A PROP?SITO DE...

Estimada defensora del lector y espero que tambi¨¦n de las lectoras de EL PA?S:

No quisiera ser reiterativa respecto a las muchas cartas que, como dec¨ªa usted en el art¨ªculo del domingo se han recibido, pero el art¨ªculo de Lynch me ha parecido tan retr¨®grado, con unas argumentaciones tan poco fundadas intelectualmente y con una falta de empat¨ªa hacia las mujeres tan marcada que se me hace dif¨ªcil entender su publicaci¨®n en un peri¨®dico progresista como es EL PA?S. Yo he publicado art¨ªculos colectivos e individuales en su peri¨®dico y sigo pensando que es el mejor que tenemos en este pa¨ªs, pero creo que un art¨ªculo como el de Lynch no merece ser publicado en su peri¨®dico. Me pregunto si ese mismo texto u otro similar se hubiese publicado en The Guardian o en Le Monde. Y creo que no, porque rezuma resentimiento, falta de argumentos, mediocridad y parece haberse redactado para escandalizar.

Es un buen art¨ªculo para un peri¨®dico amarillista que quiere vender y que carece de l¨ªmites ¨¦ticos para lograr ese fin, pero no es un art¨ªculo para el sector progresista de nuestra sociedad. Y ahora no puedo dejar de preguntarme si este texto tiene alg¨²n significado en la l¨ªnea ideol¨®gica de EL PAIS y, desde luego, quiero pensar que su peri¨®dico no va a iniciar una campa?a contra el emp¨ªricamente demostrable d¨¦ficit de derechos y recursos de las mujeres.

Rosa Cobo. Profesora Titular de Sociolog¨ªa de la Universidad de A Coru?a

Directora del M¨¢ster sobre G¨¦nero y Pol¨ªticas de Igualdad (Universidad de A Coru?a)

Sra. Defensora:

Con motivo del D¨ªa Internacional contra la Violencia de G¨¦nero, su peri¨®dico publica un editorial, titulado "Lucha sin cuartel", en el que se afirma que, junto a las medidas legales y judiciales son necesarias otras medidas "como incorporar la igualdad en las aulas, sensibilizar a los ciudadanos o el fomento de valores igualitarios por parte de todos los actores sociales, incluidos los medios de comunicaci¨®n". En el mismo editorial se subraya que "el menor atisbo de tolerancia hacia la violencia contra las mujeres socava los cimientos democr¨¢ticos". En cualquier otro momento, celebrar¨ªa que El Pa¨ªs dedicara un editorial tan contundente a la cuesti¨®n de la violencia de g¨¦nero. Ahora, sin embargo, tras comprobar que este peri¨®dico no tiene empacho en publicar art¨ªculos como el tan ya comentado "Revanchismo de g¨¦nero", (...) y tras comprobar la poca permeabilidad a la cr¨ªtica de este peri¨®dico, que ha sido incapaz de retractactarse o de reconocer el error de una publicaci¨®n tan zafia y machista; ahora, digo, el editorial de El Pa¨ªs me parece tremendamente oportunista e inveros¨ªmil. Si algo sonaba ayer en El Pa¨ªs a pol¨ªticamente correcto (en el mal sentido que utilizaba este t¨¦rmino Bassets), era ese editorial.

In¨¦s Campillo Poza

Apreciada Milagros,

He recibido de compa?eras de Universidad y feminismo la nota de alarma sobre el art¨ªculo de E. Lynch. El tono del art¨ªculo sorprende por la ignorancia, pero sobre todo por el furor: Siempre me ha llamado la atenci¨®n el nivel de agresividad con el cual argumentan quienes saben que no tienen raz¨®n. M¨¢s que el contenido de las palabras, asusta precisamente el tono de venganza que las acompa?a. Creo que el cat¨¢logo de las fuentes que utiliza este se?or para respaldar su odio dice ya mucho acerca del nivel de su informaci¨®n: desde vallas publicitarias hasta Thelma y Louise, pasando por el videoclip... Quiz¨¢s deber¨ªa apostar por un nivel m¨¢s alto de informaci¨®n para poder elaborar una cr¨ªtica constructiva, siempre necesaria, o dirigir su mirada a contenidos m¨¢s profundos para colaborar con un verdadero proyecto de igualdad. Cualquier aportaci¨®n tranquila ser¨ªa mejor que su furor para paliar la inmensa carga de odio y marginaci¨®n con la que hemos tenido que soportar las mujeres la vida y la profesi¨®n.

Marta Llorente D¨ªaz. Doctora arquitecta. Profesora titular de la ETSAB, Universidad Polit¨¦cnica de Catalunya.

Estimada defensora:

Hoy es 25 de noviembre y conmemoramos el D¨ªa Internacional contra la Violencia de G¨¦nero, una ocasi¨®n excepcional para exigir un mayor compromiso en la lucha por la erradicaci¨®n de la violencia contra las mujeres, para reclamar una firme actitud de tolerancia cero que nos permita ser capaces de detectar y rechazar cualquiera de sus formas, tambi¨¦n las m¨¢s sutiles, para de este modo anticiparnos a lo irremediable.

Por ello me dirijo a usted para trasladarle mi indignaci¨®n y la del Consejo Asturiano de la Mujer (¨®rgano que re¨²ne a las organizaciones de mujeres, partidos pol¨ªticos y sindicatos asturianos que tienen entre sus fines la igualdad efectiva entre mujeres y hombres) no s¨®lo por el contenido del art¨ªculo de opini¨®n "Revanchismo de G¨¦nero" -¨¦ste no es m¨¢s que un burdo compendio de los argumentos del postmachismo-, sino por su publicaci¨®n en el diario El Pa¨ªs y por la lamentable y decepcionante respuesta ofrecida a las lectoras y lectores que les han trasladado su malestar.

Fue peor el remedio que la enfermedad resume nuestro pensamiento al leer a su jefe de opini¨®n el pasado domingo y al ver c¨®mo esta semana persisten en defender lo inexcusable.

Por todo ello, en nombre del Instituto Asturiano de la Mujer y dando traslado as¨ª a la petici¨®n formulada a este organismo por el Consejo Asturiano de la Mujer en su reuni¨®n ordinaria de ayer (24 de noviembre de 2009), le comunico que, en tanto en cuanto no se produzca una rectificaci¨®n acorde con la gravedad de lo ocurrido, el Instituto Asturiano de la Mujer dejar¨¢ de comprar diariamente El Pais, tal y como ven¨ªamos haciendo hasta la fecha de hoy.

Mar¨ªa Fern¨¢ndez Campomanes. Directora General del Instituto Asturiano de la Mujer

Estimada Defensora,

Yo si creo, en contra de los que publicaba ayer mi admirada Judith Astelarra, que EL PA?S no deber¨ªa dar espacio a voces como la de Enrique Lynch, que habla -es evidente para cualquier profesional de la psicolog¨ªa- desde sus traumas y fobias personales, y no desde una postura razonada de debate. Y creo que no debe, al igual que no da voz a personas que tambi¨¦n hablan desde las v¨ªsceras sobre el terrorismo, la pirater¨ªa en el ?ndico o la inmigraci¨®n. Una de las cosas que m¨¢s valoro de su peri¨®dico es que rara vez encuentro columnas o art¨ªculos que me sonrojen por su escasa calidad, por hablar desde las tripas o por caer en la an¨¦cdota. Sigo comprando y siendo asidua lectora de EL PA?S, a pesar de su secci¨®n de anuncios de contactos -que me parece mal- precisamente por todo esto que le indico.

