La terapia entra en la escuela: los psic¨®logos se desplazan a los colegios para atender la explosi¨®n de problemas de salud mental
Varios proyectos piloto tratan de aliviar la saturaci¨®n de la atenci¨®n primaria llevando a los centros al especialista cl¨ªnico y educativo para planes de prevenci¨®n, formar a los profesores e incluso que los alumnos reciban tratamiento
Hay 30 alumnos de entre 13 y 14 a?os sentados en sus pupitres en la hora de tutor¨ªa. La disposici¨®n de las mesas ha cambiado, ya no sigue la pauta tradicional de sentarse en filas enfocadas hacia la zona de la pizarra. Ahora, est¨¢n colocadas en forma de U, todos pueden verse las caras. Una psic¨®loga educativa les pregunta en un taller qu¨¦ hacen cuando tienen ansiedad. A ninguno de ellos les extra?a, algunos murmuran en voz baja, otros levantan la mano y unos pocos comentan su respuesta en voz alta. ¡°Me tiro en la cama y no hago nada¡±, dice una chica. Otra, que sale a la pizarra, escribe ¡°llora...
Hay 30 alumnos de entre 13 y 14 a?os sentados en sus pupitres en la hora de tutor¨ªa. La disposici¨®n de las mesas ha cambiado, ya no sigue la pauta tradicional de sentarse en filas enfocadas hacia la zona de la pizarra. Ahora, est¨¢n colocadas en forma de U, todos pueden verse las caras. Una psic¨®loga educativa les pregunta en un taller qu¨¦ hacen cuando tienen ansiedad. A ninguno de ellos les extra?a, algunos murmuran en voz baja, otros levantan la mano y unos pocos comentan su respuesta en voz alta. ¡°Me tiro en la cama y no hago nada¡±, dice una chica. Otra, que sale a la pizarra, escribe ¡°llorar y agobiarme¡±.
Tras la pandemia de covid y el alza del malestar entre los j¨®venes, en 2022 la OMS recomend¨® a todos los pa¨ªses ofrecer una mejor atenci¨®n a la salud mental a trav¨¦s de servicios comunitarios presentes en la ¡°vida cotidiana¡±, como las escuelas. En el ¨²ltimo a?o, en Espa?a han surgido diferentes proyectos para llevar las figuras del psic¨®logo cl¨ªnico y educativo a los centros para ayudar a aliviar la saturaci¨®n de la atenci¨®n primaria y su incapacidad para atender ese malestar de los menores, y a la vez, ense?ar a los docentes a gestionar esas crisis vitales.
¡°No es algo que hayamos inventado nosotros, otros pa¨ªses de nuestro entorno como el Reino Unido o Dinamarca llevan a?os haci¨¦ndolo¡±, explica Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Salud Mental del Hospital Gregorio Mara?¨®n, sobre un nuevo programa con el que han llevado a psic¨®logos cl¨ªnicos, psiquiatras y enfermeros a 57 colegios e institutos p¨²blicos y concertados de la Comunidad de Madrid para que atiendan in situ a los alumnos con problemas de salud mental. ¡°La recomendaci¨®n de la OMS implicaba llevar la atenci¨®n al lugar donde est¨¢n las personas, que en el caso de los menores son los colegios; copiamos y adaptamos c¨®mo lo han hecho otros pa¨ªses¡±, indica Arango.
