La consulta soberanista de Barcelona coge con el paso cambiado a CiU
Oriol Pujol dice no estar en el dilema de Mas de ir a votar o no y que lo har¨¢ por el 's¨ª'
El portavoz de CiU, Oriol Pujol, lleva una semana cuando menos curiosa: el lunes dijo que la Generalitat no tiene apenas dinero para pagar las n¨®minas -fue incluso desautorizado por su padre, Jordi Pujol- y ayer discrep¨® del presidente Artur Mas, que confes¨® que ahora tiene un dilema respecto a si debe votar o no, por raz¨®n de su cargo -hace un a?o cre¨ªa que s¨ª-, en la consulta soberanista de Barcelona del 10 de abril. "Yo ir¨¦ y votar¨¦ que s¨ª. Yo quiero dar mi parecer", se desmarc¨® Oriol Pujol en R¨¤dio Estel. "No arrastro ning¨²n dilema. Tengo una responsabilidad en CiU, pero puedo actuar con libertad de conciencia votando lo que me parezca mejor".
Mientras Mas mide al mil¨ªmetro sus palabras con una pulcritud extrema, Oriol Pujol, n¨²mero de dos de CDC, ahora alejado del d¨ªa a d¨ªa del Parlament, no cesa de coger el altavoz, provocando en su partido un sobresalto diario. "Cualquier nacionalista tiene este anhelo y esto configura mi forma de actuar", abund¨® recordando que CiU acoge en su seno a muchos independentistas.
Pero no todos lo son. Uni¨® se ha desmarcado siempre de estas votaciones y de la estrategia de su socio, que no las ha liderado s¨ª las "ha acompa?ado", seg¨²n la interpretaci¨®n de sus propios dirigentes. Pero lo han hecho con diferente intensidad. Tanto Oriol Pujol como su antecesor en el cargo y actual consejero de Interior, Felip Puig, participaron en actos en favor de las consultas desde 2009 de forma intermitente. Mas se mantuvo al margen.
La realidad es que la cita del 10 de abril llega en un momento inc¨®modo para CiU, enfrascada en su tarea en dirigir la Generalitat y reconducir la crisis. La votaci¨®n se celebrar¨¢ a las puertas de las elecciones municipales -el 22 de mayo- y la papeleta para CiU, que cree muerta la v¨ªa auton¨®mica, no es f¨¢cil. El mismo Jordi Pujol acaba de abrazar el independentismo, pero consider¨® que las votaciones tienen un claro inter¨¦s electoral. No es el ¨²nico dirigente de CiU de la vieja guardia que piensa de esa forma.
De entrada, el Gobierno catal¨¢n ya ha movido ficha. El Departamento de Gobernaci¨®n, dirigido por la democristiana Joana Ortega, ha decidido seguir la senda de su antecesor, el republicano, Jordi Aus¨¤s, y ceder 300 urnas a los organizadores. Fuentes de Esquerra recordaron que CiU les reproch¨® en su d¨ªa que se involucrara en la iniciativa. Gobernaci¨®n dispon¨ªa de dos informes que se contradec¨ªan sobre la legalidad de la cesi¨®n y una consulta con un tercer jurista forz¨® el desempate. "No hay ninguna ley que impida cederlas", aleg¨® el portavoz del Gobierno, Francesc Homs.
CiU abraza tantas familias y sensibilidades respecto a la cuesti¨®n nacional que su Gobierno es un reflejo de ello: desde Mas a Ortega, pasando por la consejera de Justicia, Pilar Fern¨¢ndez Bozal. El d¨ªa de Sant Jordi del a?o pasado, Mas declar¨® que, "obviamente", ejercer¨ªa su derecho al voto en una consulta en Barcelona. Nunca ha negado que dir¨ªa que s¨ª. Pero ahora duda: dice que, adem¨¢s de ser el "ciudadano Mas", se siente presidente de 7,5 millones de ciudadanos, algunos a favor del Estado propio y otros no, y que tiene que despejar la duda. Mientras, Ortega "no descarta" acercarse a las urnas porque le merece un respeto la iniciativa democr¨¢tica. Nunca se ha declarado soberanista. Y todo apunta a que si vota lo har¨¢ por ¨¦l Quien parece que no tendr¨¢ mucho inter¨¦s en depositar su papeleta es Fern¨¢ndez Bozal, que, en su calidad de abogada del Estado, firm¨® dos escritos para paralizar la consulta de Arenys, la primera de la oleada. En los textos, la compar¨® con "la cesi¨®n de unas dependencias municipales para instalar la capilla ardiente de un etarra" o el caso del Consistorio de Gatika, que imprimi¨® carteles en favor del traslado de presos.
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