Lamentablemente, el art¨ªculo de Enrique Lynch es una muestra de que algunas veces y con algunos temas, olvidan la calidad de su l¨ªnea editorial y dan voz a opiniones propias de bares y porter¨ªas. Si quieren, como dice Astelarra, que las propuestas y campa?as sobre igualdad se debatan, h¨¢ganlo: hay ya muchos varones trabajando sobre g¨¦nero e identidad de g¨¦nero que pueden aportar desde su conocimiento y experiencia. Luis Bonino, Manuel Lorente o Fernando Barrag¨¢n son algunos de los profesionales e investigadores que hablan desde el conocimiento acad¨¦mico, desde la raz¨®n y no desde el miedo al cambio.

Ana Delso Atalaya. Madrid

Sra. Defensora del Lector:

Quiero en primer lugar felicitar a su peri¨®dico por haber publicado un art¨ªculo que se atreve, por una vez, a disentir de los postulados impuestos por el feminismo institucional. (...) Se puede estar a favor o en contra de alguna, todas, o ninguna de las ideas que el se?or Lynch expone. Pero en modo alguno se puede cuestionar (como ha hecho el encolerizado colectivo feminista) su derecho a publicar unas opiniones, que no s¨®lo son suyas sino tambi¨¦n de muchos ciudadanos y ciudadanas que vemos, con creciente preocupaci¨®n, c¨®mo la doctrina feminista, a medida que se va instalando en el poder, se va radicalizando cada vez m¨¢s. Y es que la llamada "violencia de g¨¦nero" (...) se ha convertido en el comod¨ªn en nombre del cual se justifican todas las campa?as medi¨¢ticas y las acciones discriminatorias que el feminismo institucional est¨¢ perpetrando contra los hombres.

Si bien la actuaci¨®n del diario en su conjunto ha sido, en mi opini¨®n, correcta, considero que no lo ha sido la intervenci¨®n de usted en este asunto, en calidad de Defensora del Lector. Y es que, a pesar de que empieza afirmando que "la Defensora tiene poco que decir" en respuesta a las "cartas de lectores que se declaran heridos u ofendidos por el contenido de alguna columna o alg¨²n art¨ªculo", tres p¨¢rrafos m¨¢s adelante parece cambiar de opini¨®n y no duda en hacerse eco de la m¨¢s falaz de las opiniones vertidas por el bien orquestado colectivo feminista, que afirma que "ese art¨ªculo nunca deber¨ªa haberse publicado porque constituye un alegato en el que se justifica la violencia de g¨¦nero".

Sin duda el art¨ªculo del se?or Lynch contiene opiniones discutibles, pero afirmar que "constituye un alegato en el que se justifica la violencia de g¨¦nero" es una m¨¢s de las tergiversaciones a las que, por desgracia, nos tiene acostumbrados el feminismo radicalizado. De nuevo se recurre aqu¨ª al comod¨ªn de la "violencia machista" para conseguir un objetivo muy claro: el de silenciar una de las poqu¨ªsimas voces que se atreven a denunciar p¨²blicamente los excesos del feminismo. De este modo usted ha contribuido, con su actuaci¨®n, a crear una cortina de humo que intenta ocultar, tras el fantasma de la violencia machista, el principal mensaje del art¨ªculo del se?or Lynch: que buena parte de las acciones (institucionales o no) del feminismo no est¨¢n inspiradas en el leg¨ªtimo anhelo de igualdad, sino en el de revancha, y que ¨¦sta no es, desde luego, la manera de poner fin a la guerra de g¨¦neros.

Jos¨¦ Antonio Aguilar Amor¨®s

Quiz¨¢s yo no entiendo mucho de lenguaje, pero creo que si se debate sobre si se debe decir negro, persona de color o afroamericano, por poner un ejemplo, estamos teniendo un debate sobre lo pol¨ªticamente incorrecto o no. Si se trata de opinar que los negros o como quiera que los nombremos son inferiores a los blancos, es una barbaridad. Si alguien justifica que los etarras pongan bombas, o que las victimas de los pederastas disfrutan o incitan, no es pol¨ªticamente incorrecto, es despreciable.

Ya est¨¢ bien de que se califiquen determinadas opiniones sobre las mujeres como pol¨ªticamente incorrectas. Estamos hablando de vidas de personas, y se las defiende o no. O se condena la violencia de ETA sin ning¨²n tipo de pero, o se ilegalizan los partidos. ?Por qu¨¦ eso todo el mundo lo ve tan claro? (...) A lo mejor convendr¨ªa plantearse desde los medios qu¨¦ dar¨ªa buenos resultados en la lucha contra este tipo de violencia.

Evidentemente que estas opiniones existen en la sociedad, demasiado a menudo mis alumnos me lo recuerdan. Pero yo no soy pol¨ªticamente correcta y ellos muestran su opini¨®n. Ambos tenemos opiniones, solo que la suya justifica muertes, lo mismo que el se?or Lynch, y su peri¨®dico tambi¨¦n indirectamente.

Lucrecia Aguilar

Escribo en relaci¨®n al art¨ªculo de Enrique Lynch "Revanchismo de g¨¦nero" y la respuesta a las cr¨ªticas que se han producido. Me parece una gran falta de responsabilidad publicar algo as¨ª y no entiendo que el debate se centre en s¨ª se deb¨ªa publicar o no. De hecho, a menudo leemos en la prensa art¨ªculos realmente lamentables que muestran hasta qu¨¦ punto la sociedad en la que vivimos sigue siendo profundamente machista, unos art¨ªculos que las feministas muchas veces preferimos ni criticar por no darles todav¨ªa m¨¢s eco. Por eso mismo, las cr¨ªticas levantadas por "Revanchismo de G¨¦nero" son de por s¨ª una patente muestra de la indescriptible falta de respeto hacia las mujeres, base de toda manifestaci¨®n machista y te toda agresi¨®n hacia las mujeres.

El autor hace lo que el patriarcado lleva dictando a toda la sociedad desde que el mundo es mundo, es decir, aplicar a todo una mirada androcentrista hasta el extremo de justificar la violencia de g¨¦nero y de ver a las v¨ªctimas de este fen¨®meno como las aut¨¦nticas culpables. (...) El autor nos llama "necias" y alude a que una persona culta, como ¨¦l, no puede justificar la violencia de g¨¦nero. Est¨¢ equivocado, porque la violencia hacia las mujeres se da en todas las esferas sociales, entre personas cultas, analfabetas, ricas, pobres, heterosexuales, homosexuales... porque el hecho de que un hombre lea muchos libros, incluso que los escriba, no es ninguna garant¨ªa de que respete a las personas que est¨¢n a su alrededor, ya sean mujeres u hombres. Me parece una verg¨¹enza que a escasos d¨ªas de celebrar el d¨ªa contra la violencia hacia las mujeres nos est¨¦n diciendo que es necesario "abrir un debate" con art¨ªculos como ¨¦ste, que no son una provocaci¨®n sino un c¨²mulo de barbaridades que no vale la pena debatir porque ni siquiera generan debate, sino indignaci¨®n.

