Discurso de Joan Puigcerc¨®s en el debate parlamentario de aprobaci¨®n del Estatut
Se?oras diputadas, se?ores diputados, miembros del Gobierno, president de la Generalitat, miembros del Gobierno catal¨¢n, diputados y diputadas y otros representantes de instituciones catalanas, discutimos hoy aqu¨ª la aprobaci¨®n final del tr¨¢mite en el Congreso del nuevo Estatut de Autonom¨ªa de Catalu?a. Nuestra intervenci¨®n no va a ser un discurso ret¨®rico m¨¢s, no va a ser ninguna recopilaci¨®n de argumentos previos al anuncio de un sentido de voto, va a ser otra cosa, una cosa distinta. Lo que vamos a explicar a continuaci¨®n fundamentar¨¢ sin ning¨²n g¨¦nero de dudas el anuncio formal de una invitaci¨®n hist¨®rica que haremos a Espa?a, a sus partidos m¨¢s representativos y, en especial, a su Gobierno y a su presidente, una invitaci¨®n que formularemos en los pr¨®ximos minutos.
Discutimos hoy el tr¨¢mite final en esta C¨¢mara del nuevo Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a, el que vino del Parlament de Catalunya, que respond¨ªa a una iniciativa planteada por los representantes del pueblo catal¨¢n, que recog¨ªa buena parte de las necesidades y los anhelos de los ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a. Algunos han dicho y dir¨¢n hoy aqu¨ª que este es un buen Estatuto. S¨ª, es un buen Estatuto para Espa?a. Dicho de otra forma, dicho al rev¨¦s, para Espa?a es un buen Estatuto, para Catalu?a, no. Creemos que para Catalu?a no. Ser¨ªa un buen Estatuto para una regi¨®n de Espa?a, no para una naci¨®n como es Catalu?a.
Hoy vamos a intentar explicar dos cosas en esta nuestra intervenci¨®n. En primer lugar, por qu¨¦ se impuls¨® este Estatut, qu¨¦ razones movieron a los ciudadanos de Catalu?a a votar a partidos cuyos programas electorales conten¨ªan la propuesta de un nuevo Estatut para Catalu?a. En segundo lugar, por qu¨¦ podemos afirmar -y lo vamos a demostrar- que el se?or Rajoy y el Partido Popular han ganado sin ganar. Repito, vamos a explicar por qu¨¦ promovimos un nuevo Estatut de Catalu?a y vamos a demostrar por qu¨¦ el Partido Popular hoy, pese a votar que no, ha ganado la partida. Vamos a explicar una vez m¨¢s por qu¨¦ se impuls¨® el proceso que culmin¨® el 30 de septiembre en Catalu?a con la aprobaci¨®n del nuevo Estatut: para resolver problemas, para dotar de competencias, herramientas y recursos a las administraciones que se encargan de gestionar buena parte de los servicios que reciben los catalanes y las catalanas y para acometer los retos que hoy tenemos planteados. ?Cu¨¢les son estos retos? Este Estatuto, como ha dicho hace poco el se?or Rajoy, no es un antojo; vamos mejorando el l¨¦xico, hasta ahora era un capricho, ahora es un antojo del Parlament. El Estatut del Parlament de Catalunya, impulsado desde el primer momento por nuestro partido, Esquerra, intentaba dar respuesta a los principales retos que tiene planteados hoy la sociedad catalana, que son cuatro. No son muy diferentes de los problemas que pueda tener la sociedad espa?ola -de hecho son los mismos-, ni la misma sociedad europea, son los retos, son los problemas que tenemos que superar, son las dificultades para mejorar las condiciones de vida de nuestra gente.
