Todo sobre las drogas
EL PA?S detalla una por una las sustancias que se venden en Espa?a, as¨ª como sus formas de consumo, efectos y riesgos
Coca¨ªna. El gran quebradero de cabeza
Juan Antonio la mezclaba con tiza para venderla. O con pastillas contra el dolor de cabeza. Este joven sevillano de 20 a?os, ahora en fase de rehabilitaci¨®n, se puso a vender coca¨ªna para poder conseguir el gramo que necesitaba consumir cada d¨ªa. En fin de semana, un gramo no era nunca suficiente. La coca es una sustancia con alto poder adictivo. Es la droga ilegal que mayores quebraderos de cabeza genera entre las autoridades p¨²blicas y sanitarias, la que marca el arranque del siglo XXI. "La coca¨ªna es la droga reina en Espa?a", afirma tajante un mando policial. El clorhidrato de coca¨ªna o simplemente coca¨ªna es un polvo blanco extra¨ªdo de la hoja de coca. Suele consumirse aspirada por la nariz. En 1996 causaba el 5,6% de todas las admisiones en centros m¨¦dicos para tratamiento por abuso o dependencia de drogas. En 2005, ya supon¨ªa el 46,9% de esas admisiones.
1 CONSUMO Y EFECTOS
Juan Antonio curraba en un bar y consum¨ªa su gramo diario trabajando. Prob¨® la coca, o farlopa, a los 16 a?os. Luego la empez¨® a mezclar con pastillas, petas y alcohol. El cl¨¢sico caso de policonsumo, una de las caracter¨ªsticas clave del uso de estupefacientes hoy en d¨ªa. Poca gente toma una sola droga. Y la coca¨ªna casi siempre acompa?a al alcohol, que es la droga legal por excelencia. La coca¨ªna fue utilizada inicialmente como anest¨¦sico local en ciertas intervenciones quir¨²rgicas. Sin embargo, al descubrirse su naturaleza adictiva fue reemplazada por otros f¨¢rmacos. Poderoso estimulante del sistema nervioso central, crea una fuerte dependencia psicol¨®gica en el consumidor.
"Hay mucha coca¨ªna y a un precio muy asequible", afirma Francisco Herrera, m¨¦dico y director de la sede del Proyecto Hombre -organizaci¨®n que apoya a los que quieren dejar las drogas- en Sevilla. "El mayor ¨¦xito de los cocaleros ha sido crear un estado de opini¨®n de modo que pareciera que en el fondo no es una sustancia tan mala". Es un psicoestimulante que se suele inhalar y cuya f¨¢cil absorci¨®n permite que llegue r¨¢pido al cerebro. Sus efectos aparecen apenas unos minutos despu¨¦s de consumirla: euforia, locuacidad, sociabilidad. Inhibe el apetito, y quita de golpe la fatiga. Aumenta la presi¨®n arterial. En la ¨²ltima encuesta entre poblaci¨®n escolar, en 2004, un 7,2% de la poblaci¨®n entre 14 y 18 a?os la hab¨ªa consumido.
En el estudio que se presentar¨¢ el pr¨®ximo oto?o se aprecia una ca¨ªda de m¨¢s del 3% en este registro. "Se ha producido un aut¨¦ntico choque de trenes entre la oferta y la demanda", explica Herrera en su despacho sevillano. "Estamos en el pa¨ªs de la distribuci¨®n, aqu¨ª llega toda la oferta. Existe gran demanda y falta percepci¨®n de riesgo: ver gente que se va al ba?o a pegarse tiros se ha convertido en parte del paisaje". Herrera se?ala que hay dos perfiles tipo entre la gente que acude a su centro para rehabilitarse.