Teresa Garc¨ªa Espejo. Madrid

Estimada Defensora del Lector,

No, no temo al feminismo. No lo temo porque lo he vivido desde ni?o con una madre

plenamente concienciada de su valor como persona y un padre que tuvo que superar su herencia at¨¢vica machista para poder amar plenamente como persona y no como hombre, como ¨¦l mismo me confes¨® m¨¢s de una vez. Alabo el trabajo de gente que, como ellos, han hecho el esfuerzo de acompa?arse mutuamente en lo que, en aquellos tiempos, era una lucha por la igualdad de oportunidades (...). He defendido en m¨¢s de una discusi¨®n y desde que era bien peque?o, una postura feminista que yo mismo no entend¨ªa muy bien (el machismo se respira en el aire, m¨¢s en un pa¨ªs como Espa?a) y me ha costado el verme reflejado en las miradas de otros hombres que, a pesar m¨ªo, no entend¨ªan que el ¨²nico camino viable era el de la igualdad de las personas; en todos los sentidos. Cuando era m¨¢s joven, no me importaban esas miradas de incomprensi¨®n. Volv¨ªa la cabeza a mi madre y entend¨ªa que, de alguna manera, aquello era necesario. La gente comprender¨ªa, con el tiempo, que hombres y mujeres deben trabajar en igualdad, al un¨ªsono, para llegar a ser personas iguales en derechos y obligaciones. Entonces era optimista.

Pero siento decirles que, poco a poco, mi percepci¨®n de las cosas ha cambiado. Cada a?o que pasa, me siento m¨¢s en tierra de nadie. Hablo con multitud de buenas amigas implicadas en la lucha feminista por tradici¨®n, cultura y propia voluntad. Gente que desde muy joven ha intentado mantener la cordura y el sentido com¨²n en asuntos vergonzantes como el maltrato dom¨¦stico. Personas que est¨¢n en contra de cualquier tipo de discriminaci¨®n, incluida la positiva, que no quieren que sus hijas lleguen a un puesto de trabajo de relevancia por ser mujeres y tener cuota propia, sino por su propio valor personal. Mujeres que vivieron el machismo m¨¢s atroz y que, por lo tanto, saben que la soluci¨®n nunca es la revancha. Gente que apuesta, en definitiva, por el feminismo de la igualdad.

Cuando hablo con estas magn¨ªficas personas, siempre en voz baja y cuidando de que no le oigan otras compa?eras m¨¢s radicales del movimiento, me confiesan, con gesto de resignaci¨®n, que el feminismo de la diferencia est¨¢ ganando la partida al feminismo de la igualdad. Que cada vez se escucha m¨¢s a las voces que hablan m¨¢s alto y menos a las que hablan m¨¢s claro. Que cada d¨ªa que pasa, nos alejamos m¨¢s del objetivo de la igualdad y nos acercamos m¨¢s a la tan pregonada guerra de sexos que tanto parece excitar la mente de algunas personas. (...) No estoy en posici¨®n de opinar sobre si la campa?a lanzada por la Secretar¨ªa General Iberoamericana contra la violencia de g¨¦nero es o no es revanchista. Ni siquiera soy capaz de afirmar que sea, siquiera, feminista. (...) Pero mientras hago estas reflexiones, no puedo evitar tener la inquietante sensaci¨®n de que hay mujeres y hombres m¨¢s preocupados por fijar las trincheras de una confrontaci¨®n que consideran inevitable, que por evitarla.

(...) No dudo que la frase elegida para la campa?a sea, desde el punto de vista publicitario, efectiva y en los fr¨ªos y funcionales tiempos que vivimos, puede que eso sea todo lo que importe. Ahora bien, el que sea efectiva no significa necesariamente que sea respetuosa; ni siquiera que sea feminista. Leo esa frase y no puedo evitar cierto malestar y acabo con crisis de identidad. ?Qu¨¦ "soy", entonces? ?Un hombre machista o feminista? ?Un hombre que piensa como una mujer? ?Una mujer que piensa como un hombre? ?Un hombre feminista? ?Un feminombre? ?Un hombrinista? Quiero pensar que s¨®lo soy una persona, como siempre me ense?aron. Pero no s¨¦.

Jes¨²s G¨®mez

Sra. Defensora: soy Lola Bello Uber, t¨¦cnica del ?rea de la Mujer del Ayuntamiento de ?cija (Sevilla). En mi propio nombre y en el mis compa?eras quiero manifestarle mi pesar, tristeza e indignaci¨®n con el art¨ªculo titulado "Revanchismo de g¨¦nero". La violencia de g¨¦nero produce tanto dolor y sufrimiento a las mujeres que lo padecen y a su entorno y familias que me parece una irresponsabilidad culpar a las mujeres. Estoy segura que un art¨ªculo de similares caracter¨ªsticas culpando del racismo, el terrorismo o de cualquier otra lacra social, a quienes lo padecen, no se hubiera publicado en un medio como EL PA?S. No voy a entrar en el contenido del art¨ªculo porque ya le¨ª su cr¨®nica de ayer "?Qui¨¦n teme al Feminismo?" y creo que hay argumentos m¨¢s que suficientes. Pero quiero expresar mi indignaci¨®n por este art¨ªculo y ante este medio de comunicaci¨®n que ampar¨¢ndose en la libertad de expresi¨®n ha humillado a las mujeres de manera innoble, disculpando conductas deleznables y delictivas y que muchas personas llevamos a?os intentando combatir. Espero que hechos tan lamentables no se vuelvan a producir.

Lola Bello Uber. ?cija (Sevilla)

Estimada se?ora:

Que su gesti¨®n de las quejas recibidas en relaci¨®n con el art¨ªculo de Enrique Lynch haya servido para darle a este se?or la oportunidad de llamarnos necias a las personas que nos hemos sentido ofendidas por su articulo es un elemento que personalmente me hace dudar de la utilidad de su figura. En segundo lugar, que el director de opinion se reafirme en la necesidad de dar voz en el debate social a quienes discuten que la igualdad entre mujeres y hombres debe ser real y efectiva, tal y como establece nuestra Constituci¨®n es, como poco, de un p¨¦simo gusto democr¨¢tico.

Por ultimo, este gesto ha dejado al menos para m¨ª, claramente en evidencia, que no est¨¢n ustedes interesados en contar entre sus lectores con personas que trabajamos a favor de la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Seguramente esta igualdad debe conducirnos a un debate social sobre las nuevas formas de relaci¨®n de mujeres y hombres, pero le aseguro que sobran opiniones a?orantes de un orden social que relegaba los derechos de las mujeres tras la cortina de otros supuestos beneficios sociales, tal y como hace el autor del art¨ªculo que tan necesario les ha parecido a las personas responsables de su diario.

Marisa Soleto. Directora de Fundacion Mujeres

Si lo que interesa es que surja pol¨¦mica (que no reflexi¨®n, no es ¨¦tico intentar vend¨¦rnoslo as¨ª), podr¨ªa copiar las l¨ªneas editoriales de otros diarios, y permitir opiniones marcadamente fascistas, xen¨®fobas y/o no contrastadas. S¨®lo que en ese caso su peri¨®dico lo leer¨ªa otro tipo de personas, no las habituales hasta ahora de este su peri¨®dico. Pues por un tiempo uno/a se molesta en contestar, despu¨¦s ya deja de comprar el peri¨®dico.

Agradezco a usted el art¨ªculo del d¨ªa de hoy recogiendo nuestro malestar, pero la inclusi¨®n en ¨¦l de las m¨¢s que desafortunadas ratificaciones en sus posiciones de los se?ores Bassets y Lynch, anulan en gran medida el efecto reparador de su escrito.

