Familias insumisas avisan de que sus hijos no ir¨¢n al cole
Madres y padres rechazan la vuelta a las aulas por miedo al contagio. Las autonom¨ªas consideran la decisi¨®n absentismo
Esta vuelta al cole ser¨¢ ¨²nica y extra?a para la inmensa mayor¨ªa de los ocho millones de alumnos preuniversitarios. Sin embargo, para algunos no ser¨¢, porque se quedar¨¢n en casa. Miles de estudiantes, est¨¢ por ver cu¨¢ntos. El movimiento de asociaciones de madres y padres (AMPA) que se niegan a que sus hijos vuelvan al colegio por el peligro de contagiarse de coronavirus aumenta cada d¨ªa. Familias de todo el pa¨ªs se han rebelado contra los planes de los Gobiernos auton¨®micos, a los que reclaman m¨¢s inversi¨®n para reducir el n¨²mero de alumnos por clase, y sus quejas se han viralizado este verano en Internet. El cisma entre las Administraciones y los padres y madres est¨¢ servido mientras el derecho a la educaci¨®n de los ni?os pende de un hilo.
¡°?En qu¨¦ empresa se permite que 30 personas convivan en una sala de 35 metros cuadrados? Montan un hospital de campa?a en d¨ªas, pero durante meses no pueden encontrar espacios para los ni?os. Y las burbujas son ficticias, porque luego los mezclas en el transporte, el recreo o el aula matinal [donde ni?os de todos los cursos comparten espacio antes de empezar las clases]¡±. La profesora y madre tuitera Maestra enfurecida ¡ªque solicita anonimato¡ª subi¨® una petici¨®n a Change.org para exigir al Ministerio de Educaci¨®n y las comunidades m¨¢s recursos y espacios para garantizar ¡°una vuelta al cole segura¡±, y ya acumula 155.000 firmas. Cristian Espantoso, cuyo hijo acude a la escuela Ikasbide de Bilbao, apunta: ¡°Es probable que no vaya en todo el curso, lo estamos debatiendo. Las familias necesitamos ayuda y comprensi¨®n, no amenazas de que avisar¨¢n a los servicios sociales. Si los Gobiernos no bajan ahora la ratio por la pandemia, ?cu¨¢ndo lo har¨¢n?¡±.
El Gobierno avanz¨® a las autonom¨ªas que en septiembre dispondr¨¢n de 2.000 millones de euros a fondo perdido para educaci¨®n, y estas contratar¨¢n nuevos maestros, pero los refuerzos est¨¢n lejos de los 165.000 nuevos docentes que CC OO estim¨® como necesarios para garantizar una ratio de 15 alumnos por aula, planteado en mayo. Mientras la Comunidad Valenciana contratar¨¢ a 4.300 nuevos docentes, Catalu?a aumentar¨¢ en 5.000 su plantilla, Andaluc¨ªa incorporar¨¢ 6.000 profesores y el Pa¨ªs Vasco no har¨¢ nuevos contratos. La Moncloa celebrar¨¢ la pr¨®xima semana una conferencia de presidentes auton¨®micos para intentar consensuar medidas para la vuelta al cole. Pero la ratio de alumnos por clase, de 25 en Primaria y de 30 en Secundaria, apenas bajar¨¢. ¡°Cualquiera que vea a los ni?os en clase sabe que eso es una bomba de relojer¨ªa. Nosotros ya est¨¢bamos hacinados y damos clase en la biblioteca, el sal¨®n de actos o el pasillo, esto viene de largo¡±, a?ade Maestra enfurecida, que ense?a en Murcia.