El primer reto que debemos superar, desde un punto de vista geogr¨¢fico, es el problema que circula de occidente a oriente, del oeste al este, es el problema de la deslocalizaci¨®n industrial. Catalu?a es, como saben ustedes perfectamente, una de las f¨¢bricas m¨¢s potentes que tiene el Estado. Su aportaci¨®n al valor a?adido bruto industrial de todo el Estado es del 27 por ciento, es la m¨¢s importante. Catalu?a tiene la necesidad de poner al d¨ªa su maquinaria industrial, de superar sus dificultades ante la competencia feroz que proviene de oriente, que con menos costes sociales, a veces incluso inexistentes, y con menos costes ambientales, tambi¨¦n inexistentes la mayor¨ªa de las veces, est¨¢ compitiendo con nuestros productos y con nuestras industrias. Nuestra industria es hoy obsoleta, no puede competir con la mano de obra barata de estos pa¨ªses emergentes, pero tampoco puede competir con los pa¨ªses del centro y norte de Europa, que son pa¨ªses potentes en cuanto a tecnolog¨ªa e I+D. Ayer, valorando la cumbre europea, nos refer¨ªamos a la brecha tecnol¨®gica que se cierne sobre Catalu?a.
Cre¨ªamos que este Estatut, la propuesta que sali¨® del Parlamento de Catalu?a, ofrec¨ªa instrumentos para ayudar, para coadyuvar, para poner al d¨ªa nuestra industria. Hemos visto durante todo el proceso que no ha sido as¨ª.
Tambi¨¦n Catalu?a tiene problemas en cuanto a grandes infraestructuras. Durante todo este debate previo alguien ha dicho que Esquerra, que nuestro grupo parlamentario, que nuestro partido ten¨ªa un problema de celos, un problema de fotos, porque no hab¨ªa aparecido en la foto. Nosotros s¨ª anhel¨¢bamos una foto, la foto de la unidad de todos los partidos catalanes defendiendo al un¨ªsono el texto que naci¨® en el Parlamento de Catalu?a el 30 de septiembre. Esta era la foto que anhel¨¢bamos. Pero hay otra foto que nos preocupa, y es la foto que el se?or Montilla, como ministro de Industria, y el se?or Ra?¨¦, conseller de Treball i Ind¨²stria del Gobierno de la Generalitat, se hicieron con el m¨¢ximo representante de la multinacional Volkswagen, el se?or Bernd Pischetsrieder, en Wolfsburg, sede del grupo multinacional alem¨¢n de automoci¨®n. Como ustedes saben muy bien, ¨¦l es el m¨¢ximo responsable de esta multinacional en la que est¨¢ integrada Seat, la principal empresa de automoci¨®n catalana. ?Qu¨¦ le dijo el m¨¢ximo responsable del grupo alem¨¢n a los representantes del Gobierno espa?ol y del Gobierno catal¨¢n? Que le preocupa la falta de inversi¨®n en infraestructuras en Catalu?a, la falta de una buena de red de trenes de mercanc¨ªas, la falta de una buena red de transportes. Esta es la foto que tiene que preocuparnos. El m¨¢ximo responsable alem¨¢n dijo que si no hab¨ªa una inversi¨®n en Catalu?a, que si Catalu?a no se pon¨ªa al d¨ªa, no recibir¨ªa la inversi¨®n de grupos multinacionales, de las empresas que pod¨ªan instalarse all¨ª; en definitiva, que Catalu?a no podr¨ªa competir. Por eso dec¨ªamos que m¨¢s all¨¢ de los problemas que podamos tener de deslocalizaci¨®n industrial, nos interesan nuestras aut¨¦nticas deficiencias en la brecha tecnol¨®gica, la falta de una buena red de infraestructuras, y sobre todo el respaldo a la peque?a y mediana empresa, a las microempresas, a los emprendedores, a los trabajadores aut¨®nomos, que son la Catalu?a que trabaja, la Catalu?a que arriesga, la Catalu?a que quiere m¨¢s poder pol¨ªtico y econ¨®mico en Catalu?a para poder trabajar mejor, para poder producir mejor, para poder competir. Esta es la Catalu?a que defend¨ªamos en el Estatut del 30 de septiembre; esta es la Catalu?a que se defend¨ªa en el Estatut de Catalu?a. Este es el primer reto, se?oras y se?ores diputados. Hac¨ªamos un nuevo Estatut, trabaj¨¢bamos en un nuevo Estatuto para tener m¨¢s herramientas y m¨¢s financiaci¨®n para los emprendedores, para la Catalu?a que arriesga, la Catalu?a que siempre -y perdonen la expresi¨®n- se ha espabilado.