Ana M. Gonz¨¢lez. Psicoanalista

Muy sra. m¨ªa:

Como argumentos tienen ustedes de sobra frente al desahogo del Sr. Lynch y como igualmente desde distintos ¨¢mbitos se han escuchado las voces de la sensatez, no quisiera yo abundar en esta cuesti¨®n, sino en los espacios concedidos a personas que difunden desconocimiento y desinformaci¨®n sobre un delito como es la violencia de g¨¦nero y que frivoliza con la asociaci¨®n de las cifras de las asesinadas culpando al feminismo y a las instituciones. Inaceptable, del todo inaceptable.

Recuerdo cuando hace unos a?os el Instituto de la Mujer concedi¨® un premio a un reportaje maravilloso que se llamaba "En primera l¨ªnea contra el maltrato", de Luz S¨¢nchez-Mellado. Eran los comienzos del funcionamiento de la ley y Luz se sentaba horas con las que ¨¦ramos entrevistadas, porque quer¨ªa ser rigurosa y dar un tratamiento correcto de la informaci¨®n.

Con esa publicaci¨®n me quedo yo, con la del rigor. Ahora que ya est¨¢ todo organizado, que se ha avanzado en estos temas y que se ha ponderado la necesidad de un correcto tratamiento de la informaci¨®n, ahora, cuatro a?os despu¨¦s, EL PA?S da espacio a un discurso absurdo y contrario al contenido del art¨ªculo 14 de la Constituci¨®n y de la Ley 1/2004, que puede tener una incidencia grav¨ªsima en la sociedad y en la vida de muchas v¨ªctimas. Le traslado mi preocupaci¨®n y mi indignaci¨®n y espero que adopten las medidas necesarias para que esto no vuelva a suceder y, la verdad, como lectora, me gustar¨ªa ver una desvinculaci¨®n de la publicaci¨®n de esa opini¨®n y una reprobaci¨®n de la misma.

Los medios de comunicaci¨®n tienen una funci¨®n en la defensa de los derechos de las personas.

Cruz S¨¢nchez de Lara Soriano. Abogada

Como asiduo lector de EL PA?S he le¨ªdo su art¨ªculo "Qui¨¦n teme al feminismo?", con el cual se puede estar m¨¢s o menos en desacuerdo, en el que expresa la cantidad de llamadas y escritos contra el art¨ªculo de Erique Lynch que ha recibido por parte de lectoras y asociaciones que demuestran lo m¨¢s rancio del feminismo (?que le diferencia de machismo?), exigiendo una rectificaci¨®n a su peri¨®dico, lo cual me parece totalmente inquisitorio en estos tiempos de libertad de expresi¨®n (?y por qu¨¦ no un art¨ªculo de Josu Ternera?).

La frase de la Sra. Freixa sobre mucho hombre en el peri¨®dico es esperp¨¦ntica y espero que nada de esto sirva para cercenar los art¨ªculos de opini¨®n con diversos puntos de vista que se publican en ese diario, porque entonces no ser¨ªa un peri¨®dico global ni independiente.

Juli¨¢n Garc¨ªa P¨¦rez

Hola.

Esper¨¦ a este domingo a que se publicara un inevitable art¨ªculo sobre las cartas que iban a llegar al peri¨®dico sobre esa "opini¨®n" de Enrique Lynch para escribir la m¨ªa, porque quer¨ªa saber qu¨¦ clase de justificaci¨®n daban a la publicaci¨®n de ese panfleto. Pero la verdad es que me ha sorprendido muy desagradablemente que lo hagan diciendo que publicar esta clase de mentiras permite animar el debate en ese tema, cuando para que haya un debate, lo primero que hay que hacer es evitar que se mezclen las falsedades e invenciones que intentan anularlo o pervertirlo. Y est¨¢ muy claro que Lynch, por razones que desconozco y que casi prefiero no conocer, busca dar completamente la vuelta a este debate concreto pasando a culpar, primero a las madres, por malcriar a sus hijos, y luego al resto de las mujeres por querer enfrentarse los que las quieran avasallar.

Sinceramente, en muchos a?os, no hab¨ªa le¨ªdo nada tan desagradable, falso y, lo que es peor, malintencionado, como ese "art¨ªculo", que me provoc¨® indignaci¨®n desde el primer p¨¢rrafo, en que explica que los ¨²nicos hombres que puede tener una mujer en su vida son producto del adulterio, supongo que porque pensar¨¢ que toda mujer de verdad estar¨¢ casada y no ver¨¢ a m¨¢s hombres que su marido, claro, si no, es que debe ser una de esas "liberadas" que se merecen que les peguen o quiz¨¢ que las violen.

Sergio Montesdeoca Moron

Sra Milagros P¨¦rez Oliva, hoy he le¨ªdo su articulo ?Quien teme al feminismo?, y me ha sugerido lo siguiente: en primer lugar, que usted intuye que es el miedo lo que ha generado tanto "ruido", despu¨¦s del art¨ªculo Revanchsimo de g¨¦nero y contestado en art¨ªculos y cartas al director. Y yo estoy de acuerdo en que es miedo pero a algo m¨¢s que al feminismo.

En segundo lugar, en mi opinion, todos los implicados en este debate se han dejado llevar por profundas emociones, como no puede ser de otra manera, pero existe la posibilidad de considerar las cosas con una, digamos, "objetividad". Y es que la violencia, sea del g¨¦nero que sea, es el resultado de estar atrapados en un atolladero. En este sentido, la frase "De todos los hombres que haya en mi vida ninguno ser¨¢ m¨¢s que yo", resulta ser una comunicacion parad¨®jica. Y esta situaci¨®n es el atolladero, ya que si bien en un nivel se propone la igualdad (simetr¨ªa), en otro nivel, quien pronuncia la frase define un tipo de relaci¨®n y aqu¨ª est¨¢ la desigualdad (asimetr¨ªa): en que define la relaci¨®n.

En tercer lugar, el debate deber¨ªa incluir a los cient¨ªficos sociales y de la salud, ya que una relaci¨®n igualitaria, puede producir perplejidad, pues para serlo tiene que ser alternativamente sim¨¦trica y asim¨¦trica. Finalmente, respecto de todas estas personas que cuestionan que el art¨ªculo se haya publicado, yo dir¨ªa que quieren definir las cosas, y ello es m¨¢s de lo mismo.

Un cordial saludo.

Francisco Javier Rubio Quir¨®s. M¨¦dico-psiquiatra. Tarragona.

Se?ora defensora.

Me ha alegrado leer el art¨ªculo de Soledad Gallego, he le¨ªdo tambi¨¦n su columna, pero no pienso que con eso EL PA?S haya cumplido con lo que tantas personas (lectores y lectoras) est¨¢n pidiendo. No estamos ante un asunto de libertad de prensa que publica "equitativamente" una opini¨®n y la contraria. Si el art¨ªculo dijera que son las v¨ªctimas de ETA quienes con sus provocaciones, manifestaciones y peticiones de una vida sin terror, hacen que las asesinen, seguro que ese peri¨®dico har¨ªa dimitir de su cargo a los responsables de que tal barbaridad se publicara. Pues, como supongo ustedes saben, el machismo mata y tortura much¨ªsimas m¨¢s mujeres cada a?o que cualquier otra organizaci¨®n terrorista en el mundo. Estamos, pues, ante un asunto de mucha mayor gravedad.

