La noche de las banderolas
En 72 horas los partidos colocar¨¢n en torno a 50.000 banderolas, un poco menos que en la campa?a pasada.- Acompa?amos a dos j¨®venes paquistan¨ªes que se dedican a ponerlas en las farolas en el comienzo de una larga noche
Shamqat-Ali ajusta la primera banderola de la noche a la farola y, zaaaas, vuela escalera abajo. All¨¢ arriba, Jaime Lissavetzky, candidato a la alcald¨ªa de Madrid, sonr¨ªe con una leve mueca sobre fondo rojo. Son las 23.53 y el joven paquistan¨ª (tiene 27 o 28 a?os, no est¨¢ seguro, dice con una sonrisa) acaba de poner la primera de las 550 banderolas que le toca colocar a lo largo de la noche, hasta las 6.30, aunque a veces se alargan. Y el s¨¢bado por la noche, vuelta a empezar. En 48 horas, Madrid tendr¨¢ sus 2.200 banderolas (la misma cantidad en toda la Comunidad). En total, los partidos cuentan con 72 horas para completar la 'operaci¨®n banderola', que subcontratan, adem¨¢s de la pega de carteles, tarea de la que se encargan los militantes.
Benito Reyes, de 54 a?os, es probablemente uno de los hombres que m¨¢s veces hable por tel¨¦fono a lo largo de la madrugada del viernes. Reyes se dedica a esta tarea desde hace ocho a?os, siempre para el PSOE, partido con el simpatiza pero al que no pertenece. La empresa para la que trabaja se llama Soluciones Pirez. Cada partido trabaja con una distinta.
Mapa, guantes y escalera
Con una agilidad pasmosa, Shamqat sigue colgando banderolas. La operaci¨®n es muy rudimentaria: dos hombres, una furgoneta, muchos clavos, un par de guantes, chaleco reflectante y una simple escalera de 19 pelda?os que el paquistan¨ª sube y baja como el rayo, casi vuela. "Con la gr¨²a no se puede, es muy lento y corta el tr¨¢fico", explica su compa?ero en la tarea, el tambi¨¦n paquistan¨ª Mohsan-Nadeem, de 24 a?os. Mohsan es igual de sonriente que su compa?ero, al que tiende las banderolas, y tambi¨¦n se encarga de conducir la furgoneta. Frente al volante lleva un plano de Madrid en el que ha subrayado de verde las calles que les toca completar a ellos. Es curioso. Est¨¢n repartidas sin ton ni son por toda la ciudad, no en una misma zona. ?Y eso? Mohsan se r¨ªe. "Porque el jefe est¨¢ loco".
Estamos, c¨®mo no, en la madrile?a calle Ferraz, donde se encuentra la sede de los socialistas; es la primera calle en su ruta, aunque se reparten la ciudad con otras cinco furgonetas. En la madrugada del viernes m¨¢s de cien furgonetas como esta recorrer¨¢n Espa?a poniendo banderolas para el PSOE (muchas m¨¢s si sumamos todos los partidos). ?Cu¨¢nto cuesta la operaci¨®n? "De precio no hablo", dice Reyes, que luce en la mu?eca una pulsera PowerBalance y no se despega el m¨®vil de la oreja m¨¢s que para comer un bocata de jamon y una coca cola.
"La junta electoral concede las calles a los partidos, aunque hay algunas emblem¨¢ticas que ellos mismos se reparten, pero hay muy buena relaci¨®n en el tema de las banderolas", explica Reyes, que calcula que este a?o se han puesto entre un 10% y un 20% menos que en la anterior campa?a auton¨®mica y municipal por la crisis. "En la banderola es donde est¨¢ el meollo del p¨²blico objetivo de los partidos", contin¨²a. "Es uno de los elementos m¨¢s importantes, porque les permite entrar en contacto con su votante. La gente ma?ana, cuando salga de casa, y las ver¨¢. Son un eje de la campa?a".
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