Scilingo: "Dije que se arrojaron al mar a 27 personas porque es el d¨ªa en que me cas¨¦"
El ex militar argentino declara que en la ESMA nunca se habl¨® de desaparecidos ni torturas
El ex militar argentino Adolfo Scilingo, que se enfrenta a m¨¢s de 6.600 a?os de prisi¨®n por delitos de genocidio, terrorismo y torturas presuntamente cometidos durante la dictadura argentina (1976-83), ha vuelto a negar hoy sus anteriores declaraciones sobre su participaci¨®n en dos de los llamados vuelos de la muerte, en los que se arroj¨® al mar a 27 detenidos vivos. "Dije 27 porque es el d¨ªa que me cas¨¦, para acordarme", ha a?adido.
En la tercera sesi¨®n de la vista oral que se celebra contra ¨¦l en la Audiencia Nacional, Scilingo ha vuelto a insistir esta ma?ana en que sus declaraciones tanto al juez instructor de la causa, Baltasar Garz¨®n, como a varios periodistas eran producto de un "gui¨®n preconcebido" por ¨¦l y abogados de la acusaci¨®n. En la vista, que se ha reanudado a las que contin¨²a a las 16.00 horas tras un descanso para comer, el ex militar tambi¨¦n ha relatado que tampoco es verdad que existiera un pacto por el que se hac¨ªa participar a los oficiales de la Armada en los vuelos de la muerte. "Eso no es as¨ª. Lo dije para que se citara a toda la gente que se pudiera citar" y se investigara lo sucedido, ha subrayado el acusado.
En octubre de 1997, el ex militar argentino declar¨® ante el juez Garz¨®n que cerca de 1.500 oficiales de la Armada, de una plantilla de 2.000, participaron alguna vez en esta forma de ejecuci¨®n de ciudadanos, porque para ellos representaba un honor. Las acusaciones afirman que Scilingo, que era teniente de nav¨ªo de la Armada Argentina en la fecha del golpe militar, "solicit¨® inmediatamente su pase a la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA)", un centro clandestino de detenci¨®n en el que durante la dictadura desaparecieron unas 4.500 personas.
Admite decir la verdad cuando le interesa
Scilingo ha contado que ¨¦l no pidi¨® ir a la ESMA, ya que se trata de un destino "totalmente intrascendente y malo", sino que le mandaron como le pod¨ªan "haber mandado a otro sitio". Seg¨²n ha explicado, no le consta quienes integraban la ESMA -donde hab¨ªa 5.000 alumnos-, ya que, aunque ¨¦l viv¨ªa en la primera planta, "la planta baja era una zona vedada, la mayor¨ªa de las veces el 'hall' estaba cerrado y hab¨ªa zonas donde no entraba nadie". Ante el tribunal, Scilingo ha declarado que en la ESMA nunca se habl¨® de desaparecidos, ni oy¨® nada sobre torturas, al tiempo que ha declarado que no quiso preguntar nada a este respecto para no levantar sospechas entre sus superiores.
S¨ª ha reiterado que en una ocasi¨®n, cuando arreglaba un ascensor -¨¦l era electricista en las instalaciones de la ESMA- vio a una mujer embarazada, que no estaba esposada pero "ten¨ªa la cara tristona". Tambi¨¦n ha indicado que "el grupo de tareas hac¨ªa cosas secretas y sus operaciones eran oficiales". A preguntas del abogado de la acusaci¨®n Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, ha admitido que dice la verdad cuando le interesa "para llevar adelante las investigaciones", a lo que ha agregado: "Lo que yo estoy diciendo es f¨¢cilmente demostrable a trav¨¦s de las pruebas y de los testigos".
Adem¨¢s, ha insistido en que todav¨ªa no se "ha investigado nada" de lo que dijo ni en Argentina ni en Espa?a. Tambi¨¦n ha recordado que con el periodista argentino Horacio Verbisky, autor del libro El Vuelo en el que recogi¨® las confesiones que le hizo Scilingo sobre los vuelos de la muerte, habl¨® durante dos meses y cuando tuvieron "el tema armado" ¨¦ste le comenz¨® a grabar. "Enga?arle fue terrible, me cost¨® cosa de locos", ha agregado el ex militar argentino, quien se encuentra en huelga de hambre desde el pasado 9 de diciembre, en protesta por el juicio. A las 16.00 horas ha continuado el juicio con el interrogatorio al acusado de dos abogados de las acusaciones y la audici¨®n de las cintas que se grabaron de las declaraciones de Scilingo a Garz¨®n en 1997 y 1998.
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