El circo de las oposiciones
Para los puntos solo me contabilizaron el t¨ªtulo de Doctor y un curso universitario. Ni el Premio Nacional de investigaci¨®n, ni mi experiencia como profesor universitario ni las publicaciones (por estar escritas en ingl¨¦s)
Mi Curr¨ªculum Vitae no corta la respiraci¨®n, de acuerdo, pero es suficientemente competitivo para optar a una plaza de profesor de secundaria en las oposiciones correspondientes. Eso pens¨¦ cuando, tras seis a?os trabajando en un laboratorio de investigaci¨®n de una importante empresa privada, me anim¨¦ a recordar los tiempos estudiantiles y decid¨ª preparar a conciencia las oposiciones de este a?o, celebradas en Andaluc¨ªa. Los diferentes reajustes de personal que iban reduciendo el n¨²mero de compa?eros en la empresa, sin descanso ni consuelo, me invitaron a comenzar esta nueva aventura en mi vida.
Inocente, cre¨ª apostar por un sistema digno para encontrar trabajo, las oposiciones. No obstante, sin quererlo ni beberlo, me encontr¨¦ ante el mayor circo de injusticias jam¨¢s visitado. No quiero adelantar acontecimientos, as¨ª que sigamos con la historia y prometo no precipitarme.
Antes de enfrentarme a las oposiciones, tom¨¦ una serie de decisiones, de las cuales no me arrepiento. Decid¨ª pagar solo la entrada de 72,56 euros que me daba derecho a realizar los ex¨¢menes. No me apunt¨¦ a una academia porque ten¨ªa los apuntes necesarios, la experiencia de la ense?anza en mi etapa de profesor universitario y lo m¨¢s importante, en caso de necesitarlo, la orientaci¨®n de conocidos interinos y funcionarios. Tampoco ten¨ªa fe en los sindicatos, y de hecho no me inscrib¨ª en ninguno de ellos, porque adem¨¢s considero que son igualmente responsables de este magn¨ªfico show.
Lleg¨® la primera actuaci¨®n, donde se daba a conocer los directores del espect¨¢culo, es decir, el tribunal, as¨ª como las diferentes funciones que ¨ªbamos a disfrutar. Comenzar¨¦ por el tribunal. Normalmente, existe un tribunal por provincia en cada una de las ¨¢reas educativas. En esta convocatoria pasada, particip¨¦ en el ¨¢rea de F¨ªsica y Qu¨ªmica. El tribunal de mi provincia estuvo compuesto por cinco personas, tres hombres, una mujer, y un pobre hombre sin actitud alguna, forzado a participar en un proceso en el que no quer¨ªa permanecer ni un minuto m¨¢s. Todos con edades superiores a los 45 a?os. Estos supuestos profesionales, ya que nadie acredita su capacidad para evaluar justamente estos acontecimientos (ni ellos mismos), fueron los encargados de evaluar el trabajo de numerosas personas que han gastado tiempo, dinero y mucha, demasiada ilusi¨®n en preparar unas pruebas cuyo sistema de evaluaci¨®n no est¨¢n a la altura de las circunstancias. Vamos, chica responsabilidad.
Las pruebas consistieron en la realizaci¨®n, en primer lugar, de un examen escrito o tema a desarrollar de entre 75, y posteriormente, de dos ex¨¢menes orales: la programaci¨®n did¨¢ctica con un perfil meramente legislativo, y la unidad did¨¢ctica o descripci¨®n de un tema de F¨ªsica y Qu¨ªmica del curso escolar, de entre 15 posibles. Es importante que conozcan los lectores, que los opositores vamos ciegos a estas pruebas, ya que el tribunal, ni siquiera la Orden que convoca las oposiciones, nos informan realmente sobre qu¨¦ quieren de nosotros en las diferentes pruebas. No hay que ser un "lumbreras" para darse cuenta de que es una forma elegante para anular nuestra capacidad de reclamaci¨®n y no cuestionemos su cometido. Ellos son los due?os del juego, y se juega como ellos quieren.
