Alan D. Solomont: Dulce momento
El actual embajador, recaudador de fondos para los dem¨®cratas, mantiene un tono cordial en las relaciones bilaterales
El embajador de Barack Obama en Espa?a, Alan D. Solomont, no tuvo un principio f¨¢cil, aunque sus dificultades no ten¨ªan nada que ver con las relaciones bilaterales sino con Washington: el Senado tard¨® casi cinco meses en confirmar su nombramiento, que fue anunciado el 6 de agosto pero no fue confirmado por la C¨¢mara alta hasta el 24 de diciembre. A principios de enero de 2010, este empresario y fil¨¢ntropo de 60 a?os se instalaba finalmente en Madrid, un a?o despu¨¦s de la marcha de su antecesor, Eduardo Aguirre.
Nacido en Boston, Solomont es un empresario que ha desarrollado su carrera profesional en el terreno de la salud y de los servicios a la tercera edad, aunque lo que le llev¨® a la Embajada de Estados Unidos en Espa?a fue su labor como eficaz recaudador para el Partido Dem¨®crata desde hace casi dos d¨¦cadas.
Bajo la presidencia de Bill Clinton, en 1997, fue presidente de finanzas del Comit¨¦ Nacional del Partido y consigui¨® 35 millones de d¨®lares para la campa?a de John Kerry en 2004, del que es amigo personal, y 900.000 d¨®lares para la de Obama.
Su presencia en Espa?a coincidi¨® con un momento dulce en que las relaciones entre Madrid y Washington hab¨ªan dejado atr¨¢s los resquemores de la era Bush. Aunque, al poco de llegar, tuvo que gestionar la primera minicrisis cuando, despu¨¦s de haber sido anunciada como muy probable, Washington anul¨® la cumbre UE-Estados Unidos, bajo la presidencia espa?ola, por problemas de agenda de Obama.
"La decepci¨®n espa?ola es profunda", reza un cable confidencial del 23 de febrero de 2010. "Estamos enfrent¨¢ndonos al asunto de la misma forma en p¨²blico y en privado, dirigi¨¦ndonos a los medios para que no vean en esta decisi¨®n ning¨²n mensaje oculto sobre la pol¨ªtica estadounidense. (...) Esta decisi¨®n, tomada esta semana, solo tiene que ver con la agenda del presidente y no tiene nada que ver con la importancia que EE UU concede a Europa o a Espa?a", prosigue la nota que en todo momento muestra el esfuerzo de la Embajada estadounidense por dejar claro que no hay nada bajo la alfombra, pero insiste tambi¨¦n en que el Gobierno espa?ol lanz¨® las campanas al vuelo cuando desde Washington nunca se confirm¨® la cumbre.
Una frase al final de su primera charla con la ministra de Defensa, Carme Chac¨®n, una entrevista telef¨®nica el 26 de enero de 2010, refleja el tono que Solomont ha tratado de imponer en las relaciones. "Como respuesta a la confirmaci¨®n de que Casablanca era la pel¨ªcula favorita de los dos, el embajador dijo que esta primera charla auguraba el principio de una gran amistad".
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