El ¡°ente misterioso¡± que preocupa al ministro Castells
Los universitarios pagan las matr¨ªculas sin saber con exactitud cu¨¢nto cuesta su a?o de carrera. Los rectores ultiman un plan para cuantificarlo
Las universidades espa?olas son sometidas a tal grado de fiscalizaci¨®n que el papeleo las asfixia en su d¨ªa a d¨ªa. Sin embargo, pocas saben cu¨¢nto cuesta la carrera de cada estudiante porque los c¨¢lculos no est¨¢n bien hechos. Se estipulan los precios de matr¨ªcula a ojo de buen cubero por su grado de experimentalidad. Al ministro Manuel Castells, reputado soci¨®logo que asegura venir ¡°de otra galaxia¡± [California], este hecho le asombra. En una intervenci¨®n reciente en el Congreso, tras hablar de tasas y becas afirm¨®: ¡°Todo esto se basa en un ente misterioso: el costo por estudiante. Soy cient¨ªfico, soy universitario, soy investigador y conozco estos temas. ?De d¨®nde sale el costo? ?Qui¨¦n lo define? ?En funci¨®n de qu¨¦? Hay un m¨¦todo complicad¨ªsimo pero serio: la contabilidad anal¨ªtica¡±.
¡°?Y qu¨¦ pasa? Que pocas universidades tienen esta contabilidad anal¨ªtica porque se necesitan unos criterios relativamente homog¨¦neos. Lo he hablado con la CRUE [la conferencia de rectores], tiene que haber una com¨²n y coordinada para que se sepa m¨¢s objetivamente qu¨¦ pasa en cada universidad¡±, prosigui¨® Castells. ¡°En este momento se est¨¢n definiendo los criterios para efectuar esta contabilidad. Hay pocas universidades que la tengan implantada de forma rutinaria¡±, responde a estas palabras Jos¨¦ Carlos G¨®mez-Villamandos, presidente de la CRUE y rector de C¨®rdoba. Y lo argumenta: ¡°Es dif¨ªcil imputar los costes en cada actividad [docencia, investigaci¨®n y transferencia de conocimiento] para conocer el coste de la educaci¨®n¡±.
Hasta 1983, que se aprueba la Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), el Ministerio de Educaci¨®n atend¨ªa las obligaciones financieras de las universidades. Pero con la cesi¨®n de las competencias a las comunidades aut¨®nomas (1984-1996), que coincidi¨® con un aluvi¨®n de estudiantes y un aumento de la oferta acad¨¦mica, el escenario cambi¨® y los campus tuvieron que preocuparse de los n¨²meros. En 2012 el ministro Jos¨¦ Ignacio Wert (PP), para compensar la bajada en financiaci¨®n a las universidades, oblig¨® a que los estudiantes asumiesen entre un 15% y un 25% del coste de su matr¨ªcula y que el resto (hasta llegar a unos 6.000 euros) corriese a cuenta del Estado. ?Un 15% de qu¨¦ cuant¨ªa total? El ¡°ente misterioso¡± al que alude Castells.
El pasado 7 de mayo, el ministro anul¨® esta horquilla de entre el 15% y el 25% de la matr¨ªcula ¡ªcon la intenci¨®n de que las comunidades que m¨¢s cobran bajen los precios¡ª, pero el porcentaje que sale del bolsillo del alumno sigue ligado a un total opaco. Para saber cu¨¢nto cuesta realmente la carrera de un alumno, las universidades tienen que analizar el coste en profesorado, en personal de administraci¨®n y servicios (PAS) y los gastos de mantenimiento de los edificios. Porque no cuesta lo mismo que el estudiante acuda a una facultad antigua sin eficiencia energ¨¦tica que a una nueva, aunque en ambos casos el inscrito abone lo mismo.
Las medidas urgentes de racionalizaci¨®n del gasto impuestas por Crist¨®bal Montoro en 2018 ya obligaban a implantar esta contabilidad, pero los a?os ha ido pasando con p¨ªrricas mejoras. ¡°Solo tenemos publicada la contabilidad anal¨ªtica la Universidad de Santiago de Compostela y nosotros, pero s¨¦ que otras tienen el informe muy adelantado¡±, explica Margarita Labrador, vicerrectora de Econom¨ªa en la Universidad de Zaragoza. Su instituci¨®n empez¨® a recopilar datos con su propio modelo en 2008 y los difundi¨® en 2012. ¡°Es un trabajo arduo, porque los sistemas inform¨¢ticos dentro de las universidades en muchos casos no est¨¢n bien conectados entre s¨ª y es dif¨ªcil juntar los resultados. Para paliar esto, hemos dise?ado entre todas las universidades un modelo consensuado que afina el reparto de costes a trav¨¦s de CRUE¡±, prosigue Labrador, profesora de contabilidad. El compromiso de los campus es publicar los datos ¡°en uno o dos a?os, cuando est¨¦ terminado¡±.
¡°Las universidades llevan en ello muchos a?os. Es una reivindicaci¨®n hist¨®rica de sus consejos sociales. Es obligatorio por un real decreto de 2012. Esta contabilidad permite conocer el coste de los servicios, el grado de cobertura de la financiaci¨®n ¡ªsobre todo la estructural, los gastos b¨¢sicos¡ª y facilita much¨ªsimo la rendici¨®n de cuentas¡±, alaba Antonio Abril presidente de la Conferencia de Consejos Sociales de las Universidades ¡ªel ¨®rgano que controla las cuentas de los campus¡ª y secretario general del gigante Inditex. ¡°Si es muy conveniente, ?por qu¨¦ no se ha hecho? Hay una dificultad de falta de medios, personal especializado...Adem¨¢s, se quejan las universidades de que el sistema de contrataci¨®n p¨²blica no se adec¨²a a ellas. Y hay una tercera raz¨®n: obliga a hacer muy transparentes los gastos y la rentabilidad de las universidades. Se retratan¡±.
El pasado febrero el Consejo de Cuentas de Castilla y Le¨®n reproch¨®, como lleva haciendo desde 2016, a las cuatro universidades p¨²blicas de la regi¨®n que no hagan una contabilidad anal¨ªtica. El ¨®rgano recuerda a estas instituciones que con estos n¨²meros se podr¨ªa comprobar si la financiaci¨®n de la Junta y el Estado es acorde a las necesidades y examinar si el sistema de becas complementarias de la regi¨®n se ajusta a la realidad. ¡°Es una herramienta muy ¨²til a nivel interno ¡ªcomo para cualquier empresa¡ª conocer el coste de las actividades que realizamos¡±, a?ade a la lista de beneficios la vicerrectora Margarita Labrador. El ¡°ente¡± de Castells parece tener los d¨ªas contados.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.