La supuesta "clara y combativa l¨ªnea editorial en contra de la violencia machista" no me queda nada clara, y menos a¨²n despu¨¦s de la publicaci¨®n de un art¨ªculo semejante. La responsabilidad no es del se?or Lynch sino de ustedes por haberle dado espacio y lugar, publicidad y el respaldo de un gran peri¨®dico. (....) "Antes de tomar la decisi¨®n definitiva se someti¨® el art¨ªculo a la lectura de varias personas de ambos g¨¦neros" coment¨® el se?or Bassets. Creo que es lo de menos que las personas que lo lean sean hombres y mujeres. No estamos en una guerra, no es una cuesti¨®n de hombres versus mujeres. Hay muchas mujeres que por su educaci¨®n o por la raz¨®n que sea comparten o aceptan el pensamiento machista tradicional que campa a sus anchas en este pa¨ªs. Por otro lado, hay muchos hombres que han entendido que la igualdad es el camino a seguir y han planteado una nueva masculinidad, que considera a las mujeres ciudadanas con los mismos derechos y luchan a diario por una sociedad m¨¢s justa. Con lo cual, que el art¨ªculo lo hayan le¨ªdo hombres y mujeres, para m¨ª, no quiere decir nada. M¨¢s importante es saber qu¨¦ hombres y qu¨¦ mujeres.

"Creo que EL PA?S puede e incluso debe publicar textos de este tipo, aunque s¨®lo sea como incitaci¨®n al debate y al pluralismo" contin¨²a el se?or Bassets. (...) No me imagino que publicasen ustedes textos de la izquierda abertzale, o de alg¨²n grupo de extrema derecha que manifestase un racismo exacerbado, con el fin de "incitar al debate y al pluralismo". Por favor, no sean demagogos. (....) Somos muchas las personas que no aceptamos esto. Que nos negamos a aceptar sus intentos de contentar a todas las partes, publicando un par de art¨ªculos y sugiriendo que ¨¦ste es un debate democr¨¢tico. No se enga?en: no se puede hablar de democracia con un d¨¦ficit de igualdad.

(...) ?A qui¨¦n defiende usted, se?ora Defensora? Tan s¨®lo les pedimos coherencia, consecuencia y responsabilidad social.

Atentamente,

Violeta G¨®mez Warletta. Psic¨®loga, M¨¢ster en Sexolog¨ªa y especialista en G¨¦nero. C¨¢diz.

Se?ora defensora del lect@r:

C¨®mo lectora de su peri¨®dica y colaboradora de EL PA?S de los Estudiantes desde hace a?os, me siento con el derecho de recordarle que sus lector@s y suscriptor@s , buscan en la redacci¨®n de este peri¨®dico la defensa de los derechos de los ciudadan@s sin grietas.

La lucha por la igualdad viene siendo uno de esos derechos que venimos reivindicando y defendiendo desde hace mucho tiempo y desde diferentes foros, como pueden ser las aulas o las diferentes asociaciones sociales, con un trabajo arduo y no siempre f¨¢cil. Por eso, no estamos dispuestas, ni las mujeres ni muchos hombres, a que desde su redacci¨®n se d¨¦ voz a quienes defienden un discurso machista y peligrosamente justificador de una violencia de g¨¦nero que se ha convertido en una de las peores lacras de nuestra sociedad.

Le saluda atentamente.

Carmen Hern¨¢ndez S¨¢nchez. Profesora de Filosof¨ªa y Educaci¨®n ?tico-C¨ªvica.

El revuelo de indignaci¨®n que ha causado el art¨ªculo "Revanchismo de g¨¦nero" de Enrique Lynch pone de manifiesto que efectivamente existe esa corriente revanchista. Creo que el art¨ªculo de Lynch deja muy clara su defensa de la igualdad de g¨¦nero, y considera a Espa?a todav¨ªa un pa¨ªs "vergonzantemente mis¨®gino". Tampoco culpa a las mujeres de los casos de violencia machista, ni mucho menos, pero realiza un an¨¢lisis valiente de ciertas corrientes feministas que quiz¨¢s perjudican m¨¢s que favorecen la lucha de esta igualdad de g¨¦nero.

Personalmente tambi¨¦n me llam¨® la atenci¨®n, antes de leer el art¨ªculo de Lynch, esa frase de la campa?a contra la violencia de g¨¦nero, que dice: "De todos los hombres que haya en mi vida ninguno ser¨¢ m¨¢s que yo". Si nos ce?imos exclusivamente a esta frase, a mi entender no es una frase que proponga igualdad, e incluso se intuye cierto complejo de inferioridad. Al menos es la sensaci¨®n que a m¨ª me transmiti¨® cuando la le¨ª. Y estoy de acuerdo con Lynch en que existe una corriente feminista revanchista, de confrontaci¨®n, que para nada ayuda a conseguir la meta que buscamos la mayor¨ªa de las personas de este pa¨ªs, hombres y mujeres, y que no es otra que la total igualdad de g¨¦nero.

El tema es de tal seriedad, porque est¨¢ en juego la vida de muchas mujeres, que es loable plantear esta reflexi¨®n al igual que es valiente la posici¨®n de personas como Lluis Bassets. El debate y la pluralidad son la base para llegar a buen puerto. Si queremos conseguir la igualdad debemos hacerlo tanto las mujeres como los hombres, y hacerlo juntos, de la mano. Es evidente que hay un feminismo sano que lucha por esta igualdad pero es tambi¨¦n palpable que hay otro feminismo de confrontaci¨®n que quiere conseguir sus metas por el camino err¨®neo de menospreciar al hombre. Si todos convenimos en que a¨²n vivimos en una sociedad machista, las estrategias para erradicarla deben ser m¨¢s inteligentes y cordiales. Si en la campa?a en cuesti¨®n un hombre dice "de todas la mujeres que haya en mi vida ninguna ser¨¢ menos que yo", ?por qu¨¦ no dicen lo mismo las mujeres?: "de todos los hombres que haya en mi vida ninguno ser¨¢ menos que yo". ?O es que realmente existe un temor a la verdadera igualdad?

Juan Francisco Hidalgo Fern¨¢ndez, M¨¢laga.

Estimada Se?ora:

No puedo por menos de expresar mi incredulidad y asombro ante el hecho de que un peri¨®dico como El Pa¨ªs, al que se le suponen una voluntad y una orientaci¨®n progresistas, publique un art¨ªculo tan parcial y ofensivo como "Revanchismo de g¨¦nero". Sin entrar en sus consideraciones sobre sintaxis, que demuestran una ignorancia supina de la materia, ni siquiera sobre su interpretaci¨®n de una afirmaci¨®n, aunque ciertamente su tergiversaci¨®n cuestione seriamente su honestidad profesional, creo que no es de recibo la decisi¨®n de su peri¨®dico de dar publicidad a tal tipo de opiniones sobre un problema social extremadamente grave, que desemboca en un escandaloso n¨²mero de asesinatos de mujeres de los que, torticeramente, el autor responsabiliza a las propias mujeres que son sus v¨ªctimas. Si esos asesinatos tuvieran un cariz pol¨ªtico, no me cabe duda alguna, y seguro que tampoco a usted ni al director de su peri¨®dico, que tales afirmaciones no solo no se publicitar¨ªan bajo el espurio pretexto -en este caso- de la "libertad de expresi¨®n", sino que estar¨ªan castigadas penalmente, como lo est¨¢ la justificaci¨®n o la apolog¨ªa del terrorismo.