Dec¨ªamos que eran cuatro los problemas que tiene hoy planteados Catalu?a. El primero es la deslocalizaci¨®n industrial. El segundo problema es la inmigraci¨®n. A veces, con la perversidad del lenguaje pol¨ªticamente correcto, se dice que la inmigraci¨®n es un reto; la inmigraci¨®n es un reto, pero tambi¨¦n es un problema. Es un problema para las personas que emigran, para las personas que tiene que dejar su familia, su paisaje, su entorno, su cultura, y tienen que abandonar a los suyos para iniciar un camino salvaje, terrible, para poder cruzar un estrecho donde muchas veces se dejan la vida, y para llegar a una sociedad en la que no saben si van a ser carne de trabajo, carne de ca?¨®n de explotaci¨®n o sus condiciones de vida. Esto s¨ª es un problema, pero tambi¨¦n lo es para la sociedad que les acoge. Tambi¨¦n es un problema cuando esta sociedad no tienen ni los recursos ni la capacidad para desarrollar pol¨ªticas sociales para acogerles. Este es el segundo problema que tenemos planteado hoy en Catalu?a. Trabajamos una propuesta de Estatuto con competencias y con financiaci¨®n para superar este reto, para mejorar las condiciones de vida de los nuevos catalanes, de aquellas personas que abandonan su tierra para venir a vivir en mejores condiciones en Catalu?a. Esta era nuestra propuesta. Por eso quer¨ªamos m¨¢s competencias -algunas conseguidas, todo hay que decirlo- y m¨¢s financiaci¨®n para estas pol¨ªticas sociales. Porque ustedes lo saben bien, este no es un problema solo de Catalu?a. En realidad, y para que nos entiendan todos, la manta es corta, y si uno se tapa la cabeza, quedan descubiertos los pies, y al rev¨¦s. Las pol¨ªticas sociales, los recursos dispuestos hoy para pol¨ªticas sociales no son suficientes para acometer el reto de la integraci¨®n de la inmigraci¨®n.
Esto conlleva conflicto, conlleva conflictos sociales: en las escuelas cuando hay falta de plazas p¨²blicas, en las guarder¨ªas cuando hay falta de plazas p¨²blicas, en los comedores escolares, en las viviendas de protecci¨®n oficial, en las ayudas sociales. Hay una competencia porque los nuevos catalanes que han llegado siempre ser¨¢n m¨¢s pobres que los catalanes de toda la vida, los que ya han nacido en Catalu?a o los que llevan muchos a?os en Catalu?a. Quer¨ªamos una buena financiaci¨®n, quer¨ªamos reducir el d¨¦ficit fiscal para tener m¨¢s recursos para acometer este reto. (La se?ora vicepresidenta, Chac¨®n i Piqueras, ocupa la presidencia.) Es verdad que hay m¨¢s de una comunidad aut¨®noma como Catalu?a con este mismo problema, con este mismo reto, pero ustedes saben que en Catalu?a es donde se ha recibido m¨¢s inmigraci¨®n y saben ustedes perfectamente que hemos sido coherentes con lo que hemos dicho desde esta tribuna en esta legislatura: nosotros hemos defendido pol¨ªticas activas de integraci¨®n, fuimos nosotros quienes propusimos el fondo para la inmigraci¨®n en los presupuestos generales del Estado. Creemos sinceramente que estamos perdiendo una oportunidad para dotar un buen Estatuto, una buena financiaci¨®n para acometer este reto. No es catastrofismo pero, se?oras y se?ores diputados, sin m¨¢s recursos, sin m¨¢s financiaci¨®n, si no reducimos el d¨¦ficit fiscal, estamos abocados a un conflicto social.
