La educaci¨®n infantil de 0 a 2 a?os alcanza un nivel r¨¦cord en pleno desplome de la natalidad
La tasa de escolarizaci¨®n a los dos a?os se dispara al 71,3%. Las escuelas privadas del primer ciclo de infantil sufren por la creciente competencia de los colegios, que pal¨ªan su falta de alumnos matriculando a los m¨¢s peque?os
En lo m¨¢s hondo del valle de la curva de natalidad, la educaci¨®n infantil de primer ciclo, conocida como 0-2 a?os, alcanza cotas nunca vistas. Dos a?os despu¨¦s de que la pandemia le hiciera perder 80.000 alumnos y provocara el cierre de 200 centros privados, la etapa ha recuperado el nivel de matr¨ªcula anterior a la covid. Y, como los nacimientos han seguido cayendo, la tasa de escolarizaci¨®n ha subido a su mayor nivel hist...
En lo m¨¢s hondo del valle de la curva de natalidad, la educaci¨®n infantil de primer ciclo, conocida como 0-2 a?os, alcanza cotas nunca vistas. Dos a?os despu¨¦s de que la pandemia le hiciera perder 80.000 alumnos y provocara el cierre de 200 centros privados, la etapa ha recuperado el nivel de matr¨ªcula anterior a la covid. Y, como los nacimientos han seguido cayendo, la tasa de escolarizaci¨®n ha subido a su mayor nivel hist¨®rico, del 45,6%. Dicho de otro modo, casi la mitad de los ni?os comprendidos en esas edades van a la escuela. En el caso de los ni?os de dos a?os, la tasa se dispara al 71,3%, cuando antes del coronavirus estaba en el 63,6% y hace dos d¨¦cadas, en el 22,1%.
El despegue se produce en el contexto de un fuerte impulso p¨²blico de la etapa, considerada tradicionalmente poco importante educativamente, pero cuyos beneficios concitan cada vez m¨¢s consenso entre los expertos. No solo en el rendimiento acad¨¦mico posterior, sino en terrenos como la trayectoria laboral y las condiciones de salud a largo plazo, especialmente en el caso de los ni?os de hogares desfavorecidos. La tasa de escolarizaci¨®n general esconde pronunciados contrastes territoriales, que en la etapa 0-2 van del 56% de Galicia al 24% de Murcia. Y, a los dos a?os, del 93% de Euskadi al 38% de Asturias.
¡°Durante la pandemia mucha gente anul¨® la matr¨ªcula por miedo, sobre todo, a que se contagiaran los abuelos¡±, dice Vicky Trent, maestra en la escuela infantil El Trenet, en Valencia, ¡°pero desde entonces la demanda no solo se ha recuperado, sino que cada a?o llenamos antes los grupos¡±. El caso de su centro, una peque?a cooperativa situada en el barrio valenciano de Patraix no parece, sin embargo, representativo de lo que siguen viviendo la mayor¨ªa de escuelas infantiles privadas. Ignacio Grim¨¢, presidente de la patronal Acade, afirma: ¡°La situaci¨®n es muy complicada. En primer lugar, porque la natalidad continua fatal. Estamos a la cola de la Uni¨®n Europea, y los datos que se publicaron hace unas semanas muestran que seguimos en niveles m¨ªnimos. Y segundo, porque eso est¨¢ generando un contexto competitivo muy complicado¡±. Los colegios, tanto p¨²blicos como privados, que han perdido en cinco a?os 159.288 alumnos en primaria, se han lanzado a matricular los ni?os del primer ciclo de infantil, se?ala Grima. ¡°El primer ciclo de infantil requiere una gran especializaci¨®n, pero para muchas familias piensan m¨¢s en el paso al colegio, y log¨ªsticamente les parece mejor meter a todos sus hijos en un mismo centro¡±.
La estad¨ªstica refleja que el n¨²mero de centros educativos que ofrecen el primer ciclo de infantil no solo se ha recuperado desde la pandemia, sino que ahora hay 625 m¨¢s (hasta un total de 10.960) que en 2019. Pero ello no se debe seg¨²n Grima a la recuperaci¨®n de las escuelas infantiles, sino al vertiginoso aumento de colegios que han incorporado el primer ciclo de infantil, al menos el aula de dos a?os. ¡°Esto puede llevar a que desaparezca un porcentaje enorme de escuelas infantiles y se concentre casi todo en los colegios¡±, lamenta.
Al r¨¦cord en la tasa de escolarizaci¨®n del 0-2 (en n¨²meros absolutos los 468.511 ni?os matriculados el curso pasado son 4.696 menos que los alcanzados en 2017) han contribuido el elevado nivel de empleo. Y el plan del Gobierno para crear 65.000 plazas del ciclo en el periodo 2020-2023 (Educaci¨®n ha transferido hasta ahora a las autonom¨ªas 532 millones para abrir 43.500 plazas). Ello no se ha traducido, de momento, en un avance en la proporci¨®n de alumnado de la etapa que acoge la red p¨²blica, situada en el 51% desde 2017.