Por un lado, los adultos j¨®venes, personas de m¨¢s de 30 a?os que llegan a la consulta tras a?os de consumo, cuando ven que est¨¢n arruinando todo lo que hab¨ªan conseguido. Y por otro, los adolescentes: "Proceden de familias normalizadas, con aparentes ¨ªndices de satisfacci¨®n en la vida". El a?o pasado, los cuerpos de seguridad espa?oles decomisaron casi 50 toneladas de coca¨ªna, casi la mitad en barcos que navegaban por aguas internacionales en direcci¨®n a la Pen¨ªnsula. "Espa?a es el puente de entrada de esta droga para el resto de Europa", declara un miembro de la Secci¨®n de Coca¨ªna de la Brigada Central de Estupefacientes.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Su precio al por mayor es de unos 32.000 euros por kilo, una cantidad que se quintuplica cuando se distribuye en la calle al menudeo. Se encuentra por 50 ¨® 60 euros el gramo. El tr¨¢fico de esta droga est¨¢ en manos de grandes organizaciones internacionales dominadas por mafias colombianas. Un agente antinarc¨®ticos afirma: "La mejor forma de combatir estas redes criminales es mediante la figura del agente encubierto (un infiltrado), pero esta figura apenas se usa en Espa?a porque exige que el topo sea siempre un polic¨ªa o un guardia civil y, adem¨¢s, al final siempre quedas al descubierto en el juicio contra los traficantes". La polic¨ªa sostiene que aqu¨ª apenas se consumen otros derivados de la coca, como el crack o el bazuco, comunes en Estados Unidos.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
Ideas paranoides y depresi¨®n son dos de las consecuencias que se pueden derivar del consumo cr¨®nico y abusivo de la coca¨ªna. La p¨¦rdida del apetito, el insomnio y las patolog¨ªas respiratorias (sinusitis, irritaci¨®n de la mucosa nasal) se encuentran entre sus efectos org¨¢nicos. "Es muy habitual el trastorno del d¨¦ficit de atenci¨®n", afirma la psiquiatra Marta Llorens, directora de la l¨ªnea de adicciones del Instituto de Psiquiatr¨ªa y Adicciones del Hospital del Mar, en Barcelona. "Ves que son personas muy inquietas, les cuesta retener la informaci¨®n, centrarse". "La gente que consume medio gramo o un gramo cada fin de semana piensa que no es adicta, porque s¨®lo es en fin de semana, pero lo son", explica Llorens. "La persona que no puede dejar de consumir es adicta". ?sa es la dificultad que se presenta con la coca, dice. "?stos son los pacientes nuevos: no marginalizados, trabajan, les cuesta reconocer el problema que tienen".
CRISTAL. Mojar el dedo en ¨¦xtasis
El cristal es la nueva estrella de la fiesta. Est¨¢ barriendo a la tradicional pastilla de ¨¦xtasis. El que se vende en Espa?a es MDMA (3-4 metilendioximetanfetamina), es decir, el ¨¦xtasis de toda la vida s¨®lo que en polvo y envuelto en una bolsita de pl¨¢stico. Se le atribuye mayor pureza y resulta m¨¢s caro que las pastillas. "Los que han salido ganando con esto son los narcotraficantes: les sale mucho m¨¢s barato, no tienen que mezclarlo con aglutinantes y az¨²cares y adem¨¢s, se puede cortar mejor", cuenta Eduardo Hidalgo, de Energy Control, organizaci¨®n que acude a los festivales y fiestas a analizar las drogas que la gente consume para ofrecer informaci¨®n y asesoramiento. El ¨¦xtasis o MDMA es una droga sint¨¦tica psicoactiva. Tambi¨¦n se le llama eme, ad¨¢n, XTC, droga del abrazo, frijoles y droga del amor. Su consumo se populariz¨® en los a?os noventa.
1 CONSUMO Y EFECTOS
El cristal provoca una experiencia a mitad de camino entre la estimulaci¨®n y la percepci¨®n alterada de la realidad. Entre el efecto de la anfetamina y la alucinaci¨®n que produce la mescalina. Euforia, empat¨ªa y sociabilidad. Son tres efectos directos: la gente se abraza, se toca, se besa, se quiere. El ¨¦xtasis favorece la desinhibici¨®n y aumenta el deseo sexual. Pero tambi¨¦n puede generar inquietud, agobio y confusi¨®n. El cristal o eme se vende en polvo, en el interior de peque?as bolsitas de pl¨¢stico. El consumidor moja el dedo para impregnarlo de polvo y se lo lleva a la boca. El ¨¦xtasis convencional suele ser una pastilla que recibe todo tipo de nombres (mitsubishis, supermanes) en funci¨®n del logotipo que lleva grabado. "Empec¨¦ a comer pastillas y me gustaban un mont¨®n porque me relajaban, en vez de espabilarme, como la coca", cuenta Roc¨ªo, sevillana, de 21 a?os. Las prob¨® por primera vez a los 17 a?os, el mismo d¨ªa de su cumplea?os. Sol¨ªa tomarse unas cinco por noche, todas entre la una y las tres de la madrugada.
