Amazon presume de robots mientras prepara despidos masivos
Las dos plantas que el gigante de la distribuci¨®n tiene cerca de Boston son capaces de fabricar 330.000 m¨¢quinas al a?o
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Un paseo por la planta donde Amazon construye sus robots cerca de Boston tiene ciertos paralelismos con adentrarse en Jurassic Park. Decenas de criaturas ¡ªen este caso electr¨®nicas¡ª en movimiento emiten extra?os sonidos a unos metros mientras un gu¨ªa habla. Y r¨¢pidamente aparece la idea de que existe una pugna del ser humano por prevalecer en competencia con otra especie, esta creada por ¨¦l mismo, en la loca y multimillonaria carrera de las empresas por ser m¨¢s productivas.
El combate est¨¢ para muchos perdido de antemano. Las m¨¢quinas no comen, no duermen, no se cansan y no cobran un salario mientras clasifican paquetes balanceando sus brazos mec¨¢nicos, desplazan estanter¨ªas de aqu¨ª para all¨¢ compulsivamente o vuelan hacia las casas transportando pedidos, por citar algunas de las tecnolog¨ªas presentadas por Amazon a decenas de medios invitados a su f¨¢brica de Westborough (Massachusetts), entre ellos EL PA?S. Aunque no son el pasado redivivo de los dinosaurios, los robots son para algunos casi igual de peligrosos: han llegado para revolucionar el mundo del trabajo.
Con ese molesto runr¨²n de fondo para su plantilla, el gigante del comercio electr¨®nico se esmera en lanzar mensajes tranquilizadores. Atisba la llegada de una era donde hombre y m¨¢quina trabajar¨¢n en armon¨ªa. Y recurre a los datos frente a las especulaciones de que est¨¢ en marcha una gran sustituci¨®n: desde que hace diez a?os empezara a fabricarlos acumula 520.000 robots, pero ha a?adido tambi¨¦n un mill¨®n de empleados m¨¢s en todo el mundo.
¡°S¨ª, los trabajos cambiar¨¢n, pero no veo que vayan a ser eliminados¡±, dice Tye Brady, jefe de Tecnolog¨ªa de Amazon Robotics, que recuerda como antes proliferaban las centralitas telef¨®nicas con personas al otro lado del auricular y ahora esa labor la hacen contestadores autom¨¢ticos. El ejecutivo asegura que se han creado 700 nuevas categor¨ªas de empleos ¡ªen ¨¢mbitos como el hardware, el software o el mantenimiento¡ª desde que hace una d¨¦cada la compa?¨ªa con sede en Seattle hiciera sus primeras adquisiciones en el negocio de los robots. Sus palabras, sin embargo, chocar¨¢n d¨ªas despu¨¦s con el anuncio de que Amazon despedir¨¢ a miles de empleados ¡ª10.000, seg¨²n The New York Times¡ª, un proceso que otras tecnol¨®gicas ya han iniciado ante los temores de que la econom¨ªa se encamine hacia una recesi¨®n.
Esa idea central de la convivencia pac¨ªfica entre hombre y robot Amazon la acompa?a de dos argumentos: en primer lugar, si la innovaci¨®n tiene ¨¦xito, la compa?¨ªa ganar¨¢ m¨¢s dinero, y eso les permitir¨¢ contratar m¨¢s gente, y segundo, las m¨¢quinas liberar¨¢n a los trabajadores de las tareas m¨¢s repetitivas, y podr¨¢n as¨ª concentrar su tiempo en otras labores menos pesadas, en lugar de ser una versi¨®n moderna y alienada de Charles Chaplin en la cadena de producci¨®n de Tiempos modernos.
El gran ejemplo de un robot que podr¨ªa enterrar pronto cometidos aburridos y reiterativos es Sparrow, presentado la semana pasada. Este brazo rob¨®tico est¨¢ equipado de una ventosa capaz de succionar los art¨ªculos para moverlos de un sitio a otro antes de ser empaquetados gracias a la inteligencia artificial y la visi¨®n por ordenador.
El modelo posiblemente se integre en sus almacenes el a?o pr¨®ximo, y es una de las grandes esperanzas de Amazon. En 2021 entreg¨® unos 5.000 millones de paquetes, 13 millones al d¨ªa. Y Sparrow puede ser de gran ayuda en esa distribuci¨®n masiva: ya es capaz de identificar el 65% de su inventario, coge los libros por la cubierta para no arrugar las p¨¢ginas, e incluso se da cuenta de si alg¨²n producto est¨¢ da?ado para desecharlo, tareas todas ellas que hasta ahora hac¨ªan personas. Amazon ya contaba con otros dos brazos rob¨®ticos, Robin y Cardinal, pero solo para redirigir art¨ªculos ya empaquetados.