En el mantenimiento del equilibrio entre la p¨²blica y la privada influye que, en paralelo a la pol¨ªtica del Ministerio de Educaci¨®n, varias comunidades aut¨®nomas, como Galicia, La Rioja, Madrid, Comunidad Valenciana, Euskadi, Cantabria y Baleares han dado pasos hacia la gratuidad de la etapa, al menos de la clase de dos a?os (aunque casi todas siguen muy lejos de la universalizaci¨®n; es decir, de que haya plazas para todos los ni?os), no solo aumentando las plazas p¨²blicas sino subvencionando las de escuelas privadas. Una l¨ªnea por la que, en esta nueva legislatura, apuestan especialmente los ejecutivos auton¨®micos del PP.
El experto en educaci¨®n infantil Vicen? Arnaiz cree, en cambio, que la mejor manera de seguir expandiendo la etapa es mediante plazas p¨²blicas y gratuitas, al menos para las familias de rentas bajas. Porque cualquier pago, incluso cuando consiste en que las familias adelanten la matr¨ªcula hasta que la administraci¨®n hace efectiva la ayuda, act¨²a como una barrera de acceso para las clases desfavorecidas. Seg¨²n un informe publicado en 2019 por Save the Children, el 62,5% de los ni?os de las familias m¨¢s ricas est¨¢n escolarizados en la etapa, frente a un 26,3% de los ni?os de hogares m¨¢s pobres.
Las pol¨ªticas p¨²blicas de 0-2 han tendido tradicionalmente a ¡°subvencionar la escolarizaci¨®n de los ni?os de clase media y clase alta y han desprotegido a las clases m¨¢s desfavorecidas, que son las que m¨¢s lo necesitan¡±, prosigue Arnaiz. ¡°Espa?a tiene uno de los datos de pobreza infantil m¨¢s altas de Europa. En n¨²meros redondos, uno de cada tres ni?os est¨¢ en situaci¨®n de pobreza infantil. Y eso quiere decir vivir en condiciones familiares muy desfavorables, en viviendas en malas condiciones, con problemas de acceso a una alimentaci¨®n sana, falta de espacios de convivencia fuera de las casas, porque suelen vivir en barrios marginales¡ Los estudios muestran que el mayor factor de compensaci¨®n es la escuela. Y que si los ni?os m¨¢s desfavorecidos se escolarizan tarde, despu¨¦s es m¨¢s dif¨ªcil conseguir que entren en un ritmo de normalizaci¨®n¡±, a?ade el impulsor de la red de Escoletas en Menorca.
?A partir de qu¨¦ edad es mejor llevarlos?
La tasa de escolarizaci¨®n espa?ola se sit¨²a en una zona intermedia entre los pa¨ªses de la UE. Lejos, por arriba, de la de Pa¨ªses Bajos (69,4%) o Francia (58%), y lejos tambi¨¦n, por debajo, de las de Alemania (39,2%) o Italia (26,4%). No puede decirse, afirma Arnaiz, a partir de qu¨¦ momento es mejor la escolarizaci¨®n ¡°sin poner al otro lado de la balanza qu¨¦ medidas de protecci¨®n tiene la familia y la infancia¡±, unas ayudas que en Espa?a, a?ade, han sido tradicionalmente muy escasas. ¡°Si una familia con dificultades econ¨®micas tiene un hijo y los primeros meses no pueden trabajar o si trabajan lo tienen que dejar de cualquier manera, ese ni?o tiene que ser escolarizado¡±, dice. ¡°Con car¨¢cter gen¨¦rico, si las condiciones econ¨®micas y sociales lo permiten, porque el Estado protege a las familias, lo mejor ser¨ªa tener un a?o de sueldo para poder dedicarse al hijo. La escolarizaci¨®n el primer a?o es, adem¨¢s, muy complicada, entre otras cosas porque entran en contacto con muchos virus¡±.
Irene Casanova y Gon?alo Rodrigues, investigadores en oncolog¨ªa en Barcelona, matricularon a su hijo en una escuela infantil de la ciudad en septiembre pasado, con 10 meses. ¡°Lo llevamos porque se nos hab¨ªan acabado las bajas por maternidad, paternidad, lactancia y las vacaciones. No ten¨ªamos soporte familiar, ni pod¨ªamos permitirnos pagar a una persona para que cuidase al ni?o. Y ya lo ve¨ªamos un poco preparado para interactuar¡±, dice Casanova. ?Hubiera preferido esperar a que tuviera un a?o? ¡°En un mundo ideal, s¨ª. Porque sobre esa edad, al empezar a caminar, vi que se adaptaba mucho mejor a la escuela. Pero por el tipo de trabajo que tengo, tampoco me habr¨ªa cogido m¨¢s baja, no hubiera podido estar tanto tiempo fuera¡±.
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