El Supremo no se f¨ªa... con tres votos discrepantes
La cuesti¨®n de fe que dirimieron los 16 magistrados que componen la Sala Especial del Tribunal Supremo, creer o no creer que Sortu ha roto con ETA, se resolvi¨® en contra de los sucesores de Batasuna.
Como siempre ha ocurrido desde que se aprob¨® la Ley de Partidos Pol¨ªticos (2002) y se ilegaliz¨® a Batasuna, la Sala Especial del Supremo atendi¨® las demandas de la Fiscal¨ªa y de la Abogac¨ªa del Estado e invalid¨® la nueva marca electoral de la izquierda abertzale independentista.
Pero esta vez, la duda se pase¨® por la sala del debate jur¨ªdico e incluso se instal¨® un tiempo para competir con la certeza de que Sortu no es m¨¢s que una artima?a de ETA para volver a las instituciones tras las elecciones del pr¨®ximo 22 de mayo.
Hasta ahora, todos los sucesores de Batasuna hab¨ªan sido ilegalizados en el Supremo por unanimidad. En esta ocasi¨®n, al menos tres de los 16 magistrados que componen la Sala Especial decidieron que es posible confiar en el rechazo a ETA que los fundadores de Sortu pusieron por escrito en los Estatutos registrados en el ministerio del Interior. Esa ruptura con la banda terrorista ser¨ªa suficiente para legalizar a Sortu, seg¨²n esos tres magistrados. El resto pens¨® lo contrario e impuso sus certezas de que la nueva formaci¨®n pol¨ªtica era un burdo instrumento al servicio de ETA.
Tras 43 a?os de terrorismo con 829 muertos a manos de etarras, es dif¨ªcil que nadie se f¨ªe de las intenciones de unos pol¨ªticos, los que dirigieron Batasuna y ahora impulsan Sortu, que durante todo ese tiempo justificaron las actividades criminales de la banda y que ahora prometen por escrito rechazar esos m¨¦todos. Lo hacen a s¨®lo unos meses de las elecciones, las del pr¨®ximo 22 de mayo, que pueden desterrar definitivamente de los ayuntamientos a esta izquierda abertzale tan pegada a ETA durante tanto tiempo.
Los tres votos particulares abren el camino a un interesante debate en el Tribunal Constitucional, al que recurrir¨¢n los ahora ilegalizados. Aunque, probablemente, cuando los magistrados del Constitucional resuelvan el recurso la cita electoral ya habr¨¢ pasado.
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