El instituto donde las ciencias se aprenden bailando
El Oriol Martorell de Barcelona es uno de los 11 centros de Espa?a donde los alumnos combinan los estudios convencionales con los art¨ªsticos
Al cruzar la puerta del instituto escuela Oriol Martorell de Barcelona, enseguida se percibe que no se est¨¢ en un centro cualquiera. El barullo habitual lo sustituye el sonido del piano; algunos alumnos no cargan a sus espaldas una mochila escolar, sino la funda de un violoncelo, y otros cambian el outfit t¨ªpico de la edad por un maillot y unas mallas. No es un centro habitual, porque de hecho es el ¨²nico en toda Catalu?a ¡ªy uno de los 11 similares que hay en toda Espa?a¡ª que integra los estudios de primaria y secundaria convencionales con los estudios profesionales de m¨²sica y danza; en resumen, ir al instituto y al conservatorio a la vez.
La clase de 2? de ESO (13 a?os) trabaja estos d¨ªas un proyecto STEAM (Ciencia, Tecnolog¨ªa, Ingenier¨ªa, Arte y Matem¨¢ticas) centrado en la ac¨²stica y la construcci¨®n de un ecosistema sonoro. Mientras un grupo toma medidas de la clase para construir unos plafones que eviten la reverberaci¨®n, otro grupo se concentra en el auditorio para poner en pr¨¢ctica lo aprendido mediante la expresi¨®n corporal, con la danza. Seg¨²n el sonido que emite el saxo que carga Bernat, y represente un sonido limpio o uno que rebota, el resto de alumnos, colocados en c¨ªrculo a su alrededor, mueven su cuerpo al un¨ªsono.
El Oriol Martorell cuenta con 610 alumnos de primaria y secundaria ¡ªno hay educaci¨®n infantil¡ª y 148 profesores, la mayor¨ªa especialistas y de instrumento. Aqu¨ª llegan alumnos de toda Catalu?a, pero para acceder al centro, de titularidad p¨²blica, no son v¨¢lidos los requisitos del resto de institutos, sino hay que pasar una prueba de acceso. ¡°En primaria se les valora habilidades como la flexibilidad, el ritmo, la entonaci¨®n, la creatividad¡¡±, explica la directora, Montse Guri. Si se accede a secundaria, las pruebas son como las de acceso a un conservatorio. Los alumnos pagan un precio p¨²blico que oscila entre los 420 euros en danza y 630 euros en m¨²sica anuales.
En 1? y 2? de primaria (seis y siete a?os) prueban las diferentes disciplinas, y en 3? ya deben elegir entre la rama de m¨²sica y la de danza. Aqu¨ª los preparan para ser m¨²sicos o bailarines y algunos de ellos ya han empezado a hacer pinitos en musicales como Billy Elliot o en pel¨ªculas. Tienen orquesta de cuerda y otra de viento, una big band ¡ªtanto en primaria como en secundaria¡ª, adem¨¢s de un coro, un octeto de chelos, un grupo de guitarras y de otro de piano. En la otra especialidad, tienen un grupo de danza cl¨¢sica y otra de contempor¨¢nea.
Pero ello sin olvidar la educaci¨®n convencional con clases de lenguas, Historia o Filosof¨ªa. Si en los centros habituales elaborar los horarios es complejo, aqu¨ª es un aut¨¦ntico galimat¨ªas, teniendo en cuenta que hay que encajar las clases individuales de instrumento. Adem¨¢s, los alumnos cursan m¨¢s horas lectivas: si en primaria lo habitual son 25 horas semanales, aqu¨ª llegan a 31 en m¨²sica y 36 en danza; en secundaria oscilan entre un m¨¢ximo de 36 en m¨²sica y 44 en danza ¡ªlas horas var¨ªan seg¨²n el curso¡ª, cuando los centros ordinarios imparten 30. El aumento no es muy notable porque se intenta sacar el m¨¢ximo provecho del horario de base: ¡°Aprovechamos las optativas de ESO y Bachillerato para encajar las materias art¨ªsticas y tambi¨¦n la educaci¨®n f¨ªsica la convertimos en trabajo f¨ªsico y danza¡±, detalla la directora.
Este modelo de instituto es lo que oficialmente se conoce como centro integrado de ense?anzas art¨ªsticas profesionales y de ense?anzas de r¨¦gimen especial. Este tipo de centros est¨¢n regulados por la Ley de Educaci¨®n de 2006, la LOE, pero existen desde mucho antes: el Oriol Martorell est¨¢ a punto de cumplir 25 a?os. Actualmente, seg¨²n datos del Ministerio de Educaci¨®n, hay 11 centros integrados en Espa?a ¡ªseis p¨²blicos y cinco privados¡ª, repartidos en Catalu?a, Baleares, Comunidad Valenciana y Madrid.
Para los alumnos interesados en estudios profesionales de m¨²sica o danza, este tipo de centro es una ventaja, primero porque ganan tiempo. Bernat, con su saxo, explica que antes de entrar en este instituto estudiaba en un centro convencional por las ma?anas y en el conservatorio por las tardes. ¡°Acababa muy tarde y apenas ten¨ªa tiempo para nada m¨¢s, solo viv¨ªa para estudiar. Ahora acabo a las 5 y me quedan horas para m¨ª¡±.