La MDMA naci¨® en 1912, cuando la compa?¨ªa farmac¨¦utica Merck la aisl¨® de forma accidental. Al no encontrarle una aplicaci¨®n m¨¦dica concreta, se abandon¨® su investigaci¨®n. En los a?os cincuenta, el ej¨¦rcito norteamericano investig¨® en este campo buscando un f¨¢rmaco que forzara a los prisioneros a declarar. El 1,2% de la poblaci¨®n espa?ola entre 15 y 64 a?os toma ¨¦xtasis, seg¨²n la Encuesta Domiciliaria de 2005 del Plan Nacional sobre Drogas. En los puestos que Energy Control instala en fiestas, m¨¢s de la mitad de las consultas son ya sobre el ¨¦xtasis en polvo. Desde esta organizaci¨®n que se centra en intervenciones de reducci¨®n de da?os, se argumenta que el aut¨¦ntico cristal resulta mucho m¨¢s caro (entre 120 y 130 euros el gramo) que el que se vende en Espa?a: "Aqu¨ª s¨®lo se usa en c¨ªrculos reducidos", dice Hidalgo.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
La producci¨®n del cristal es sencilla, ya que se obtiene en muchas menos fases que otras sustancias, es m¨¢s f¨¢cil de camuflar y concentra mejor el principio activo. Suele fabricarse en laboratorios clandestinos de Holanda, aunque tambi¨¦n se sintetiza en Espa?a. Las ganancias de los traficantes son muy superiores a las que consiguen con las pastillas, seg¨²n fuentes de la Brigada Central de Estupefacientes. El precio normal al que la gente compra cristal o eme oscila entre los 60 y los 80 euros, y de ¨¦l se pueden obtener aproximadamente unas 10 dosis. El cristal suele venderse en forma de peque?as piedrecitas envueltas en una bolsa de pl¨¢stico. A veces se consume envuelto en papel de fumar (lo llaman bombas) para mitigar el fuerte amargor que tiene al paladar. Tambi¨¦n se distribuye en polvo y tiene una alta concentraci¨®n de principio activo (por encima del 80%), ya que no lleva excipientes ni sustancias inertes, como sucede cuando se presenta en forma de pastilla. El ¨¦xtasis cristalizado, seg¨²n un inspector de la Brigada Central de Estupefacientes, no fue detectado en Espa?a hasta el verano de 2004, desbancando a las conocidas pastillas que, hasta entonces, eran una de las drogas m¨¢s consumidas.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
"El problema de que ahora se venda en polvo es que es m¨¢s f¨¢cil que haya sobredosificaci¨®n", dice Eduardo Hidalgo. Y unas mayores dosis hacen que, por ejemplo, sea m¨¢s f¨¢cil sufrir un golpe de calor. Taquicardia, arritmias, deshidrataci¨®n y sequedad de boca son algunos de los efectos fisiol¨®gicos derivados del uso de la MDMA. "El consumo de ¨¦xtasis a largo plazo puede producir desestructuraci¨®n cerebral", comenta Juan Flores, m¨¦dico del hospital Arnau de Vilanova, en Valencia. "Se producen, adem¨¢s, muchas patolog¨ªas psiqui¨¢tricas; cuanto m¨¢s consumo, m¨¢s deterioro cerebral". Crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psic¨®ticas se encuentran entre los efectos psicol¨®gicos m¨¢s comunes si se abusa de este tipo de drogas. El sistema nervioso central es el ¨®rgano diana en este caso. Eduardo Hidalgo, al frente de la organizaci¨®n de Energy Control en Madrid, suma un dato: "Hemos comprobado que el consumo habitual afecta a la memoria. Si te tomas m¨¢s de 80 pastillas a lo largo de uno o dos a?os, te acaba afectando".
GHB. El anest¨¦sico depresor
El mal llamado ¨¦xtasis l¨ªquido es en realidad gamma hidroxibutirato (GHB). Al igual que el alcohol, el GHB es un depresor del sistema nervioso central, por lo que no puede ser englobado en la familia del ¨¦xtasis, que es un estimulante. Su presentaci¨®n actual m¨¢s habitual es l¨ªquida, incolora (aunque a veces se le echa colorante) e inodora. Tiene un gusto salado o amargo. La polic¨ªa y el Instituto Nacional de Toxicolog¨ªa tienen constancia de consumos de GHB en Espa?a desde hace m¨¢s de 10 a?os. Es un producto muy peligroso si se mezcla con alcohol.