Tercer reto que tiene planteado hoy la sociedad catalana, los j¨®venes. Los j¨®venes son seguramente los grandes olvidados de las pol¨ªticas sociales. Durante muchos a?os Europa -lo dec¨ªamos ayer en esta tribuna- envejece, su pir¨¢mide de edad ha aumentado y tenemos que plantearnos tambi¨¦n mirar hacia los j¨®venes, que son la garant¨ªa de futuro y hoy d¨ªa en nuestra sociedad, en la sociedad catalana, hay un atasco que impide a los j¨®venes desarrollarse, les impide acceder a becas, acceder a los puestos de mando en el mundo acad¨¦mico y les impide incluso proyectarse en sus proyectos -y valga la redundancia- empresariales, les impide desarrollarse como tales y ya sabemos que los j¨®venes son el futuro. Es verdad que no podemos olvidar a la tercera edad, es verdad que no son suficientes a¨²n las condiciones de vida que tienen muchas viudas y que tienen muchas personas discapacitadas, dependientes, y tenemos que trabajar tambi¨¦n en esta l¨ªnea, pero los j¨®venes, repito, son los grandes olvidados. Este Estatut tambi¨¦n era, cuando se aprob¨® el 30 de septiembre en Catalu?a, un Estatut para la Catalu?a mileurista -y no confundir con la Catalu?a milenarista-; la Catalu?a mileurista es la Catalu?a real, la Catalu?a de los j¨®venes que tienen sueldos por debajo de los 1.000 euros al mes; la generaci¨®n seguramente mejor formada acad¨¦micamente y con m¨¢s experiencia universitaria de todas las que ha podido haber y que hoy d¨ªa no pueden encontrar en el mercado de trabajo buenas condiciones laborales; aquella Catalu?a joven con una amplia formaci¨®n universitaria, en algunos casos incluso de tercer grado, que ha visto c¨®mo la tradicional concepci¨®n de la precariedad vinculada a la temporalidad en el empleo se sumaba a una situaci¨®n salarial que condena a la subsistencia. Hablamos de ese 50 por ciento de j¨®venes catalanes de entre 20 y 29 a?os que cobran menos de 1.000 euros brutos al mes, pero todav¨ªa vamos m¨¢s all¨¢ con ese 25 por ciento de j¨®venes en la misma franja de edad que deben subsistir con 780 euros brutos al mes. En definitiva, estamos asistiendo a la consolidaci¨®n de la primera generaci¨®n de catalanes que, pese a tener una formaci¨®n acad¨¦mica mucho m¨¢s amplia que las anteriores, vivir¨¢n peor que sus padres. La Catalu?a mileurista no es m¨¢s que otra expresi¨®n de los problemas que este Estatuto va a cerrar en falso. Lo que pasaba hace unos meses en Francia puede pasar en Catalu?a. No queremos ser apocal¨ªpticos, lo que queremos son soluciones, instrumentos y financiaci¨®n para solucionar estos problemas.