Tambi¨¦n lo es a nivel social y emocional, en una edad complicada. ¡°En mi antiguo cole no entend¨ªan que un chico le gustara la danza cl¨¢sica, lo ve¨ªan extra?o, aqu¨ª me siento m¨¢s comprendido¡±, tercia Ot, de 2? de ESO, que ha llegado a participar en musicales como Billy Elliot. En este punto coincide su compa?era de disciplina Helena, que ha entrado este curso en el Oriol Martorell. ¡°Hasta ahora, seguir una carrera art¨ªstica lo ve¨ªa dif¨ªcil porque los profesores y orientadores de mi antiguo instituto me dec¨ªan que me quitara la idea de la cabeza, que no iba a lograr nada, que no val¨ªa la pena y que eligiera otro tipo de profesi¨®n. Hace poco m¨¢s de un mes que estoy aqu¨ª, pero estoy enamorada del centro, me han acogido, estoy con compa?eros con los mismos intereses, nos entendemos, y los estudios est¨¢n enfocados en aquello que quieres hacer. Aqu¨ª la m¨²sica o la danza no son una extraescolar, estamos entrenando duro, como deportistas de ¨¦lite¡±.
Cuando finalizan el 2? de Bachillerato, adem¨¢s del t¨ªtulo habitual de este nivel, los alumnos salen con el Grado profesional en m¨²sica o danza. Algunos contin¨²an el camino y optan por estudios superiores de estas disciplinas art¨ªsticas, pero otros encaminan su futuro hacia otras profesiones. Es el caso de Mar¨ªa, en 2? de Bachillerato, que desea estudiar Medicina. ¡°Entr¨¦ aqu¨ª hace cinco a?os, me gustaba cantar y bailar, hasta que prob¨¦ el piano y me gust¨®. Pero no me quiero dedicar a ello, es demasiada presi¨®n hacer ex¨¢menes y conciertos, yo solo quiero tocar por placer¡±, asegura haciendo una pausa en una pieza de Mendelssohn. Y explica sobre su decisi¨®n de estudiar Medicina. ¡°Me gustan las ciencias y pensar que puedo curar a las personas. Pero no dejar¨¦ el piano o la danza. De hecho, me veo haciendo musicoterapia¡±, puntualiza.
Los alumnos hacen una doble escolaridad ¡ªconvencional y la art¨ªstica¡ª, lo cual les permite desarrollar habilidades como el esfuerzo, la concentraci¨®n, el h¨¢bito de escuchar, la autonom¨ªa (se quedan a estudiar solos antes o despu¨¦s de clase) y una multitud de inteligencias (la motora, la interpersonal¡), la capacidad de trabajar en grupo o el compromiso de dar lo mejor de ellos para que el conjunto funcione. ¡°Cuando acabo un concierto y me ha salido bien, veo que ha valido la pena estudiar y que el esfuerzo tiene una recompensa¡±, declara David, de 2? de ESO. ¡°El arte te aporta una manera de ver el mundo y la sociedad. Te cambia la mentalidad, te da una mente m¨¢s abierta y te ayuda a despertar la curiosidad y encontrar el significado profundo de las cosas. La m¨²sica nos influye y nos une a nuestras emociones¡±, a?ade Mar¨ªa.
Xesca Casagran, jefa de estudios de danza, repasa una lista de valores a?adidos que ofrece este arte a sus alumnos. ¡°La danza te hace madurar porque tienes que superar pruebas para ir subiendo pelda?os. Es una disciplina que requiere esfuerzo, pero tambi¨¦n saber gestionar la presi¨®n y la frustraci¨®n. No como ahora, que las recompensas son inmediatas. Adem¨¢s, aprenden la aceptaci¨®n del propio cuerpo, porque cada uno tiene el que tiene¡±.
Con todo, la directora reclama a las administraciones que se valore este tipo de estudios y se integren de forma transversal en los curr¨ªculos. ¡°Las ense?anzas art¨ªsticas no deber¨ªan ser una extraescolar, deber¨ªan ser una materia estructural. Con ellas desarrollas unas habilidades que, si no las practicas, no las tienes. Y te hace m¨¢s culto. Es otro modelo de ciudadano¡±.
Sin duchas y sin insonorizar
No obstante, entre tanta singularidad, el instituto escuela Oriol Martorell funciona en unas condiciones que no son óptimas. “Nos trajeron a este edificio, que es muy antiguo y nos dijeron que nos lo arreglarían, pero no ha sido así. El edificio no es adecuado para los estudios que impartimos”, lamenta la directora. Y enumera la lista de agravios: falta insonorizar las aulas; espacios específicos para las orquestas (ahora ensayan en el comedor); más aulas para las clases de instrumento, que son individuales (ahora hasta ocupan el despacho de la directora); más vestuarios; más duchas (solo hay dos); arreglar las canalizaciones (cuando corre el agua del lavabo se siente en el auditorio, donde se celebran conciertos)… Pero, especialmente, también piden un decreto propio que regule su especificidad y que les pueda aportar un currículo propio, un organigrama e igualar en las mismas condiciones los diferentes cuerpos de profesorado que tienen.
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