Ante el plante anunciado por este movimiento de madres y padres, el Ministerio de Educaci¨®n recuerda el valor del aula como ascensor social. ¡°La educaci¨®n es obligatoria de los seis a los 16 a?os y siempre hemos defendido que la escuela es insustituible como el mejor elemento para acabar con las desigualdades sociales de origen, tal y como indica la ONU y otros organismos internacionales¡±, afirma una portavoz. Carmen Morillas, de Ceapa ¡ªla mayor confederaci¨®n de asociaciones de madres y padres, con 12.000 AMPA¡ª pide a las Administraciones estatal, regionales y locales ¡°m¨¢s esfuerzo¡± para ofrecer soluciones reales: ¡°Entendemos que los padres tengan miedo y es respetable, pero tenemos que aprender a convivir con el virus. La presencialidad es imprescindible para garantizar la igualdad de oportunidades como demostr¨® el confinamiento, pero claro, siempre que se garantice la seguridad y las medidas higi¨¦nicas. El derecho a la educaci¨®n pertenece al alumnado¡±.
El movimiento insumiso prendi¨® en junio en Andaluc¨ªa y ya son m¨¢s de 500 AMPA en colegios de Sevilla, M¨¢laga, C¨¢diz y Huelva dispuestas a replicar las clases en casa, como durante el confinamiento. ¡°Las familias nos vemos obligadas a elegir entre salud y educaci¨®n. Sabiendo que el riesgo cero no existe, la Junta no ha explorado otras v¨ªas m¨¢s que mascarillas y gel hidroalcoh¨®lico, y la contrataci¨®n de 6.000 docentes no bajar¨¢ la ratio¡±, denuncia Teresa de Pablo, del colectivo Escuelas de Calor. Olga Amado, portavoz de Ampas en pie, que aglutina a 180 asociaciones de M¨¢laga y que apoya la insumisi¨®n como una opci¨®n, recuerda el miedo de muchas madres por convivir en casa abuelos y nietos: ¡°Que no nos hablen de clases burbuja, nos da risa y llanto a la vez. Queremos presencialidad, pero con garant¨ªas¡±.
La viceconsejera de Educaci¨®n andaluza, Carmen Castilla, replica: ¡°Espacios no tenemos, hay que ser realistas (¡) Si esto se generalizara, el ministerio tendr¨¢ que determinar si hay que comprimir el curr¨ªculo, porque ahora est¨¢ asociado a las 25 horas lectivas¡±. Cuando surgi¨® el movimiento, la respuesta de la Junta de Andaluc¨ªa fue aclarar que si los ni?os se quedaban en casa, iniciar¨ªa el protocolo de absentismo. Y esto calent¨® a¨²n m¨¢s el ¨¢nimo de las familias insumisas. Porque de fondo late un debate jur¨ªdico que ha llevado a muchos padres y madres a consultar a abogados de antemano.
Es una inc¨®gnita si las Administraciones dar¨¢n el paso de enfrentarse a los padres insumisos, aunque a priori parece dif¨ªcil. ¡°Hay un valor superior al derecho a la educaci¨®n, que es el derecho a la vida y la salud del propio ni?o. Las normas deben interpretarse con equidad y conforme a la realidad social en la que estamos. No creo que le vayan a quitar la custodia a nadie¡±, apunta Guillermo Cerdeira, catedr¨¢tico de Derecho Civil en la Universidad de Sevilla. Para que prospere un expediente administrativo por absentismo a una familia, este debe ser ¡°grave, prolongado y resistente a la autoridad p¨²blica¡±. Tras estudiarlo el centro escolar, se traslada a los servicios sociales y finalmente la Fiscal¨ªa podr¨ªa interponer denuncia ¡ªal ser el abandono familiar un delito semip¨²blico¡ª para que un juez decidiera en ¨²ltima instancia. Al respecto, un fiscal de menores ilustra: ¡°Se podr¨¢n discutir las medidas sanitarias adoptadas, pero indiciariamente puede estar justificada la ausencia del menor a clase¡±. Mar¨ªa P¨¦rez, vicepresidenta de la asociaci¨®n espa?ola de abogados de familia, explica: ¡°El consejo que estamos dando es que debe ser un acuerdo sin fisuras entre padre y madre. No habr¨¢ un juez que le quite la patria potestad a unos padres por esto, ni sanci¨®n penal ni multa¡±, vaticina.
