Nectarinas asadas con miel y vainilla

Si no fuera porque tenemos que encender el horno y hacer unos enjuagues con la miel y la vainilla, podr¨ªamos calificar a estas nectarinas asadas con miel y vainilla como un jetapostre. Son tan f¨¢ciles de hacer que, cuando las tienes en el plato y empiezas a meterles mano, tienes la sensaci¨®n de que se han hecho solas.

La ¨²nica dificultad es la de partir las nectarinas por la mitad, que estas frutas de hueso son muy suyas con sus interioridades y no se dejan hurgar as¨ª como as¨ª. Haz un corte rodeando la fruta hasta que toda la pulpa quede seccionada, coge la pieza con ambas manos y da un giro para desprender las dos mitades. Luego ay¨²date con una cucharilla para quitar el hueso, que quedar¨¢ pegado a una de las partes. Si sabes que yo hablo, pero no me entiendes n¨¢, puedes ver el proceso en este v¨ªdeo.

Las nectarinas son la alternativa imberbe al melocot¨®n. Parecen pensadas para los tiquismiquis ¨Cque somos legi¨®n¨C a los que no nos gusta masticar la piel peluda de los melocotones, pero que flipamos con la juerga ¨¢cida y dulce que nos espera dentro. Si no encuentras nectarinas, los melocotones son un buen sustituto para hacer este postre de frutas, aunque la mayor humedad de las nectarinas hace que resulten mucho m¨¢s jugosas asadas y debajo de una bola de helado de vainilla.

Y llegamos a la vainilla, que obra milagros con las frutas de hueso como el melocot¨®n, la nectarina o los albaricoques. Por algo yacen juntos en muchas recetas. Sus min¨²sculas semillas ponen bien morenita la miel que cubre la fruta y aportan un aroma de esos que resucitan paladares dormidos.

Como toda receta con vocaci¨®n jetapostriana que se precie, se remata con una bola de helado de vainilla preparado, que luce horrores y realza el sabor sin que tengas que currarte un helado desde el principio. Si eres de la congregaci¨®n de los antihelado o simplemente quieres otra alternativa, puedes sustituirlo por queso quark o crema inglesa.

Dificultad:

Para huesos de melocot¨®n