Al servicio de su Majestad hasta los 90
Fallece el escoc¨¦s Patrick Dazel-Job, el agente que inspir¨® a Ian Flemming para dar vida a James Bond
"Mi nombre es Bond, James Bond". ?l nunca pronunci¨® esa frase porque se llamaba Patrick Dazel-Job, pero Ian Flemming, el escritor brit¨¢nico que cre¨® la figura del agente secreto m¨¢s conocido del mundo, se inspir¨® en ¨¦l para dar vida al personaje de ficci¨®n que le encumbr¨® a la fama. Hoy, Danzel-Job, que siempre neg¨® que fuera el origen de la leyenda Bond, ha muerto a los 90 a?os.
Seg¨²n cuentan sus bi¨®grafos, Fleming conoci¨® a Dazel-Job durante la Segunda Guerra Mundial, en la que form¨® parte de un equipo de operaciones especiales en Noruega. Ambos combatieron juntos durante dos a?os. Al parecer, Flemming qued¨® fascinado por el despliegue de valor y coraje del escoc¨¦s, que nunca se amilanaba ante situaciones de peligro.
La gente que le conoc¨ªa describ¨ªa a Dazel-Job como "un hombre que llevaba la aventura escrita en las venas". Seg¨²n cuentan, en una de sus haza?as m¨¢s c¨¦lebres durante la guerra, el h¨¦roe escoc¨¦s salv¨® la vida a un grupo de ciudadanos de Narvic, un pueblo noruego. Flemming no daba cr¨¦dito. Su talento literario le empuj¨® entonces a empu?ar la pluma -con las armas era menos diestro- y dar rienda suelta a su imaginaci¨®n. Eso s¨ª, con Dazel-Job como modelo.
El hijo del ahora fallecido ha recordado las gestas b¨¦licas de su padre en la cadena BBC. "Ignorando las ordenes de sus superiores, evacu¨® a hombres, mujeres, ni?os y ancianos antes de que el enemigo bombardeara el pueblo". "?l sab¨ªa que el pueblo iba a ser atacado. Lo ¨²nico que lo salv¨® de una corte marcial fue que el rey de Noruega le agradeci¨® personalmente su haza?a", ha subrayado orgulloso.
Pero el pa¨ªs n¨®rdico dej¨® una huella muy especial en el coraz¨®n de Dazel-Job. Entre misi¨®n y misi¨®n, conoci¨® a una preciosa joven que, terminada la contienda, recibi¨® de nuevo la visita del escoc¨¦s, locamente enamorado, que la pidi¨® que fuera su esposa. Y es en este punto donde su azarosa vida rompe en a?icos los parecidos con las pel¨ªculas protagonizadas por el agente brit¨¢nico. Y es que Bond nunca se enamora. Los guionistas no lo permitir¨ªan.
Lo cierto es que, dejando a un lado ciertas licencias cinematogr¨¢ficas, el modus operandi del agente 007 y de Dazel-Job era bastante parejo. Al igual que en las pel¨ªculas, el comandante escoc¨¦s hac¨ªa uso para sus misiones de un variado cat¨¢logo de veh¨ªculos. Desde lanchas r¨¢pidas hasta minisubmarinos. Todo ello, por supuesto, al servicio de su Majestad. Lo que no est¨¢ tan claro es que las ingeniosas armas que luce el agente 007 en todas sus aventuras de celuloide fueran las mismas que las empleadas por el escoc¨¦s en sus haza?as de la vida real.
Dazel-Job ser¨¢ enterrado la pr¨®xima semana en la localidad escocesa de Plockton.
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