"La decisi¨®n alienta los comportamientos dictatoriales que desean sepultar la verdad"
Juristas argentinos muestran su apoyo al juez Garz¨®n tras su suspensi¨®n
La imagen del juez Baltasar Garz¨®n abandonando la sede de la Audiencia Nacional entre los abrazos y l¨¢grimas de sus compa?eros ha recorrido las pantallas de todas las televisiones argentinas y de todas las p¨¢ginas web de sus peri¨®dicos. "Es parad¨®jico que la misma persona que ha favorecido la expansi¨®n de los Derechos Humanos mediante la expansi¨®n del Derecho Internacional se vea separado de la funci¨®n judicial. Se le ha reprochado aplicar dentro de Espa?a reglas reconocidas internacionalmente gracias, entre otros, a su trabajo", se ha lamentado en declaraciones a EL PA?S Ricardo Gil Lavedra, juez integrante del tribunal que juzg¨® en Argentina a los m¨¢ximos responsables de la Junta Militar. Gil Lavedra, que fue ministro de Justicia y es actualmente diputado radical, ha expresado su tristeza por el destino de Garz¨®n, un juez extraordinariamente conocido y apreciado por todos los movimientos de defensa de los derechos humanos de Am¨¦rica Latina.
El presidente de la Auditoria General de la Naci¨®n y ex Relator especial de Naciones Unidas para la independencia de los jueces y magistrados, Leandro Despouy, ha considerado que la sanci¨®n al juez Baltasar Garz¨®n "constituye una regresi¨®n de los principios del Derecho Internacional moderno". "Con esa sanci¨®n, Espa?a pierde todo su prestigio y autoridad en la lucha contra la impunidad de los cr¨ªmenes contra la humanidad", ha advertido. Para Despouy es notoria la arbitrariedad del procedimiento seguido porque no se puede sancionar a un juez por sus fallos o resoluciones: para eso existen instancias superiores que se encargan de establecer el derecho aplicable.
La noticia del apartamiento judicial del juez Garz¨®n ha sido recogida inmediatamente en todos los medios argentinos. Garz¨®n es extraordinariamente popular en el cono sur de Am¨¦rica, donde se recuerda y se aplaude su decisi¨®n de intentar procesar al general Pinochet y los instrumentos jur¨ªdicos que facilit¨® para la apertura de nuevos juicios contra los militares y torturadores argentinos. Por eso, 800 asociaciones c¨ªvicas, profesionales y de defensa de los Derechos Humanos presentaron hace una semana un manifiesto de apoyo, que respaldaron, entre otros, el secretario de Derechos Humanos de la Naci¨®n, Luis Eduardo Duhalde, la ministra de Defensa, Nilda Garr¨¦, la asociaci¨®n de Abuelas de la Plaza de Mayo, el premio Nobel de la Paz, Adolfo P¨¦rez Esquivel, numerosos diputados y hasta cantantes o deportistas, como Susana Rinaldi o Cesar Luis Menotti, adem¨¢s de escritores como Felipe Pigna o ?lvaro Ab¨®s.
Garz¨®n simboliza en todo el mundo un mensaje importante: la idea de que no existen rincones para la impunidad. "Deben ser conscientes de que, al tomar la decisi¨®n de sancionarle, se alientan los comportamientos dictatoriales que desean sepultar la verdad y la justicia sobre los cr¨ªmenes de lesa humanidad", ha asegurado a EL PA?S Leandro Despouy. "Es algo muy triste para todos nosotros".
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