United World Colleges: Idealismo sin elitismo
La red de colegios internacionales escogida por la princesa Leonor para cursar el bachillerato se caracteriza por el hecho de que nadie, sea quien sea, puede pagar para garantizar su plaza. Se busca a los alumnos con mayor m¨¦rito y potencial
Una vez que ya empieza a amainar la tempestad provocada por el anuncio de que la Princesa Leonor de Borb¨®n ha sido admitida para estudiar los pr¨®ximos dos a?os en el Atlantic College de Gales, colegio pionero dentro de la red internacional de los Colegios del Mundo Unido (United World Colleges, UWC, de sus siglas en ingl¨¦s), parecer¨ªa buen momento para presentar en m¨¢s detalle qu¨¦ tienen de particular estos colegios, y cu¨¢l es la relevancia y vigencia actual de este movimiento educativo transgresor, heterodoxo y human¨ªstico.
Los UWC fueron creados por el pedagogo alem¨¢n de origen Jud¨ªo Kurt Hann, en el a?o 1962, en plena guerra fr¨ªa, despu¨¦s de identificar que la fragmentaci¨®n, polarizaci¨®n y desconfianzas resultantes de la segunda guerra mundial representaban un riesgo real para la paz mundial. Con una idea tan simple como revolucionaria, basada en juntar a chavales de 16 a 18 a?os de cuantas m¨¢s nacionalidades posibles en un ambiente educativo multicultural, progresista y sin dogmas preestablecidos, los UWC se marcaron el ambicioso reto de fomentar sin prejuicios pre-establecidos la paz a trav¨¦s de la convivencia y el entendimiento internacional. Su misi¨®n ¨Dm¨¢s v¨¢lida hoy que nunca¨D es hacer de la educaci¨®n una fuerza para unir a la gente. Casi seis d¨¦cadas m¨¢s tarde, con 18 colegios repartidos por cuatro continentes, y una red de antiguos alumnos tremendamente activa con m¨¢s de 60.000 graduados en hasta 155 pa¨ªses diferentes, los UWC est¨¢n escribiendo una p¨¢gina diferente en la historia de la educaci¨®n en valores.
Quiz¨¢s el rasgo diferencial m¨¢s destacable de estos colegios, y lo que los hace radicalmente distintos de la idea ¡°tradicional¡± de cualquier internado cl¨¢sico, es su ferviente idealismo ¨Daunque sin alinearse con ning¨²n ideal en especial m¨¢s all¨¢ de la multiculturalidad¨D y su clara vocaci¨®n por buscar a los alumnos con mayor m¨¦rito y potencial, independientemente de su proveniencia, medios econ¨®micos, creencias pol¨ªticas o religiosas, o apellidos. Esto es un hecho diferencial b¨¢sico puesto que implica que nadie, sea quien sea, puede pagar para garantizar su plaza en estos colegios.
Para que esto sea factible, los alumnos deben ser escogidos ¨²nica y exclusivamente de acuerdo con sus cualidades, y despu¨¦s de un proceso de selecci¨®n riguroso, transparente y altamente competitivo, sin posibilidad alguna de concesiones. Esta poderosa idea sigue siendo la piedra angular de este movimiento, dado que la frecuente disociaci¨®n entre talento y capacidades econ¨®micas conlleva la necesidad de proveer de becas para que los estudiantes seleccionados que as¨ª lo necesiten puedan beneficiarse de esta experiencia educacional y vital.
El proceso de selecci¨®n, liderado de forma voluntaria en cada pa¨ªs por los antiguos alumnos, garantiza la detecci¨®n de aquellos candidatos con un mayor potencial para encajar en este modelo educativo tan peculiar, y convertirse en futuros agentes de cambio ya sea a nivel local o internacional. M¨¢s del 80% de los estudiantes de UWC seleccionados cada a?o para estudiar los dos a?os del bachillerato internacional en cualquiera de estos colegios reciben una beca completa o parcial, y la mezcla intercultural y social que se produce en cada colegio no deja de ser una representaci¨®n a peque?a escala de las distintas realidades y desigualdades de nuestro mundo, incluyendo una apuesta por la discriminaci¨®n positiva hacia colectivos especialmente desfavorecidos, como pueden ser los refugiados, o las personas con discapacidad.
Es f¨¢cil de imaginar, que en este microcosmos donde tienen cabida todas las distintas realidades que conforman nuestras sociedades, la experiencia vital sea tan extraordinaria y formativa como el componente acad¨¦mico. Que el estudiante deba dedicarle varias horas semanales a un servicio comunitario, como parte integral de sus responsabilidades acad¨¦micas, es otra demostraci¨®n m¨¢s del idealismo revolucionario de estas escuelas, que fomentan sin tibieza la proactividad y la preocupaci¨®n por la comunidad que los rodea.
Esto es lo que la Princesa Leonor, al igual que sus futuros compa?eros seleccionados en Espa?a y en otros pa¨ªses del mundo, se encontrar¨¢ en Atlantic College a partir de septiembre. Es lo mismo que se encontrar¨ªa en las colinas de Pune, en India, al pie del Kilimanjaro en Moshi, Tanzan¨ªa, o en las monta?as de Dilijan, en Armenia, donde se encuentran otros colegios de esta red. Los UWCs son todos iguales, a pesar de sus diferencias, y no se definen por donde est¨¢n, sino por el grupo humano que conforma cada nueva promoci¨®n de estudiantes, y que convivir¨¢ de forma estrecha durante dos a?os, expuestos a la riqueza impagable de un experimento humano de convivencia, autonom¨ªa y confianza compartida.
Estoy seguro de que Leonor sabr¨¢ integrarse como cualquier otro alumno a la intensa vida de su UWC, y que su ¨²nico privilegio ser¨¢ poder estar all¨ª y disfrutar de la magia de una experiencia vital transformadora. No se me ocurre mejor oportunidad y experiencia humana y formativa para una adolescente que est¨¢ llamada a ocupar posiciones de liderazgo en la sociedad del futuro, y que debe ser muy consciente de ¨Dy estar preparada frente¨D a las enormes desigualdades que gobiernan nuestro mundo actual.
Quique Bassat es patrono de la Fundaci¨®n Colegios Mundo Unido Espa?a y presidente Mundial del consejo Internacional United World Colleges.
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