1 CONSUMO Y EFECTOS
Es una droga que se disuelve en agua y que se vende en botecitos de cristal. Los efectos que produce: sensaci¨®n de embriaguez y sociabilidad. Los consumidores lo describen como una borrachera, pero sin resaca. El efecto empieza a la media hora de ser consumida. El mayor problema que plantea es que es muy f¨¢cil pasarse de dosis. ?Tomas un tap¨®n de botella y puede sentar bien?, afirma Eduardo Hidalgo, de Energy Control. ?Tomas dos tapones y puedes acabar inconsciente?. Otro de los efectos que se le atribuyen es el del aumento del deseo sexual. De hecho, se dice que es afrodisiaco y que puede propiciar estados placenteros. Desde la web de Energy Control avisan: ?Es muy importante tener presente que quiz¨¢ se puedan iniciar o incitar relaciones con quien inicialmente no te las hubieras planteado?.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado decomisaron el a?o pasado 144 cent¨ªmetros c¨²bicos del denominado ¨¦xtasis l¨ªquido. Suele venderse en discotecas y centros de esparcimiento en unos frasquitos a un precio de entre 50 y 60 euros, seg¨²n fuentes policiales. Su distribuci¨®n no est¨¢ en manos de grandes redes. El Cuerpo Nacional de Polic¨ªa est¨¢ preocupado no s¨®lo por el mal llamado ¨¦xtasis l¨ªquido, sino por otros productos que suelen comercializarse en los mismos ambientes: la gamma butirolactona (GBL), que es una sustancia que el organismo humano transforma r¨¢pidamente en GHB. El GBL es un disolvente pl¨¢stico de uso cotidiano en la industria qu¨ªmica y se vende libremente en establecimientos de suministros qu¨ªmicos. Este producto, que si se mezcla con alcohol es peligroso, no est¨¢ sujeto a control ni fiscalizaci¨®n, seg¨²n se queja un inspector-jefe de la Brigada Central de Estupefacientes.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
Taquicardias, palpitaciones y temblores son tres efectos que se pueden derivar del uso del GHB, recuerda el m¨¦dico Juan Flores. Se han descrito casos de depresi¨®n respiratoria, delirio, ansiedad y alucinaciones. Pero ante lo que hay que estar m¨¢s alerta es ante su mezcla con el alcohol, que es la responsable de muchos de los estados de coma que se han dado por consumo de esta sustancia. Su ingesti¨®n puede afectar a los reflejos y a la atenci¨®n. Conducir o usar instrumentos pesados bajo sus efectos es peligroso. Y es f¨¢cil que cada vez se necesite una dosis mayor para conseguir los mismos efectos, con lo cual existe un peligro de dependencia f¨ªsica ante consumos muy intensivos.
HERO?NA. El regreso del 'caballo'
La vuelta de la hero¨ªna es una de las tendencias que los expertos atisban en el horizonte. Y que esperan que no se confirme. Responde a un hecho: el aumento de las producciones procedentes de Afganist¨¢n, que hace presagiar que el incremento de la oferta genere su propia demanda. "Me preocupa que en unos a?os pueda aparecer como algo atractivo para los que consumen drogas", declara la delegada del Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya. Vuelve por v¨ªa del chino -inhalada, quem¨¢ndola con papel de plata- m¨¢s que por v¨ªa de la jeringuilla. "Los chinos, en el mundo de los que buscan nuevas sensaciones, pueden entrar como un reto m¨¢s", dice la delegada. "No podemos bajar la guardia". La hero¨ªna o caballo es una droga que se obtiene de la bellota de la adormidera asi¨¢tica (Papaver somniferum). Generalmente se distribuye en forma de polvo blanco o marr¨®n.
1 CONSUMO Y EFECTOS
El rebujao, como le llaman en Andaluc¨ªa, es otra de las v¨ªas por las que se est¨¢ introduciendo entre los m¨¢s j¨®venes. Es decir, hero¨ªna mezclada con base de coca. "Con las otras drogas no te da un mono f¨ªsico. Pero por tres euros de rebujao eres capaz de matar porque te vuelves loco", cuenta Roc¨ªo, joven sevillana de 21 a?os. La hero¨ªna, tradicionalmente, se consume por v¨ªa intravenosa; pero el temor al contagio del sida por compartir la jeringuilla ha hecho que muchos de los adictos prefieran consumirla fum¨¢ndola en chinos (especie de cigarrillo fabricado con papel aluminio) e inhalando los vapores.
