Espa?a apoy¨® en el S¨¢hara una soluci¨®n favorable a Marruecos
El Gobierno anim¨® a Rabat a elaborar su propuesta de autonom¨ªa y le ofreci¨® ayuda.- Exteriores propuso por escrito que el S¨¢hara fuera "como Catalu?a".- El presidente argelino Bouteflika tach¨® al PSOE de "deshonesto" con los saharauis
Desde que los socialistas llegaron al Gobierno, en 2004, se esforzaron por mantener en p¨²blico una postura equidistante en el conflicto del S¨¢hara Occidental, pero bajo cuerda apoyaron e incluso se ofrecieron a asesorar a Marruecos sobre c¨®mo elaborar su propuesta de conceder a la antigua colonia espa?ola una autonom¨ªa, pero bajo soberan¨ªa marroqu¨ª.
Decenas de cables de las embajadas de EE UU en Madrid, Rabat y Par¨ªs ponen de relieve una aparente ambiguedad de la posici¨®n espa?ola sobre el S¨¢hara -algunos la describen como "confusa"-, pero, en ¨²ltima instancia, Espa?a se alinea, con matices, con las tesis de Marruecos.
"Los socialistas espa?oles no han sido honestos con los saharauis". La frase, pronunciada en agosto 2005 por el presidente argelino Abdelaziz Bouteflika, ilustra el malestar de Argelia con la pol¨ªtica exterior de los sucesivos gobiernos socialistas desde hace seis a?os.
La oferta marroqu¨ª para el S¨¢hara pareci¨® poco generosa a ojos de la diplomacia espa?ola
Bouteflika hizo ese comentario al senador Richard Lugar, presidente del Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado, al que recibi¨® en Argel. De ah¨ª la subida del 20% del precio del gas que exporta Argelia a Espa?a, decretada unilateralmente en marzo de 2007. "(...) Muchos, en Espa?a, consideran que est¨¢ vinculada a los comentarios de Zapatero en Marruecos" durante su ¨²ltima visita, escribe el embajador de EE UU, Eduardo Aguirre, en una nota confidencial.
Negociaci¨®n cuatripartita
El Gobierno socialista empez¨® primero por querer sortear al Frente Polisario como interlocutor. De vez en cuando, se quej¨® Bouteflika al senador, Espa?a propone a Argelia negociar con Francia y Marruecos para resolver el conflicto del S¨¢hara. Argelia, le record¨®, "no negociar¨¢ en nombre de los saharauis".
El entonces ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, neg¨® haber intentado poner en marcha esa negociaci¨®n cuatripartita, pero ¨¦l mismo evoc¨® esa idea con regularidad. Lo hizo, por ejemplo, en 2008 al recibir en Madrid a David Welch , asistente de la secretaria de Estado y encargado de Oriente Pr¨®ximo. En este caso, Moratinos quiso incorporar a EE UU al foro cuatripartito que nunca se lleg¨® a crear.
Despu¨¦s de haber rechazado el plan de James Baker para el S¨¢hara, que obtuvo el aval del Consejo de Seguridad de la ONU, Rabat lleg¨® a la conclusi¨®n de que no le bastaba con decir "no" y deb¨ªa presentar una contrapropuesta. Dio un impulso a la elaboraci¨®n de su oferta de autonom¨ªa que vio la luz en 2007.
Desde el primer momento, Espa?a le apoy¨®. "Marruecos debe presentar un plan cre¨ªble de autonom¨ªa" , le dijo el embajador espa?ol en Rabat, Lu¨ªs Planas, a su hom¨®logo de EE UU, Thomas Riley, en 2006. Antes de pronunciarse sobre el plan, el Gobierno espa?ol necesitar¨¢ examinarlo, advirti¨® Planas, pero, mientras, le "ayudar¨¢ a sentirse c¨®modo y le apoyar¨¢" para que redacte un proyecto serio.
Ese mismo a?o, Moratinos elabor¨® un "non paper" , como se llama en el lenguaje diplom¨¢tico a documentos sin membrete en los que se lanzan ideas sobre el S¨¢hara. Lo entreg¨® a los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. En ¨¦l les propone abandonar los t¨¦rminos de "descolonizaci¨®n, soberan¨ªa e independencia" y sustituirlos por el vocabulario de la "globalizaci¨®n" con palabras como "regionalizaci¨®n, autonom¨ªa y autogobierno". Sugiere para el S¨¢hara "una soluci¨®n similar a la que Espa?a ha dado a Catalu?a".
Referendo en el S¨¢hara
Espa?a apoya un referendo en el S¨¢hara, explicaron a David Welch dos directores generales espa?oles, Fidel Sendagorta y Andr¨¦s Ortega, pero ¨¦ste solo tiene sentido si valida una determinada opci¨®n y no ofrece al votante un abanico de soluciones [integraci¨®n en Marruecos, autonom¨ªa e independencia]. Otros funcionarios repiten machaconamente que la independencia es "irrealista".
