¨¢s de 26.000 personas en el mundo (ahora apenas supera las 8.700, de los que 2.000 son en Espa?a) en 2015, cuando empez¨® el derrumbamiento.
La solicitud de preconcursos, que se instan porque las sociedades tienen deuda en ejecuci¨®n con Hacienda o con la Seguridad Social, no deja de ser una estratagema para ganar tiempo ya que protegen durante cuatro meses, plazo en el que tendr¨¢n que encontrar soluciones o declararse en concurso. El grupo tendr¨¢ que ver si existe alguna opci¨®n de rescate o se aborda un despiece de las unidades productivas en busca de un comprador, entre otras cosas porque desde el 1 de julio se ha abierto el periodo en el que cualquier acreedor puede instar concurso necesario. Adem¨¢s, coincide con el fin del plazo para presentar una propuesta de convenio en el concurso de Abengoa SA, la matriz (el juez decret¨® su liquidaci¨®n el pasado viernes).
As¨ª se escribe la historia de un grupo que no hace tantos a?os lleg¨® a ser el imperio del sol (Barack Obama lo puso de ejemplo de la econom¨ªa verde) y que ahora se precipita al abismo mientras las Administraciones nacional y andaluza se han puesto de perfil. Tanto el fulgor como la ca¨ªda de Abengoa tiene como protagonista a Felipe Benjumea, que pas¨® de ser el visionario que catapult¨® la compa?¨ªa a lo m¨¢s alto del olimpo de las nuevas tecnolog¨ªas a culpable de su ocaso. Benjumea, hijo de uno de los fundadores del grupo, tuvo que ser destituido por los acreedores, encabezados por el Banco Santander, despu¨¦s de negarse a dimitir y hacer fracasar una ampliaci¨®n de capital de 650 millones de euros por la que iban a entrar nuevos accionistas, como el grupo Gestamp.
Desde entonces, la empresa entr¨® en un bucle desesperado. Salv¨® la quiebra con sucesivos planes de reestructuraci¨®n en el que las quitas llegaron al 97%. A su frente se iban cambiando los presidentes: Jos¨¦ Dom¨ªnguez Abascal, Antonio Fornielles, Gonzalo Urquijo. Pero el grupo, para sobrevivir, tuvo que irse desprendiendo de activos, como la filial americana Atlantica Yield o los biocombustibles. A la vez, ejecut¨® intercambio de acciones en una suerte de jerogl¨ªfico de sociedades interpuestas (Abenewco1, Abenewco2, Abenewco2bis) mediante m¨¦todos de ingenier¨ªa financiera que pocos entend¨ªan, a excepci¨®n quiz¨¢s de Urquijo.
Pero el ave f¨¦nix no levantaba el vuelo. La segunda reestructuraci¨®n (2019) fracas¨®, como la primera (2017), y la tercera (2020), a la que se puso el esperanzador nombre de Vellocino, acab¨® como un concurso encubierto sin tutela judicial. El Gobierno la apoy¨® como ¨²ltima tentativa, pero la Junta de Andaluc¨ªa se neg¨® en redondo. Y el vellocino, en su segunda versi¨®n, acaba de perecer en la mesa de la SEPI.
Mientras, los accionistas encabezados por el inversor c¨¢ntabro Clemente Fern¨¢ndez pelean por recuperar la inversi¨®n. Se da la circunstancia de que los ejecutivos de la filial Abenewco1 no son los mismos que los de la matriz, lo que explica la rareza del grupo. Esos ejecutivos pidieron el concurso de la cotizada, lo que ha impedido que el Estado diera la ayuda. La chapuza se hizo en nombre de Abenewco 1 y se reformul¨® en favor de las seis filiales citadas.
La situaci¨®n del grupo es muy complicada y est¨¢ en manos de sus acreedores. El patrimonio negativo se acerca a los 6.000 millones, seg¨²n el ejercicio de 2020, ¨²ltimo con datos. La existencia de deuda convertible en acciones en las instrumentales (Abenewco1, Abenewco2 y Abenewco2bis) complica a la matriz tener capacidad de decisi¨®n sobre el destino del grupo. Esa deuda convertible deriva de las reestructuraciones financieras de 2017 y 2019 que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucci¨®n n¨²mero 8 de Sevilla investiga como indiciariamente delictivas. Sin embargo, como no fueron impugnadas en la jurisdicci¨®n mercantil, siguen vigentes.
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