Con la financiaci¨®n de dos fundaciones (Alicia Koplowitz y Nemesio D¨ªez), se ha contratado a seis equipos (integrados por psiquiatras infantiles, psic¨®logos cl¨ªnicos y enfermeros) que trabajan desde los centros educativos con ordenadores conectados en remoto al hospital, de forma que disponen de la historia cl¨ªnica de los chavales, hacen terapias individuales y grupales, y prescripci¨®n farmacol¨®gica si es necesario. En los casos m¨¢s graves ¨Del incremento se ha registrado sobre todo en intentos de suicidio, trastornos de la conducta alimentaria (donde ha aumentado la proporci¨®n de varones, pasando de un ratio de 9 chicas por cada chico, a 7 por cada 3), y trastornos de ansiedad o depresi¨®n como consecuencia de acoso escolar¨D, se deriva a los alumnos al centro de salud mental del ¨¢rea con cita preferente. La intervenci¨®n en el centro se da en los casos menos graves con la idea de evitar nuevas derivaciones. ¡°Hay un desbordamiento, los centros de salud mental tienen problemas para coordinarse con los colegios, y tienen listas de espera de hasta tres meses para los casos que no son muy graves¡±, explica Celso Arango. En Espa?a, hay seis psic¨®logos cl¨ªnicos por cada 100.000 habitantes en la red p¨²blica, tres veces menos que la media europea.
Seg¨²n los datos de un estudio de la Fundaci¨®n Anar de 2022, solo el 44% de los menores entre 13 y 17 a?os que contactaron con ellos en los ¨²ltimos tres a?os por ideaci¨®n suicida o por intento de suicidio recibi¨® atenci¨®n psicol¨®gica, bien dentro del sistema p¨²blico o de forma privada. De los 628 intentos de suicidio registrados en 2006 en la poblaci¨®n de 10 a 24 a?os, se pas¨® en 2020 a 2.092, m¨¢s del triple, seg¨²n datos del Ministerio de Sanidad. De ellos, 1.511 fueron de chicas. Mientras, las hospitalizaciones por autolesiones ¡ªconsideradas en muchos casos el pre¨¢mbulo del suicidio¡ª casi se han cuadruplicado en las ¨²ltimas d¨¦cadas: de las 1.270 en el a?o 2000 se pas¨® a 4.048 en 2020. En 2020, el suicidio fue la segunda causa de fallecimiento entre los j¨®venes de 15 a 29 a?os (300) por detr¨¢s de los tumores (330). Hasta ese a?o nunca se hab¨ªa alcanzado una cifra tan alta en menores de 15 a?os (14 se quitaron la vida, siete ni?os y siete ni?as).
¡°El objetivo de nuestro programa es mejorar la atenci¨®n de las necesidades de salud mental de los menores en su entorno escolar y para ello tambi¨¦n capacitamos a los docentes y orientadores en la identificaci¨®n de signos de alarma y en el manejo de situaciones¡±, indica Arango, que lamenta que, a diferencia de otros pa¨ªses, en Espa?a la salud mental no forma parte del curr¨ªculo del profesorado. La identificaci¨®n de qu¨¦ alumnos presentan s¨ªntomas de alarma la hace el profesorado, y una vez cuentan con la autorizaci¨®n de los progenitores, inician la terapia. De forma paralela, est¨¢n recabando y analizando datos con la London School of Economics para elaborar un estudio de coste-eficiencia. ¡°Queremos plasmar si con este programa disminuimos la incidencia de trastornos mentales, de ingresos en las plantas de psiquiatr¨ªa, la prescripci¨®n de f¨¢rmacos, el n¨²mero de veces que los padres dejan de ir a trabajar para cuidar a sus hijos... saber si cuesta dinero o supone un ahorro¡±.
La iniciativa privada tambi¨¦n se est¨¢ moviendo en esta direcci¨®n. Un ejemplo es el proyecto que la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) ha llevado a 20 colegios concertados y privados de la Comunidad de Madrid a trav¨¦s de su cl¨ªnica de bienestar emocional Emooti, especializada en atenci¨®n infanto-juvenil. ¡°Estamos ante un cambio de modelo, ahora vamos nosotros a donde ellos ?los menores? pasan m¨¢s horas... los problemas de socializaci¨®n entre iguales se pueden acabar convirtiendo en problemas de salud mental¡±, expone Hilario Blasco, director m¨¦dico del centro y antes jefe de investigaci¨®n en salud mental en la infancia y adolescencia del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid.