Una delegaci¨®n marroqu¨ª de alto nivel viaj¨® a Madrid y a otras capitales, en febrero de 2007, para dar, por fin, a conocer el plan de autonom¨ªa que Rabat quer¨ªa convertir en el eje de la negociaci¨®n con el Polisario. Mencion¨® los modelos espa?ol y alem¨¢n de autonom¨ªa, pero sin entrar en detalles. Moratinos les rog¨® que fueran generosos.
La propuesta marroqu¨ª no entusiasm¨® a la diplomacia espa?ola. El consejero pol¨ªtico de la Embajada de Espa?a en Rabat invit¨® a sus hom¨®logos de Francia, EE UU, Reino Unido y Alemania a una reuni¨®n de evaluaci¨®n el 14 de marzo de 2007. "Nuestro anfitri¨®n espa?ol no estaba contento" , se?ala su hom¨®logo estadounidense Craig Karp.
Sin un avance sustancial
Ninguno de los asistentes estaba contento. Todos se lamentaron: la energ¨ªa puesta en la iniciativa no desemboca en ning¨²n avance sustancial de la autonom¨ªa que pueda convencer a la otra parte. Al mes siguiente ?lvaro Iranzo, director de Oriente Pr¨®ximo, deplor¨® con su hom¨®logo Gordon Gray le negativa de Marruecos a permitir incluso el uso de los s¨ªmbolos saharauis en la regi¨®n auton¨®mica.
El repaso de las numerosas conversaciones mantenidas entre diplom¨¢ticos estadounidenses y espa?oles sobre el S¨¢hara pone de relieve la coincidencia de sus puntos de vista. Ambas potencias simpatizan, con matices, con la propuesta de autonom¨ªa. Espa?a se muestra, en cambio, cr¨ªtica con Francia porque su ciego alineamiento con Marruecos le impide ejercer eficazmente su influencia.
Jacques Chirac, presidente de Francia, "es m¨¢s promarroqu¨ª que el rey de Marruecos", ironiz¨® Bernardino Le¨®n tras tomar posesi¨®n como "n¨²mero dos" del Ministerio de Exteriores. ?l y su ministro intentaron en 2004 que Par¨ªs "se acercarse a la neutralidad", pero no lo lograron.
Chirac y Nicolas Sarkozy han sido valedores incondicionales de Marruecos. Hasta Yassin Mansouri, jefe del m¨¢s poderoso servicio secreto marroqu¨ª (DGED), reconoci¨® ante Christopher Ross, enviado personal de Ban Ki-moon para el S¨¢hara, que Rabat hab¨ªa indicado a Sarkozy que "ser¨ªa preferible para Francia no ser percibida como tan pro marroqu¨ª con relaci¨®n al S¨¢hara Occidental".
Las negativas de Zapatero
Dos veces el presidente Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez Zapatero dijo, sin embargo, "no" al rey Mohamed VI . Primero en Oujda, a 13 kil¨®metros de la frontera con Argelia, d¨®nde el monarca le recibi¨® en julio de 2008. Eligi¨® ese lugar porque pretend¨ªa que su hu¨¦sped espa?ol hiciera una declaraci¨®n a favor de la reapertura de la frontera que Argel mantiene cerrada desde 1994, seg¨²n la Embajada de EE UU en Rabat. No lo consigui¨®.
Zapatero se ofreci¨®, eso s¨ª, a mediar entre los dos vecinos, pero el soberano le contest¨®: "El momento no es el apropiado". Antes hab¨ªan propuesto en vano sus buenos oficios Chirac e incluso el presidente ruso Vladimir Putin.
Al a?o siguiente, Mohamed VI despach¨® urgentemente a un emisario a Madrid, el saharaui Mohamed Cheikh Biadillah, para llevar una carta a Zapatero en v¨ªsperas de la reuni¨®n de abril de 2009 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Le ped¨ªa ayuda para que el mandato del contingente de la ONU en el S¨¢hara (MINURSO) no fuese ampliado para incluir la supervisi¨®n de los derechos humanos.
Durante muchos meses, el presidente espa?ol y Moratinos echaban balones fuera cuando se les preguntaba por una modificaci¨®n de las competencias de MINURSO hasta que, hace cuatro semanas, las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes desmantelaron el campamento de protesta saharaui en las afueras de El Aai¨²n. Once d¨ªas despu¨¦s, el 19 de noviembre, la ministra de Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez, abog¨®, por primera vez, porque la MINURSO se ocupe tambi¨¦n de los derechos humanos.
El pol¨ªtico espa?ol que m¨¢s respald¨® a la Administraci¨®n del presidente George Bush fue el ¨²nico que discrep¨® de su actuaci¨®n en el Magreb. A principios de 2007, cuando Rabat empezaba a presentar al mundo su plan de autonom¨ªa, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar declar¨® "rotundamente" al embajador estadounidense en Madrid que la pol¨ªtica de EE UU de acercarse a Marruecos "era una mala idea". Si Washington hace concesiones a Rabat y le proporciona asistencia, Marruecos "abusar¨¢ de estas cosas", le advirti¨®.
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