La cuesta abajo del marqu¨¦s: auge y ca¨ªda del imperio creado por Villar Mir
El grupo, lastrado por la corrupci¨®n y las deudas, termina por desprenderse del ¨²ltimo paquete de acciones que ten¨ªa en OHLA
Mantener un imperio es m¨¢s dif¨ªcil que crearlo. Juan Miguel Villar Mir, de 91 a?os, se las arregl¨® a finales de los a?os ochenta para construir un imperio empresarial. Lo hizo sin dinero, mediante la compra de empresas con problemas por un precio simb¨®lico o nulo y con el apoyo del Estado a trav¨¦s de sus contactos. Capital relacional. En 2013, Villar Mir abri¨® dos puertas muy distintas. Una, la del ¨¦xito y el reconocimiento, con el ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas; otra, la del declive, en la Audiencia Nacional para declarar como investigado por las donaciones de la caja B del PP, un ara?azo por acusaciones de corrupci¨®n que no ha cicatrizado.
Desde la c¨²spide acad¨¦mica, Villar Mir describi¨® su obra: un grupo estructurado en seis divisiones con concesiones de infraestructuras y la construcci¨®n (Grupo OHL); ferroaleaciones (Ferroatl¨¢ntica); fertilizantes (Fertiberia); inmobiliaria (Espacio); energ¨ªa y activos financieros. Diez a?os despu¨¦s, queda poco de un gigante que lleg¨® a tener m¨¢s de 30 empresas, incluidas bodegas y espect¨¢culos taurinos y musicales. El grupo familiar (Grupo Villar Mir, GVM) ha vendido el ¨²ltimo paquete de acciones (7%) que ten¨ªa en OHLA. Del esplendor quedan la participaci¨®n en Ferroglobe (43,7%), la Inmobiliaria Espacio, el 49% de la argelina Fertial y la compa?¨ªa de energ¨ªa VM Energ¨ªa. Son las ra¨ªces para intentar sobrevivir.
Durante un cuarto de siglo, el viento fue favorable. Impuls¨® el crecimiento, las compras y nuevas participaciones en una lista sin fin aparente: Abertis, Colonial, Santander, complejo Canalejas en Madrid. Hasta 2013. En sus m¨¢rgenes, una gesti¨®n err¨¢tica y una deuda desbocada. En 2015, la familia se enfrent¨® a problemas para cubrir una ampliaci¨®n de capital de 1.000 millones de euros en OHL. Tuvo que vender el s¨ªmbolo de su ¨¦xito: la Torre Espacio de Madrid, 57 plantas y 230 metros, por 558 millones. Apenas un a?o despu¨¦s, la compa?¨ªa se desplom¨® en Bolsa y abandon¨® el Ibex 35. El fundador, Juan Miguel Villar Mir, encarnaci¨®n y racionalizaci¨®n del capitalismo espa?ol, dej¨® las riendas a su hijo Juan. Comenzaba un rosario acelerado de ventas para disminuir deuda que han dejado el imperio en la raspa.
Primero (2018) fue la venta de OHL Concesiones al fondo IFM por 2.235 millones; al a?o siguiente, la de Ferroatl¨¢ntica (el negocio en Espa?a) al fondo TPG por 170 millones y, ese mismo ejercicio, la de Fertiberia al fondo Triton. Sigui¨® la de la constructora (hasta el 26% en dos tandas) a los hermanos mexicanos Amodio ¡ªgrupo Caabsa¡ª que incorporaron la letra A al acr¨®nimo OHL. Quedaba una de las joyas de la corona: la comercializadora En¨¦rgya VM, que tambi¨¦n vendi¨® sus proyectos e¨®licos al fondo italiano F2i y a Cr¨¦dit Agricole Assurances.
Todo imperio tiene un origen. El ingeniero de Caminos Villar Mir ¡ªdos veces catedr¨¢tico; alto cargo en la dictadura de Franco; vicepresidente y ministro en el primer Gobierno tras la muerte del dictador y marqu¨¦s por ¡°real aprecio¡± de su amigo Juan Carlos I¡ª explic¨® el suyo en el discurso Del proteccionismo a la globalizaci¨®n. Con 56 a?os y sin dinero, su capital era su prestigio. Sin modestia, Villar Mir explic¨® a sus pares acad¨¦micos que en el comienzo ¡°gozaba ya de experiencia reconocida como gestor y especialmente como salvador de empresas en dificultades¡±. La primera compra, por una peseta, fue Obrasc¨®n, la primera letra del imperio, a la que siguieron, en el a?o 1998, las constructoras Huarte y La¨ªn. OHL.