Finalmente, el cuarto problema, que no es un problema catal¨¢n, aunque a veces alguien se empe?e desde esta tribuna o en los medios de comunicaci¨®n de la capital del Reino en decir que es solo un problema catal¨¢n: la identidad. Les voy a poner un ejemplo claro. A nosotros los catalanes nos preocupa la identidad, nos preocupa nuestro sentimiento nacional, nuestra lengua, nuestra cultura, como les preocupa a ustedes, a los espa?oles, como le preocupa, por ejemplo, a Francia. F¨ªjense ustedes en Francia, un pa¨ªs que tiene en su Gobierno un Ministerio de la Francofon¨ªa, que tiene un dominio ling¨¹¨ªstico de m¨¢s de cien millones de personas. Hoy Francia tiene miedo, tiene miedo ante la globalizaci¨®n, Francia tiene miedo ante el empuje anglosaj¨®n. ?Se imaginan ustedes un mundo con un solo idioma, una sola cultura, una sola forma de vivir? Creo sinceramente que ser¨ªa empobrecedor. Cuando nosotros defendemos la idea de naci¨®n catalana sin hacer redondeos, sin intentar buscar circunvalaciones extra?as para decir que Catalu?a es una naci¨®n, seriamente lo decimos porque defendemos nuestra identidad.
Este es un sentimiento leg¨ªtimo que ustedes tienen que respetar y que hasta hoy no se ha respetado. Ustedes tienen que entendernos tambi¨¦n a nosotros. Vamos a trabajar -el Estatuto era un buen instrumento cuando se aprob¨® el 30 de septiembre en Catalu?a- para garantizar el futuro de Catalu?a, de los ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a, para mejorar nuestro tren productivo, nuestra tecnolog¨ªa y nuestra competitividad, para crear un marco de pol¨ªtica social para acoger e integrar la inmigraci¨®n, para hacer pol¨ªticas para los j¨®venes de nuestro pa¨ªs y, finalmente, para preservar el futuro, la identidad, la naci¨®n y la lengua y la cultura catalanas. Estos son los cuatro retos, los cuatro problemas que nuestro Estatut quer¨ªa acometer y para solucionarlos, como dec¨ªa, necesitamos instrumentos. El Estatut de 1979, el Estatut vigente, est¨¢ m¨¢s que amortizado. El nuevo Estatuto deb¨ªa ser para todos, para los catalanes de toda la vida y para aquellos que hoy est¨¢n construy¨¦ndose a s¨ª mismos como catalanes. El Estatut aprobado el 30 de septiembre respond¨ªa a estos retos, el que hoy aprobaremos aqu¨ª no. ?Por qu¨¦ no? ?Por qu¨¦ el Estatut que hoy vamos a aprobar aqu¨ª no cumple y no proporciona instrumentos para solucionar estos retos? En primer lugar, porque el Estatut aprobado por el Parlament de Catalunya, por un 90 por ciento de sus diputados y diputadas, ten¨ªa su columna vertebral en un cambio en el sistema de financiaci¨®n. No se trataba solo de m¨¢s recursos, como alguien ha indicado, sino de cambiar el sistema. Se trataba de evitar aquello tan perverso que ha sucedido desde el principio de la democracia, la perversi¨®n de las coyunturas electorales y ustedes lo saben perfectamente. Cuando hay mayor¨ªas absolutas en esta C¨¢mara, los conflictos de competencias en el Tribunal Constitucional aumentan exponencialmente y hay una pol¨ªtica unilateral, casi sin di¨¢logo y sin consenso, de usurpaci¨®n y laminaci¨®n de competencias y de regateo permanente en las inversiones y en el modelo de financiaci¨®n. Por eso quer¨ªamos cambiar el sistema, para que Catalu?a tuviera capacidad de negociaci¨®n bilateral de t¨² a t¨² con el Estado. Este era el cambio del modelo y por eso ped¨ªamos que fuera la Agencia catalana quien recaudara todos los impuestos