Las dos plantas de Amazon Robotics en Massachusetts ¡ªla otra est¨¢ en North Reading¡ª suman una capacidad para fabricar 330.000 robots al a?o. ¡°Cuando pides algo queremos que llegue lo m¨¢s r¨¢pido posible. Velocidad¡±, insisti¨® durante la presentaci¨®n Joseph Quinlivan, vicepresidente global de la firma. Los robots encajan como un guante en esa filosof¨ªa aparentemente simple basada en entregar m¨¢s cosas, m¨¢s r¨¢pidamente, y reduciendo gastos. ¡°Si podemos mantener los costes bajos, podemos ofrecer los productos a un coste menor a nuestro cliente¡±, se?ala Brady cargado de l¨®gica.
La m¨¢xima expresi¨®n de esa triple doctrina para maximizar la eficiencia es el uso del dron, un prop¨®sito que lleva largo tiempo en la lista de deseos de sus directivos. Las predicciones son a veces n¨²meros destinados a incumplirse, pero tambi¨¦n una declaraci¨®n de intenciones. Amazon pretende entregar 500 millones de paquetes por dron al a?o a finales de esta d¨¦cada, incluso en zonas muy pobladas como Boston, Atlanta y Seattle.

Por ahora, se limit¨® a ense?ar un nuevo modelo, el MK30x, m¨¢s ligero y silencioso, que efectuar¨¢ entregas a finales de este a?o a clientes de Lockeford (California) y College Station (Texas) en menos de una hora desde el clic, siempre que cuenten con patio o jard¨ªn propio, dado que dejan caer el pedido al suelo desde unos metros de altura. Eso s¨ª, los objetos no podr¨¢n pesar m¨¢s de 1,5 kilos, y estar¨¢n bien embalados para que no sufran da?os. ¡°Hay quien puede pensar que es un asunto de ciencia ficci¨®n. Yo puedo asegurarles que est¨¢n equivocados¡±, sostuvo en su intervenci¨®n David Carbon, vicepresidente de Prime Air, sobre el escepticismo que rodea todav¨ªa este tipo de entregas voladoras por sus problemas de seguridad.
En su inmensa nave de Westborough, de m¨¢s de 32.500 metros cuadrados, Amazon dibuj¨® un futuro cercano de f¨¢bricas m¨¢s automatizadas, repartos por el aire o en furgonetas el¨¦ctricas y robots aut¨®nomos que detectan a sus colegas humanos y los esquivan para evitar accidentes. En realidad, mucho de eso es ya presente. Seg¨²n sus datos, casi el 75% de los pedidos de Amazon son parcialmente gestionados por robots que apoyan a los empleados. Aunque los avances por venir pueden dejar obsoletas pronto las m¨¢quinas actuales. ¡°Lo que vamos a hacer en los pr¨®ximos 5 a?os va a ser mucho m¨¢s incre¨ªble¡±, adelant¨® Quinlivan.
El debate sobre hasta qu¨¦ punto es deseable que los robots tomen el relevo a los humanos acompa?ar¨¢ esa evoluci¨®n. La vieja aspiraci¨®n humana de trabajar menos horas puede hacerse realidad con su irrupci¨®n, pero est¨¢ por ver que las empresas no aprovechen esa nueva mano de obra insomne, libre del sudor y la fatiga humanas, sin absentismo ni bajas por maternidad ni paternidad, para operar con plantillas mucho m¨¢s reducidas.
Brady, que cada d¨ªa trata de imaginar c¨®mo llevar la tecnolog¨ªa un paso m¨¢s all¨¢ para ayudar a Amazon a ser m¨¢s productiva, niega esa hip¨®tesis. ¡°La rob¨®tica puede hacer c¨¢lculos computacionales o mover cosas con precisi¨®n, pero las personas tienen un poder de razonar incre¨ªble para resolver problemas. Tenemos el sentido com¨²n. Podemos entender una situaci¨®n realmente r¨¢pido y hacer que todo funcione mejor¡±. Y m¨¢s adelante, ?no podr¨¢n las m¨¢quinas tambi¨¦n tener todas esas cualidades hoy exclusivamente humanas? ¡°Los robots no son perfectos ni lo ser¨¢n nunca¡±, zanja.
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