Es el m¨¢s com¨²n de los opi¨¢ceos de origen natural (opio, morfina, code¨ªna) y de los de origen sint¨¦tico (demerol, metadona...). Esta ¨²ltima sustancia se emplea, bajo control m¨¦dico, como sustitutivo de la hero¨ªna. "Hemos podido detectar que la gente se vuelve a pinchar", explica Juan Flores, que hace guardias en cuidados intensivos del Hospital Arnau, de Vilanova (Valencia). "La hero¨ªna resulta m¨¢s barata que la coca¨ªna; de ah¨ª que veamos c¨®mo vuelve a introducirse". Los efectos que produce la administraci¨®n de hero¨ªna son de euforia y bienestar. Muchos consumidores dicen que la sensaci¨®n es parecida a la de un orgasmo. Inhibe el apetito y produce n¨¢useas las primeras veces que se utiliza. Y reduce el dolor. La contracci¨®n de las pupilas y los sudores fr¨ªos son dos de los s¨ªntomas que experimenta el consumidor de hero¨ªna.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Los cuerpos de seguridad decomisaron 471 kilos de hero¨ªna en 2006, la mayor parte en el interior del territorio nacional, lo que indica que esa mercanc¨ªa estaba destinada a su consumo en Espa?a. Teniendo en cuenta que el a?o 2005 fueron decomisados s¨®lo 174 kilos, los expertos policiales tienen la sospecha de que este hecho es un indicador de que se est¨¢ produciendo un repunte en el consumo de esta droga. "Si hay m¨¢s mercanc¨ªa, es porque hay gente dispuesta a comprarla. Los narcos no la importar¨ªan si no hubiera clientes. El negocio es as¨ª", comenta un inspector-jefe. El tr¨¢fico est¨¢ en manos de clanes turcos, que la trasladan a Espa?a a trav¨¦s de la llamada ruta de los Balcanes, aunque recientemente utilizan pa¨ªses de la antigua URSS. El precio al por mayor es de 20.000 euros/kilo, que se multiplica a la en¨¦sima potencia al llegar al menudeo. El precio de un gramo ronda los 63 euros, seg¨²n el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO).
3 RIESGOS PARA LA SALUD
Adictiva y destructiva, el abuso de la hero¨ªna est¨¢ asociado con consecuencias graves para la salud, incluyendo sobredosis mortal, aborto espont¨¢neo, colapso de las venas y, particularmente en el caso de los usuarios que se la inyectan, enfermedades infecciosas incluyendo el VIH/sida y la hepatitis. Entre los riesgos psiqui¨¢tricos que plantea, se pueden producir alteraciones de la personalidad, problemas de memoria, trastornos de ansiedad y depresi¨®n. La dependencia que genera hace muy dif¨ªcil abandonar su uso.
CANNABIS. La droga m¨¢s extendida entre escolares
El hach¨ªs es la droga ilegal que m¨¢s se consume en Espa?a", afirma un polic¨ªa especializado en la persecuci¨®n de las grandes redes de traficantes de esta sustancia, la mayor¨ªa marroqu¨ªes. El hach¨ªs y la marihuana tienen una considerable presencia entre la poblaci¨®n escolar. La pr¨®xima Encuesta del Plan Nacional sobre Drogas revela que el consumo empieza a descender entre los j¨®venes de 14 a 18 a?os, aunque pr¨¢cticamente uno de cada tres adolescentes consume. "Antes, las drogas ten¨ªan un cierto perfil contracultural; las fumaba el cham¨¢n, se consum¨ªan por vicio o para curarse. Ahora se toman porque est¨¢n ah¨ª", manifiesta Eusebio Meg¨ªas, director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n. "En los ¨²ltimos a?os, no obstante, empieza a ensombrecerse la imagen adornada del cannabis", afirma. "Hay un cierto empeoramiento en general de la imagen de las sustancias".
1 CONSUMO Y EFECTOS
Ricardo tiene 19 a?os y hasta hace cuatro meses fumaba unos seis porros al d¨ªa. Motivo que sus padres consideraron suficiente como para que ingresara en el programa de d¨ªa de Proyecto Hombre, para intentar deshabituarse. "Es que no hace falta llegar a consumos abusivos para pedir ayuda, es mejor hacerlo cuanto antes, as¨ª se frena m¨¢s f¨¢cilmente", declara Manuel Orellana, director del programa de j¨®venes del centro sevillano de esta organizaci¨®n cuyas terapias resultan gratuitas. Orellana apunta que una de las ¨²ltimas novedades que han detectado en este mercado es lo que llaman hach¨ªs paquistan¨ª, que est¨¢ mezclado con opio "y produce m¨¢s enganche".