No voy a defender el feminismo que, lejos de revanchismo alguno, lo ¨²nico que pretende es devolver la dignidad y una igualdad de oportunidades y derechos denegados secularmente a las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, pero s¨ª defiendo, y retomando un slogan feminista, que "lo personal es pol¨ªtico", por lo que las afirmaciones que se vierten disfrazadas de opiniones personales son tan pol¨ªticas como las que m¨¢s. Es por ello por lo que considero que El Pa¨ªs tiene m¨¢s responsabilidad en el vertido de estas opiniones que el autor del art¨ªculo, sin que quepa atenuante alguno.

Atentamente

?ngeles de la Concha. Catedr¨¢tica de Filolog¨ªa Inglesa

Dpto. de Filolog¨ªas Extranjeras y sus Ling¨¹¨ªsticas

Facultad de Filolog¨ªa - UNED

Estimada defensora del lector:

Afirmar como hace Enrique Lynch en su art¨ªculo "Revanchismo de g¨¦nero" que "si no eres m¨¢s necesariamente eres menos" traduce o bien una incompetencia intelectual evidente o bien una intenci¨®n manipuladora insana, especialmente al tratar un tema tan sensible como la igualdad de g¨¦nero en un pa¨ªs donde sigue habiendo unas 70 muertes de mujeres al a?o como es Espa?a.

Desde luego un tipo que no conoce que adem¨¢s del ser superior o inferior que, existe el ser igual que, no merec¨ªa que le hubieran dado la oportunidad de publicar ning¨²n art¨ªculo en un peri¨®dico del nivel de El Pa¨ªs. Merece m¨¢s bien comenzar de nuevo su escolarizaci¨®n o al menos visionar de nuevo y repetidas veces el cap¨ªtulo de Barrio S¨¦samo donde se explicaban los conceptos, mayor, menor o igual que.

Y no se le deb¨ªa haber dado el acceso a una tribuna p¨²blica porque puede terminar diciendo alguna barbaridad, como la que de hecho insin¨²a al final de su art¨ªculo, que habitualmente los islamistas tratan de forma vergonzante a las mujeres no por una bochornosa, arbritaria y abusiva conducta de siglos de tradici¨®n innoble, sino por prevenci¨®n y "temor" al resentimiento femenino. Impresionante. Por favor, en honor a la dignidad que pida perd¨®n y se retracte el mencionado Sr Lynch.

Guillermo Romero. Ciudad Real (Espa?a)

Le adjunto algunas consideraciones sobre el contenido del art¨ªculo de Enrique Lynch, que en mi opini¨®n destila una misoginia patol¨®gica recurriendo a los siguientes t¨®picos:

• -Defiende una "jerarqu¨ªa elemental" de los sexos, esto es, aboga por la jerarqu¨ªa sexual donde si no "eres m¨¢s" necesariamente "eres menos". No parece comprender que entre "ser m¨¢s" y "ser menos", a d¨ªa de hoy, se encuentra la igualdad. (P¨¢rrafo 4)

• Se percibe por lo tanto en el se?or Lynch una a?oranza del orden antiguo, de la jerarqu¨ªa sexual, d¨®nde se establec¨ªan comportamientos diferenciados para mujeres y hombres.

• Que Lynch a?ora esos tiempos pasados queda probado por el recurso a los boleros, a los tangos y las rancheras como firme expresi¨®n de la sentimentalidad masculina. Entre tequila y tequila, Lynch supone que con llorar las desverg¨¹enzas y tropel¨ªas masculinas es suficiente para obtener el perd¨®n, aunque se llegue al "la mat¨¦, s¨ª se?or, y si vuelvo a nacer yo la vuelvo a matar..." ?qu¨¦ forma m¨¢s elocuente de" llorar el amor fracasado"! ?qu¨¦ "conmovedor"! (p¨¢rrafo 10)

• Su misoginia patol¨®gica le lleva a referirse a las mujeres como "hembras", "f¨¦minas", "perdularias" (y m¨¢s que hay diseminadas a lo largo de todo el art¨ªculo)

• Argumentativamente, se sit¨²a en la prehistoria del conocimiento ya que asocia igualdad a "revanchismo de g¨¦nero", considerando la igualdad como "un mal que se extiende imparable por todas partes. (p¨¢rrafo 9)

• Ridiculiza la ruptura de los estereotipos al ridiculizar las letras de las canciones de algunas de las cantantes de actualidad. Como dec¨ªa antes prefiere el "la mat¨¦, si se?or" del Preso n¨²mero 9 al "qu¨¦ l¨¢stima, pero adi¨®s" de Julieta Venegas, dejando por lo tanto al descubierto su verdaderos principios morales. (p¨¢rrafo 12)

• S¨®lo a los mis¨®ginos patol¨®gicos beneficia la confusi¨®n entre "guerra de sexos" con "igualdad". Recurriendo, por supuesto, a los t¨®picos vejatorios y decimon¨®nicos sobre el feminismo. No resulta extra?o que cite a Nietzsche, ¨¦ste afirmaba en un aforismo "si vas con mujeres no te olvides del l¨¢tigo". (p¨¢rrafo 3)

• Su precariedad argumentativa le lleva a atribuir los avances en igualdad con un aumento en la tasa de actos de violencia.

• Parece defender a la hora de tratar con "machos ignorantes y brutales" el silencio de las mujeres: Si callas vives, si hablas mueres, es el mensaje impl¨ªcito en su p¨¢rrafo s¨¦ptimo.

• Sus dos ¨²ltimos p¨¢rrafos son condenatorios, casi que ha lanzado una "fatua" sobre las feministas. En el pen¨²ltimo nos avisa de que si seguimos pidiendo visibilidad para las mujeres en el mundo del saber, la creatividad, la cultura, etc... se incrementaran lo asesinatos de mujeres. En el ¨²ltimo se atribuye al feminismo, desde una posici¨®n de "caradura moral" ,la intensificaci¨®n del fundamentalismo isl¨¢mico.

• Por ultimo, la misoginia patol¨®gica no deber¨ªa encontrar un espacio tan se?alado en un peri¨®dico como El Pais.

Alicia Miyares. Fil¨®sofa. Autora de "Democracia Feminista".

En el art¨ªculo "Revanchismo de g¨¦nero" se deja entrever el feminismo como un mal de la sociedad actual. Cabe destacar, que el feminismo y la lucha del nuevo Ministerio no es una lucha de las mujeres contra los hombres, sino una lucha de las mujeres con los hombres contra aquellos hombres que no quieren permitir el "apoderamiento de la mujer". No se trata de restar poder al hombre, sino, de facilitar poder a la mujer en ¨¢mbitos d¨®nde hasta ahora no ha tenido ni "voz" ni "voto".

No es que la mujer no haya tenido poder hasta ahora sino, que ha sido v¨ªctima de un pode invisible y latente en nuestra sociedad, un poder "machista" que ha dejado a la mujer en segundo plano. El feminismo (mujeres y hombres) han luchado por dar "voz" a las voces que han estado silenciadas hasta el momento.

El art¨ªculo de Enrique Lynch est¨¢ lleno de las nuevas "filosof¨ªas post-machistas" que tratan de justificar las desigualdades abriendo una "guerra" contra las mujeres que no aceptan el poder patriarcal legitimado durante a?os.

