Uno de los saharauis que piden asilo presenta pruebas de la represi¨®n
El inmigrante viaj¨® en patera a Fuerteventura con fotograf¨ªas del violento desalojo del campamento de El Aai¨²n por la polic¨ªa marroqu¨ª
Antes de embarcarse en una peque?a lancha neum¨¢tica rumbo a Canarias desde la costa de El Aai¨²n , uno de los miembros de la expedici¨®n que desembarc¨® el mi¨¦rcoles pasado en una playa de Fuerteventura se ocup¨® de verificar que llevaba consigo una tarjeta de memoria en la que hab¨ªa dejado constancia gr¨¢fica del violento desmantelamiento por parte de las autoridades marroqu¨ªes del campamento de Agdaym Izik el pasado 8 de noviembre. Hay fotos de tiendas en llamas y de la polic¨ªa desalojando por la fuerza a los congregados, seg¨²n confirman fuentes conocedoras del caso. Es una de las pruebas que ha podido aportar a su solicitud de asilo de que efectivamente estuvo all¨ª. Trata tambi¨¦n de probar que fue agredido: en una de ellas aparece con un ojo morado y contusiones, seg¨²n las mismas fuentes.
Los 'sin papeles' conf¨ªan en quedar en libertad antes del domingo
Los 22 solicitantes de asilo que llegaron en esa patera fueron entrevistados el lunes por la tarde y el martes por funcionarios de polic¨ªa que les hicieron un cuestionario especialmente preparado para ellos con preguntas concretas sobre Agdaym Izik, sus actividades en el campamento y la represi¨®n posterior hacia ellos y sus familiares. En las entrevistas, que fueron posteriormente remitidas a la Oficina de Asilo y Refugio de Madrid, dependiente del Ministerio del Interior, estaban presentes un int¨¦rprete -los solicitantes de asilo hablaron en hasan¨ª, dialecto ¨¢rabe que se habla en el S¨¢hara occidental y en Mauritania-, uno de los abogados de la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR) desplazados desde Las Palmas de Gran Canaria, un funcionario de polic¨ªa de Fuerteventura y otro especialmente llegado a la isla desde la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa de Las Palmas.
Parece que los inmigrantes llegados en patera son efectivamente saharauis, seg¨²n confirman fuentes conocedoras de los expedientes, y lo que debe determinar ahora la Oficina de Asilo y Refugio es hasta qu¨¦ punto corren riesgo su vida o integridad f¨ªsica si regresan a su lugar de origen; hasta qu¨¦ punto son activistas perseguidos. La mayor¨ªa son j¨®venes, en torno a los 20 a?os , y por lo tanto carecen de largos historiales como defensores del derecho de autodeterminaci¨®n del pueblo saharaui. Pero algunos, como el que entreg¨® la tarjeta de memoria con las fotos, han aportado detalles precisos y fechas de detenciones policiales -de ellos o de sus familiares-, de su participaci¨®n en manifestaciones y relatos muy concretos de sus d¨ªas en el campamento y del desalojo, mientras que otros han dado informaci¨®n m¨¢s gen¨¦rica.
Las primeras 10 solicitudes se enviaron el lunes por la noche a Madrid. Las 12 restantes, el martes. A partir de su recepci¨®n, la Oficina de Asilo y Refugio tiene un plazo de cuatro d¨ªas para decidir si las admite o no a tr¨¢mite. Si se aceptan, esto supondr¨ªa la regularizaci¨®n temporal de los solicitantes de asilo, que saldr¨ªan del Centro de Internamiento de Extranjeros de El Matorral antes del pr¨®ximo domingo y se les regular¨ªa su situaci¨®n d¨¢ndoles un permiso de estancia temporal en Espa?a. A partir de ese momento empieza a correr el plazo de seis meses que concede la ley -salvo que el asilo se tramite por un procedimiento de urgencia que lo limita a tres meses- para que el Gobierno se pronuncie de forma definitiva sobre si concede o no a estas personas la condici¨®n de refugiado. El plazo de seis meses no suele cumplirse nunca, seg¨²n se?ala el portavoz de CEAR Mauricio Valiente, que asegura que habitualmente el tiempo de espera media hasta tener una resoluci¨®n definitiva sobre el asilo est¨¢ entre un a?o y un a?o y medio.
Cuando, en 2006, una oleada de pateras con saharauis lleg¨® a las costas canarias, la soluci¨®n del Gobierno fue admitir la mayor¨ªa de ellas a tr¨¢mite -en esos momentos, y tras la fuerte represi¨®n de las autoridades marroqu¨ªes que sigui¨® a la llamada intifada en el S¨¢hara en 2005, casi 200 personas procedentes de esa zona desembarcaron en patera en Canarias-. Despu¨¦s, se concedieron finalmente muy pocos estatutos de refugiado.
El Ministerio del Interior no ofrece datos separados sobre los saharauis, sino que se incluyen como marroqu¨ªes, y recoge en sus anuarios que 281 personas procedentes de este pa¨ªs pidieron asilo en 2006. En ese momento, con el caso permanentemente en los medios, 197 de ellas fueron admitidas a tr¨¢mite. Tan solo un a?o despu¨¦s, en 2007, de 263 peticiones solo se aceptaron 77 para ser examinadas. Entre 2006 y 2008 se protegi¨® de forma definitiva a 26 solicitantes de asilo de Marruecos: a 10 como refugiados y a 16 bajo la figura de la protecci¨®n subsidiaria que se puede conceder a aquellos que no re¨²nen todos los requisitos pero cuyo retorno se considera que puede suponer un riesgo real para su vida o libertad.
Un arreglo como el de 2006, admitir casi todas las solicitudes a tr¨¢mite, supondr¨ªa para el Gobierno aceptra solo indiciariamente que Marruecos est¨¢ vulnerando los derechos humanos de los saharauis. Sobre lo m¨¢s problem¨¢tico en su relaci¨®n con el reino alau¨ª, la concesi¨®n de estatuto de refugiado, el Ejecutivo no tendr¨¢ que pronunciarse hasta dentro de muchos meses y cuando, previsiblemente, el tema no despierte tanto inter¨¦s como tras la llegada de la patera.
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