Este Servicio de Apoyo a las Familias (SAF) consiste en sesiones individuales que realizan psic¨®logos sanitarios en los propios centros, y planes de formaci¨®n para docentes y familias. Los casos mayoritarios en los que ya han intervenido son trastornos de la conducta alimentaria, autolesiones, adicciones a las tecnolog¨ªas (redes sociales, porno o videojuegos) y situaciones de acoso entre iguales. En una investigaci¨®n que lider¨® Blasco en el Puerta de Hierro, comprobaron que si un adolescente de 14 o 15 a?os empieza a autolesionarse, es necesaria una intervenci¨®n inmediata, y en caso de no hacerlo, las probabilidades de un intento de suicidio en poco tiempo se disparan. ¡°Estamos midiendo el impacto de nuestras intervenciones para poder ofrecer un mapeo personalizado y an¨®nimo para cada una de las aulas, una comparativa entre el arranque y el final del curso¡±, se?ala Blasco.
Programas de prevenci¨®n
En otra l¨ªnea de trabajo menos centrada en la terapia y m¨¢s enfocada en la prevenci¨®n, el Consejo General de la Psicolog¨ªa de Espa?a inici¨® el curso pasado el proyecto de investigaci¨®n Psicolog¨ªa basada en la evidencia en Contextos Educativos (PsiCE) con la colaboraci¨®n de nueve autonom¨ªas (Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Asturias, Castilla La-Mancha, La Rioja, Madrid, Galicia, Murcia y Valencia) para probar un protocolo dise?ado para prevenir los problemas emocionales en el entorno educativo y analizar su eficacia. En un total de 45 centros de primaria y secundaria se han creado grupos experimentales de alumnos que han participado en 10 sesiones dirigidas por psic¨®logas educativas en las que han tratado c¨®mo influyen las emociones en el comportamiento, qu¨¦ tipo de trampas hay en el pensamiento, o c¨®mo afrontar las conductas evitativas, entre otras. Cerca de 9.000 alumnos de entre 12 y 17 a?os han seguido el programa.
¡°Estamos midiendo aspectos como el estado emocional de los chavales y qu¨¦ relaci¨®n guarda con el rendimiento acad¨¦mico¡±, explica Pilar Calvo, vocal del consejo de la psicolog¨ªa y coordinadora del estudio. ¡°Los efectos de la intervenci¨®n grupal los calculamos a los 6, 12 y 18 meses, y ahora estamos en la fase de elaboraci¨®n del informe de resultados¡±, dice. En el cuestionario previo, identificaron que el 12% refiri¨® problemas emocionales y de conducta, el 15% s¨ªntomas de ansiedad de gravedad, el 26% s¨ªntomas de depresi¨®n de intensidad moderada (el 6% graves) y un 4,9% asegur¨® haber intentado quitarse la vida en alg¨²n momento.
El objetivo es demostrar los beneficios de incorporar la figura del psic¨®logo educativo en los centros con la creaci¨®n de plazas espec¨ªficas para este puesto, ya que actualmente a las plazas para el departamento de orientaci¨®n ¨Dque, en la pr¨¢ctica, destinan el 90% de su tiempo a evaluar a los estudiantes con dificultades de aprendizaje y a elaborar planes de estudio personalizados¨D pueden presentarse, adem¨¢s de psic¨®logos, pedagogos o graduados en otras ¨¢reas que cuenten con el m¨¢ster en formaci¨®n del profesorado, por lo que el orientador no siempre es psic¨®logo. ¡°Los modelos que se basan en la intervenci¨®n del psic¨®logo cl¨ªnico en los centros tienen limitaciones: acuden solo para hacer terapia, pero no se imbuyen de las din¨¢micas del centro, y eso es esencial para poder influir en la socializaci¨®n e interacci¨®n entre los chavales¡±, apunta Pilar Calvo.
¡°Lo que buscamos con este proyecto es extraer evidencia cient¨ªfica de cu¨¢les son los programas que funcionan con grupos ordinarios de la escuela, que sean operativos para todo el alumnado, y ya trasladamos al Ministerio de Educaci¨®n nuestra petici¨®n para la habilitaci¨®n de esta nueva especialidad del psic¨®logo educativo que trabajar¨ªa codo a codo con el resto de profesionales del centro¡±, indica Jos¨¦ Antonio Luengo, decano del Colegio Oficial de la Psicolog¨ªa de Madrid y autor del libro El dolor adolescente (Plataforma Editorial).
