De Salento a Filandia

Este es el ¨²ltimo post que escribo sobre Colombia. Ya estoy de vuelta en Espa?a, pero no quer¨ªa terminar el viaje sin ense?aros el pueblo m¨¢s bonito del eje cafetero: Salento. En general toda esta zona cafetera es m¨¢s de paisaje que de ciudades; las tres capitales (Pereira, Armenia y Manizales) son ciudades modernas y grandes, sin demasiados atractivos tur¨ªsticos. Pero perdidos entre las monta?as y los cafetales quedan todav¨ªa algunos pueblos encantadores, como este de Salento, en el departamento del Quind¨ªo. O la cercana Filandia (as¨ª, sin n), que aunque m¨¢s transformada tambi¨¦n guarda excelentes ejemplos de arquitectura tradicional antioque?a. La Semana Santa de Salento es famosa en toda Colombia y las calles se pone a reventar de visitantes. La mejor vista del pueblo la teneis desde el mirador del Viacrucis, desde donde est¨¢ tomada la foto de la izquierda.

Lo primero que os llamar¨¢ la atenci¨®n de Salento son los colores vivos y chillones, casi del parchis, de las viviendas. Viene de una tradici¨®n muy pr¨¢ctica: si eras del partido conservador pintabas tu casa de azul y blanco; si eras del liberal, la pintabas de rojo y blanco. Y si eras neutral, de naranja. ?s¨ª se evitaban discusiones absurdas y p¨¦rdidas de tiempo innecesarias: cada cual sab¨ªa de qu¨¦ palo iba el vecino. Y si eras de un partido ni si te ocurr¨ªa entrar a una casa pintada con los colores del rival.Hoy Salento es un pueblo tranquilo, coqueto y tur¨ªstico, con una calle Real llena de fachadas coloridas y de tiendas de artesanos que trabajan la guadua, el bejuque, la plata... En la plaza hay vida a todas horas: ancianos tocados con el gorro aguade?o que dejan pasar el tiempo como los jubilados de todo el mundo, jovencitas vesidas como las adolescentes de todo el mundo, paisanos que juegan a las cartas o al billar, chapoleras que van y viene de los cafetales. Vida aut¨¦ntica en un pais fascinante, complejo, lleno de gente amable que lucha por quitarse de una vez por todas ese sambenito de la violencia.