Admirador de S¨®crates, riguroso y obsesionado por los libros
El hombre que supuestamente mat¨® a tiros a su esposa y a su hijo en una urbanizaci¨®n de Torrecaballeros (Segovia), y luego se suicid¨®, contaba con licencia de armas
A Julio Jos¨¦ Zapata Montes, de 52 a?os -que se quit¨® la vida en Torrecaballeros (Segovia), la noche del martes pasado, despu¨¦s de acabar a tiros, supuestamente, con la de su esposa, Ana Mar¨ªa S¨¢nchez Vizca¨ªno, de 49 a?os, y el hijo de ambos, Carlos, de 16- se le recordar¨¢ como una persona poco comunicativa, rara y obsesionada por los libros y la sabidur¨ªa. No en vano se proclamaba admirador de S¨®crates.
Nadie sabe lo que se le pudo pasar por la cabeza a un hombre con el que solo se pod¨ªa hablar de literatura o historia, nada de temas comunes, enemigo de la televisi¨®n, aunque un vecino de la zona donde resid¨ªa la familia, conocida como el Balagar, aventura que el problema de la econom¨ªa "est¨¢ desquiciando" a la gente y que estamos ante la punta de un iceberg, como dando a entender que podr¨ªan estar atravesando problemas de esta ¨ªndole, "la locura se est¨¢ haciendo demasiado accesible al ser humano".
Quien lo dice entre l¨¢grimas es Luis Mu?iz, que fue decano de la Facultad de Psicolog¨ªa de la Universidad SEK de Segovia, que conoc¨ªa a los fallecidos pero, sobre todo al chico, que acud¨ªa a su casa a estudiar ingl¨¦s. Ahora intenta recordar, despu¨¦s de todo lo ocurrido, que al chaval le faltaba algo en la expresi¨®n, porque "parec¨ªa como arrastrado por algo, quiz¨¢ con problemas de violencia pasiva", matiza.
Pero los vecinos no encuentran una explicaci¨®n, no solo ya para un crimen machista sino de c¨®mo un padre puede acabar con la vida de un hijo. Esto es lo que le preguntaba Esther Velasco, de 19 a?os, a su madre, Amaya Chaves, mientras iban a una concentraci¨®n de repulsa por lo ocurrido, frente a la casa consistorial de Torrecaballeros, donde tambi¨¦n se dieron cita compa?eros del instituto del chico, autoridades y vecinos. La mujer, uno de cuyos hijos convivi¨® unos d¨ªas con la familia Zapata, respondi¨®: "Hija, no tengo explicaci¨®n", mientras con rabia se preguntaba por qu¨¦ no acab¨® el hombre primero con su vida, antes de segar la de su familia.
Del chaval, como coinciden quienes le conocieron, algunos amigos desde los siete a?os, todo son elogios. Deportista, extrovertido, amable, lo mismo que su madre, que participaba activamente en las actividades culturales y festivas de este municipio segoviano, a 12 kil¨®metros de la capital, de 1.200 habitantes, famoso por su cordero asado e ideal como segunda residencia, en la falda de la sierra del Guadarrama, en la carretera N-110 hacia Soria. De hecho, se preparaba para ser alcaldesa en las fiestas de Santa ?gueda, el 5 de febrero pr¨®ximo, donde es tradicional que las mujeres impongan su poder sobre los hombres. Paradojas de la vida. Madre e hijo se refugiaban entre s¨ª, reconocen algunas personas pr¨®ximas, de un hombre de car¨¢cter duro y, sobre todo, exigente con el chico, al que quer¨ªa ver convertido en arquitecto, y a quien no dudaba en llamar "in¨²til" si no iba bien en los estudios. Incluso los dos viajaban solos, porque no quer¨ªa salir de casa, hasta el punto de que prefiri¨® pasar las Navidades en solitario, mientras su esposa y el chaval lo hac¨ªan fuera con la familia.
El matrimonio, que estaba iniciando los tr¨¢mites de separaci¨®n, lleg¨® con su hijo al pueblo hace unos ocho a?os, recuerdan quienes le conocieron, procedente de Madrid, para ocupar una parcela de unos 4.000 metros cuadrados y un chal¨¦ de piedra y madera. Nadie sabe a lo que se dedicaba, porque era reservado, pero hay quien afirma que era licenciado en Historia del Arte y que viv¨ªa de una herencia, vinculada a una empresa de construcci¨®n familiar. Lo seguro es que no ten¨ªa actividad p¨²blica y que contaba con licencia de armas para manejar una escopeta del calibre 22 y un rifle, con los que efectu¨® posiblemente los mortales disparos.
Los hechos, seg¨²n la subdelegada del Gobierno, Teresa Rodrigo Rojo, pudieron ocurrir la noche del martes al mi¨¦rcoles pasado, pero no se han descubierto hasta esta madrugada, cuando la familia facilit¨® la entrada en el chal¨¦ a la Guardia Civil, al no responder a sus llamadas. Cada cuerpo se hallaba en una habitaci¨®n, mientras los investigadores apuntan a que el hombre mat¨® supuestamente a su mujer y a su hijo y luego se quit¨® la vida. El chaval no acud¨ªa al instituto, desde el lunes, por enfermedad y no hab¨ªa denuncias por malos tratos ni ¨®rdenes de protecci¨®n a favor de la mujer y el menor.
Ela Kiwak, una mujer de mediana edad, que tiene una peluquer¨ªa en Torrecaballeros, conoc¨ªa muy bien al matrimonio y al chico, compa?ero de instituto de una de sus hijas, a la que tuvo que consolar en varias ocasiones. A esta peluquera le supon¨ªa un esfuerzo hablar con Julio, porque nunca bajaba el list¨®n de los temas que trataba, principalmente literatura e historia. Quiz¨¢ solo saliera de casa para acudir a cortarse el pelo y, mientras, dejar entrever que viv¨ªa para los libros y le obsesionaba aumentar sus conocimientos. "Quer¨ªa ser muy sabio, no hab¨ªa libro del bibliob¨²s que no se hubiera le¨ªdo", asegura Kiwak a la vez que reconoce que controlaba mucho a su hijo, hasta el punto de que en la casa no se ve¨ªa la televisi¨®n, nada m¨¢s que para algunas pel¨ªculas, mientras que las noticias hab¨ªa que escucharlas por la radio, medio a escondidas.
"Supercorrecta, t¨ªmida e inteligente"
Al chico le lleg¨® Internet, hace tres meses, porque su madre le compr¨® un ordenador port¨¢til, asesorada por una de las hijas de Kiwak, que estudia Arquitectura. Con quien realmente se entend¨ªa esta peluquera era con la fallecida, a quien concibe como "supercorrecta, t¨ªmida e inteligente". Hab¨ªan entablado amistad y, entre confidencias, ella le hab¨ªa dicho que lo primero que iba a hacer cuando muriera su madre -lo que ocurri¨® hace medio a?o- era pedir el divorcio. Por eso, quienes pudieron traspasar alguna vez los muros de la casa de los Zapata concluyen que no hab¨ªa una relaci¨®n normal y que, dentro, la convivencia ten¨ªa que ser dif¨ªcil, sin descartar que hubiera maltrato psicol¨®gico con madre e hijo, "pero ella aguantaba por el chico", subrayan. De puertas hacia afuera eran "un matrimonio completamente normal", de clase media alta. Es por lo que los vecinos no entienden c¨®mo ha podido suceder un hecho tan dram¨¢tico, que les ha hecho part¨ªcipes de un cap¨ªtulo de sucesos, aparte de ense?arles la cara m¨¢s cruel de la violencia machista y dom¨¦stica.
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