El hach¨ªs es un preparado de la resina de la planta del cannabis. Se le conoce popularmente con los nombres de chocolate, polen o costo. Se fabrica desprendiendo de las flores del cannabis los tricomas que la cubren. De aspecto s¨®lido, se hace maleable con el calor. Es de tonos marrones con reflejos rojizos, negros, verdosos y dorados. Se suele fumar en pipa o mezclado con tabaco, en forma de cigarrillo o porro. En los ¨²ltimos a?os se ha popularizado la marihuana y el autocultivo, las plantaciones caseras. Relajaci¨®n, desinhibici¨®n e hilaridad, tres efectos del cannabis. Alteraciones sensoriales, dificultades para expresarse con claridad, p¨¦rdida de la memoria inmediata, otros tres efectos psicol¨®gicos.
"El problema con el cannabis es que se trivializa", declara Francisco Herrera, m¨¦dico. "Aparece asociado a la ecolog¨ªa, la solidaridad, la b¨²squeda de la espiritualidad. Vemos a intelectuales minimizando sus consecuencias en la televisi¨®n", a?ade. "Y aunque creo que el debate de la despenalizaci¨®n tiene que estar sobre la mesa, debe llevarse a cabo entre gente que sepa de lo que se est¨¢ hablando". Herrera critica la existencia de revistas dirigidas a los amantes del cannabis. A¨²n m¨¢s duro que ¨¦l se muestra Eusebio Meg¨ªas, de la FAD: "Puedo entender que haya gente que defienda el derecho a consumir cannabis. Pero otra cosa es promocionar el consumo". Consumir en espacios p¨²blicos o la tenencia de hach¨ªs o marihuana para el autoconsumo puede suponer sanciones administrativas que van de los 300 a los 30.050 euros.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Las fuerzas de seguridad interceptaron en 2006 casi 460 toneladas de hach¨ªs y detuvieron a 157.924 personas por su presunta relaci¨®n con el tr¨¢fico de esta droga. El a?o 2005, el volumen de aprehensiones fue mayor: casi 670 toneladas. ?Significa eso que puede haberse producido una disminuci¨®n en el consumo? "No. Creemos que no. Posiblemente, se deba a que ha habido una menor producci¨®n a causa de unas malas cosechas y, adem¨¢s, a que las autoridades marroqu¨ªes han empleado m¨¢s medios para luchar contra las mafias que controlan este negocio", opina un veterano polic¨ªa antinarc¨®ticos.
El transporte de la mercanc¨ªa desde Marruecos hasta la Pen¨ªnsula est¨¢ en manos de marroqu¨ªes que utilizan barcos y pateras, en muchas ocasiones empleando las mismas rutas de las redes de inmigraci¨®n ilegal. Tras la implantaci¨®n del Sistema integral de Vigilancia del Estrecho (SIVE), los traficantes se han visto obligados a realizar sus desembarcos de hach¨ªs en la zona m¨¢s pr¨®xima a Murcia y la costa levantina. El precio de esta droga en origen suele rondar en torno a los 600 euros por kilo, una cantidad que se duplica cuando llega a Madrid y empieza a ser vendida en forma de chinas al por menor, seg¨²n fuentes policiales. El precio de un gramo de marihuana en la calle ronda los 3 euros, seg¨²n el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
El consumo diario de hach¨ªs puede ralentizar el funcionamiento psicol¨®gico del usuario. Seg¨²n Energy Control, los porros no producen una dependencia f¨ªsica, pero s¨ª se puede desarrollar un enganche psicol¨®gico que puede dificultar el abandono del consumo. El uso del cannabis a largo plazo puede producir problemas de memoria, dificultades de aprendizaje y esquizofrenia, seg¨²n la psiquiatra Marta Llorens. Juan Flores, m¨¦dico que colabora con el Plan Nacional de Drogas, a?ade un efecto que se produce en ocasiones: "Disminuye la secreci¨®n de testosterona en los hombres y produce alteraciones hormonales que afectan al ciclo menstrual y a la libido de las mujeres".
KETAMINA. El l¨ªquido emergente
Un anest¨¦sico que era usado por los veterinarios se ha convertido en una de las drogas de moda. Es la ketamina, una sustancia disociativa con gran potencial alucin¨®geno: le hace a uno sentir que est¨¢ fuera de s¨ª mismo. Utilizada originalmente en medicina por sus propiedades analg¨¦sicas y sobre todo anest¨¦sicas, la ketamina se vende por lo general en forma de l¨ªquido incoloro e inodoro o como polvo blanco. Tambi¨¦n se puede encontrar en c¨¢psulas. Aunque se usa en c¨ªrculos muy reducidos, ya se oye hablar de fiestas ketam¨ªnicas.