?Somos las "malas" por defender nuestros derechos? Esto parece, seg¨²n el autor.

En fin... creo que el art¨ªculo ha sido desafortunado y echa por tierra el trabajo y la lucha de muchas mujeres por salir adelante en un mundo todav¨ªa no igualitario.

Ainoa Mateos

Despu¨¦s de leer el art¨ªculo "Revanchismo de g¨¦nero" me he quedado sin palabras. ?Por qu¨¦ presupone el autor que cuando se habla de no ser menos se dice ser m¨¢s? ?En su vocabulario no existe la palabra igual? ?Y el adjetivo mismo? ?Por qu¨¦ algunos hombres tienen miedo de que las mujeres podamos ejercer nuestros derechos, que no son ni m¨¢s ni menos que los de los hombres? En su delirio de insensatez ?tenemos que pedir perd¨®n por dejar que ciertos hombres ejerciten la violencia contra las mujeres? "De todos los hombres que haya en mi vida ninguno ser¨¢ m¨¢s que yo". Y en mi vida ha habido y habr¨¢ muchos hombres (empezando por mi padre y acabando por mi hijo).

Carmen S¨¢nchez-Contador Escudero, mujer, m¨¦dica, feminista.

Apreciada Se?ora:

Me gustar¨ªa expresar mi opini¨®n sobre el art¨ªculo del Sr. Lynch y sobre todo el debate generado con ocasi¨®n del mismo. Al margen de consideraciones relativas a la l¨ªnea editorial de su diario y del n¨²cleo central de la identidad del mismo, debo decir que no me gusta el art¨ªculo del se?or Lynch, pero no por que piense que el contenido del art¨ªculo justifica la violencia sobre las mujeres. En la Cuba de Fidel Castro se dice que en una ciudad sitiada cualquier disidencia es traici¨®n y claro, las c¨¢rceles est¨¢n llenas de disidentes. No puede aceptarse que una cr¨ªtica a la forma de luchar contra la violencia contra las mujeres suponga justificar la violencia contra las mujeres o no darle importancia al problema. De hecho esa es la acusaci¨®n com¨²n de las instancias oficiales contra todos aquellos que tenemos una posici¨®n cr¨ªtica contra la ley integral de violencia de g¨¦nero. Consecuentemente la cr¨ªtica inteligente y razonada brilla por su ausencia porque todo el mundo tiene miedo de que le llamen machista o traidor.

Dicho esto, vuelvo a repetir que no me gust¨® el art¨ªculo del Sr. Lynch. Y no me gust¨® porque si bien toca temas de gran importancia que generan gran cantidad de dolor y sufrimiento, lo hace en un tono fr¨ªvolo, incluso c¨ªnico. Miles de hombres y mujeres sufren anualmente la violencia por parte de sus parejas y ex parejas y miles de hombres son juzgados por ello en los llamados juzgados de violencia de g¨¦nero. Estos tribunales, creados exclusivamente para juzgar a hombres, condenan muchas veces contando exclusivamente con la palabra de la denunciante, lo que pone en cuesti¨®n el principio de presunci¨®n de inocencia. Miles de los hombres juzgados son padres insertos en procesos de separaci¨®n y divorcio y hay muchos ni?os implicados en estas situaciones. Estos hombres son juzgados casi siempre por actos aislados (no repetidos, no sistem¨¢ticos) pero a¨²n as¨ª se les presume machistas maltratadores. Castigar a un padre inserto en un proceso de separaci¨®n y divorcio por causar "cualquier menoscabo psicol¨®gico" a su ex pareja es convertir a todo el colectivo de padres separados en delincuentes.

Hay tambi¨¦n que decir que nada de esto pasa cuando el maltratado es un hombre.

En fin la cosa da que pensar y no puede despacharse con un art¨ªculo como el de Lynch, que m¨¢s bien parece una pincelada fr¨ªvola para que no parezca que no nos atrevemos a ser cr¨ªticos con las pol¨¦micas medidas del Ministerio de Igualdad. Los derechos civiles de miles de mujeres y hombres maltratados y de miles de hombres acusados de lo que todo el mundo entiende como un maltratador sin serlo, est¨¢n en juego. Aunque el diario EL PA?S tenga una clientela que no quiere ni o¨ªr hablar del asunto, tarde o temprano habr¨¢ que tratarlo: porque el principal cliente de un diario como el PAIS es, a la larga, la realidad.

Angel Cubo Mayo. Asociaci¨®n de Padres de Familia Separados de Catalu?a

Estimada Defensora del Lector de El Pa¨ªs:

He tenido la suerte de leer primero el art¨ªculo de Soledad Gallego-D¨ªaz en El Pa¨ªs Digital, en respuesta al de Enrique Lynch "Revanchismo de g¨¦nero". Inmediatamente despu¨¦s he buscado ese otro art¨ªculo y no he podido evitar llevarme la mano a mi boca abierta al leer las 2 ¨²ltimas frases: "Lo dicho, tres nuevas canciones de esta guisa y la tasa mensual de asesinatos de mujeres acabar¨¢ por triplicarse. (?No ser¨¢ este revanchismo resentido lo que ven venir con temor esos b¨¢rbaros isl¨¢micos...?)."

?Qu¨¦ es esto? ?Una amenaza? Si las mujeres no escribimos canciones en las que lloremos a los hombres, ?nos mereceremos ser asesinadas? El argumento de siempre: nosotras nos lo buscamos... ?Esos "b¨¢rbaros isl¨¢micos" maltratan a las mujeres por culpa de ese revanchismo resentido que este se?or se inventa?

(...) Suscribo palabra por palabra el art¨ªculo de Soledad Gallego-D¨ªaz, y tambi¨¦n el publicado en el blog de la Asociaci¨®n Simone de Beauvoir, donde se dice que "Es normal que un art¨ªculo de opini¨®n, dentro de la libertad ideol¨®gica, pol¨ªtica y de expresi¨®n, genere debate y hasta pueda ser controvertido. Esto entra dentro de lo l¨®gico en una sociedad democr¨¢tica. Otro caso, aparte, y que no tiene nada que ver con la diversidad, es montarnos una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n, como lo ha hecho Enrique Lynch, basado en una paranoia completamente personal".

No tengo mucho m¨¢s que a?adir, salvo que el papel de los medios de comunicaci¨®n en esta sociedad es lo suficientemente importante y tiene el suficiente poder como para que se tenga mucho m¨¢s cuidado en lo que se publica y lo que no, sobre todo cuando se trata de algo que se lleva por delante la vida de miles de personas cada a?o.

Si yo digo que creo que la violencia de g¨¦nero surge de un peque?o duendecillo verde que est¨¢ instalado en la tercera muela de la mand¨ªbula inferior de los hombres y que les transmite "ondas asesinas" al cerebro, ?me public¨¢is un art¨ªculo? Porque no es m¨¢s incoherente que lo que dice este se?or... Eso s¨ª, su opini¨®n, por desgracia, la comparten muchos otros hombres en este planeta, por eso estamos como estamos (...) y el hecho de publicarla, los legitima a todos. ?Cu¨¢les son las reglas ¨¦ticas y profesionales del periodismo que en teor¨ªa respeta este peri¨®dico?

