Garz¨®n puso el cascabel al gato de Am¨¦rica Latina
Los procesos abiertos por el juez instructor de la Audiencia Nacional han posibilitado el enjuiciamiento de algunos de los responsables de las dictaduras latinoamericanas de los setenta y ochenta
Dec¨ªa Carlos Menem de Baltasar Garz¨®n que trataba con sus causas de "hacer vedettismo en todo el mundo". Corr¨ªa el mes de noviembre de 1999 y el juez de la Audiencia Nacional hab¨ªa solicitado la captura de 98 personas, entre civiles y militares, por cr¨ªmenes durante la dictadura argentina (1976-1983). Y eso, para el entonces presidente argentino, "estaba fuera de lugar". Se opuso a la petici¨®n del juez espa?ol. M¨¢s de nueve a?os despu¨¦s, el Consejo de Ministros espa?ol daba luz verde a la extradici¨®n a Buenos Aires del ex militar argentino Ricardo Cavallo, procesado por genocidio, terrorismo y torturas cometidas, especialmente, durante su etapa al cargo del Grupo de Tareas de la Escuela Superior de Mec¨¢nica de la Armada (ESMA). Durante esa d¨¦cada, Garz¨®n abri¨® el camino -sigue abierto- al juicio de los cr¨ªmenes cometidos durante las dictaduras de los a?os setenta y ochenta en Am¨¦rica Latina.
Pese al centenar de procesados por el juez dentro de la causa contra los delitos cometidos durante la dictadura argentina que encabezaron Jorge Videla y Emilio Massera, el caso que lanz¨® a las primeras planas de medio mundo al magistrado jienense fue el del ex dictador chileno Augusto Pinochet. El entonces senador vitalicio fue detenido en una cl¨ªnica de Londres el 16 de octubre de 1998 por agentes de Scotland Yard en cumplimiento de una orden cursada por Garz¨®n. El juez acusaba en primera instancia a Pinochet del asesinato de espa?oles entre el 11 de septiembre de 1973 y el 31 de diciembre de 1983.
Pinochet se acerca al banquillo
En su auto posterior de procesamiento, el magistrado se?alaba a Pinochet como coautor en delitos de genocidio, terrorismo y torturas durante la dictadura, as¨ª como responsable del sistema de coordinaci¨®n internacional (Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay y Bolivia) para la eliminaci¨®n o entrega ilegal de presos conocido como Plan C¨®ndor. El 11 de enero de 2000, el ministro de Exteriores brit¨¢nico, Jack Straw, convert¨ªa en papel mojado la petici¨®n de extradici¨®n a Espa?a y dejaba marchar a Chile a Pinochet por no estar "en condiciones de ser juzgado". No obstante, la puerta entornada de Garz¨®n al juicio de Pinochet -pese a su salud- fue aprovechada por la justicia chilena para levantar el fuero en varias ocasiones que proteg¨ªa al ex jefe de Estado golpista. Uno de los jueces que logr¨® el desafuero de Pinochet fue Juan Guzm¨¢n, reconocido admirador del impulso de Garz¨®n a la lucha contra la impunidad y dispuesto hoy a declarar en favor del magistrado en el proceso abierto en su contra en el Tribunal Supremo. Pinochet muri¨® el 10 de diciembre de 2006 sin ser condenado.
El esfuerzo judicial de Garz¨®n se ha traducido en Espa?a, sin embargo, en una sola condena firme en 2005 contra el ex capit¨¢n de corbeta argentino Adolfo Scilingo por la muerte de 30 personas entre 1976 y 1977 en dos de los llamados vuelos de la muerte. Scilingo, militar arrepentido que vino voluntariamente a Espa?a para declarar, fue penado en la Audiencia Nacional a 604 a?os de c¨¢rcel. El Tribunal Supremo elev¨® la condena, en un fallo que reforz¨® la doctrina de la justicia universal, a 1.084 a?os de prisi¨®n por "cr¨ªmenes contra la humanidad" recogidos en el derecho internacional.
De Kissinger al subcomandante Marcos
M¨¢s all¨¢ del juzgado, el especial inter¨¦s de Garz¨®n en condenar a los criminales de las dictaduras latinoamericanas -ha reiterado su deseo de interrogar a Henry Kissinger, ex secretario de Estado, por su implicaci¨®n en el Plan C¨®ndor- le ha convertido en referente acad¨¦mico e intelectual. Hasta el subcomandante Marcos, l¨ªder mexicano del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional, le dedic¨® una carta en noviembre de 2002 en La Jornada en la que criticaba la suspensi¨®n en Espa?a de Batasuna. Garz¨®n llam¨® al subcomandante "barco a la deriva" y le ret¨® a debatir cara a cara, aunque el duelo nunca se celebr¨®.
La querella presentada en un juzgado de Buenos Aires para investigar los cr¨ªmenes del franquismo es tan solo la muestra expl¨ªcita del apoyo recibido en Am¨¦rica Latina por Garz¨®n a su trabajo en el juzgado de instrucci¨®n n? 5 de la Audiencia Nacional. El juez cuenta de hecho con 21 t¨ªtulos honoris causa, de los que solo uno, el de la Universidad de Ja¨¦n, ha sido concedido en Espa?a. El magistrado ha tenido que viajar fuera de su pa¨ªs para recibir el resto: Universidad Aut¨®noma de Puebla, M¨¦xico; Universidad Nacional de Rosario, Argentina; Universidad Nacional de Quilmes, Argentina; Universidad Aut¨®noma Tomas Fr¨ªas de Potos¨ª, Bolivia; Universidad Nacional de la Plata, Argentina...
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