As¨ª abrir¨¢n los colegios mayores: habitaciones individuales, visitas solo en el vest¨ªbulo y la biblioteca en cuarentena
Los universitarios har¨¢n m¨¢s uso que nunca de estas residencias al recibir las clases te¨®ricas en remoto. La demanda no ha bajado; las familias conf¨ªan en estos servicios
En un colegio mayor conviven unas 150 personas procedentes de toda Espa?a ¡ªsi no del extranjero¡ª que estudian en distintas facultades lo que supone, sin duda, una riqueza cultural, pero tambi¨¦n un potencial foco de contagio con tanto trasiego. As¨ª que el Consejo de Colegios Mayores, que agrupa a 125 centros donde residen 17.000 estudiantes, crey¨® conveniente contar con un protocolo que velase por la seguridad de todos. ¡°Desde el consejo contactamos con el Ministerio de Sanidad y el de Universidades y nos dijeron que no iban a hacer un protocolo especial para los colegios mayores, que habl¨¢semos con una empresa de riesgos laborales¡±, cuenta el presidente de la instituci¨®n, Juan Mu?oz. As¨ª que, para tener ¡°una gu¨ªa con un refrendo sanitario¡±, se pusieron en manos de una compa?¨ªa con la que han elaborado unas normas que cada centro adaptar¨¢ a sus caracter¨ªsticas.
Mu?oz reconoce que al principio temieron una desbandada de colegiales, pero no ha ocurrido: ¡°Los n¨²meros no nos dicen que haya miedo a desplazarse para estudiar, ni en la renovaci¨®n de plazas ni en las nuevas¡±. ¡°Por ejemplo, en el Chaminade, de 280 personas, han renovado 195¡å, se?ala sobre el centro privado que dirige en Madrid. ¡°Quedan solo 85 plazas libres, una cifra perfectamente normal¡±, compara. David Bern¨¢, del Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad Complutense, habla de ¡°cifras hist¨®ricas¡± de solicitud en los cinco colegios propios de la instituci¨®n. ¡°Los padres con los que hemos contactado dicen que se quedan m¨¢s tranquilos si son vigilados. Si su hijo se pone enfermo, saben que le cuidaremos. Si no baja a comer, enseguida alguien preguntar¨¢¡±.
La pandemia obliga a los colegios a adaptarse, manteniendo la distancia en sus espacios comunes, e incluso afecta a sus habitaciones dobles, por las que suelen pasar los residentes de primer a?o para hacerles m¨¢s f¨¢cil su integraci¨®n. ¡°El curso que viene va a suponer un esfuerzo econ¨®mico importante, especialmente para los colegios que no pueden readaptar sus habitaciones dobles y tengan que dejarlas como individuales. Perder¨¢n estudiantes, claro¡±, prosigue Mu?oz.
La entrada
Se deja al arbitrio de cada colegio mayor el uso de un term¨®metro sin contacto o los esc¨¢neres t¨¦rmicos, como en los aeropuertos. Si el edificio tiene m¨¢s de un acceso, uno ser¨¢ de entrada y otro de salida para que las personas no se crucen. La puerta se quedar¨¢ abierta ¡ªsi no es autom¨¢tica¡ª en los momentos de m¨¢s afluencia y todo el que entre tendr¨¢ que usar el dispensador de hidrogel. Cuando no pueda garantizarse el distanciamiento f¨ªsico, los residentes y el personal del colegio deber¨¢n llevar la mascarilla puesta. La consejer¨ªa funcionar¨¢ a medio gas, as¨ª que todo lo que se pueda se resolver¨¢ por tel¨¦fono o de forma virtual. Las visitas no son bienvenidas. No pasar¨¢n del vest¨ªbulo o ser¨¢n ¡°aisladas¡± en una sala de espera y se les asignar¨¢ un ba?o.
En la residencia de la Universidad de C¨¢diz han optado por una f¨®rmula distinta. ¡°Si se hace la reserva de habitaciones dobles, ambos colegiales deben ser considerados como convivientes. Es decir, de la misma unidad familiar o firmar una declaraci¨®n responsable de que ambas personas conviven con anterioridad independientemente de la relaci¨®n que les una (amigos que comparten piso, etc¨¦tera)¡±, explican desde el campus.