Saltamos a la pr¨¢ctica. Un grupo de profesores del centro p¨²blico de infantil, primaria y secundaria Maestro Rodrigo de Aranjuez asisten a una de las cuatro sesiones de formaci¨®n dise?adas para ellos dentro del programa PsiCE en la Comunidad de Madrid.
¡ªAl final de la clase, se me acerc¨® uno de mis alumnos. Me verbaliz¨® un malestar y su deseo de hacerse da?o. En ese momento no supe qu¨¦ hacer, sent¨ª miedo, me puse muy nervioso y pens¨¦: ?Me callo? ?Aviso a su familia? ?En qu¨¦ nivel de su mente est¨¢ esa intenci¨®n? ?Va a ser algo inmediato? No estamos preparados para esto¡ª, dice Fernando, uno de los tutores de un grupo de la ESO.
¡ªTe ha elegido como su adulto de referencia. Eso es muy importante. Aunque sea el equipo directivo el que active el protocolo, tienes que volver a preguntarle a tu alumno c¨®mo est¨¢, no te puedes olvidar o mirar hacia otro lado¡ª, le responde Gema Garc¨ªa, la psic¨®loga educativa.
Adem¨¢s de resolver sus dudas, les ense?a t¨¦cnicas para corregir sin da?ar la autoestima, para saber c¨®mo reaccionar ante un agravio. ¡°Primero tienes que tomar conciencia de tu emoci¨®n, para no estallar, y no tomarlo nunca como algo personal¡±, les lanza. Valorar sus aciertos, y llamarles siempre por su nombre. Una de las profesoras, Sandra Ruiz, pide una gu¨ªa para entender a partir de qu¨¦ edad los ni?os empiezan a sentir empat¨ªa porque ¡°a veces insultan a otros compa?eros de forma repetida y necesito entender si son conscientes del da?o que causan¡±. Otra docente, Paloma Ruiz, cuenta que los ¨²ltimos a?os han recibido mucha formaci¨®n en digitalizaci¨®n, cuando lo m¨¢s importante son las emociones: ¡°Lo necesitamos de forma urgente¡±. ¡°Si no conectas con ellos, el contenido nunca va a llegar¡±, dice Vanesa Olivares, otra de las profesoras.
Para Raquel Y¨¦venes, de la subdirecci¨®n general de Inspecci¨®n Educativa de la Comunidad de Madrid y coordinadora de PsiCE, este proyecto es importante porque el docente se ha convertido en el ¡°primer agente¡± que conoce la situaci¨®n emocional del menor. ¡°Ya no existe el concepto de barrio, hay muchos hijos ¨²nicos, ?d¨®nde socializan ahora los ni?os?¡±, se pregunta. ¡°En el colegio¡±, explica. Junto a ella, la directora del Maestro Rodrigo, Julia Gonz¨¢lez, cuenta que los centros son seres vivos donde se tejen las relaciones, y los profesores son, muchas veces, el adulto de referencia que igual los menores no encuentran en otro lugar. ¡°Con la pandemia cambi¨® nuestra forma de acceder a los alumnos, la mirada es desde otro lugar; estuvimos conectados durante el confinamiento, vieron nuestras casas, conocieron a nuestras perritas... ahora somos conscientes de que hay una situaci¨®n que podemos mejorar¡±.
La directora, Julia Gonz¨¢lez, entra al aula en la que 30 chavales de segundo de la ESO reciben uno de los talleres de educaci¨®n emocional. Uno de los chicos, que apenas habla en toda la sesi¨®n, lleva la capucha de la sudadera puesta. ¡°Ha llegado nuevo este curso¡±, susurra ella. ¡°No es un desaf¨ªo al profe, no se quiere enfrentar al sistema. Lleva la capucha porque la necesita¡±.
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