y negociara bilateralmente con el Estado los flujos, la nivelaci¨®n, la solidaridad, que nunca hemos regateado, y tambi¨¦n para pagar los servicios que presta el Estado a Catalu?a. Este era el modelo. Nos daba m¨¢s capacidad de negociaci¨®n y autonom¨ªa frente a estas coyunturas electorales, que, cuando hay mayor¨ªa absoluta, van sistem¨¢ticamente contra Catalu?a y act¨²an en forma de laminaci¨®n y, cuando no la hay y es un partido catal¨¢n el que respalda al Gobierno, a la mayor¨ªa gubernamental, como en 1993, en 1996 -fue el caso de Converg¨¨ncia i Uni¨®- o a principios de esta legislatura -ha sido el caso de Esquerra Republicana-, se activa un mecanismo perverso y el partido de la oposici¨®n, sea el que sea, acusa a los catalanes de todos los males. Esta es la perversi¨®n y en esta legislatura, cuando no ha habido mayor¨ªa absoluta, cuando la mayor¨ªa ha sido relativa, hemos padecido c¨®mo el Grupo Popular ha utilizado a Catalu?a como excusa para acoso y derribo del Gobierno del se?or Rodr¨ªguez Zapatero. Hay que acabar con este modelo perverso, hay que establecer reglas, hay que buscar modelos para que no dependamos de coyunturas electorales, que los consellers de la Generalitat, algunos presentes hoy aqu¨ª, puedan ir a los ministerios a negociar tranquilamente sabiendo que, si hay mayor¨ªa absoluta, se van a mantener las reglas del juego. Por eso quer¨ªamos un nuevo sistema de financiaci¨®n, cambiar el modelo, que Catalu?a tuviera -repito- capacidad de negociaci¨®n. Y en cuanto a las inversiones lo mismo. ?Por qu¨¦ Catalu?a ha padecido durante todos estos a?os una baja inversi¨®n que, como dec¨ªa el m¨¢ximo responsable del grupo Volkswagen, le limita, le lamina y le impide competir con igualdad con los otros pa¨ªses, con las otras regiones? Este es el problema y por eso quer¨ªamos cambiar el sistema de financiaci¨®n. En definitiva, queremos descentralizar el poder, pues los pa¨ªses que funcionan son los que descentralizan, los que comparten el poder. No lo dice Esquerra, lo dice por ejemplo la OCDE. Aquellos pa¨ªses en los que hay una mayor desconcentraci¨®n del poder son los que funcionan.
Por eso pedimos que los aeropuertos catalanes dependan del Gobierno catal¨¢n. ?Es tan dif¨ªcil pensar que si el aeropuerto de Barcelona, el de Reus o el de Girona depende de la Generalitat va a ser m¨¢s competitivo? Nunca nos hemos negado a que desde estos aeropuertos catalanes se pueda contribuir tambi¨¦n al mantenimiento de la red de aeropuertos de todo el Estado. Nunca hemos dicho que no. Todos los grupos catalanes han defendido siempre esto. ?Es tan dif¨ªcil pensar que queremos instrumentos, infraestructuras, mecanismos para poder decidir nuestro futuro? Es un problema de poder. Este es el problema subyacente que hemos tenido en todo este debate. Queremos -repito- instrumentos, financiaci¨®n. El Estatuto de Catalu?a preve¨ªa por la v¨ªa del 150.2 de la Constituci¨®n este cambio con profundidad: fijar las reglas de juego; crear una aut¨¦ntica bilateralidad. F¨ªjense cu¨¢les eran los objetivos: financiaci¨®n, inversi¨®n p¨²blica y el traspaso de las grandes infraestructuras. Este era el n¨²cleo econ¨®mico y ahora tenemos el t¨®pico de siempre: los catalanes, como siempre, pensando en el dinero -como dice el se?or Cuevas-. Pues s¨ª, pensamos en el dinero, como todos, porque nos preocupa el futuro de los j¨®venes de Catalu?a, de los discapacitados, de los dependientes, de