Catorce horas diarias para compaginar los estudios de conservatorio con la educaci¨®n ordinaria: ¡°Acabas fatigado y cansado¡±

Son las 14.00 y la campana de salida del instituto no ha sonado a¨²n. Un mensaje de WhatsApp con la foto de un Beethoven con gafas verde fosforescente responde: ¡°Salgo a y cuarto¡±. Es Manuel Lorite, un chaval de 17 a?os. De golpe, sale una tropa de adolescentes. Entre la multitud asoma Manuel con la mochila a sus espaldas y el tiempo cronometrado para llegar a sus clases de conservatorio. Es mi¨¦rcoles, uno de los d¨ªas m¨¢s apretados, en los que destina cerca de 14 horas diarias a cursar segundo de bachillerato y sexto de profesional en el conservatorio.

Manuel camina desde el instituto San Isidro hasta la estaci¨®n de La Latina, en Madrid, para tomar el metro al conservatorio Amaniel, cerca de Plaza de Espa?a. Dos paradas, trasbordo y una parada m¨¢s. A veces, cuando el tiempo no apremia, se da el lujo de ir caminando. Pero eso no es algo frecuente. Para estudiantes de danza o de m¨²sica, como Manuel, el tiempo se ha convertido en un bien escaso. ¡°Dedico ocho horas y media al conservatorio, m¨¢s una hora y media de tocar la trompa en una orquesta y una hora en practicar en casa¡±, dice. ¡°Unas 14 horas a la semana destino al estudio de la m¨²sica. Luego, si le sumas el instituto son muchas horas lectivas¡±.

Su vida transcurre en un traj¨ªn entre compaginar sus clases, deberes y continuar con su pasi¨®n por la m¨²sica. ¡°Al final tengo que compaginar cinco d¨ªas lectivos, de unas seis o siete horas cada uno, con unas 14 horas, adem¨¢s de estudio extra, totalmente independiente al Instituto. Luego, lo que tenga que estudiar para el instituto en casa¡±.

En Espa?a, alrededor de 100.000 alumnos estudian m¨²sica en un conservatorio, seg¨²n los ¨²ltimos datos del curso 2020-2021 del Ministerio de Cultura y Deporte. Pero, en el camino, muchos abandonan los estudios por falta de tiempo.

Manuel comienza sus d¨ªas a las 7.00 y termina a las 21.30. ¡°Te tiras toda la tarde en el conservatorio¡±, cuenta. ¡°Incluso tienes dos o tres horas vac¨ªas entre clase y clase¡±. Tiempo que aprovecha para estudiar en la cafeter¨ªa del conservatorio. ¡°Es lo que toca. Aunque el conservatorio puede ser un lugar perfecto para estudiar m¨²sica, pero no lo es tanto para hacer los deberes¡±, explica.

Las horas dedicadas a los estudios musicales var¨ªan dependiendo del grado ¡ªelemental, profesional o superior, que equivale a una licenciatura¡ª, y es una carrera que puede durar cerca de 15 a?os si el alumno quiere profesionalizarse. En el curso 2020-2021, un total de 41.441 alumnos se matricularon en elemental, y solo 8.923 terminaron el ciclo en ese mismo curso. En profesional, hubo 48.256 matriculados, y lo completaron 7.324. Y en superior, el total de matriculados fue de 9.054 y 1.849 lo terminaron en ese mismo curso.

El presidente de Juventudes Musicales de Espa?a, Miquel Cuenca, reconoce que compatibilizar los ¨²ltimos cursos del instituto con la exigencia de un conservatorio es dif¨ªcil: ¡°Es m¨¢s que una jornada laboral de un adulto lo que dedican estos chicos de estas edades¡±. ¡°La deserci¨®n sucede en el paso del grado elemental al profesional, por la carga de trabajo. Los alumnos y las familias priorizan los estudios ordinarios frente a los estudios musicales, y en el salto al superior prefieren estudios que consideran que tienen una mejor salida profesional¡±, explica Cuenca. La raz¨®n, lamenta, es que en ¡°Espa?a hay una falta de prestigio social de la formaci¨®n musical. En los planes educativos, la m¨²sica queda en un segundo plano y no es una parte de la formaci¨®n integral¡±.

Son casi las 15.00 y el sonido de las teclas del piano comienzan a escucharse. Manuel ha llegado al conservatorio. Reconoce que le queda cerca en comparaci¨®n con otros compa?eros, que tardan alrededor de una hora en llegar. Manuel aprovecha la hora que tiene antes de su primera clase para comer un bocadillo que ha tra¨ªdo desde su casa. Despu¨¦s, en una sala, saca de un estuche azul su trompa. La monta y comienza a tocar.

Estudios en las madrugadas

Manuel asegura que, en la pr¨¢ctica, supone un importante esfuerzo sacar las horas de estudio. ¡°Toda la materia que tienes que estudiar la estudias en tus horas libres, que normalmente son las madrugadas¡±, dice. A eso hay que sumar los problemas para cuadrar los ex¨¢menes de ambas formaciones. ¡°Si tengo examen de conservatorio y ese mismo d¨ªa tambi¨¦n tengo uno del instituto, es un l¨ªo bastante grande¡±, explica.

Manuel no es el ¨²nico. Carlos Cordero tiene 17 a?os y cursa segundo de bachillerato y segundo de profesional, con especialidad en piano. Para ¨¦l es ¡°habitual¡± que coincidan las audiciones con trabajos o ex¨¢menes. ¡°No se puede confiar en que todos los profesores entiendan la situaci¨®n, hay quienes no te cambian las fechas de entregas¡±, asegura. Laura Echeverr¨ªa, tambi¨¦n de 17 a?os, se ha unido con un grupo de j¨®venes estudiantes de conservatorio para pedir apoyo a la hora de compaginar sus estudios ordinarios con los musicales. Entre sus propuestas, piden que los estudiantes de m¨²sica puedan solicitar una plaza en un centro educativo cercano al conservatorio, y as¨ª evitar largos desplazamientos. Tambi¨¦n que se tenga en cuenta la condici¨®n de estudiante de m¨²sica a la hora de pedir cambios de horario para presentar trabajos o ex¨¢menes.

Manuel ha terminado su jornada marat¨®nica de clases. Son las 21.30 y las puertas del conservatorio se cierran. Decide ir caminando a casa, aunque tarde una media hora. Pero su d¨ªa no se acaba ah¨ª. Cuando llegue tendr¨¢ que practicar y repasar lo aprendido en las clases de m¨²sica y en el instituto: ¡°Al final acabas fatigado y cansado¡±.

Manuel estuvo a punto de abandonar el conservatorio cuando estaba en la ESO: ¡°Me plante¨¦ seriamente dejarlo porque no pod¨ªa m¨¢s, simplemente no pod¨ªa m¨¢s¡±. Ahora, ya en su ¨²ltimo a?o de bachillerato, ha decidido seguir con los estudios superiores. El siguiente paso, cuenta, es estudiar musicolog¨ªa: ¡°Me encanta la m¨²sica cl¨¢sica y quiero divulgarla¡±.

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