El modelo exportador espa?ol
El super¨¢vit es un hito que se enfrenta al letargo de Europa y la debilidad de la productividad
El sector exterior ha sido uno de los principales protagonistas de la recuperaci¨®n reciente tras la pandemia, de manera similar a lo que sucedi¨® despu¨¦s de la crisis financiera. Espa?a es el ¨²nico de los grandes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que ha conseguido mantener simult¨¢neamente un s¨®lido super¨¢vit de los intercambios comerciales (cercano al 2,5% del PIB en el ¨²ltimo a?o, con datos hasta el tercer trimestre, pr¨¢cticamente lo mismo que la media ...
El sector exterior ha sido uno de los principales protagonistas de la recuperaci¨®n reciente tras la pandemia, de manera similar a lo que sucedi¨® despu¨¦s de la crisis financiera. Espa?a es el ¨²nico de los grandes pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que ha conseguido mantener simult¨¢neamente un s¨®lido super¨¢vit de los intercambios comerciales (cercano al 2,5% del PIB en el ¨²ltimo a?o, con datos hasta el tercer trimestre, pr¨¢cticamente lo mismo que la media del periodo 2015-2019), y un abundante flujo de entrada de capital extranjero. El doblete tambi¨¦n ha aportado capacidad de resistencia y confianza ante las turbulencias geopol¨ªticas de los ¨²ltimos a?os.
La cuesti¨®n es hasta qu¨¦ punto estos resultados son sostenibles en el tiempo. Para calibrarlo, en un mundo interconectado, conviene examinar nuestra trayectoria a la luz de las transformaciones que atraviesan la econom¨ªa global.
La m¨¢s evidente: Europa, nuestro principal mercado de exportaci¨®n y de atracci¨®n de inversiones, est¨¢ perdiendo terreno en relaci¨®n a los otros grandes bloques comerciales. El crecimiento de la zona euro lleva m¨¢s de un a?o sin levantar cabeza, de modo que a duras penas supera los niveles de actividad prepandemia. El PIB se sit¨²a solo un 3% por encima del nivel alcanzado a finales de 2019, cuando la econom¨ªa norteamericana ya se ha propulsado un 7,3% m¨¢s all¨¢ de ese umbral. Y se vislumbra una divergencia a¨²n m¨¢s acusada en el pr¨®ximo a?o.
La locomotora exportadora europea parece haberse atascado, a tenor de la notable contracci¨®n del super¨¢vit exterior (desde el 2,8% del PIB en el periodo 2015-2019, hasta el 1,2% en 2023). El bloque es tambi¨¦n menos atractivo para el capital productivo internacional. La inversi¨®n directa extranjera retrocede en t¨¦rminos agregados, aun con diferencias, ya que cae en Alemania al tiempo que sube en Espa?a. Mientras tanto, el capital fluye hacia el otro lado del Atl¨¢ntico tras la aplicaci¨®n de los potentes est¨ªmulos a la inversi¨®n y a la relocalizaci¨®n de empresas del Inflation Reduction Act. Europa no dispone de un arsenal comparable al que ha desplegado la administraci¨®n Biden, ni de una estrategia coordinada, optando de facto por la competencia entre socios comunitarios, como evidencia la inflaci¨®n de subvenciones nacionales, o ¡°ayudas de Estado¡±, un instrumento poco eficaz que adem¨¢s desvirt¨²a el mercado ¨²nico en detrimento de las econom¨ªas con menos espacio fiscal como la nuestra.
Adem¨¢s del deterioro de la posici¨®n energ¨¦tica, Europa padece un d¨¦ficit creciente en sus intercambios de productos de alto valor a?adido tecnol¨®gico, particularmente con China. En 2022, dicho d¨¦ficit alcanz¨® los 36.000 millones de euros, dejando atr¨¢s los excedentes de a?os anteriores. De manera similar, el comercio de veh¨ªculos el¨¦ctricos es deficitario.
As¨ª pues, tiene m¨¦rito que las empresas espa?olas hayan ganado terreno en un mercado aletargado como el europeo. Tarde o temprano, sin embargo, el auge de nuestras exportaciones empezar¨¢ a languidecer. De hecho, ya se perciben s¨ªntomas de enfriamiento de los intercambios con la UE, como el ligero descenso de las exportaciones de bienes registrado hasta noviembre. Las importaciones, por su parte, se van recuperando, de modo que cabe esperar una contracci¨®n del excedente exterior para este a?o. Seg¨²n el Panel de Funcas, el super¨¢vit que arroja nuestra balanza por cuenta corriente descender¨¢ hasta el 1,5% del PIB. Este es todav¨ªa un saldo saludable.
No obstante, a medio plazo, adem¨¢s de depender de un bloque comercial europeo en declive relativo, nuestro aparato productivo se enfrenta al reto de incorporar las nuevas tecnolog¨ªas para mantener su posici¨®n competitiva. El tal¨®n de Aquiles es la debilidad de la productividad, reveladora de la dificultad a realizar la transici¨®n digital, amenazando con erosionar la ventaja que disponemos en t¨¦rminos de costes de producci¨®n. Un viento de cola que conviene preservar con consenso social y actuando sobre todas las palancas que impulsan la productividad.
Comercio internacional
Las exportaciones cayeron un 0,7% hasta noviembre en relación a un año antes, arrastradas por los derivados del petróleo, las semi-manufacturas y los medicamentos. Por el lado positivo, destaca la recuperación de las ventas en el exterior del sector automotriz y la consolidada robustez de las de bienes de equipo. Las importaciones también experimentaron una caída a nivel agregado, del 6,8%, como consecuencia sobre todo del abaratamiento de las compras de energía. Con estas tendencias, el déficit comercial se situó en menos de la mitad en comparación con un año antes.
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