Tras la experiencia del confinamiento, tambi¨¦n hay familias que han descubierto ventajas a la educaci¨®n en casa y han presentado una propuesta al Ministerio de Educaci¨®n para ¡°flexibilizar¡± la presencialidad. ¡°No buscamos una escuela en casa, sino que se pueda elegir cu¨¢ndo acudir con supervisi¨®n, porque el que lo elija se va a implicar en la educaci¨®n. Los padres y madres de ni?os con altas capacidades, autismo o que han sufrido acoso est¨¢n encantados¡±, explica una madre madrile?a que pide anonimato y redact¨® el documento, con 4.000 adheridos.
?Est¨¢ justificado el miedo de los padres al contagio? ¡°Lo que sabemos hoy es que los ni?os desarrollan la enfermedad entre 10 y 20 veces menos que los adultos y que la mayor¨ªa de casos son leves. Hasta ahora, la transmisi¨®n en la escuela es muy excepcional, salvo episodios como los sucedidos en la Secundaria de Israel. Pero no hay certeza en ninguna estrategia, necesitamos arrancar el curso¡±, expone Jordi Sunyer, investigador del ISGlobal de Barcelona. Entre las medidas recomendadas por los expertos para prevenir el contagio (grupos burbuja, ventilaci¨®n, higiene de manos y superficie suficiente para permitir la distancia de seguridad), Sunyer destaca la ¨²ltima: ¡°Necesitamos que la densidad sea baja, con cuatro metros cuadrados por ni?o¡±. Y alerta sobre los efectos negativos de que los ni?os se alejen de las aulas: ¡°La falta de socializaci¨®n, de aprendizaje y los posibles defectos en salud mental son perjuicios grandes¡±.
En paralelo a que al pasar lista en clase este oto?o haya silencios, se acumulan otras preguntas que los centros deben resolver: ?Evaluar¨¢n los profesores a los ni?os que no acudan a clase? ?Guardar¨¢n los colegios las plazas de los alumnos ausentes para el a?o siguiente? ?Cu¨¢ntos alumnos deber¨ªan aceptarse en el comedor, si en muchos la distancia de seguridad es imposible y los grupos burbuja se entremezclan? Si se cierra un centro por un brote, ?volver¨¢n a quedarse descolgados en casa los alumnos m¨¢s humildes, como ocurri¨® en primavera?
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Comprensi¨®n de los profesores
Ante el movimiento insumiso de madres y padres, los profesores entienden sus miedos por la imposibilidad de respetar la distancia de seguridad de 1,5 metros y bajar la ratio a 15 alumnos por clase, como en un principio plante¨® el Ministerio de Educaci¨®n. ¡°Lo vemos con preocupaci¨®n porque siempre hemos defendido que los ni?os tienen que estar en los centros. Pero si los padres protestan porque las comunidades aut¨®nomas no han tomado medidas, pues tienen raz¨®n. Las condiciones deben ser adecuadas, para los ni?os y los docentes¡±, afirma Vicent Ma?es, presidente de Fedeip, la mayor federaci¨®n de asociaciones de directores de centros p¨²blicos de infantil y primaria.
Muchos centros est¨¢n en agosto elaborando sus protocolos covid para adaptar las instalaciones a las exigencias de la pandemia y minimizar los riesgos, a veces con peque?as obras junto a los Ayuntamientos. ¡°El director tendr¨¢ que ver si el protocolo de absentismo est¨¢ justificado. Y si tiene dudas podr¨¢ llevarlo a la comisi¨®n local o provincial de absentismo donde est¨¢n representados los servicios locales y la Polic¨ªa Local, entre otros¡±, explica Enrique Jabares, presidente de la asociaci¨®n de directores Asadipre en Andaluc¨ªa. En esta comunidad la direcci¨®n del colegio Campoamor en Bormujos (Sevilla) dimiti¨® en bloque a finales de julio ante la imposibilidad de garantizar una vuelta segura con los medios facilitados por la Junta. La dimisi¨®n provoc¨® una ola de apoyos pero no se ha replicado en otros centros.
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