?Descarbonizaci¨®n? La clave es el coste del capital
Las estrategias de financiaci¨®n de la innovaci¨®n en tecnolog¨ªas limpias deber¨ªan ajustarse a las necesidades espec¨ªficas de cada etapa de su desarrollo
Hay tantas estimaciones del gasto necesario para descarbonizar la econom¨ªa en 2050 como instituciones que las hacen, y no son pocas. Algunas se recogen en un trabajo reciente de BBVA Research, con rangos de variaci¨®n no menores. Es simple, se requiere determinar qu¨¦ se incluye (?Inversi¨®n ¨²nicamente, por ejemplo, en renovables o en procesos industriales que no emitan gases de efecto invernadero? ?Y la compra de coches el¨¦ctricos? ?Se contabilizan las mejoras de intensidad de emisiones aunque no se llegue a cero?...) y con qu¨¦ supuestos (?Con qu¨¦ ritmo de mejoras tecnol¨®gicas? ?Con qu¨¦ regulaciones?...). En todo caso, las cifras de gasto son tan enormes (billones de euros) que son inalcanzables sin el sector privado.
La necesaria rentabilidad econ¨®mica lleva el an¨¢lisis desde la cantidad de capital a su coste: cuanto m¨¢s bajo, m¨¢s rentabilidad potencial y por tanto m¨¢s financiaci¨®n a renovables (rentables frente a la energ¨ªa f¨®sil), o apostar por innovaci¨®n tecnol¨®gica que ser¨ªa rentable (o no) en el futuro. El coste del capital no depende s¨®lo, ni principalmente, del tipo de inter¨¦s del banco central o de la rentabilidad del bono soberano. La remuneraci¨®n m¨ªnima exigida para lo invertido en descarbonizaci¨®n tiene que incluir riesgos macroecon¨®micos (estabilidad institucional, inflaci¨®n, tipos de inter¨¦s, tipo de cambio, ¡), y riesgos espec¨ªficos: regulaciones por definir, infraestructura por construir, demanda por incentivar, o que la innovaci¨®n financiada sea la que precisamente funcione.
Las estrategias de financiaci¨®n de la innovaci¨®n en tecnolog¨ªas limpias deber¨ªan ajustarse a las necesidades espec¨ªficas de cada etapa de su desarrollo, con instrumentos de financiaci¨®n p¨²blica especialmente en las primeras etapas, m¨¢s cerca de la ciencia b¨¢sica, apalancando la llegada de fondos privados con esquemas de garant¨ªas o de reparto de p¨¦rdidas. La financiaci¨®n privada tendr¨ªa que ganar peso a medida que el proyecto avanza hacia su despliegue, con la mejor certidumbre de las expectativas de rentabilidad. Finalmente, en la fase de despliegue comercial a gran escala, la financiaci¨®n privada deber¨ªa predominar, con el sector p¨²blico definiendo las reglas del juego. La claridad y previsibilidad en las pol¨ªticas energ¨¦ticas, una planificaci¨®n clara con hitos a corto y medio plazo que se someten al escrutinio de la sociedad, son fundamentales para atraer financiaci¨®n. En este sentido, las estrategias de reducci¨®n del coste del capital son determinantes en mercados emergentes, con mayores riesgos macroecon¨®micos y m¨¢s inciertas ambiciones clim¨¢ticas, con un coste de capital por tanto que puede doblar o triplicar el existente en econom¨ªas desarrolladas.
Las pol¨ªticas de descarbonizaci¨®n deben enfocarse en reducir el coste de uso del capital para desencadenar la financiaci¨®n necesaria impulsando la competencia, no en lograr un volumen de fondos, un n¨²mero muy incierto y por tanto irrelevante.
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