Fueron negocios propios de la ¨¦lite de la ¨¦poca. Con Huarte y C¨ªa, Villar Mir adquiri¨® una empresa en suspensi¨®n de pagos, pero tambi¨¦n el fondo de comercio del constructor navarro F¨¦lix Huarte Go?i, un cat¨®lico integrista al que admiraba. Huarte levant¨® el monumento y la gran cruz del Valle de los Ca¨ªdos en Madrid. Su comprador y seguidor Villar Mir instal¨® en lo alto del skyline de Madrid, en Torre Espacio, una capilla de 150 metros cuadrados. El sagrario m¨¢s elevado de la capital del Reino.
Ayudas p¨²blicas
Villar Mir ha destacado siempre como pilar del grupo la voluntad de ¡°no depender jam¨¢s de decisiones de socios ni de subvenciones o ayudas p¨²blicas¡±. Pero la voluntad no es la realidad. Como sostiene el economista y soci¨®logo Andr¨¦s Villena, autor de Las redes de poder en Espa?a, Villar Mir forma parte de una ¨¦lite cualificada que protagoniz¨® el paso desde un franquismo dependiente de las concesiones a un r¨¦gimen autoritario, pero m¨¢s tecnocr¨¢tico. ¡°De los falangistas al Opus Dei¡±, resume Villena, pero sin renunciar a las concesiones de obra p¨²blica ni al apoyo estatal a la hora de diversificar y crecer. Y con un ingrediente a?adido: la capacidad para contemporizar con el Gobierno de turno, al margen de su signo. Un ejemplo: en 2010, en plena crisis y con cinco millones de parados, el exministro de Aznar Eduardo Serra impuls¨® una declaraci¨®n ¡ªDeclaraci¨®n Transforma Espa?a¡ª desde la Fundaci¨®n Everis, que present¨® al entonces rey Juan Carlos, puenteando al Gobierno socialista de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. La declaraci¨®n llevaba la firma de 100 personalidades, incluido el cogollo del Ibex 35. La firma de Juan Miguel Villar Mir no estaba en el documento.
La suma de las habilidades y del capital relacional del fundador ¡ªincluida la estrecha relaci¨®n con la Corona¡ª no evitaron ni la ca¨ªda del negocio ni el impacto en la imagen del grupo de las acusaciones de corrupci¨®n. En cuatro a?os, de 2014 a 2019, el grupo perdi¨® 1.700 millones. Sobre OHL, como sobre otras grandes empresas, golpe¨® el cambio del ciclo en el negocio de finales de siglo. Las grandes compa?¨ªas se endeudaron para dar el gran salto, pero la devaluaci¨®n de activos que trajo la crisis abri¨® la puerta de par en par a los fondos de inversi¨®n.
En el desgaste y ca¨ªda del imperio tambi¨¦n pes¨® la sombra de la corrupci¨®n. La gran obra del AVE a La Meca, con la intermediaci¨®n de Juan Carlos I; las comisiones a cambio de obra p¨²blica en Madrid (caso P¨²nica, caso Lezo); las adjudicaciones del Gobierno de Pe?a Nieto a la empresa en M¨¦xico y la financiaci¨®n del PP balear de Jaume Matas ¡ªcaso Son Espases¡ª han perseguido a Villar Mir y a su grupo durante a?os. El empresario nunca ha sido condenado, pero su imagen se ha visto afectada por las investigaciones sobre la financiaci¨®n irregular del PP y por los enredos de su yerno Javier L¨®pez Madrid ¡ª?condenado por el uso de las tarjetas black de Caja Madrid¡ª con las cloacas policiales y con las adjudicaciones de OHL, cuyo consejo abandon¨® hace seis a?os.
El imperio ha acabado en algo mucho m¨¢s reducido. Un se?or¨ªo. Los hijos de Villar Mir ¡ªJuan, Silvia y ?lvaro¡ª han soltado lastre en el grupo y han reducido la deuda de GVM en los ¨²ltimos cinco a?os de 1.000 a 200 millones de euros para intentar aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado de la energ¨ªa. Pero los tiempos de exuberancia son pasado. Sobre los planes del grupo, no hay detalles. Negocios intent¨®, sin ¨¦xito, contrastar datos y hablar de la situaci¨®n de las empresas integradas en GVM. Son tiempos dif¨ªciles.
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