los empresarios de nuestro pa¨ªs y de los trabajadores y trabajadoras. Esta era la base de nuestra propuesta estatutaria. Hoy, con esta aprobaci¨®n de este texto recortado, estamos diciendo que no a buena parte de estas aspiraciones. Y, si no, ?qu¨¦ les van a decir el s¨¢bado en Cornell¨¤ cuando la c¨²pula del Partido Socialista est¨¦ en el municipio del se?or Montilla o del se?or Tard¨¢, donde hay barrios como el de San Ildefons con un porcentaje de pobreza muy por encima de otras zonas del Estado, donde los recursos que se asignan a estos ciudadanos y ciudadanas est¨¢n muy por debajo de lo que se est¨¢n recibiendo aquellas comunidades aut¨®nomas que se llaman tradicionalmente pobres? Creemos sinceramente que barrios como el Fondo, en El Prat de Llobregat, que hoy tiene muchas dificultades y que est¨¢ recibiendo mucha poblaci¨®n emigrada, merecen un mejor Estatut, como lo merece el municipio de Salt, cerca de Girona, que es el municipio de Catalu?a con m¨¢s inmigraci¨®n; merece pol¨ªticas propias y ayuda, no merece un Estatut sin posibilidades, sin m¨¢s recursos, sin m¨¢s infraestructuras. Este era el Estatut que quer¨ªamos. Dec¨ªamos: vamos a demostrar por qu¨¦ el Partido Popular ha ganado. El Partido Popular ha ganado porque ha sido capaz de crear un clima de crispaci¨®n, de calumnia, de insulto permanente y de acoso y acecho a Catalu?a; ha utilizado a Catalu?a para acometer al Gobierno, para intentar minar al presidente del Gobierno. Este ha sido el clima y as¨ª no se puede negociar en condiciones. Todo lo que pide Catalu?a est¨¢ bajo sospecha. Lo hemos visto en la Comisi¨®n Constitucional. Aquello que se pide para el Pa¨ªs Valenciano o para Andaluc¨ªa parece que no se puede pedir para Catalu?a. Catalu?a est¨¢ vetada. Con este clima no se puede negociar, con este clima podemos decir: tenemos este Estatuto. ?Por qu¨¦ lo decimos? El Partido Popular ha ganado; ha ganado este estilo de hacer pol¨ªtica, este estilo del insulto y amenaza, este estilo que hemos visto al se?or Mena Aguado, pasando por el se?or Hernando, del Tribunal Supremo, y acabando por el se?or Cuevas, esta presi¨®n desaforada contra todo lo catal¨¢n. Alguien nos ha dicho -creo que de buena fe-: tienen que contentarse; ustedes son el rompehielos; Catalu?a es quien rompe el hielo y los dem¨¢s van detr¨¢s. Seguramente es verdad, pero estoy seguro que sin este hielo, sin esta situaci¨®n de tensi¨®n, sin esta crispaci¨®n habr¨ªa otro Estatuto. Hoy Esquerra Republicana seguramente votar¨ªa a favor de este Estatuto, porque tendr¨ªamos mejor financiaci¨®n y m¨¢s garant¨ªas para las inversiones y, sobre todo, la definici¨®n de Catalu?a como naci¨®n no ser¨ªa un circunloquio en el cual se afirma que el Parlamento de Catalu?a dice y afirma que Catalu?a es una naci¨®n. No lo dice el Parlamento de Catalu?a, lo sabe toda Catalu?a. El 18 de febrero miles de personas salieron a la calle sin complejos y de forma festiva defendiendo que Catalu?a es una naci¨®n. Lo que nosotros quer¨ªamos era reconocimiento nacional, no esta forma con la que le dan en parte la raz¨®n al se?or Rajoy cuando dice que esto es un antojo del Parlamento de Catalu?a. No lo dice el Parlamento de Catalu?a, lo dicen los ciudadanos y las ciudadanas de Catalu?a. Es verdad que ha habido cambios en todo este tr¨¢mite. Nadie se enga?ar¨¢ con que esto va a cambiar -voy acabando, se?or presidente-, con que esto va a tomar una direcci¨®n diferente.
