"?Hoy comemos en casa!"
La sexta jornada de paros en los comedores afecta a unos 55.000 ni?os - La poca antelaci¨®n de la convocatoria molest¨® a los padres
Unos 55.000 alumnos se vieron ayer afectados por la sexta jornada de paros en los comedores escolares del Pa¨ªs Vasco. Una de ellas fue Laura, de siete a?os, que a las 12.30 se dispon¨ªa a disfrutar de un inesperado d¨ªa de comida familiar con su padre, Javier V. "Es un trastorno para las familias en las que los dos padres trabajamos. He tenido que faltar al trabajo para poder recoger a mi hija y llevarla a casa". Esta escena en el colegio p¨²blico Txomin Aresti de Leioa se repet¨ªa con peque?as variaciones en en casi todos los colegios de Euskadi. El seguimiento rond¨® el 90%, seg¨²n estimaron los sindicatos convocantes, ELA, CC OO, LAB y UGT. No hubo servicios m¨ªnimos: el Tribunal Superior anul¨® los que hab¨ªa fijado el Gobierno vasco.
Muchos padres pidieron ayuda a los abuelos para paliar el trastorno de la huelga
Los trabajadores, que tambi¨¦n hacen huelga hoy, piden un nuevo convenio
Los monitores que se encargan de los comedores escolares llevan protestando desde el curso pasado. Los ¨²ltimos paros tuvieron lugar en mayo. Piden un aumento de su jornada ?ahora est¨¢n contratados dos horas y media al d¨ªa y aseguran tener que realizar parte de su trabajo fuera de ese horario, un incremento salarial del 5% o que se reduzca la ratio de alumnos con el que cada monitor debe trabajar. Junto con estos trabajadores de contrata ?unos 3.500?, trabajan 450 adscritos al Departamento de Educaci¨®n. Cada uno de los primeros tiene que hacerse cargo de 15 alumnos, frente a los nueve que tienen fijados por convenio sus colegas del sector p¨²blico.
"Sentimos que hay un agravio comparativo con el personal laboral [de la consejer¨ªa]", explicaba Gorka Garc¨ªa, frente al colegio Garc¨ªa Rivero de Bilbao, elegido por los trabajadores para manifestarse, al igual que la escuela Barrutia de Vitoria y la Amara Berri de San Sebasti¨¢n. Entre consignas y silbidos, Garc¨ªa intentaba dejar claro que la reivindicaci¨®n no era s¨®lo econ¨®mica: "Nos faltan herramientas para afrontar ciertas situaciones con algunos alumnos y pedimos mejoras en nuestra formaci¨®n".
A Bego?a, madre de dos hijos le parec¨ªa muy bien todo esto, pero no por ello estaba menos molesta. Los paros, dec¨ªa, se hab¨ªan comunicado el viernes, "sin darnos tiempo a organizarnos". Es algo que tambi¨¦n molesta al Departamento de Educaci¨®n, que calific¨® de "inadmisible" que los huelguistas no avisaran antes.
Los sindicatos anuncian nuevas protestas si Gobierno y empresas no se sientan a negociar un nuevo convenio. Entre todas estas partes a la gresca ?Educaci¨®n, trabajadores, contratas, padres molestos...? una porci¨®n del protagonismo de la jornada de huelga, que se repetir¨¢ hoy, se lo llevaron los abuelos. Ellas y ellos fueron quienes permitieron a muchas madres y padres no desatender sus obligaciones. "Mi hija me ha pedido que le echase una mano, y yo encantada", se?alaba Mar¨ªa a la salida del colegio. Su nieta, que exclamaba alegre "?hoy comemos en casa!", tambi¨¦n lo parec¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.