Un desprop¨®sito
La inveterada costumbre de Rajoy de solucionar los conflictos por el m¨¦todo de dejarlos pudrir no le ha funcionado con Camps
Las relaciones entre el PP nacional y el PP valenciano son un aut¨¦ntico desprop¨®sito virado al esperpento que no concluye en el rid¨ªculo m¨¢s absoluto porque todos los sondeos electorales dan una c¨®moda mayor¨ªa a los populares en la Comunidad Valenciana. La falsa convocatoria del Comit¨¦ Electoral regional y la no menos falsa reuni¨®n en la que, presuntamente, se apoy¨® la candidatura de Francisco Camps a la presidencia de la Generalitat valenciana en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas revelan hasta qu¨¦ punto los populares valencianos se rigen con los criterios democr¨¢ticos de una rep¨²blica bananera.
Como los hechos demuestran, Camps -lo dijo Paula S¨¢nchez de Le¨®n, la consejera portavoz- es el candidato m¨¢s proclamado de la historia. Tantas veces lo ha sido que el ¨²nico mensaje que han transmitido estas teatrales escenificaciones ha sido el del nerviosismo. Hoy mismo se ha visto. Si esta ma?ana la secretaria general del PP, Mar¨ªa Dolores de Cospedal, revelaba que en la reuni¨®n del Comit¨¦ Nacional que se va a celebrar esta semana no estaba previsto la proclamaci¨®n del presidente valenciano por quien puede hacerlo, de prisa y corriendo, los dirigentes valencianos se han inventado una reuni¨®n para proclamar la candidatura de su l¨ªder por en¨¦sima vez. El secretismo ha sido tan indiscreto que a algunos no les ha importado mentir para ocultar no se sabe muy bien seg¨²n qu¨¦ cosas.
Toda esta farsa es posible por la quietud de Mariano Rajoy, presidente nacional del PP. Su inveterada costumbre de solucionar los conflictos por el m¨¦todo de dejarlos pudrir no le ha funcionado con Camps que resiste amarrado a "su" verdad: No hay corrupci¨®n y se pag¨® los trajes (Gonz¨¢lez Pons duda, sin embargo, de que pagara tambi¨¦n "cuatro corbatas"). El quietismo de Rajoy ha contribuido a que el PP de la Comunidad Valenciana sea una pudridera.
Y mientras, en Valencia, la alcaldesa Rita Barber¨¢ y destacados dirigentes del partido presumen de poner en duda la independencia de la justicia en un intento est¨¦ril de escapar de un proceso que cada d¨ªa acerca un poco m¨¢s a Camps al banquillo de los acusados. Lo dicho, un desprop¨®sito.
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