Ustedes saben perfectamente que a partir del alto el fuego de ETA el clima va a cambiar, que hoy el Partido Popular gasta su ¨²ltimo cartucho para intentar acometer y erosionar al Gobierno y al partido que le respalda; este es su ¨²ltimo cartucho, pero no va a funcionar. Por eso decimos desde Esquerra Republicana que con el cambio que va a tener el clima pol¨ªtico -porque la palabra paz es muy poderosa y la palabra paz va a hacer recapacitar a todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que hab¨ªan cre¨ªdo incluso las razones del Partido Popular, van a recapacitar y a ver que hay un clima diferente- hay una oportunidad. No dejen a Catalu?a a medio camino, hay una oportunidad en el Senado, no se ha acabado el tr¨¢mite. Valoren ustedes lo que quieren, se?ores socialistas, se?or Zapatero, que hoy no ha venido. F¨ªjense cu¨¢l es el clima de crispaci¨®n que el presidente del Gobierno hoy no ha asistido, y es fruto de este clima de acoso y derribo. (Rumores.) F¨ªjense, se?or¨ªas, hoy existe la posibilidad a¨²n de poner en la balanza el Estatuto con Esquerra o el Estatuto sin Esquerra. Creemos sinceramente que vale la pena trabajar e intentar cambiar sustancialmente este Estatuto, vale la pena, lo podemos entender, depende de que ustedes, se?ores de la mayor¨ªa, sean capaces de aguantar el tipo ante el Partido Popular. No le den esta victoria al Partido Popular. El no de Esquerra Republicana no es una cuesti¨®n de purismo, es una cuesti¨®n de realismo, porque lo que no queremos en Esquerra Republicana es que dentro de dos, tres, cuatro o cinco a?os volvamos a abrir un debate sobre la mala financiaci¨®n de Catalu?a, sobre la falta de inversiones, sobre las pocas garant¨ªas que tiene el sistema. No nos lo merecemos, ni ustedes ni los ciudadanos de Catalu?a se merecen reabrir este debate. No lo dice Esquerra Republicana, lo han dicho incluso algunos de los partidos que hoy van a respaldar esta propuesta y es que este debate habr¨¢ que reiniciarse pr¨®ximamente -en dos a?os, en menos de una generaci¨®n-. Creemos que este pacto tiene que ser estable, por eso nosotros decimos que hoy esto se cierra en falso.
Acabo como he empezado: este es un buen Estatuto para una regi¨®n de Espa?a, pero es un mal Estatuto para Catalu?a, para una naci¨®n de Europa, y desde Esquerra decimos claramente que lo que nos inclina hoy a votar que no es que si este texto es el que es, no queremos hipotecar a las pr¨®ximas generaciones de ciudadanos y ciudadanas de Catalu?a, no queremos hipotecar su bienestar. Tenemos una gran oportunidad, estamos a¨²n a tiempo; se?ores y se?oras de la mayor¨ªa socialista, estamos a¨²n a tiempo. Ning¨²n partido catal¨¢n va a renunciar a mejorar el texto en el Senado, ustedes lo saben, y, se?ores del Partido Popular, saben perfectamente que el clima ha cambiado, que hay un cambio de direcci¨®n, que hay un cambio de vector. Vamos a hacer este debate con racionalidad. Ustedes saben perfectamente cu¨¢les son las necesidades de Catalu?a, seguro que comparten con nosotros la descripci¨®n que hemos hecho hoy, pero no dejen a Catalu?a a medio camino, tiendan una mano a Catalu?a. Catalu?a ha sido leal y ha sido solidaria con el resto de Espa?a, hoy no la dejen de lado. Dennos la consideraci¨®n nacional que merecemos como naci¨®n, dennos la financiaci¨®n que merece y necesita Catalu?a, dennos la inversi¨®n en infraestructuras y las competencias necesarias, porque Catalu?a, se?oras y se?ores diputados, necesita m¨¢s, Catalu?a merece m¨¢s.
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