La limpia e impoluta Singapur

El Oriental Express acaba su viaje en la estaci¨®n de Singapur. Nunca hab¨ªa estado aqu¨ª y aunque todo el mundo que conoce esta isla- estado lo comenta, hay que verlo para creerlo. Singapur es una ciudad tan limpia y tan ordenada que da grima. Yuyu, vamos. Es como si de repente cayeras en un decorado del mundo perfecto de Aldous Huxley. Tirar un papel al suelo o arrojar una colilla est¨¢ penado con importantes multas o con trabajos comunales (tire basura a la calle y ya ver¨¢ como le ponen un mono azul y le tienen varios d¨ªas limpiando las aceras con una escoba como castigo, me dec¨ªa el taxista).

Pero no es solo eso. Es que no hay un rinc¨®n descuidado ni un m¨ªnimo trozo de jard¨ªn sin c¨¦sped ni un arc¨¦n con una bolsa de pl¨¢stico o una solitaria colilla ni una urbanizaci¨®n, por humildes que sean los bloques de viviendas, sin sus parterres y sus macizos de flores. No s¨¦, es tan ordenado que da miedo. Reconozco que est¨¢ bien eso de buscar la excelencia, sobre todo en estos temas de convivencia urbana, pero a la perfecci¨®n le pasa como a la felicidad. Que lo bonito es buscarla. Una vez que la consigues, se vuelve aburrida. U opresiva.