El capitalismo de amiguetes llega a EE UU
Un sistema que recompensa a las empresas en funci¨®n de sus conexiones pol¨ªticas seguramente lastrar¨¢ el crecimiento econ¨®mico. Las reglas para triunfar en los negocios en el pa¨ªs est¨¢n a punto de cambiar, y no en el buen sentido
Estamos a finales de 2025, y Donald Trump ha hecho lo que dijo que har¨ªa: imponer aranceles elevados a los bienes procedentes del extranjero, y aranceles extremadamente elevados a las importaciones procedentes de China. Estos impuestos han tenido exactamente el efecto que muchos economistas predijeron que tendr¨ªan, aunque Trump insistiera en lo contrario: precios m¨¢s altos para los compradores estadounidenses.
Pongamos por caso que ustedes tienen un negocio que depende de repuestos importados, a lo mejor de China, o de M¨¦xico, o de alg¨²n otro lugar. ?Qu¨¦ pueden hacer? Bueno, la legislaci¨®n comercial de EE UU otorga al poder ejecutivo amplias facultades para el establecimiento de aranceles, entre ellas la capacidad de conceder exenciones en casos especiales. De modo que solicitan una de esas exenciones. ?Se les conceder¨¢?
En principio, la respuesta deber¨ªa depender de si el tener que pagar esos aranceles plantea dificultades reales y pone en peligro puestos de trabajo estadounidenses. En la pr¨¢ctica, se puede adivinar con toda seguridad que intervendr¨¢n otros criterios. ?Cu¨¢nto dinero han aportado a los republicanos? Si celebran retiros de empresa, ?lo hacen en campos de golf y complejos tur¨ªsticos de Trump? No estoy haciendo conjeturas in¨²tiles. Trump impuso aranceles considerables durante su primer mandato, y muchas empresas solicitaron exenciones. ?Qui¨¦n las obtuvo? Un an¨¢lisis estad¨ªstico publicado no hace mucho hall¨® que los negocios con v¨ªnculos republicanos, medidos por sus contribuciones a la campa?a de 2016, ten¨ªan muchas m¨¢s probabilidades de que se aprobaran sus solicitudes.
Pero eso fue solo un ensayo a peque?a escala de lo que podr¨ªa estar por venir. Aunque todav¨ªa no tenemos datos concretos, las propuestas arancelarias que Trump present¨® durante la campa?a eran de mucho m¨¢s alcance y, en el caso de China, mucho m¨¢s elevadas que todo lo que vimos la primera vez; el potencial de favoritismo pol¨ªtico ser¨¢ un orden de magnitud mayor.
Seg¨²n tengo entendido, el t¨¦rmino ¡°capitalismo de amiguetes¡± se invent¨® para describir c¨®mo funcionaban las cosas en Filipinas durante la dictadura de Ferdinand Marcos, que gobern¨® desde 1965 hasta 1986. Describe una econom¨ªa en la que el ¨¦xito empresarial depende menos de una buena gesti¨®n que de tener las conexiones adecuadas, a menudo adquiridas haciendo favores pol¨ªticos o financieros a quienes ocupan el poder. En la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n, por ejemplo, Transparencia Internacional calcula que m¨¢s de una cuarta parte de la econom¨ªa est¨¢ controlada por empresas con estrechos v¨ªnculos con el partido gobernante.
Ahora es muy probable que el capitalismo de amiguetes llegue a Estados Unidos.
Se han hecho muchos an¨¢lisis del posible impacto macroecon¨®mico de los aranceles de Trump, que, si son tan elevados como ¨¦l ha dado a entender, ser¨¢n gravemente inflacionistas. Sin embargo, podr¨ªa decirse que, a la larga, su influencia corruptora ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s significativa. ?Por qu¨¦ los aranceles crean m¨¢s posibilidades de amiguismo que otros tributos? Porque la forma en que funcionan con arreglo a nuestras leyes ofrece mucho margen para la aplicaci¨®n discrecional. El secretario del Tesoro no puede eximir sin m¨¢s a sus amigos del impuesto sobre la renta. No obstante, el presidente puede eximir de los aranceles a los aliados. ?Y alguien cree realmente que el Gobierno de Trump ser¨¢ demasiado ¨¦tico para hacer algo as¨ª? El propio Trump ha presumido de su capacidad para burlar el sistema; se ha jactado de que no pagar los impuestos que le corresponden le hace ¡°inteligente¡±.
?Ser¨¢n los aranceles la ¨²nica gran locomotora posible del capitalismo de amiguetes con el Gobierno entrante? Lo dudo. Si se piensa bien, los planes de deportaci¨®n de Trump tambi¨¦n ofrecer¨¢n muchas oportunidades para el favoritismo.
Algunos de los asesores de Trump, en particular Stephen Miller, parecen imaginar que pueden purgar r¨¢pidamente a Estados Unidos de los inmigrantes que entraron ilegalmente, capturando a millones de personas y poni¨¦ndolas en ¡°inmensos centros de detenci¨®n¡±. Sin embargo, incluso si dejamos de lado las cuestiones legales, esto es seguramente imposible desde el punto de vista log¨ªstico. Lo m¨¢s probable es que veamos a?os de intentos dispersos de aplicaci¨®n de la ley, con redadas en diversas empresas sospechosas de emplear a esos inmigrantes.
?Pero qu¨¦ criterios decidir¨¢n qu¨¦ empresas se convierten en objetivos prioritarios de esas redadas y a cu¨¢les dejar¨¢n en paz, exentas, de hecho, durante a?os? ?Qu¨¦ creen ustedes?
Y c¨®mo no, hay m¨¢s. Por ejemplo, Trump ha insinuado su disposici¨®n a quitar las licencias a las cadenas de televisi¨®n que, en su opini¨®n, ofrecen una informaci¨®n desfavorable.
Si llega el capitalismo de amiguetes, ?qu¨¦ le har¨¢ a Estados Unidos? Evidentemente, ser¨¢ malo para la democracia, tanto porque ayudar¨¢ a asegurar una gran ventaja financiera republicana como porque garantizar¨¢ el apoyo abierto de las empresas a Trump, por mucho da?o que hagan sus pol¨ªticas. Tambi¨¦n enriquecer¨¢ a Trump y a quienes le rodean.
M¨¢s all¨¢ de eso, un sistema que recompensa a las empresas en funci¨®n de sus conexiones pol¨ªticas seguramente lastrar¨¢ el crecimiento econ¨®mico. Muchos intentos de explicar el p¨¦simo historial econ¨®mico de Italia a lo largo de la ¨²ltima generaci¨®n atribuyen en parte los malos resultados al amiguismo generalizado. Seg¨²n un estudio reciente, los reg¨ªmenes populistas, ya sean de izquierdas o de derechas ¨Creg¨ªmenes que tambi¨¦n suelen ser capitalistas de amiguetes¨C tienden a sufrir una penalizaci¨®n del crecimiento a largo plazo de aproximadamente un punto porcentual cada a?o.
El tiempo lo dir¨¢. La evidencia da a entender que las reglas para triunfar en los negocios en Estados Unidos est¨¢n a punto de cambiar, y no en el buen sentido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.