?Qui¨¦n miente sobre los beneficios empresariales?
Mientras las empresas aseguran que est¨¢n sufriendo la desaceleraci¨®n, los datos del Banco de Espa?a constatan que sus m¨¢rgenes crecen con mucha fuerza
La mesa redonda trataba sobre la inflaci¨®n. La estrella invitada al Gran Hotel La Toja, ese peque?o para¨ªso elitista de la costa gallega, era Isabel Schnabel, miembro del comit¨¦ ejecutivo del BCE y una de las voces m¨¢s influyentes en el organismo. Fue el 30 de septiembre y delante ten¨ªa a unos cuantos empresarios del Ibex 35 y a destacados pol¨ªticos espa?oles a los que quer¨ªa explicar por qu¨¦ es necesario actuar con determinaci¨®n subiendo los tipos de inter¨¦s. Despu¨¦s de lamentar que los salarios est¨¦n cayendo a niveles dolorosos, les mostr¨® un gr¨¢fico diferente: ¡°En cambio, muchas empresas han podido aumentar sus precios m¨¢s all¨¢ del aumento en costes¡±, dijo. En sectores como el transporte, la alimentaci¨®n y la hosteler¨ªa, ¡°los beneficios aumentaron casi un 20% desde el comienzo de la pandemia¡±, a?adi¨®. Sin embargo, la ret¨®rica corporativa repite una y otra vez que los m¨¢rgenes empresariales est¨¢n sufriendo como nunca a medida que la econom¨ªa se marchita. ?Qui¨¦n miente?
El presidente del Consejo de Economistas, Valent¨ªn Pich, lo explica muy gr¨¢ficamente: despu¨¦s de una ¨¦poca de moderaci¨®n, de llamadas constantes a la contenci¨®n de precios para que la inflaci¨®n no se enquiste, se empieza a notar que ¡°todo el que puede pasarle los costes al de atr¨¢s, lo hace¡±.
El Banco de Espa?a, en su ¨²ltimo bolet¨ªn econ¨®mico, constata que en los seis primeros meses de 2022 la facturaci¨®n ¡ªde forma agregada¡ª creci¨® a una tasa muy alta: un 48,3% en comparaci¨®n con el mismo periodo del ejercicio precedente, frente al 12,6% registrado un a?o antes. Al hilo de este dato tomado de una muestra de cerca de 1.000 empresas no financieras, habla de que, pese al encarecimiento de los costes de producci¨®n, los excedentes empresariales ¡°se expandieron a un ritmo elevado, y se registraron ya niveles muy similares o incluso algo superiores a los existentes antes de la crisis de la covid¡±. En resumen, fue una ¨¦poca de mayor rentabilidad en la que descendi¨® el nivel de deuda y el porcentaje de resultados destinado a pagar los intereses.
Por poner algunos ejemplos, el beneficio en Espa?a del Banco Santander en el primer semestre de 2022 ha sido de 652 millones de euros, el 86% superior a un a?o antes. El BBVA gener¨® 808 millones de su resultado global en Espa?a, un 11,5% mayor que el comparable de 2021. Acciona dispar¨® su ebitda un 275% en Espa?a hasta julio (676 millones); el beneficio neto de Colonial creci¨® un 120% (355 millones) y Repsol atribuye el 44% de los 3.177 millones obtenidos al negocio nacional.
Autos m¨¢s caros
Guillermo Miguel Rocafort, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Europea, explica lo que ocurre en el sector industrial, y en concreto la automoci¨®n. Es, quiz¨¢, el lugar que condensa los mayores cambios de nuestra era: los fabricantes electrifican su producci¨®n y a la vez tratan de convertir coches en ordenadores rodantes en medio de una complicad¨ªsima crisis de la cadena de suministros que tensa los precios de las materias primas. Pero est¨¢n encantados. Con miles de clientes esperando que llegue su turno para conseguir un coche nuevo, los grandes fabricantes est¨¢n superando sus expectativas. ¡°Se producen muchos menos coches pero m¨¢s caros, porque se ha pasado de una competencia feroz con fabricaci¨®n masiva a ventas bajo pedidos con seis meses de antelaci¨®n. Los fabricantes ganan m¨¢s, aunque vendan menos porque han conseguido vincular el incremento de precios con servicios de valor a?adido, como la financiaci¨®n de los autom¨®viles¡±, afirma Rocafort. Solo hay que echar una ojeada a los resultados de grandes proveedores, como CIE, Gestamp o Antol¨ªn, que elevaron extraordinariamente sus beneficios hasta junio.
En cambio, quienes no se han visto beneficiados son los trabajadores, que si bien lograron mantener sus rentas durante la pandemia, ven ahora c¨®mo el poder adquisitivo se les escapa entre los dedos ante la amenaza de una baja producci¨®n sostenida en las f¨¢bricas. Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas, lo ha medido: el papel de moderaci¨®n de los salarios ante la presi¨®n inflacionaria es evidente. Y si bien los costes laborales se sostuvieron durante la pandemia por el efecto de los ERTE, todav¨ªa arrastran un d¨¦ficit, descontado el IPC, del 3,8%. Los beneficios, seg¨²n ese mismo c¨¢lculo, estar¨ªan un 2% por debajo.
El consumidor, en ¨²ltima instancia, tambi¨¦n lo paga con una oferta menos re?ida en el mercado. Aunque cada sector es diferente ¡ªlos datos hablan de enormes disparidades, como las p¨¦rdidas sufridas por las comercializadoras de energ¨ªa¡ª, la reflexi¨®n sobre el aumento de precios enlaza con un menor grado de competencia. Y este, a su vez, con la debilidad de las autoridades para garantizar que la oferta y la demanda funcionen correctamente.
?Durar¨¢ la fiesta? Entre enero y junio, el valor a?adido bruto de la industria creci¨® un 48% y en el comercio y hosteler¨ªa un 25%. El director de Coyuntura de Funcas piensa que, conforme se desacelera la econom¨ªa (o llega la recesi¨®n) ese fen¨®meno perder¨¢ fuelle.
Jos¨¦ Canseco, profesor de Estrategia de personas de EAE Business School, recuerda que ¡°una espiral precios-salarios a medio y largo plazo no beneficia a nadie¡±, y habla de que, pese a los datos macro, muchas pymes no se han visto capacitadas para trasladar esas subidas de sus costes. Seg¨²n Cepyme, estos aumentaron un 24% en el segundo trimestre mientras las ventas lo hicieron solo un 14%.
Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa del IESE, tambi¨¦n calcula que este dinamismo se esfumar¨¢ tarde o temprano. ¡°Tienes que ser un monopolista para mantener subidas de precios sin que te afecte¡±, opina. Quiz¨¢ muchas empresas se hayan comportado como tales sin pensar en que puede avecinarse el invierno de la recesi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.