Pero este circo solo acaba de empezar. Comenzaron las pruebas con el examen escrito. Tuve buena suerte porque el tema 75 que eleg¨ª desarrollar se titulaba: 'El trabajo experimental en el ¨¢rea de ciencias. Utilizaci¨®n del laboratorio escolar. Normas de seguridad'. Despu¨¦s de a?os trabajando en laboratorios de investigaci¨®n (seis a?os en un centro privado ycuatro a?os en una Universidad p¨²blica) y cuatro a?os como profesor universitario, era el mejor tema a desarrollar. O eso cre¨ª yo.
La programaci¨®n did¨¢ctica, aprendida de memoria, no supon¨ªa ninguna dificultad ya que las leyes son las que son, y el ¨ªndice no tiene mayor complejidad. Para rematar la faena, con la Unidad Did¨¢ctica no pude tener mayor fortuna. Me toc¨® el tema de Qu¨ªmica Org¨¢nica, modalidad sobre la que hice la tesis doctoral. Ten¨ªa el conocimiento, la experiencia de dar clases y la motivaci¨®n de triunfar en estas oposiciones. Pero nada se puede hacer frente a un sistema de evaluaci¨®n tan subjetivo, tanto, que todav¨ªa no s¨¦ en qu¨¦ he fallado.
Las notas fueron rid¨ªculas, como tremendamente rid¨ªculo el d¨ªa que fui a reclamar. No he pasado mayor verg¨¹enza ajena en mi vida educativa al escuchar las mayores ambig¨¹edades y tonter¨ªas. Imposible de rebatir a nada consistente. "... Empezaste brillante, pero quiz¨¢s te haya cogido un poco el tiempo...", "...original s¨ª que es, pero hemos echado de menos alg¨²n ejemplo m¨¢s...". En fin, para qu¨¦ continuar, tuve que dejar aquella sala aceptando pulpo como animal de compa?¨ªa.
Sal¨ª de all¨ª decepcionado, pero m¨¢s me decepcion¨® la puntuaci¨®n obtenida tras el estudio de mis m¨¦ritos. Solamente me contabilizaron el t¨ªtulo de Doctor y uno de los muchos cursos universitarios. Atr¨¢s se quedaron el premio nacional de investigaci¨®n, mi experiencia como profesor universitario y las publicaciones. Por cierto, ¨¦stas fueron rechazadas por estar escritas en ingl¨¦s. Es curioso, porque el ingl¨¦s es el idioma de la comunicaci¨®n cient¨ªfica, por excelencia.
Actualmente formo parte de una bolsa de trabajo, a la espera de una llamada para trabajar como profesor de secundaria. Compito contra todos los opositores andaluces del ¨¢rea de F¨ªsica y Qu¨ªmica por una suplencia, aunque hayamos sido evaluados por distintos tribunales, seg¨²n la provincia donde hayamos participado. Se preguntar¨¢ el lector si el sistema de oposici¨®n tiene en cuenta la variabilidad en la calificaci¨®n de cada tribunal, que puede tener efectos de inflado o desinflado de la nota final. La respuesta a esta pregunta es clara y sencilla: no. Se puede concluir, por lo tanto, que el modelo de oposici¨®n no es estad¨ªsticamente significativo, no es un modelo v¨¢lido.
No pretendo adjudicarme una plaza que probablemente no la merezca, ni pretendo culpar a un tribunal que posiblemente no entiende por qu¨¦ ha sido elegido, ¨²nicamente quiero reflejar el pensamiento de muchos opositores frente a un proceso de selecci¨®n que, lejos de convertirse en un sistema de evaluaci¨®n justo y ejemplar, es referido como el circo de la oposiciones. Pero no se preocupen, el espect¨¢culo continuar¨¢.
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