Despedida desde Tashkent

Este es el ¨²ltimo post que escribo sobre el viaje por la ruta de la Seda. Dej¨¦ el tren en Tashkent , la capital -la desconocida capital, dir¨ªa yo- de Uzbekist¨¢n, no sin antes haber brindado con buen vodka y por en¨¦sima vez con mis jubilados-kartofen por un final feliz de su viaje (brindar por volver a vernos ?sometime, somewhere?, que dicen lo ingleses, me parec¨ªa una ingenuidad dada la edad media del grupo); los voy a echar de menos.

Tashkent fue toda una sorpresa. Una de esas ciudades de las que no has o¨ªdo

hablar en tu vida (en clase de Geograf¨ªa siempre preguntaban, Mongolia... ?capital?: Ulan Bator, respond¨ªas tu, que eras un marisabidillo-; pero nunca ca¨ªa, ?Uzbekist¨¢n.. ?capital??) pero que te resultan encantadora.

No tiene nada que ver con Ashgabat, la capital de Turkmenist¨¢n. Tashkent es una ciudad vivida, de verdad, con un tremendo toque sovi¨¦tico, llena de grandes avenidas, largas arboledas, muchos parques y edificios ?racionalistamente? cuadriculados. Pero no es gris ni triste. Me pareci¨® una ciudad alegre, colorida. Muy habitable. Y muy moderna. En las ant¨ªpodas de esas aldeas de muros de adobe y calles polvorientas que hab¨ªa visto en la monta?a uzbeka. Un buen final para un viaje inolvidable.

PD: las fotos no son m¨ªas. La he tenido que ?pedir prestadas? a Google Images. S¨ª, hice fotos all¨ª. Pero vuelvo a estar de viaje (esta vez por Galicia) y se me ha olvidado en la oficina el disco duro con el archivo de fotos que siempre llevo encima. Escribo este post desde Ribadavia , un precioso pueblo de Orense con una de las juder¨ªas mejor conservadas de Espa?a. Voy a estar toda esta semana por el norte de Espa?a visitando casas rurales.