Un saludo;

Rebeca Luis P¨²a

Estimada defensora:

No es nuevo el argumento que utiliza Enrique Lynch al hablar de "revanchismo de g¨¦nero". En su art¨ªculo se maneja el torticero, pero no por ello menos manido argumento, de que son las feministas las culpables de la violencia contra las mujeres. En realidad, todo movimiento con una larga tradici¨®n de lucha contra la injusticia y por una sociedad mejor podr¨ªa ser recusado conforme a este razonamiento. Pretender que "la barbarie isl¨¢mica" y la violencia sexista son productos de la larga tradici¨®n de la reivindicaci¨®n de los derechos de las mujeres y de la igualdad entre los sexos no es m¨¢s que un "revanchismo" ante lo que supone el avance en estas conquistas; y hay revanchismo aqu¨ª por parte de quien ve en ello una p¨¦rdida de privilegios.

No merecer¨ªa mucho m¨¢s comentarios el pobre y falaz argumentario del art¨ªculo, si no fuera porque parece inconcebible que algo as¨ª aparezca publicado en su peri¨®dico y respaldado por la autoridad que da una tribuna p¨²blica en el mismo. Por ello, quiero expresar mi m¨¢s clara repulsa a que su peri¨®dico se haga eco de opiniones que, llevadas a otros terrenos de la violencia terroristas, estoy segura de que no recibir¨ªan tan buena acogida en su medio. Quienes hayan colaborado en que tan aberrante art¨ªculo reciba difusi¨®n, sin duda comparten sus tambi¨¦n aberrantes tesis. Y esto no parece de recibo en una publicaci¨®n que pretende ser defensora de los ideales que gu¨ªan a una democracia real encaminada a superar toda forma de discriminaci¨®n. Como mujer y como feminista lamento profundamente que se renueven alianzas de este tipo que s¨®lo van dirigidas a mantener y perpetuar el estado de cosas en el que las mujeres permanezcan en su sitio y no pretendan subvertir el orden que mantiene la desigualdad. Pero esto, hoy por hoy, ya resulta inconcebible; y lo que cabe concluir del panfleto del se?or Lynch es el conocido aserto de "ladran, luego cabalgamos".

Luisa Posada Kubissa. Feminista y Profesora titular de Filosof¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid

El Sr. Lynch tiene derecho, naturalmente, a opinar libremente sobre mujeres, hombres, feminismos y cultura popular. Pero deber¨ªa pararse a pensar seriamente si son las feministas las culpables de la violencia de g¨¦nero. En su art¨ªculo el Sr. Lynch parece justificar la actuaci¨®n de los agresores de mujeres, que actuar¨ªan como respuesta a la amenaza de ciertos feminismos presuntamente revanchistas. ?Preferir¨ªa el Sr. Lynch que nadie hubiese "removido" las aguas del patriarcado para que, de esa forma, los asesinos de mujeres no hubieran sentido la necesidad de acudir a la violencia? ?Cree de verdad que la muerte de una mujer es simplemente una respuesta "natural" ante la presunta amenaza de tales feminismos?

Mercedes Bengoechea

Tras leer el art¨ªculo "Revanchismo" de Enrique Lynch publicado en su peri¨®dico, no puedo si no preguntarme una y mil veces cu¨¢ndo van a entender algunos que existe una posibilidad alternativa a la superioridad o la sumisi¨®n que es la igualdad. De todos los hombres que ha habido y habr¨¢ en mi vida espero que ninguno pretenda ser m¨¢s o menos que yo y conf¨ªo en tratarles yo tambi¨¦n con ese respeto, como a un igual.

No voy a entrar en consideraciones de las canciones que relata, aunque si tengo que decir que olvida aquellas en que se da la versi¨®n contraria y todos sabemos que hay una cantidad seguramente mayor en que las mujeres se mueren de amor (las coplas son fuente inagotable) y los hombres regalan "odio" y malas palabras a la mujer por despecho, pero s¨ª he de decir que no entiendo c¨®mo este escritor puede reducir las relaciones interpersonales a las de pareja, pues est¨¢ claro que son muchos los hombres que pasan por nuestra vida adem¨¢s de nuestras posibles parejas (familiares, amigos, conocidos, compa?eros, superiores, ...). Tampoco entiendo que pretenda que la frase deber¨ªa redactarse en pasado "ninguno fue" en una campa?a publicitaria que pretende mover a aquellos que la ven para que cambien sus actitudes en el futuro; aunque lo que definitivamente no puedo tolerar es que se justifique la violencia como se hace en el ¨²ltimo p¨¢rrafo.

Creo en la igualdad y el respeto por encima de todo y no puedo tolerar que este escritor diga "tres nuevas canciones de esta guisa y la tasa mensual de asesinatos de mujeres acabar¨¢ por triplicarse", volviendo a caer en la trampa de culpar a las v¨ªctimas (y no digo ni mujer ni hombre) de lo que les ocurra... es que provocan a los "pobres" agresores. Me ofenden profundamente sus palabras.

Dejemos las inferioridades a un lado y digamos alto y claro que nadie debe creerse superior a otro ni tratarle sin respeto jam¨¢s y no frivolicemos con un tema tan grave como es ¨¦ste. Claro que cualquier persona debe dejar cualquier relaci¨®n destructiva, claro que no debe sentirse inferior ni superior a nadie. Habr¨¢ qui¨¦n se extreme en sus expresiones y habr¨¢ qui¨¦n haga da?o, qui¨¦n tolere o justifique la violencia, pero cuantos m¨¢s digamos que la violencia nunca es el camino, que no debemos alentarla y que nada la justifica, m¨¢s desaparecer¨¢n estos comportamientos. Supongo que ese ser¨ªa el consejo que usted mismo dar¨ªa a su hija/o, su madre o su hermano si le dijeran que de todas las personas que hay en sus vidas hay una que se cree mejor que ellos.

Laura Mu?oz Penavades, Madrid

No suelo tratar de inmiscuirme en las opiniones, en contra de por lo que se ve, la lista de feministas profesionales que cita usted en su art¨ªculo, que tratan de castrar la posibilidad de expresarse de Enrique Lynch. Defender el contraste de pareceres no significa estar de acuerdo con las opiniones de este autor, ni de otros. Significa defender la propia existencia del diario. Cuando vemos c¨®mo otros peri¨®dicos se van convirtiendo en ¨®rganos oficiales de partido, de corrientes, de movimientos, el permitir una peque?a ventana a lo pol¨ªticamente incorrecto, entre tanto borreguismo unitario, no es s¨®lo bueno, deber¨ªa ser obligatorio. Yo no quiero art¨ªculos que me digan lo que debo pensar, quiero que me den opiniones sobre las que forjar la m¨ªa.

Lo que sigo sin ver es la supuesta incitaci¨®n a la violencia, que permiten comparaciones tan insultantes con terroristas, con nazis. Pero claro, no le pueden acusar solamente de pensar y no pensar como ellas. Resulta curioso en este ambiente, en que tanto hombres como mujeres seamos culpables de todos los males de las relaciones, las ¨²nicas no culpables de nada, las que no son criticables, no analizables, son las organizaciones feministas. Pero todas las cr¨ªticas las esperar¨ªa el autor, quiz¨¢s incluso las busc¨® y son l¨ªcitas y defendibles. Lo que es impresentable es el ansia de censura, de no permitir opiniones contrarias; recuerda otras ¨¦pocas que todos pens¨¢bamos que hab¨ªamos superado.

Miguel Ubeda de los Cobos