1 CONSUMO Y EFECTOS
A dosis bajas resulta una droga estimulante y puede implicar una cierta p¨¦rdida de coordinaci¨®n y dificultades para pensar y hablar. La visi¨®n borrosa es otra de las consecuencias de su consumo. A dosis altas tiene fuertes efectos psicod¨¦licos: desencadena en el usuario alucinaciones, un viaje. En su versi¨®n en polvo, la gente se la administra utilizando una llave y consume lo que llaman puntitas, peque?as dosis. ?Ya en el a?o 1965 se utilizaba para el coloque, pero en Espa?a ha empezado a llegar a mediados de los noventa?, cuenta Eduardo Hidalgo, de Energy Control. ?Su consumo es minoritario, pero va a m¨¢s. Es una sustancia de uso emergente?.
En raves, fiestas espont¨¢neas ?en ocasiones ilegales? con banda sonora de m¨²sica electronica, la gente de Energy Control se ha encontrado con que cerca del 50% de las consultas que recib¨ªan eran sobre ketamina. En zonas de pubs o de marcha, no m¨¢s del 3% de las personas que se les acercaban ten¨ªa esa sustancia. Es f¨¢cil perder la noci¨®n de qui¨¦n se es y d¨®nde se est¨¢ al consumir ketamina. Incluso se pierde la noci¨®n de con qui¨¦n se est¨¢. Hay consumidores que han descrito casos en que pensaban que se iban a morir. La keta o ka pertenece a la familia de los depresores, en la que se incluyen el tranxilium y el trankimazin. La mezcla con alcohol es peligrosa. En formato l¨ªquido y en bote de cristal tambi¨¦n se presenta el popper (nitrito de amilo). Se inhala y a los pocos segundos produce euforia y deseo sexual.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
La polic¨ªa decomis¨® 139 unidades de keta en 2006 (el 93,99% menos que el a?o anterior). Hace unos d¨ªas, la Guardia Civil se incaut¨® de 5.000 frascos de popper destinados a su comercializaci¨®n en saunas y sex shops de Madrid.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
Es una sustancia peligrosa que puede producir depresi¨®n respiratoria, paro cardiaco y trastornos de ansiedad. Es f¨¢cil engancharse a la keta, tiene un poder adictivo importante. Su uso continuado afecta a la memoria y a la concentraci¨®n. Es particularmente peligrosa en personas con hipertensi¨®n, con problemas cardiacos o con problemas psicol¨®gicos. A veces puede causar intoxicaciones y muerte por sobredosis, debido en parte a que los usuarios desprecian o desconocen los riesgos. En cuanto al popper, puede crear dependencia f¨ªsica y tiene un elevado riesgo de sobredosis.
LSD Y SETAS ALUCIN?GENAS. Setas por Internet
Las setas alucin¨®genas son otra de las drogas de moda. Su venta por Internet y la comercializaci¨®n, tambi¨¦n en la Red, de kits de autocultivo han propiciado un auge de esta droga alucin¨®gena. Sus efectos son parecidos al del tradicional LSD, o dietilamida de ¨¢cido lis¨¦rgico, la sustancia psicotr¨®pica m¨¢s potente que se conoce. Las redes que controlan este tipo de drogas son muy peque?as y trafican bas¨¢ndose en el boca a boca.
1 CONSUMO Y EFECTOS
Los hongos alucin¨®genos proliferan por mor del autocultivo. "Hay gente en Catalu?a que accede incluso antes a las setas que al ¨¦xtasis", cuenta Eduardo Hidalgo de Energy Control. Los consumidores dicen que las setas se prestan menos que el ¨¢cido lis¨¦rgico a los malos viajes. Su efecto, eso s¨ª, dura cuatro horas frente a las diez que acredita el LSD. Han entrado con buen pie en el circuito de drogas porque han sabido venderlas como algo asociado al rollito natural, al cultivo de marihuana, al autoconsumo. Los consumidores suelen tomarla muy de vez en cuando, como en el caso del LSD. Los hongos poseen una sustancia altamente t¨®xica conocida como psilobicina. Tienen una apariencia muy similar a los champi?ones y crecen s¨®lo en lugares h¨²medos. El LSD o dietilamida de ¨¢cido lis¨¦rgico es la sustancia psicotr¨®pica m¨¢s potente que se conoce. Su forma habitual de presentaci¨®n (aunque existen otras como pastillas, l¨ªquidos o polvo) es en papel secante, una especie de cartoncito similar a un sello, que suele llevar dibujos variados (Popeye, h¨¦roes de c¨®mics, planetas, etc¨¦tera) y que se coloca bajo el paladar.
