La dominaci¨®n europea de las m¨¢quinas
Bruselas ya ha publicado un primer borrador para regular el uso de la inteligencia artificial, aunque Europa se arriesga a autosegregarse de su mayor fuente tecnol¨®gica, EE UU
¡°Nunca uses a un humano para hacer el trabajo de una m¨¢quina¡±, dec¨ªa el agente Smith de Matrix cuando luchaba por defender el dominio tecnol¨®gico frente al humano. No nos encontramos luchando en una realidad paralela, pero lo cierto es que las m¨¢quinas forman parte de pr¨¢cticamente todo lo que hacemos y desarrollamos. La palabra del 2022 fue un concepto formado por dos: inteligencia artificial. Esta tecnolog¨ªa, integrada en programas inform¨¢ticos, genera contenido, predicciones y recomendaciones utilizando t¨¦cnicas inform¨¢ticas y estad¨ªsticas. El hecho de que su uso aporte nuevas funcionalidades a productos y procesos ya existentes posiblemente genere que, en un futuro cercano, la inteligencia artificial sea tan com¨²n en nuestra vida que la daremos por sentado.
¡°El futuro es nuestro mundo, el futuro es nuestro tiempo¡±, amenazaba Smith. Para no materializar este oscuro escenario, es importante entender y potenciar los beneficios, pero tambi¨¦n minimizar los riesgos de la inteligencia artificial. Para ello es necesario legislar y Europa quiere ser pionera. Bruselas ya ha publicado un primer borrador para regular el uso de esta tecnolog¨ªa. Espa?a, que tomar¨¢ las riendas de la presidencia del Consejo de la UE en el segundo trimestre de 2023, tendr¨¢ un rol fundamental para consensuar el texto final.
¡°Hay una gran diferencia entre conocer el camino y andar el camino¡±, explicaba Morfeo en Matrix. Regular un mundo que no existe es extremadamente complejo y, por ello, este liderazgo supone un gran reto. Un sistema de inteligencia artificial tiene la capacidad de aprender y mejorar con el tiempo. Esta caracter¨ªstica supone un desaf¨ªo para los reguladores que, err¨®neamente, tienden a replicar los procedimientos de la econom¨ªa tangible en la econom¨ªa digital. El borrador europeo introduce diferentes obligaciones a las empresas seg¨²n el uso que hagan de la tecnolog¨ªa. Si el hecho de incorporar inteligencia artificial puede suponer una vulneraci¨®n de los derechos fundamentales de los ciudadanos, por ejemplo, se proh¨ªbe su uso. Tambi¨¦n hay restricciones en el caso de empresas que pertenezcan a sectores como educaci¨®n, b¨²squeda de talento o equipos m¨¦dicos porque, para incluirla, deber¨¢n demostrar que sus sistemas son seguros, transparentes y precisos. Sin embargo, si un sistema de inteligencia artificial aprende y cambia con el tiempo, ?cu¨¢ndo ser¨¢ necesario un nuevo testeo?, ?qui¨¦n es responsable de cumplir con los nuevos requerimientos, las empresas que desarrollan los sistemas o las que los usan? Son cuestiones sin abordar en la legislaci¨®n propuesta.
¡°No existen preguntas sin respuesta, solo preguntas mal formuladas¡±, indicaba tambi¨¦n Morfeo. A pesar de sus deficiencias, claramente la regulaci¨®n europea sobre inteligencia artificial es revolucionaria. Europa ser¨¢ la primera econom¨ªa en estipular los procedimientos que se deben seguir a la hora de utilizar esta tecnolog¨ªa. Ser¨¢ una de las leyes m¨¢s importantes de la legislatura europea y determinar¨¢ la futura competitividad de las empresas de la UE. Sin embargo, el primero no siempre parte con ventaja. Al imponer un coste adicional a la hora de desarrollar y usar sistemas de inteligencia artificial, la UE se arriesga a autosegregarse de su mayor fuente tecnol¨®gica, EE UU. Seg¨²n la OCDE, en 2022 la inversi¨®n en capital riesgo en empresas de inteligencia artificial en EE UU fue cuatro veces mayor que en la UE. Construir puentes regulatorios que minimicen o eliminen los costes de los intercambios transfronterizos es otro de los aspectos que la nueva regulaci¨®n debe incorporar. No es tecnol¨®gicamente factible que Europa desarrolle todas las aplicaciones de inteligencia artificial y almacene todos los datos que su econom¨ªa requiere para seguir siendo competitiva. No subsanar esta carencia en la regulaci¨®n no s¨®lo conllevar¨¢ un aumento del coste de los sistemas de inteligencia artificial importados de fuera de la UE, sino que tambi¨¦n perjudicar¨¢ a las empresas europeas que forman parte de la naciente cadena de valor dedicada al desarrollo de esta tecnolog¨ªa.
¡°Yo s¨®lo puedo mostrarte la puerta, t¨² eres quien la tiene que atravesar¡±, le dec¨ªa Morfeo a Neo, el protagonista de Matrix. Los sistemas de inteligencia artificial son servicios sofisticados, donde empresas de varios pa¨ªses intercambian ideas, servicios, tecnolog¨ªa y datos para producirlos. Es por ello que mantener una econom¨ªa abierta a estos intercambios es un requerimiento necesario para que la UE y sus empresas formen parte y se beneficien de este proceso. Las normas que gobiernen el desarrollo y uso de la inteligencia artificial en Europa deben afrontar los riesgos, pero tambi¨¦n ser sensibles a la naturaleza de la tecnolog¨ªa que pretenden regular, que es cambiante e intangible. Si lo conseguimos, Europa no tendr¨¢ que elegir entre la pastilla azul o la roja en el futuro de su crecimiento tecnol¨®gico.
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