La ¡®bideneconom¨ªa¡¯ sigue funcionando bien
EE UU puede permitirse hacer muchas cosas para mejorar la vida de sus ciudadanos e invertir en el futuro
Las noticias econ¨®micas en 2023 fueron casi milagrosamente buenas. La econom¨ªa estadounidense no solo desafi¨® los pron¨®sticos generalizados de recesi¨®n, sino tambi¨¦n las afirmaciones de que ¨²nicamente un aumento significativo del desempleo podr¨ªa poner freno a la inflaci¨®n. Lo que experimentamos fue, m¨¢s bien, ...
Las noticias econ¨®micas en 2023 fueron casi milagrosamente buenas. La econom¨ªa estadounidense no solo desafi¨® los pron¨®sticos generalizados de recesi¨®n, sino tambi¨¦n las afirmaciones de que ¨²nicamente un aumento significativo del desempleo podr¨ªa poner freno a la inflaci¨®n. Lo que experimentamos fue, m¨¢s bien, una combinaci¨®n de crecimiento fuerte, un desempleo cercano al nivel m¨¢s bajo en 50 a?os y una ca¨ªda de la inflaci¨®n. Pero la semana pasada, la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales informaba de que tanto el ?ndice de Precios de Consumo (IPC) como el ?ndice de Precios del Productor (IPP) registraron un aumento del 0,3% en enero, m¨¢s de lo que esperaban los analistas. Y los sospechosos de rigor ¡ªlos inflacionistas empedernidos, los enemigos pol¨ªticos del Gobierno de Biden y los economistas que predijeron err¨®neamente que la desinflaci¨®n requerir¨ªa un desempleo masivo¡ª se abalanzaron sobre los datos como si se tratara de un bal¨®n perdido.
Entonces, ?se acabaron los buenos tiempos? No. Todo lo que sabemos indica que esas cifras decepcionantes fueron m¨¢s que nada una irregularidad estad¨ªstica y no representan un empeoramiento significativo de las tendencias inflacionarias. Antes de explicarles c¨®mo pueden producirse desajustes as¨ª, d¨¦jenme decirles qu¨¦ indicadores analic¨¦ despu¨¦s de la publicaci¨®n de los informes sobre la inflaci¨®n.
Primero, me fij¨¦ en los mercados financieros, donde instrumentos como los swaps [derivados] de inflaci¨®n y los bonos indexados indican las tasas de inflaci¨®n que prev¨¦n los inversores que arriesgan dinero de verdad. Los precios de estos instrumentos siguen apuntando a una inflaci¨®n baja, en torno al 2% o ligeramente por encima. Segundo, estuve esperando a ver qu¨¦ ocurr¨ªa con la encuesta de la Reserva Federal de Atlanta sobre las expectativas de inflaci¨®n de las empresas, en la que se pregunta a los empresarios cu¨¢nto creen que aumentar¨¢n los costes durante el pr¨®ximo a?o. Si la inflaci¨®n estuviera aumentando de repente, cabr¨ªa esperar que las empresas lo notaran. Pero sus expectativas de inflaci¨®n subieron al 2,3% en febrero desde el... 2,2% en enero.
Si las cosas no han cambiado mucho, ?a qu¨¦ se deben esas cifras ligeramente aterradoras de la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales? En principio, el Gobierno calcula los precios generales de consumo de la misma forma en que la Federaci¨®n de la Oficina Agr¨ªcola Estadounidense calcula el precio de una cena t¨ªpica de Acci¨®n de Gracias (que, por cierto, baj¨® un 4,5% en 2023): calcula el coste de comprar una cesta fija de bienes y servicios.
En la pr¨¢ctica, nuestra econom¨ªa es m¨¢s complicada que un men¨² estandarizado de cena festiva, y calcular la inflaci¨®n implica mucho trabajo estad¨ªstico complejo. La Oficina de Estad¨ªsticas Laborales es extremadamente competente y profesional; de hecho, una ventaja pol¨ªtica raramente pregonada que Estados Unidos tiene sobre otros pa¨ªses es que, por lo general, dispone de mejores datos. Pero, aunque solo tengo elogios para la Oficina, sus informes a veces pueden resultar enga?osos, por varias razones.
Una de ellas es que, para que los datos mensuales tengan sentido, hay que ajustarlos a factores estacionales. Algunos de estos factores son evidentes: las verduras frescas son m¨¢s caras en invierno y m¨¢s baratas en verano. Otros son menos obvios. Goldman Sachs, que predijo correctamente un aumento de la inflaci¨®n oficial, se?ala que existe un ¡°efecto enero¡± en los precios, porque muchas empresas los suben a principios de a?o. Y Goldman sostuvo de antemano que las cifras oficiales no se ajustar¨ªan lo suficiente para reflejar este efecto, lo que dar¨ªa lugar a un repunte espurio de la inflaci¨®n medida, un repunte que desaparecer¨¢ en los pr¨®ximos meses. Goldman tambi¨¦n se?alaba que el componente m¨¢s importante del IPC ¡ªel 27% de la cesta nada menos¡ª es un precio que nadie paga realmente: el alquiler equivalente de los propietarios, un c¨¢lculo de lo que los propietarios pagar¨ªan si alquilaran sus casas. Hay razones por las que la Oficina mide los costes de la vivienda de esta manera, pero tambi¨¦n hay razones para creer que esa cifra se ha vuelto enga?osa, al distorsionar y exagerar los c¨¢lculos sobre la inflaci¨®n general. La Oficina de Estad¨ªsticas Laborales tambi¨¦n elabora un c¨¢lculo de los precios excluyendo el alquiler equivalente de los propietarios, que coincide con la forma en que los pa¨ªses europeos miden la inflaci¨®n. Este ¨ªndice ¡°armonizado¡± solamente subi¨® un 2,3% el a?o pasado.
Si todo esto les aturde un poco, perm¨ªtanme que les cuente un secreto: a m¨ª tambi¨¦n, y eso que se supone que este es mi campo. Pero el balance final es importante: a pesar de que algunas cifras eran decepcionantes, el relato b¨¢sico no ha cambiado. La econom¨ªa estadounidense sigue pareciendo una historia de ¨¦xito asombrosa.
Como es l¨®gico, decir esto provoca el rechazo de los republicanos que han afirmado hasta la saciedad que las pol¨ªticas ¡°socialistas¡± de Biden ser¨ªan un desastre y, como he escrito recientemente, estas personas tienen que creer para ver, por lo que siguen insistiendo en que la econom¨ªa es terrible, aunque, seg¨²n todas las medidas objetivas, vaya bastante bien. Tambi¨¦n se percibe cierto rechazo entre algunos en la izquierda, que por lo visto creen que un presidente progresista no deber¨ªa poder alardear de sus ¨¦xitos pol¨ªticos hasta que haya eliminado por completo la pobreza y la inseguridad, es decir, nunca.
Sin embargo, lo cierto es que Biden ha puesto en marcha un programa muy ambicioso: importantes mejoras del Obamacare [Ley de Atenci¨®n M¨¦dica Asequible], alivio de la deuda estudiantil, fuerte gasto en infraestructuras, promoci¨®n a gran escala de los semiconductores y la energ¨ªa verde que ha dado lugar a un aumento de la inversi¨®n en el sector de la fabricaci¨®n. Muchas voces advirtieron de que estaba extralimit¨¢ndose, de que la econom¨ªa pagar¨ªa un alto precio. Pero no ha sido as¨ª. Resulta que, de hecho, Estados Unidos puede permitirse hacer muchas cosas para mejorar la vida de sus ciudadanos e invertir en el futuro.
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