Rossi impulsa al Villarreal

Rossi, el delantero italo-estadounidense que todos daban por perdido para la causa amarilla, convencidos de que recibir¨ªa una suculenta oferta del Barcelona o de alg¨²n club italiano, dio la eliminatoria al Villarreal, que jugar¨¢ por tercera vez la Liga de Campeones. A falta de f¨²tbol, apareci¨® ¨¦l, disfrazado de Messi, para convertir dos precisos env¨ªos de Nilmar y Cani en sendos goles que permiten a la entidad castellonense asegurarse unos 20 millones de euros por su participaci¨®n en el torneo europeo.

Rossi espant¨® de paso cierto resquemor en la afici¨®n, descontenta por la venta de Cazorla. En el terreno, en los dos partidos ante el Odense, el Villarreal ha dejado patente que sin el centrocampista es menos Villarreal. Pero con m¨¢s pasi¨®n que f¨²tbol, aprovechando m¨¢s la debilidad del rival que las virtudes propias, escasamente expuestas, solvent¨® la eliminatoria. Pero el f¨²tbol lo marca el conjunto y las individualidades. Y el Villarreal posee a Rossi, un delantero vivo por el que ning¨²n equipo europeo se ha atrevido a desembolsar los 30 millones de euros con el que el Villarreal lo tas¨®. Para alivio de Fernando Roig y del f¨²tbol espa?ol que contar¨¢ con un cuarto participante en elitista competici¨®n europea.

Juan Carlos Garrido se arriesg¨® en el planteamiento, con tres defensores y tres atacantes, dando cabida a Camu?as acompa?ando a Nilmar y Rossi y con Senna en la medular en detrimento de Marchena. La partitura estaba escrita. Sin reservas y al ataque el Villarreal, con precauciones y temor el Odense. El cuadro dan¨¦s solo sal¨ªa de su cueva de manera espor¨¢dica. En cualquier falta insignificante, eso s¨ª, acumulaba elementos en el ¨¢rea de Diego L¨®pez para intentar sacar provecho de su superioridad en cent¨ªmetros.

En el primer minuto, Camu?as tuvo la primera oportunidad. Fue un comienzo falsamente esperanzador. Al Villarreal le sobraba determinaci¨®n y le faltaba pausa y precisi¨®n. Aun as¨ª, la sensaci¨®n era que, con muy poco, ten¨ªa todas las de ganar ante las evidentes carencias de un Odense menor. Cualquier triangulaci¨®n amarilla desmontaba su andamiaje. En una de ellas, Rossi, el m¨¢s vivo de los presentes, se encontr¨® frente a Wessels, que le adivin¨® la intenci¨®n cuando ya se cantaba el gol. El caudal ofensivo del Villarreal ten¨ªa m¨¢s cantidad que calidad. Hasta ocho saques de esquina contabiliz¨® en un primer acto de sabor agridulce.

Pero la falta de acierto del Villarreal desapareci¨® tras el intervalo. Nilmar encontr¨® a Rossi para que el internacional azzurro, en la boca de gol y con cierto suspense, empatara la eliminatoria a las cinco minutos. Once despu¨¦s embocaba nuevamente tras un excelente pase combado de Cani desde el costado derecho. Posteriormente, Kadrii result¨® expulsado. Pero, para a?adir incertidumbre al encuentro, Borja Valero se autoexpuls¨® poco despu¨¦s por agredir a un contrario. Afortunadamente, lleg¨® el gol de Marchena y la tranquilidad a El Madrigal. Gracias a Rossi, el Messi amarillo, el Villarreal estar¨¢ de nuevo entre los mejores.