Hay razones para el rechazo y para la protesta frente a la Reforma Laboral
La huelga como ejercicio de un derecho democr¨¢tico es algo incuestionable, a pesar del clamor que, en algunos territorios medi¨¢ticos, insiste en su descalificaci¨®n. Un ejercicio que en este caso hace frente a una reforma de la legislaci¨®n laboral que re¨²ne una serie de modificaciones que, sin afectar de forma positiva, en mi opini¨®n, a la econom¨ªa espa?ola en general, interfiere negativamente en los intereses de los asalariados en su conjunto.
Pensando en los posibles efectos de dicha reforma legislativa producir¨¢, creo se la puede calificar de in¨²til, ineficaz e ineficiente e injusta, a lo que tambi¨¦n podr¨ªamos a?adir el ¨²ltimo atributo de inoportuna.
Es in¨²til, porque ante la obligaci¨®n de las autoridades econ¨®micas en este momento, tal cual es promover una salida lo m¨¢s r¨¢pida e intensa posible de la crisis actual que estamos atravesando, una reforma laboral es inoperante a tales efectos. Son muchos los economistas que venimos se?alando que los problemas de la crisis est¨¢n en la demanda agregada, que no estamos ante un crisis de oferta. El gobierno del Presidente Rodriguez Zapatero, se pod¨ªa haber evitado el coste pol¨ªtico que tal reforma conlleva frente a su electorado, m¨¢s abundante entre los asalariados. No es una cuesti¨®n de una aparente "valent¨ªa" del gobierno, que se enfrentar¨ªa as¨ª a su propio electorado en bien del pa¨ªs, sino de un error de interpretaci¨®n y de c¨¢lculo.
Ser¨¢ una una reforma ineficaz e ineficiente, al no alcanzar los objetivos que pregona en su propio pre¨¢mbulo, de incrementar el volumen de empleo y reducir los niveles de temporalidad. Contradictoriamente con la pol¨ªtica de ajuste del gasto p¨²blico (indemnizaciones a cargo del FOGASA, etc.), la reforma expande los mismos sin posibilidad de alcanzar objetivos en materia de empleo o reducci¨®n de la dualidad del mercado significativos. Es de hecho una reforma injusta, puesto que contribuye a una distribuci¨®n muy desigual de los costes que se asumen para salir de la crisis; la carga monetaria sobre el conjunto de los trabajadores que conlleva esta reforma ser¨¢ bastante superior a la recaudaci¨®n esperada por la subida del tipo marginal del IRPF para las rentas m¨¢s altas, por ejemplo.
Y al mismo tiempo, ha resultado una reforma, desde el plano del Di¨¢logo Social, enormemente inoportuna. El propio anuncio de la reforma por el Gobierno fue el detonante de la par¨¢lisis del di¨¢logo a escala del Estado, que hab¨ªa cosechado un acuerdo destacable en febrero de este a?o, para la negociaci¨®n colectiva en el periodo 2010-2012. El problema a futuro es importante pues cuestiona la propia aplicaci¨®n de la Reforma, al menos en los contenidos que han de pasar necesariamente por el acuerdo ulterior de los interlocutores sociales. En este sentido contamos con la experiencia de la reforma unilateral de la reforma del a?o 1994. Y al di¨¢logo social, que ha sido transcendente para la econom¨ªa espa?ola en el pasado, a¨²n le quedan actuaciones singulares para el futuro. La modificaci¨®n en profundidad de la regulaci¨®n de la negociaci¨®n colectiva, que esta reforma solo aborda parcialmente y, en mi opini¨®n, en la direcci¨®n equivocada, si ha de ser a trav¨¦s de la concertaci¨®n social, est¨¢ tocada a esperar por un tiempo, hasta que se recompongan los puentes.
En este contexto, la Reforma Laboral parece m¨¢s bien un ejercicio de yoga, relajante para aplacar la furia de los mercados financieros, quienes tras su puesta en marcha, dejar¨ªan de marcar con su dedo acusador las deficiencias de la econom¨ªa espa?ola. Ejercicio para ingenuos. Hay pues razones para oponerse a una reforma in¨²til, ineficaz, ineficiente, injusta a la vez que inoportuna, a trav¨¦s de los mecanismos que la legislaci¨®n confiere a los trabajadores como arma en defensa de sus derechos, que en este caso afectan de modo directo o indirecto a la gran mayor¨ªa de los ciudadanos. Y hay, en este sentido esperanza de que el Gobierno atienda a las razones de los trabajadores en huelga y rectifique.
Santos M. Ruesga es Catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad Aut¨®noma de Madrid
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