La habitaci¨®n
El protocolo obliga a que las camas y las mesas de estudio en esos espacios en las habitaciones dobles disten dos metros, algo casi siempre inviable. ¡°Una cosa es que los colegiales hagan cosas juntos y otra que compartan cuarto. Es un riesgo demasiado grande que no ¨ªbamos a asumir¡±, prosigue Bern¨¢. Las 600 plazas de la Complutense ser¨¢n, por tanto, individuales. Mu?oz no ten¨ªa ese problema, porque el Chaminade se reform¨® y no hay habitaciones compartidas.
El sal¨®n de actos
El aforo en las actividades culturales queda sometido a las normas que el Gobierno disponga para teatros y cines en ese momento, pero los colegios mayores no quieren renunciar esa marca de identidad que les diferencia, seg¨²n ellos, de las residencias universitarias. En la Complutense idean usar sus espacios verdes o hacer encuentros virtuales.
La cocina y el comedor
Los trabajadores de la cocina trabajar¨¢n con mascarilla y alejados, lo que obliga a revisar el aforo. La vajilla, la cuberter¨ªa y la cristaler¨ªa se limpiar¨¢n en el lavavajillas ¡ªincluso las no usadas¡ª a temperaturas superiores a los 80 grados.
En el comedor, los alumnos se sentar¨¢n distanciados dos metros de las personas de la mesa de al lado y un metro con las que se comparte tablero. Por eso se aconseja que no haya m¨¢s de cuatro comensales por cada 10 metros cuadrados, que se establezcan turnos y que se coloquen cintas adhesivas en el suelo donde pueda formarse cola ¡ªcomo ocurre en el supermercado¡ª, es decir, en la fila para servirse, en las m¨¢quinas de vending o para usar el microondas.
¡°Se recomienda evitar el sistema de buf¨¦ con autoservicio, sustituy¨¦ndolo por buf¨¦ asistido por personal con emplatados individuales tapados¡±, se recoge en el protocolo. De esa forma se quiere evitar que los universitarios manoseen los alimentos y equipos. ¡°Eso no significa que les sirva un camarero, los colegiales recoger¨¢n su bandeja en un sitio¡±, aclara Bern¨¢. En la medida de lo posible el protocolo aconseja dar preferencia a ¡°materiales y objetos desechables¡±. No habr¨¢ rastro de los servilleteros, los palilleros o las vinagreras ¡ªpor su uso compartido, fomentan el contagio¡ª y los manteles, de papel, se cambiar¨¢n cada vez.
La sala inform¨¢tica, la biblioteca y el gimnasio.
Las universidades, al menos el primer trimestre, pretenden impartir las clases te¨®ricas en remoto, por lo que los colegiales van a pasar m¨¢s tiempo que nunca en su residencia. Usar¨¢n la sala de inform¨¢tica y deber¨¢n desinfectar los ordenadores, impresoras y materiales de trabajo ¡ªsi son de uso compartido¡ª antes y despu¨¦s de utilizarlos. Los computadores de la biblioteca, ocupada a un m¨¢ximo del 30% de su aforo, no se podr¨¢n utilizar y el bibliotecario entregar¨¢ el libro deseado al estudiante. Cuando lo devuelva, el volumen pasar¨¢ una cuarentena de 14 d¨ªas. A Bern¨¢ no le preocupa. ¡°Suelen ser libros hist¨®ricos no novedades y los colegiales utilizan m¨¢s los servicios de las bibliotecas. Ahora estamos terminando el protocolo de las nuestras¡±.
En el gimnasio, las m¨¢quinas para hacer ejercicio f¨ªsico estar¨¢n separadas dos metros y se desinfectar¨¢n tras cada uso y las esterillas se cubrir¨¢n con una toalla individual. Mientras que en las salas de ocio (billar, ping-pong¡) solo estar¨¢n permitidos los juegos que garanticen un distanciamiento de dos metros. Las rutinas de un colegial mientras no haya vacuna.
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