2 TRAFICANTES Y PRECIOS
Las redes que controlan este tipo de drogas son muy peque?as y trafican bas¨¢ndose en el boca a boca. La polic¨ªa decomis¨® 1.090 unidades en 2006, lo que demuestra el escaso consumo de LSD que hay en Espa?a, explica un polic¨ªa de Estupefacientes. ?ste recuerda el mayor decomiso practicado desde que est¨¢ en esta unidad: "Hace unos a?os hab¨ªa un titiritero yanqui en Pamplona, coincidiendo con las fiestas de san Ferm¨ªn. Ten¨ªa una especie de tira de papel que iba cortando en pedazos conforme se le iba acercado gente con aspecto siniestro. Mosqueados, decidimos intervenir y, para nuestra sorpresa, result¨® que aquel tipo se dedicaba a vender pastillas de LSD". Emparentada con el LSD est¨¢ la mescalina (trimetoxifeniletilamina), alcaloide de origen vegetal con propiedades psicod¨¦licas y alucin¨®genas de la que se decomisaron el a?o pasado 20 unidades.
3 RIESGOS PARA LA SALUD
Alucinaciones, p¨¢nico, cuadros psic¨®ticos y flashbacks, es decir, alucinaciones que vuelven tiempo despu¨¦s de haberse comido el tripi.
?Y el alcohol y el tabaco?
El alcohol es la droga que m¨¢s estragos sociales causa: de salud, de orden p¨²blico, de violencia". Lo dice Eusebio Meg¨ªas, director t¨¦cnico de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n. "Es la que produce m¨¢s efectos cr¨®nicos", afirma el m¨¦dico Juan Flores, asesor del Plan Nacional sobre Drogas: "Los de la coca y el cannabis desaparecen al dejar de consumir". El alcohol y el tabaco "crean diez veces m¨¢s mortalidad que las drogas ilegales", asegura Bel¨¦n Bilbao, directora de Drogodependencias del Gobierno Vasco: "Crean mucho m¨¢s sufrimiento y mucha m¨¢s carga en t¨¦rminos de salud p¨²blica".
El alcohol, junto al tabaco, es la gran droga legal. La que encabeza todas las listas de consumo: un 76,7% de la poblaci¨®n la toma, seg¨²n el Plan Nacional sobre Drogas. Espa?a es hoy el s¨¦ptimo pa¨ªs del mundo en cuanto a consumo per c¨¢pita, con 10,5 litros de alcohol al a?o. El alcohol causa en nuestro pa¨ªs entre el 10% y el 15% de las urgencias, el 4% de los ingresos hospitalarios; y se estima relacionado con m¨¢s del 30% de los accidentes mortales de tr¨¢fico y entre el 15% y el 25% de los accidentes graves de tr¨¢fico. En total, algo m¨¢s de 10.000 personas mueren en Espa?a al a?o por causas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol, seg¨²n fuentes del Ministerio de Sanidad. El patr¨®n de consumo, eso s¨ª, ha cambiado a lo largo de los a?os. Se ha pasado de un modelo mediterr¨¢neo (todos los d¨ªas, repartido a lo largo del d¨ªa, mucho vino) a un patr¨®n n¨®rdico (consumo concentrado en poco tiempo, emborracharse por la v¨ªa r¨¢pida, alta presencia de destilados).
El consumo de alcohol por los adolescentes es mucho m¨¢s que un problema de botellones o resacas. El impacto de la bebida en unos cerebros que est¨¢n todav¨ªa en periodo de formaci¨®n har¨¢ que al menos uno de cada tres j¨®venes que empiezan a beber a los 14 ¨® 15 a?os tenga en el futuro que enfrentarse a una adicci¨®n a la bebida. Seg¨²n Aaron White, de la Universidad de Duke (Carolina del Norte), puede ser a¨²n peor: en el alcoholismo influyen aspectos biol¨®gicos y tambi¨¦n sociales; si en la familia del menor hay antecedentes de alcoholismo, la proporci¨®n de futuros adictos llega al 48%. Los resultados en otros tramos de edad son coincidentes. Para los que empiezan a beber a los 13 a?os o antes, las proporciones de futuros alcoh¨®licos son del 26% si no hay antecedentes familiares y del 57% si ¨¦stos existen. La tendencia disminuye con la edad.
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