La brecha de inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo
Europa dedica tantos recursos p¨²blicos como EE UU, pero su efecto multiplicador es la mitad
El activismo fiscal es una de las se?as de identidad del actual modelo de crecimiento. El auge presupuestario se plasma en la expansi¨®n del gasto p¨²blico, siendo este el principal impulsor del PIB en estos ¨²ltimos a?os. Tambi¨¦n destacan las invocaciones, por parte de un amplio espectro de la sociedad y del sector privado, a una mayor implicaci¨®n del Estado para afrontar la sucesi¨®n de crisis, la espiral de inflaci¨®n y los riesgos geopol¨ªticos que se han ido sucediendo. Sin embargo, ha llegado el momento de plantear una acci¨®n m¨¢s cualitativa, maximizando la eficiencia de los recursos: el d¨¦ficit p¨²blico, si bien en retroceso, amenaza con cronificarse en torno al 3%, y la deuda con permanecer por encima del 100%, dejando poco margen de maniobra ante futuras perturbaciones.
Las medidas tributarias como el establecimiento de un tipo m¨ªnimo del 15% para las grandes corporaciones no parecen suficientes. Bien es cierto que hay margen para una reforma fiscal m¨¢s amplia destinada a colmatar grietas en la recaudaci¨®n como consecuencia del entramado de deducciones y exoneraciones cuya efectividad es dudosa. Pero tambi¨¦n conviene incidir del lado del gasto para preservar el potencial estabilizador de la pol¨ªtica fiscal, y al tiempo acometer las inversiones necesarias para afrontar los grandes retos tecnol¨®gicos y medioambientales, y elevar la productividad.
La inversi¨®n en investigaci¨®n y desarrollo es un caso paradigm¨¢tico a este respecto. Seg¨²n datos de la OCDE, el gasto p¨²blico europeo en I+D ronda el 1% del PIB, casi lo mismo que en EE UU, y sin embargo el impacto en la inversi¨®n del sector privado es relativamente d¨¦bil. Concretamente, por cada euro invertido por el sector p¨²blico en I+D, el sector privado europeo invierte otro euro, cuando en EE UU el multiplicador es de dos. En China y Corea del Sur, en plena carrera por el liderazgo tecnol¨®gico, el efecto multiplicador de la inversi¨®n p¨²blica es m¨¢s del triple que en Europa. En Espa?a el multiplicador se sit¨²a en niveles pr¨®ximos a la media europea (si bien con una inversi¨®n p¨²blica menor). La clave no es tanto el volumen de recursos presupuestarios destinados a la innovaci¨®n tecnol¨®gica como el buen funcionamiento institucional y las conexiones entre lo p¨²blico y lo privado.
El escaso efecto multiplicador de la inversi¨®n p¨²blica en innovaci¨®n no es una maldici¨®n europea. Suecia, una de las econom¨ªas avanzadas con mayores tasas de crecimiento de la productividad, apuesta por acuerdos plurianuales de cooperaci¨®n entre las administraciones, los centros de investigaci¨®n y la industria. Su entorno institucional, evaluado en funci¨®n de la capacidad de sellar dichos acuerdos, favorece la eclosi¨®n de patentes que protegen el esfuerzo de innovaci¨®n, y por tanto incentivan la iniciativa privada (el n¨²mero de patentes por habitante es 2,5 veces m¨¢s elevado que la media europea). En Espa?a, una estrategia m¨¢s integrada potenciar¨ªa los beneficios fiscales destinados a la inversi¨®n tecnol¨®gica, siendo esta una pol¨ªtica infrautilizada en la actualidad por nuestras empresas.
La experiencia internacional tambi¨¦n pone de relieve la relevancia de instrumentos financieros como aportaciones de capital o cr¨¦ditos participativos, con el objetivo de incentivar la inversi¨®n empresarial en proyectos prometedores. El peso del capital riesgo en Suecia es similar a lo que se observa en EE UU, cuando la media europea es tres veces menor. En Espa?a, esta palanca es especialmente relevante para las empresas de tama?o intermedio o con un elevado potencial de crecimiento y que carecen de financiaci¨®n (scaling up). La profundizaci¨®n del mercado ¨²nico, una de las prioridades declaradas del proyecto europeo, movilizar¨ªa el ahorro disponible y por tanto ayudar¨ªa a desatascar la inversi¨®n. Pero las reformas institucionales son la condici¨®n sine qua non para que la integraci¨®n europea, o el impulso a la inversi¨®n p¨²blica a que nos exhorta el informe Draghi, sirvan de acicate para la transformaci¨®n productiva.
Europa
Se aleja la perspectiva de una pronta recuperación de la economía europea, a tenor de la fuerte contracción de la facturación empresarial en noviembre: el indicador PMI de gestores de compra de la eurozona se sitúa en terreno recesivo, con el peor dato desde enero. Preocupa el declive persistente del indicador en Alemania, y el súbito deterioro en Francia (no hay información todavía para España). Estos datos son coherentes con el débil comportamiento de las exportaciones españolas de bienes en la eurozona, con un descenso en euros corrientes de 0,3% en lo que va de año.
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